Buenos días. Hablando del sirtaki, a mí me gusta más la canción de Kutzurélis que la de Theodorakis, sin que ninguna de las dos me entusiasme, pero no tuvo el aparato publicitario de la de Mikis, el de una película exitosa, ni tiene un sonido tan pegadizo y comercial, aunque Theo ya no necesitaba demostrar nada en música. Éste, con una proyección internacional, traspasó las fronteras griegas y los primeros maestros cretenses apenas son conocidos fuera de su isla, pero a ellos deben el resto buena parte de la riqueza que sus músicas atesoran.
Por ello terminaré con una cita de ´Meres`, Días, el diario de Yorgos Seféris que tradujo aquí Vicente Fernández y que ya incluímos en la Antología Acatarrada del último nº de Psilicosis:
"Nuestros intelectuales engullen arte como las cabras hierba. El arte no afecta sino a su aparato digestivo y si a veces vocean es por el cólico. Mostrémonos, con todo, agradecidos a nuestros mayores. A los que nos han hecho capaces de resistir y no perder la esperanza incluso en este desierto".
Muro 2003. Pintura en polvo, acuarela, restos. Ramiro Rodríguez Prada. |
Buenos días. Hablando del sirtaki, a mí me gusta más la canción de Kutzurélis que la de Theodorakis, sin que ninguna de las dos me entusiasme, pero no tuvo el aparato publicitario de la de Mikis, el de una película exitosa, ni tiene un sonido tan pegadizo y comercial, aunque Theo ya no necesitaba demostrar nada en música. Éste, con una proyección internacional, traspasó las fronteras griegas y los primeros maestros cretenses apenas son conocidos fuera de su isla, pero a ellos deben el resto buena parte de la riqueza que sus músicas atesoran.
Por ello terminaré con una cita de ´Meres`, Días, el diario de Yorgos Seféris que tradujo aquí Vicente Fernández y que ya incluímos en la Antología Acatarrada del último nº de Psilicosis:
"Nuestros intelectuales engullen arte como las cabras hierba. El arte no afecta sino a su aparato digestivo y si a veces vocean es por el cólico. Mostrémonos, con todo, agradecidos a nuestros mayores. A los que nos han hecho capaces de resistir y no perder la esperanza incluso en este desierto".
¡Salud!, Yásas!.
Barbarómiros.
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