miércoles, 12 de diciembre de 2012

Petros Márkaris, Ο Πέτρος Μάρκαρης -4


Plaka,  Atenas, julio 2012.
 
Liquidación final
(Περαίωση)


Peréosi es el título en griego de la última entrega del comisario Jaritos, de Márkaris. Una buena novela policíaca, para quien disponga de un poco de tiempo libre en estos días de campanas sobre campanas. Nadie mejor que él para hablarnos de la Grecia real y actual.

Fue editada el mes pasado por Tusquets, y trasladada al español dignamente por Ersi Samará, como la mayoría de la serie.
Poco que decir de la traducción, que no puedo valorar desde el griego, sólo en cuanto al uso del castellano: un par de preposiciones raras que no merecía la pena ni apuntar o la frase "pido por el director", por pregunto por el..., (38). ¿Quizá modismo americano?.

Y algo que parece un error, no de traducción, en la frase, "El tipo se ha cobrado ya nueve vidas y nadie sabe cuando parará". (306): los asesinados eran muchos menos.
 
Siguiendo mi costumbre, y puesto que ya dediqué tres capítulos al autor, donde apunté algunos datos biográficos, hoy sólo traeré una serie de citas. Nunca me canso de repetir que una cita siempre mutila el original, no lo sustituye, en ocasiones incluso lo desvirtúa, lo altera. Como mucho consigue ser un aperitivo, una golosina, pero es necesario ir al texto para que una cita alcance su completo sentido. A eso invito.

La novela es la segunda de una Trilogía  de la crisis, que comenzó con el anterior título reseñado aquí, de la misma editorial y traductora, Con el agua al cuello.
Ésta cuenta el caso de un asesino en serie, pero el escenario que determina la acción es la situación crítica de la economía griega y sus consecuencias en todos los niveles de la vida de las personas.
Así, la historia no empieza con un asesinato, sino con el suicido colectivo de cuatro mujeres pensionistas, cuya nota de despedida decía, entre otras cosas:

-"Nos dimos cuenta de que somos una carga para el Estado, para los médicos, para las farmacias y para la sociedad entera". (12)

Y seguimos:

-"Pasamos delante de unos cubos de basura. Dos negros, metidos en los cubos hasta la cintura, buscan comida con desespero". (15)
-"Es la típica griega que, porque tiene un hijo en Londres, piensa que Grecia desmerece". (24)
-"No saben que los griegos no nos comemos a los extrajeros: nos devoramos entre nosotros". (31)
-"¿Cómo decía aquella consigna?,  ¿<<Para un futuro mejor>>?". (64)

El asesino mata a defraudadores ricos, y se hace llamar el Recaudador Nacional, no debo decir más del argumento.

-"Si fuéramos por ahí cargándonos a los que defraudan al fisco, la población de Grecia quedaría reducida a los empleados públicos, a los asalariados privados, a los desempleados y a las amas de casa". (74). Y...
-"Si cada griego que se ha topado con la burocracia se hubiera puesto a matar, ya habríamos perdido la mitad de la población griega". (323)

Γιάννης Νεγρεπόντης, Λουκιανός Κηλαηδόνης.  Τα λόγια και η πράξη. La teoría y la práctica.


Plaka,  Atenas, verano 2012.

-"Antes hablábamos del sueldo y los suplementos, ahora hablamos del sueldo y los recortes". (84)
-"La mitad de los comercios han echado el cierre definitivo". (En Patisíon) (83). Y, "la avenida Patisíon está vacía y tenebrosa" (89)
-"... pero la mitad de los griegos no declaran sus ingressos, sino que se dedican al feliz deporte de la evasión". (92)
-"Poco falta para que todos los defraudadores y los corruptos hagan sus compras en supermercados suizos, para luego venir a preparar la comida en Grecia". (99)
-"Mi padre solía decir que las buenas noticias llegan en cuentagotas; las malas a raudales". (101)
-"Una cosa es que la echemos a perder nosotros, y otra muy distinta que la echen a perder los extranjeros. Entonces nos enfurecemos". (A Grecia...) (205)

-"Los dulces de cuchara son para los invitados, como le enseñó su madre, que era de Asia Menor". En nota a pie de página apunta Ersi: "Dulces caseros hechos de frutas, que se asemejan a la mermelada pero contienen trozos de fruta bañados en jarabe dulce; se sirven en platillos y se comen con cucharilla". (210)

-"En la Grecia actual, los que realizan esfuerzos más dignos se quedan estancados". (257)
-"Si hay que entregar el alma, cuanto antes mejor". (259)
-"...empecé a buscar un ingreso complementario". (261)

-"...tendrían que fusilarnos por haber permitido que se echen a perder personas como él". (Sobre Zisis, un personaje recurrente en todas las novelas anteriores, comunista al que el policía conoce en los calobozos de la calle Bouboulinas, "cómo le torturaron" durante la dictadura de los coroneles, amigo entrañable del teniente Jaritos) (261)
El mismo Zisis dice en otro momento, hablando de la emigración actual de jóvenes bien preparados: "Este país no se puede permitir otra generación perdida".

Νικόλας Άσιμος.   Varethika.  Estoy cansado.


Manolis
Plaka, Atenas, julio 2012

-"Así acabaremos todos -dice-. Aunque no pongamos fin a nuestra vida, nos pasaremos la vida papando moscas. No podremos cumplir con nuestras obligaciones, cerraremos nuestros negocios y no tendremos para comer ni para pagar los estudios de nuestros hijos. Eso también es una forma de suicidio". (Ante el cadáver de un ahorcado) (295)
-"Mi mujer vive todavía en la época en que un puesto en el sector público era como un lugar en el paraíso y no quiere reconocer que ahora caminamos a marchas forzadas hacia el infierno". (328)

-"El estado griego es la única mafia del mundo que ha ido a la quiebra. Todas las demás evolucionan y prosperan". (340)

-"Si no elogias a tu casa, se te caerá encima" (341). Ése es el número de páginas de la novela.

 Νικόλας Άσιμος.   Παράτα τα.  A pesar de... (Pasa de todo!)