El pontio. Autorretrato. Oviedo, junio 2013. |
Ο Πόντιος
Buenos días. Para los que tengáis interés o sintáis curiosidad por la historia de este pueblo griego de la costa turca del Mar Negro, os dejo la dirección de un trabajo completísimo de María de Paz publicado en La pasión griega, que ya he mencionado aquí repetidas veces, la última en los capítulos dedicados a Stelios Kasantsidis en Música griega.
La pasión griega. María de Paz. Los pondios, un pueblo sin patria.
Me he vuelto a atrever a recrear otro personaje heleno de los que llamé en esta etiqueta Prototipos griegos. Sin embargo, nadie mejor que María para hablaros de esos hombres y mujeres, yo sólo he querido mostrar una vez más mi admiración y mi cariño personal por un pueblo, el griego, que resulta ser menos monolítico de lo que parece. Quizá recordéis lo que cantaba Kasantsidis, el cantante de origen pontio más universal, tema que puse en uno de esos capítulos mencionados: Σα ξένα είμαι έλληνας και στην Ελλάδαν ξένος, o sea, En el extranjero soy griego y en Grecia extranjero, estrofa que también recoge María en su trabajo.
La preparación ha sido larga, empezó la última semana de agosto en Eubea, cuando dejé de afeitarme. Hasta final de año arreglé un par de veces los laterales de la barba, las patillas y zona de las orejas, pero poco. Desde entonces no la he tocado.
No necesitaba una barba tan florida esta vez, pero quería aprovechar para hacer otro retrato de cretense antes de afeitarla, dejando un bigote pontio como los que aparecen en los vídeos de youtube y en las páginas de María de Paz. Tiene algo de chino, pero a mí me recuerda aún más al de Blat el Empalador, con esa apariencia más turca o tártara que china.
El caso es que, a unos días de la publicación de esta entrada, sólo he podido hacer algunas pruebas con esa barba antes de las definitivas con bigote. Problemas finales han hecho que todo se retrase y no podré tomar esas fotos a las que, no obstante, aún no renuncié. Si las hago al fin, dedicaré otro capítulo a los pontios más adelante.
Viene a cuento todo esto porque una barba tan poblada debe ser rara entre ellos, de hecho sólo he visto algunas en grabaciones antiguas, y la del hombre de la danza del cuchillo en el vídeo que puse debajo de la segunda foto, que aunque blanca, está más recortada.
Tesalónica 2009. 50 Festival de Bailes pontios.
En esta ocasión quería también una imagen de medio cuerpo porque el ropaje es bastante típico. Como no tengo cartucheras ni correajes guerreros, crucé un par de cintos y una bolsita que quiere imitar a la que ellos llevan para el tabaco, el kovús. Me falta la faca, kama, el puñal que cuelgan al cinto, más largo aún que los cretenses si cabe, también de plata repujada, trabajada artísticamente, pero no iba a sustituirlo por un cuchillo carnicero. Y faltan otros muchos adornos, como una faja muy vistosa donde sujetan el kovús y el kama, etc.
Tenía, en cambio, los pantalones un poco bombachos, zipka, nombre que se aplica también al traje masculino completo. Los compré en Turquía hace muchos años, pero no sé dónde están, de haberlos encontrado hubiera hecho una foto de cuerpo entero y entonces hubiera buscado también alguna especie de faja parecida. Otra vez será.
Todo eso y mucho más en la dirección apuntada de La pasión griega.
En fin, que el mío es un traje de pontio pobre. Y encima el chaleco, yelék,que sí podría dar el pego, me queda muy pequeño y estoy envarado, tieso para no estallar los botones, casi encorsetado y parezco estrecho de pecho. Pero pensé, ¡También habrá pontios estrechos de pecho, digo yo!... . No es el caso de Kasantsidis.
En turco y griego, Stelios Kasantsidis.
Canima. Yaktin Alim. Ekso dertia ekso estenagmi. Fuera anhelos, fuera suspiros.
El pondio, Rómiros Rodriguidis Pradaútides. Fotografía de T. Oviedo, junio 2013. |
El envaramiento impuesto por el chaleco tiene sin embargo una virtud, según creo, y es que en la mayoría de retratos que he visto posan como si lo hicieran ante un fotógrafo profesional que estuviera recogiendo imágenes de paisanos por los pueblos, "posan para la foto", y sus actitudes suelen ser más rígidas e inexpresivas, y más indiferentes que en el caso de los maniotas o los cretenses, ésos con una expresión de cierto desafío y ferocidad en el rostro, y éstos melancólicos y soñadores.
Por otra parte la postura de este paisano con los brazos en jarras le quita tensión al tronco empinado. Así que lo comido por lo servido.
Danza pontia de los cuchillos. Τα μαχαίρια.
Quiero volver a repetir que la recreación del pontio, al igual que las anteriores del maniotis y el cretense, no tiene intención burlesca, como sería lo propio en los carnavales, está hecha con respeto y, al margen de las sonrisas de los amigos, así quiero que se tomen.
No puedo decir lo mismo de la figura del Pope Heteróxido, donde la carga crítica, esperpéntica, o aristofanesca, si se me permite el anacronismo, resulta bastante evidente.
Y por último una referencia al gentilicio. El Mar Negro sabéis que es el Ponto (y Ponto Euxino) para todos los que hemos heredado la cultura griega, de ahí el nombre de quienes habitan en sus orillas. Pero en griego el sonido nt suena más a d que a t, por lo que la pronunciación más correcta sería pondio, opción que elige con buen criterio María de Paz para su trabajo. Yo he preferido respetar en este caso la grafía castellana más habitual.
Stelios Kasantsidis. Tsábasin.
¡Salud y caña a los banqueros infieles, que son pocos y cobardes!
Ρόμηρος Ροντριγκίδης Πραδαούτηδες