Oviedo |
Un poco de música del otro extremo del Mediterráneo, tan puteado o más que éste, antes y ahora. La traducción del título griego es un tanto libre. La mi morena me acaba de recordar el otro significado, muy interesante, de Za saltaro: Volverse loco.
Θα σαλτάρω, Γιώργος Κατσαρος, Katsarós (1888-1997).
Μιχάλης Γενιτσάρις, Genitsaris (1917-2005).
Los saltadores, otro título de la canción, asaltantes diríamos, eran grupos de ciudadanos organizados, resistentes a la ocupación alemana durante la 2ª Guerra Mundial, que asaltaban los camiones de suministro del ejército germano, no tanto por patriotismo como por necesidad. Sobrevivir en la Grecia ocupada fue la preocupación fundamental de una población que perdió en esos años medio millón de un total de 8 millones de habitantes, sólo de hambre.
Los procedimientos para hacerse con la mercancía, gasolina sobre todo, pero también alimentos, iban del audaz golpe de mano a las argucias más ingeniosas que planeaban los saltadores, salteadores les llamaríamos en otra clave hispana. En realidad valientes que se jugaban la vida, porque el castigo de los nazis era el fusilamiento de los que caían, niños incluídos, o represalias indiscriminadas contra la población civil que era quien participaba en los asaltos.
He puesto las dos versiones ya que no tengo claro todavía quién es el verdadero autor. Desde luego Katsarós era más viejo, le sacaba 29 años a Genitsáris que en 1940 tenía 23, algo joven me parece para esta canción en un rebetis. Katsarós andaba entonces por los 52, una edad que creo más ajustada.
Sin embargo en muchos lugares figura Genitsáris y yo no lo desmentiré. Por supuesto su mayor juventud no lo invalidaría como autor, no es un argumento definitivo.
La versión del viejo parece también más antigua y eso que tocaba una guitarra, más grave y templada, caso extraño en el rebétiko, donde lo frecuente es el baglamá, esa especie de guitarra pequeñina con tres pares de cuerdas que tiene un sonido primitivo, agudo y escacharrado.
La versión del viejo parece también más antigua y eso que tocaba una guitarra, más grave y templada, caso extraño en el rebétiko, donde lo frecuente es el baglamá, esa especie de guitarra pequeñina con tres pares de cuerdas que tiene un sonido primitivo, agudo y escacharrado.
A mí me gustan las dos pero siento debilidad por los Barbas, los abueletes, y Katsarós murió jovencín, sólo vivió 109 años. ¡Parece que el costo de agosto nun ye tan malo pues los rebetes, si no se daban a los opiáceos, eran longevos! El propio Genitsaris murió con 88.
Salud, Υγεία!
Ραμιρο.
Ramiro.
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