Palante brinca el sapo aunque le saquen los ojos Karpazos. Grecia, 2013. |
Nunca falta un sapo para que cante una rana
Había sido batracio antes que príncipe y algo le había quedado desde su metamorfosis, tenía cara de sapo e imitaba a la perfección el croar de las ranas. Aunque la princesa lo amaba pese a su escaso atractivo, él languidecía escuchando el canto de sus antiguos colegas. En las noches de verano cogió la costumbre de pasear por los jardines de palacio y sentarse a la orilla del estanque, donde pululaban las ranas. Cuando se ponía a croar, todas las hembras se le acercaban nadando en la superficie del agua y lo rodeaban, contestando a su reclamo. Los machos venían detrás y aprovechaban que las señoras yacían traspuestas y abiertas de ancas sobre el agua, contemplando y escuchando a su príncipe, para montarlas. Así es como empezó a dirigir un coro mixto de ranas. No tardaron en sumarse los sapos del jardín, algunos de voz muy gruesa, que enriquecieron el coro. Hasta los aposentos de la princesa llegaba el eco de la dulce y alegre melodía. Una noche abandonó el frío lecho y fue al encuentro de su amado. Se le acercó por detrás sin hacer ruido, a saltitos. Le tapó los ojos y le dio un beso apasionado en la boca. El príncipe, convertido en sapo, dijo, ¡Croooarr!, y ella, una ranita, contestó, ¡Rooaaarrr!...
Ramiro
Louis Armstrong. What a wonderful world.
Salud!
P. D. Un toque de atención para interesados. Anteyer comenzó Tania a relatar su diario de viaje de este año. Podéis verlo aquí a la derecha en Flanvoritos, en su blog Ilustrania. Hay que pinchar en Ilustrania porque si se pincha el título del capítulo no aparece el actual sino el antiguo. Desconozco las razones por las que no se actualiza la ventanina y sigue saliendo eso de Hace 8 meses... .
Promete ir contándonos sobre la marcha, lo que dará mayor verismo al relato, las peripecias de un viaje a Jordania que empieza ahora. Que tengan buenas experiencias y salud estos dos viajeros.
ra
Me ha encantado el final, por que no a nuestros monarcas no les ocurre lo mismo! Sera por que no existe nadie que les bese con pasion.
ResponderEliminarBesitos
Viriato
Sí, y besan y hasta comen otros sapos. O mejor dicho, los sapos los comemos nosotros, ellos las Ancas del Batracio, que son como las Ancas del Estado, o sea las Arcas, que lío.
EliminarBesos,
Ramiro