Noche en el puerto de Kos. Grecia, 2013. |
El gato negro
¿Qué fue lo que hice mal?, pensaba el gato sentado en el centro de la calle en una noche desapacible, viejo, hambriento y solo. Nací en una casa donde no me faltó el cariño, la comida ni un lugar caliente. Jugaba con los niños y los gatos del barrio, me subía a los tejados. Pero de eso hace mucho tiempo, era muy joven y tenía el pelo fino y lustroso. Todo empezó a estropearse cuando me salieron las primeras canas.
El gato negro. Vamo' negra.
Salud
Ramiro
Hay un libro de poemas de Nikos Dimu que se llama "La gata de Corfú", no sé si lo habrás leído. Tiene algunas historias un poco tristonas, no aptas para amantes de gatos.
ResponderEliminarSalud
No lo conozco, ¿está traducido? Sólo leí La desgracia de ser griego, también predomina el pesimismo, pero me gusta.
EliminarBesos.
Yo soy amante de gatos y como de cualquier animal domestico no entiendo su abandono, demuestra my a las claras el pelaje de la sociedad en la que vivimos.
ResponderEliminarBesitos
Viriato
Claro, si abandonamos a nuestros viejos, porqué íbamos a sentir escrúpulos por un gato. Todavía ayer hablamos, por Durrell, de la reina blanca de Palmira que murió vieja, sola y arruinada, pero recogía a todos los gatos callejeros que se acercaban a su palacio, al final no sé si incluso se alimentaron algo de su cuerpo hasta que la descubrieron...
EliminarSalud, sensible, no sufras que tu gata es otra reina!
ramiro