La Fuente de la Vida |
¡Toma, toma y toma!
(Hisopazos)
Cierto cardenal ya muy talludo
quiso leer un signo pecaminoso
en la mancha del culo de un seminarista
algo contrito.
Cómo llegó el monseñor a ver la peca
es cosa desconocida,
pero dedujo el santo padre
que el catecúmeno era zurdo
y que sus tatarabuelos adoraron
como devotos siervos al nefando.
Aterrorizado el joven fraile
pidió la absolución al adivino,
que se la dio, se la dio, por tres veces
se la dio.
De Kolomancias. 2014.
Ramiro Rodríguez Prada
Salud
Yo creo que sufría de próstata y al ir a hacer el tacto practico el entreacto.
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