San Justo de la Vega, León 2011. |
Pajares.
Uno de los sitios predilectos de Román, mi amigo berciano de la infancia, eran los pajares. Pero los pajares del Bierzo no eran como los de mi pueblo, muy pocos los cerraban con puertas o ventanas de madera. Yo los recuerdo como huecos cuadrados abiertos todo el año o apenas clausurados con un par de tablas cruzadas, por lo común más grandes y cercanos al suelo. Supongo que la mayor humedad del Valle con respecto a las comarcas que rodean Astorga lo pedía.
Otra diferencia importante era el contenido del pajar. Me decía ayer el verderón Blasensis que en Maragatería diferenciaban la hierba de la paja y el lugar donde se almacenaban. Ese es un dato que nos habla de una comarca transicional entre la Meseta y el Bierzo como es Maragatería. Veámoslo.
En los pueblos mesetarios de secano no se recoge hierba o muy poca, la mayoría del contenido del silo es paja de cereales y, en todo caso, forraje como alfalfa u otros, estos en zonas de regadío. La hierba la traen empacada de otros lugares.
Pero Maragatos es una región más húmeda donde se dan los dos cultivos, con muchas más praderías que en las zonas anteriormente citadas, como también sucede en la Cepeda.
Es necesario añadir que la hierba se usa como comida seca y la paja para mullir al ganado, ponerle un lecho seco, para que esté más acolchado y empape los orines y excrementos.
Y siempre, insisto, teniendo presente como prioridad la ventilación del recinto que asegure un sano almacenaje. Tamaños, alturas, cierres, pisos, puertas, ventanas, buquirones, como dice la curruca saxofonera, y demás huecos se subordinan a esa necesidad dependiendo de cada región, con sus cosechas particulares y sus microclimas.
Me resulta extraño contar todo esto, tan elemental, que para los niños que vivimos en un pueblo era muy común, algunos se reirán pero hay muchas personas que lo desconocen, e incluso jóvenes actuales de las zonas rurales para los que la Agricultura ha pasado a formar parte de la Arqueología.
El insecto de Txell dispuesto a comerse la paja. San Justo, 2011. |
Aprovecho también para aclarar que, como en el caso de las tapias, tampoco soy la persona más indicada para hablar de estos temas con pleno conocimiento, por mucho que el verderón me felicite ya que, si bien nací y viví en uno de esos pueblos, mi familia no era campesina estrictamente y conozco las labores del campo menos que él y que la mayoría de mi generación. Pero considero necesario hacerlo hasta donde alcanzo porque más pronto que tarde será realmente Paleontología.
Empecé titulando el escrito El pajar, en singular, pues quería contar una breve historia de mi amigo Román, la dejaré para los capítulos de Ventanas porque ya no tengo espacio.
Por una parte había compuesto por la mañana la mitad inferior del artículo donde explico un poco las fotografías, pero a medio día la kurruka Blasensis hizo un comentario en el primero de estos tres capítulos y me movió a enrollarme con la parte física del pajar.
Como ya había encabezado el cuento con la mención a Romanín y no me apetecía cambiar la frase, cambié el título por el genérico y plural Pajares, que claro, ya no es aquel pajar..., del alma, diríamos, el pajar donde retoza la infancia, sino uno más prosaico. Pisemos todos los senderos mientras caminemos. Y voy con la segunda parte.
Late - solos de los temas "People" y "Sometimes you can feel".
Es todo lo que puedo aprovechar de Puertas de pajares, ya quedan pocos ejemplos y un par no estaban presentables. La 2ª fotografía incluso es un detalle de otra que puse hace una temporada y en la que Txell vio muy bien la ombra del insecto, hoy me interesaba más la puerta, de este modo reuno aquí las que tengo.
Los siguientes capítulos en Arquitectura espero que sean sobre Ventanas de pajares (siempre en el primer piso), de las que tengo mogollón de imágenes.
Algún comentario a las fotos, pues. La razón de que estas puertas tengan dos partes divididas, como las de cuarterón en las viviendas de las que ya hablamos, una superior y otra inferior, supongo que la habréis adivinado.
San Justo de la Uve, León 2011. |
Cuando el pajar estaba ya mediado cerraban la puerta de abajo, que retenía la hierba o la paja, y cargaban el resto por la ventana superior hasta el techo, con frecuencia a teya vana, como decimos por Asturias, es decir viéndose las vigas y las tejas.
Y nuevamente la ventilación era otro de los motivos. La parte superior permitía que la puerta cumpliera también su función de ventana que, lógicamente, se situaban altas, o sea inmediatamente debajo de los aleros.
Eso de la teyavana me va a servir para terminar con una sonrisa, porque la expresión tiene, por lo menos, un doble sentido: cuando un varón va por el mundo flojo de ingles, es decir, sin gayumbos debajo de los pantalones, se dice que anda...
a teya vana.
,OO,
¡¡Tilín, tilín, tilín!!
o
¡¡Tolón, tolón, tolón!!
¡¡Tilín, tilín, tilín!!
o
¡¡Tolón, tolón, tolón!!
,,OO,,
Salud, currucas.
Ramiro.