viernes, 22 de junio de 2012

Puertas de pajares -3


San Justo de la Vega, León 2011.

Pajares.


Uno de los sitios predilectos de Román, mi amigo berciano de la infancia, eran los pajares. Pero los pajares del Bierzo no eran como los de mi pueblo, muy pocos los cerraban con puertas o ventanas de madera. Yo los recuerdo como huecos cuadrados abiertos todo el año o apenas clausurados con un par de tablas cruzadas, por lo común más grandes y cercanos al suelo. Supongo que la mayor humedad del Valle con respecto a las comarcas que rodean Astorga lo pedía.

Otra diferencia importante era el contenido del pajar. Me decía ayer el verderón Blasensis que en Maragatería diferenciaban la hierba de la paja y el lugar donde se almacenaban. Ese es un dato que nos habla de una comarca transicional entre la Meseta y el Bierzo como es Maragatería. Veámoslo.

En los pueblos mesetarios de secano no se recoge hierba o muy poca, la mayoría del contenido del silo es paja de cereales y, en todo caso, forraje como alfalfa u otros, estos en zonas de regadío. La hierba la  traen empacada de otros lugares.
Pero Maragatos es una región más húmeda donde se dan los dos cultivos, con muchas más praderías que en las zonas anteriormente citadas, como también sucede en la Cepeda.
Es necesario añadir que la hierba se usa como comida seca y la paja para mullir al ganado, ponerle un lecho seco, para que esté más acolchado y empape los orines y excrementos.

Y siempre, insisto, teniendo presente como prioridad la ventilación del recinto que asegure un sano almacenaje. Tamaños, alturas, cierres, pisos, puertas, ventanas, buquirones, como dice la curruca saxofonera, y demás huecos se subordinan a esa necesidad dependiendo de cada región, con sus cosechas particulares y sus microclimas.  

Me resulta extraño contar todo esto, tan elemental, que para los niños que vivimos en un pueblo era  muy común, algunos se reirán pero hay muchas personas que lo desconocen, e incluso jóvenes actuales de las zonas rurales para los que la Agricultura ha pasado a formar parte de la Arqueología.


El insecto de Txell dispuesto a comerse la paja.
San Justo, 2011.

Aprovecho también para aclarar que, como en el caso de las tapias, tampoco soy la persona más indicada para hablar de estos temas con pleno conocimiento, por mucho que el verderón me felicite ya que, si bien nací y viví en uno de esos pueblos, mi familia no era campesina estrictamente y conozco las labores del campo menos que él y que la mayoría de mi generación. Pero considero necesario hacerlo hasta donde alcanzo porque más pronto que tarde será realmente Paleontología.

Empecé titulando el escrito  El pajar, en singular, pues quería contar una breve historia de mi amigo Román, la dejaré para los capítulos de Ventanas porque ya no tengo espacio.
Por una parte había compuesto por la mañana la mitad inferior del artículo donde explico un poco las fotografías, pero a medio día la kurruka Blasensis hizo un comentario en el primero de estos tres capítulos y me movió a enrollarme con la parte física del pajar.

Como ya había encabezado el cuento con la mención a Romanín y no me apetecía cambiar la frase, cambié el título por el genérico y plural Pajares, que claro, ya no es aquel pajar..., del alma, diríamos, el pajar donde retoza la infancia, sino uno más prosaico. Pisemos todos los senderos mientras caminemos. Y voy con la segunda parte.

Late - solos de los temas "People" y "Sometimes you can feel".


Es todo lo que puedo aprovechar de Puertas de pajares, ya quedan pocos ejemplos y un par no estaban presentables. La 2ª fotografía incluso es un detalle de otra que puse hace una temporada y en la que Txell vio muy bien la ombra del insecto, hoy me interesaba más la puerta, de este modo reuno aquí las que tengo.

Los siguientes capítulos en Arquitectura espero que sean sobre Ventanas de pajares (siempre en el primer piso), de las que tengo mogollón de imágenes.

Algún comentario a las fotos, pues. La razón de que estas puertas tengan dos partes divididas, como las de cuarterón en las viviendas de las que ya hablamos, una superior y otra inferior, supongo que la habréis adivinado.

San Justo de la Uve, León 2011.

Dijimos en un post anterior que para cargar los pajares se arrimaba el carro a la pared de la casa y se hacía desde allí con ayuda de un bieldo, horca, etc.
Cuando el pajar estaba ya mediado cerraban la puerta de abajo, que retenía la hierba o la paja, y cargaban el resto por la ventana superior hasta el techo, con frecuencia  a teya vana, como decimos por Asturias, es decir viéndose las vigas y las tejas.

Y nuevamente la ventilación era otro de los motivos. La parte superior permitía que la puerta cumpliera también su función de ventana que, lógicamente, se situaban altas, o sea inmediatamente debajo de los aleros.

Eso de la teyavana me va a servir para terminar con una sonrisa, porque la expresión tiene, por lo menos, un doble sentido: cuando un varón va por el mundo flojo de ingles, es decir, sin gayumbos debajo de los pantalones, se dice que anda...

  a teya vana.

,OO,

¡¡Tilín, tilín, tilín!!

o

¡¡Tolón, tolón, tolón!!

,,OO,,

Kristi Stasinopoulou & Stathis Kaliviotis @ Alavastron.

http://www.youtube.com/watch?v=Zj0ZTE1QlDk


Salud, currucas.

Ramiro.

jueves, 21 de junio de 2012

Τσικουδιά, Tsikoudiá


El tsikoudiá del mi Dimitraki, 2012.


Nikos.

Era a finales de agosto. Llegamos a Janiá, Creta, sobre las doce de la noche, dejamos las bolsas en la pensión y nos echamos a la calle los cuatro como lobos en busca de unas pitas gyro para cenar. Ya sabéis, ese pan plano enrollado con relleno de carne, asada en un espetón de filetes que gira (gyro...), tomate, cebolla y alguna salsa, en Grecia tzatsiki (yogurtpepinoajoaceitesal), bien.

Νικος Ξυλούρης - Απ' των Χανιών την Πόρτα.

Estábamos al lado del puerto y enseguida encontramos un chiringuito. No había nadie ya en las mesas, sólo un chaval comiéndose un gyro de pie, bebiendo una cerveza y charlando con el camarero en una pequeña barra que daba a la calle. Todavía se veía gente paseando por los muelles y en las terrazas de los restaurantes, pero a finales de agosto los turistas comienzan a desaparecer y entoncenes, curruca, todo es más tranquilo.

Nos sentamos y pedimos téseres pites gyro me ola, cuatro pitas gyro con todo, y la bebida. Aunque los guajes eran pequeños ya estaban también enganchados al giro de la peonza del cerdo, cordero o lo que girara. Como habíamos saludado y pedido, esas cosas sencillas de decir, en griego, el camarero nos preguntó si éramos italianos. Puso cara de alegría y cierta sorpresa, no somos raros allí ni mucho menos, pero no tan habituales como nuestros vecinos, y aún menos con rapaces.

Nikos, que así se llamaba el camareta, se fue a la barra y trajo dos chupitos de tzikoudiá con unas frutas confitadas para acompañar, y calentar más el paladar a los críos que ya lo tenían ardiendo, mientras esperábamos.

Comimos las pitas como leones y repetimos escuchando un canal de la radio cretense con música de la isla, mucha conocida por nosotros: Nikos Xiloúris, su hermano Psarandonis, Garganurakis, Markópulos, Ludovikos. Cuando Nikos se enteró de que nos gustaban y chanábamos algo se sentó con nosotros dispuesto a no dejar escapar a aquellos medio jipis con niños. Puso la botella encima de la mesa y llenó tres chupitos.

Sobre la una de la mañana llevamos a los chavales a la cercana pensión y volvimos a lo de Nikos que nos quería poner unos CDs de un músico cretense que le gustaba, que resultó ser Giorgos Manolioudis, ¡e invitarnos a más tsikudiá!
Ya no nos dejó pagar nada más esa noche. Sentados los tres solos, escuchando música y charlando, nos dieron las tres de la mañana sin que nadie nos interrumpiera y mientras nos bajábamos una botella de tres cuartos de trilkudiá, στιν υγεία σου!,  stin iyía su!, a tu salud!. Vaya trío peligroso.  Así empezó el idilio...

Ίντα 'χετε γυρού γυρού - Νικος Ξυλούρης (Πρόζα) 

Quería haber hablado un poco de la historia y destilación del tsikoudiá que otros pueblos, como los turcos y albaneses, o los mismos griegos llaman también rakí y nosotros raki.

Variantes, y distintos nombres para un mismo destilado de orujo de uva, nuestro aguardiente. Pero me pareció más interesante contar cómo nos iniciamos en el vicio del tsikudiá, porque está muy rico y es un peligro, más suave e igual de potente que la mayoría de los nuestros que conocemos.
Esa otra información se puede rastrear en la red, y en la próxima entrada en esta etiqueta quería hablar de otro destilado de uva muy conocido, el tsípuro, entonces tal vez mencione algo de la destilación.


Rakí/Tsikudiá. Creta.

Tampoco quería adelantar mucho sobre la amistad con Nikos porque eso lo reservaba para la primera entrada que haga de Creta en Archipiélagos. En realidad fueron dos los hombres que nos encontramos nada más llegar y que nos echaron una mano, el otro es Akis, del que también hablaré en su momento.

Sólo añadir ya que los cuatro días que pasamos en total en Janiá, al llegar a la isla y al volver, acabamos en el chiringo de Nikos escuchando música y bebiendo raki hasta la madrugada, y muy pocas veces pagamos, sólo comidas o cenas,  ¡pero el tsikudiá no había manera!

Μουσική/Στίχοι: Λουδοβίκος των Ανωγείων. Μαριώ.  'Μπιτ Παζάρ'.
Música y letra Ludovikos ton Anoyíon. Voz, Marió.  'Bit Pasar'

http://www.youtube.com/watch?v=iQ2UGD1aPl0&feature=related

Στο Μπιτ Παζάρ στην αγορά
Πίνουν καφέ τα πρωινά
Οι παλιατζήδες του Μηνά και δεν μιλάνε.

En el mercado de Bit Pasar
Beben café en los desayunos
Los chatarreros de Minas, y no hablan.

Μα σαν αρχίσουν τη ρακή
Ο χρόνος δεν περνά από κει.

Pero cuando empieza el rakí
No pasa el tiempo por allí.

Υγεία, Salud!

Μπαρμπαρόμιρος, Barbarómiros.

P.D. Una dirección que me envía Marta Capote con fotografías de Javier Bauluz sobre la huelga minera y el enfrentamiento con la policía en Ciñera. ¡Gracias, Marta!

Que descanséis.

Ra.

miércoles, 20 de junio de 2012

Puertas de pajares -2

San Justo de la Vega. León, 2011.


Nina


En casa siempre hubo perro, el Tom, la Chispa, el Sol, la Luna..., pero no siempre hubo gato. La última que tuvimos era una gatina toda dulzura a la que llamábamos Nina, de Minina. Muy pequeña, era la misma ternura con piel de gata pero, como la mayoría de los de su especie, muy independiente y traviesa.

Pasaba la mañana tumbada al sol, subida en el tejadillo de la terraza, protegida del norte por una chimenea, como en la mejor solana del mundo. Se relamía, se desperezaba erguida estirando las patas y curvando el espinazo al máximo, daba un corto paseo hasta el tejado vecino, volvía pausada y majestuosamente y se echaba de nuevo en su rincón preferido.

Desde el patio interior, a la terraza superior y de ahí a los tejados de toda la manzana de casas con sus patios, corrales y jardines, sólo median dos o tres saltos. Nina visitaba regularmente esos territorios como otros gatos de la vecindad hacían lo propio con el nuestro.

Tenemos un vecino al que llamamos Quasimodo pero no tanto por su apariencia simiesca, que  también, sino por su condición moral: es un mal bicho, un amargao retorcido, un cenizo y cascarrabias insoportable, lo que se dice una mala persona, un cabrón, vamos.
Cuasi nos había avisado que la gata andaba rondándole las gallinas y que como la pillara le iba a dar un estacazo que no olvidaría.

Desde entonces empezamos a llamar a Nina cuando la veíamos desaparecer del tejadillo. Pero uno no puede estar vigilando al gato a todas horas y no era cuestión de atarla o encerrarla.

Un día se presentó en casa el fenómeno hecho un basilisco con dos pollitas muertas en la mano. Según él Nina había entrado en el gallinero. Mi madre se ofreció a pagárselas aunque no sabíamos si realmente había sido la gata la delincuente. Él no aceptó y se fue con su careto de mandril y su mirada torva y esquinada refunfuñando una amenaza,

¡Que tenga cuidao!... .



Roberto Carlos. 'El gato que está triste y azul'. (Instrumental).

Puerta de pajar con ventilación/gatera cerrada por alambrera.
San Justo, León 2011.

Así que cada dos por tres ya nos veías a nosotros salir al patio a llamar a Nina. Y se daba una circunstancia muy graciosa. Mi madre se llama Adonina, y la llamamos Nina, eso siempre dio lugar en la familia a todo tipo de bromas y equívocos mientras la gata vivió con nosotros. Tranquilos, murió de vieja.

Nina había tenido ya varios embarazos y sus consiguientes partos. Su nido y paritorio era la carcasa de madera de un viejo televisor de los años 60 que ella acondicionaba días antes del evento. No diré el destino de las crías, este es un tema cruel y para bien y para mal hubo de todo.
Se notaba ya que estaba preñada otra vez por la barriga gorda, pero también por su torpeza para subir al tejado. Porque ella no renunciaba a su solana ni a sus paseos en las alturas por nada del mundo.

Un mediodía, casi al final de su embarazo, Nina consiguió volver a casa y descender al patio sin la pata izquierda. Pensamos que el cabrón había puesto un cepo. Le enganchó el miembro por encima de la articulación de la rodilla, traía el fémur astillado y el muñón hecho girones, lo más probable es que la misma gata acabara de arrancar la pata para escapar.

Nina tuvo un parto prematuro pero consiguió sacar adelante a dos gatines mientras le curaba la herida y recibía los mimos de toda la familia, tumbada como una reina en su gran cesta de mimbre, dentro de casa. Vivió todavía varios años, sin embargo aquel fue su último embarazo. No renunció a su rincón favorito al sol, pero abandonó para siempre la aventura.


Ramiro Rodríguez Prada.

Vainica doble. 'El tigre del Guadarrama'.


Saluz y luz!

Ra.

martes, 19 de junio de 2012

Puertas de pajares


San Justo de la Vega. 2011.

Buenos días. Había puesto otra fotografía de este tipo de puertas en uno de los capítulos de las Tapias, que normalmente se sitúan en la parte posterior de las casas sirviendo de acceso a los pajares.
Este modelo en concreto es más escaso. Se trata de una puerta en la planta baja de la casa pero para un pajar, no para uso de animales que es lo más común. El pajar en el primer piso es lo frecuente, con un suelo de tablas más o menos trabadas, importa la buena ventilación, y un hueco de comunicación con las cuadras que están debajo.

Por ese motivo tengo muchísimas imágenes de ventanas, pero de ese otro modelo en el primer piso, más pequeñas y desde las que se llenaban los pajares arrimando el carro cargado de paja a la casa.
Hay otro modelo más aparente, parecido a este de hoy en el tamaño, es decir grande, más puerta que ventana, del que se conservan mejores ejemplos y que subiré en los siguientes capítulos, pero también situados en el primer piso, como las ventanas, que llegarán ¿en los posts sucesivos de esta etiqueta?. Veremos.

En la imagen superior podemos ver una puerta de entrada a un pajar que sitúan a medio metro del suelo para evitar las inundaciones. Si se moja la paja, fermenta y pudre y es inservible como alimento para el ganado. Por eso son recintos que necesitan una buena ventilación y estar saneados de humedades. Algunas de las casas donde ponían el pajar en la planta baja tenían bodega con lo que los pajares podían conservar el piso de madera y la aireación inferior. Otras asentaban el piso, siempre de tabla, unos centímetros por encima del suelo.

Las aberturas en forma de gateras o ventanucos en puertas y ventanas, con o sin telas metálicas, también para ventilar, son muy comunes. Tanto como los butrones y agujeros en la propia pared, de los que ya hablamos poniéndo algún ejemplo. También les llegará su monográfico.
La pared es de tapial y el apoyo de la puerta y probablemente el dintel que no vemos, tapado por un revoque de cemento y arena ya deteriorado, son de adobes.

Llama la atención el contraste del tamaño de los cantos rodados en la composición de la tapia con la imagen inferior, de grano grueso a todas luces, no raro en las casas, pero más frecuente en dependencias y murias de huertas. Más tosca sí, pero a priori no parece que el tamaño de las piedras afecte ni mucho ni poco a la consistencia de la tapia, es más una cuestión de disponibilidad del material y acabado.

San Justo. León, 2011.

La próxima entrada estará pues dedicada al segundo modelo del que hablé arriba. De esta imagen no hay gran cosa que comentar, la conjunción del tapial y el ladrillo, añadido aquí mucho después de que la tapia fuera construida, para sustituir un probable marco de adobes estragado, ya lo habíamos visto en los capítiulos correspondientes, incluso unidos en la obra original.

Espero poder volver a la fantasía, si tengo fuerzas, en los siguientes días porque estoy cansado de ocuparme de tanto chorizo cular, aunque comprenderéis que es dificil eludirlos, incluso ignorándolos nos joden vivos igual. Esa es una de las razones de la imposibilidad del apoliticismo y de la ingenuidad o malicia de sus seguidores los apolíticos. Pero hoy no tocaba eso.
En fin, hay quien disfruta con el jaleo, el ruido y el caos a la hora de inventar o fabricar sus historias, sus fotos, sus pinturas... . Yo prefiero tranquilidad y ahora no la tengo, la escasez de tiempo ya es crónica, continúan los problemas técnicos, y el futuro es impredecible, hermanos.

Si no soy capaz de sacar nada en limpio seguiré quejándome como una llorona y engordando el metablog, que es como llamo a estas divagaciones patafísicas. A mí también me gusta más el cuento, y ésta palabra más que la de moda  ficción.

Una música y me voy. En la entrada que titulé El largo brazo de Toribio, donde hablaba del Santo patrón de la diócesis astorgana y de la romería de San Justo de la Vega que se celebra el primer lunes después del primero de Pascua, ya dije que me había topado con una sorpresa. Dos CDs, grabaciones de dos jóvenes grupos de la zona entre cuyos componentes hay varios naturales del pueblo además de astorganos. Ya que volví a San Justo justo es que los recuerde.

Balacera se llamaba el grupo que ilustraba aquella entrada, y Cero Grados el de hoy que, además, tocaron este año la noche anterior al día grande de Santo Toribio. Este es el 6º corte de su CD Gracias por venir del que tienen un vídeo muy digno. Están empezando como quien dice, son unos críos.


Videoclip oficial  de  '0 grados'.  La chispa Merecida.  




Salud.


ramiro

lunes, 18 de junio de 2012

Fuera de juego


Trébol. Asturias, junio 2012.


Retornos


Cuando el dolor nos dice
dónde arrimar el hombro
y la sensibilidad es un sarcasmo
de aquellos niños ricos,
no tengo alma a quién citar
y me como el sentimiento
con patatas.

En el crepúsculo triste de la lluvia
salen los viejos sátrapas
al fresco.
En esta parte de la historia
la autoridad me pide
los papeles. No guardo nada
y voy desnudo.

De  'Interrogatorios y Otras partidas perdidas'
Ramiro Rodríguez Prada, 2012.


Antonio Vega. 'El sitio de mi recreo'.

http://www.youtube.com/watch?v=vy0M5x3z_ig&feature=related


Salud y felices sueños.

Ra