El tzatziki del cocineru |
INGREDIENTES
4 yogures tipo griego
1 pepino pequeño
6-8 cucharadas soperas de aceite de oliva
2 dientes de ajo
Pizca de pimienta molida
Unas gotas de vinagre
Sal
Aceitunas negras
Ramín de menta
PREPARACIÓN
Rayar en tirillas largas y finas la piel verde del pepino y parte de su pulpa, desechar las semillas. Escurrir sobre un papel absorvente espolvoreando sal fina para que arrastre el jugo.
En un bol vaciar los yogures después de quitarles el poco suero que suelen tener por encima.
Añadir el pepino y los dientes de ajo aplastados y bien desmenuzados. Salpimentar y mezclar.
Incorporar poco a poco el aceite mientras se sigue mezclando, y las gotas de vinagre.
Rectificar de sal y decorar con aceitunas negras, un chorrín de aceite y el ramín de menta.
El tzatziki es la mezé (tapa...) más característica de la cocina griega. La consumen sola acompañando a otras mecedes, a la pita yiro o, con menos frecuencia, como una salsa blanca, sustituyendo a la mahonesa por ejemplo.
Su frescura en un clima tan cálido la hace especialmente apetitosa.
Al final el hijo precede al padre porque tenía previsto empezar por el yogurt. Sigo sin encontrar la foto, que tampoco tiene tanta importancia: sólo era un montón de leche cuajada sin suero y un plus de nata, que eso es el yogurt griego.
Lo que lo hace particularmente bueno, a mi humilde parecer, no es tanto la calidad de las leches que usan que también, sino la temperatura, el grado de humedad, y otras variables en que se desarrollan los hongos que actúan sobre la leche.
Conjeturo que el proceso de producción, fermentación, etc., es común a todas la industria láctea. El tipo de hongo puede ser, desde luego, determinante.
Los yogures que hemos probado en países de la misma área geográfica y climática son todos ellos sobresalientes, los griegos, los turcos o los búlgaros.
El yogur griego que nos venden aquí utiliza la receta helena, es cierto, pero no puede copiar esas condiciones genuinas de la tierra y su microbiótica.
Estamos hablando de un producto de consumo masivo, estandarizado, la diferencia cuando se trata de un yogur más artesano, con otras leches, como el de oveja, que también es relativamente frecuente, es aún mayor.
Sin duda la composición cuantitativa y cualitativa, la proporción de grasas, la calidad del producto, es la base, pero si otros países usan leches equiparables en calidad, ¿porqué no logran un yogurt de aquella consistencia, densidad, sabor o grado de acidez como el griego, balcánico o medio oriental?
No creemos en brujas pero habelas haylas.
Entre las líneas de aquesta reflexión
ha de hallarse el quid de la cuestión
Geia sas kai kali órexi!
¡Salud y buen provecho!
Barabarómiros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario