Nel pollaio |
Ya le cortaron el pico, nada de andar peleándose, picando en el suelo o ensañándose con la compañera más débil hasta trepanarle el cráneo. A comer, a engordar y a poner huevos. Si pone algo.
No son las gallinas de jaula en una nave industrial, éstas tienen una picardía increíble. Vienen de corretear por la vida sin hacerse cargo de las servidumbres de una gallina ponedora normal, o de la esclava sexual de un pollipavo con Ferrari.
Ésta, de la especie Palurda Sub Ordine Europeae o Especulationis (PSOE), estuvo unos años haciendo la calle más chic del reino y como tiene palmito podía escoger los clientes cobrando tarifas astronómicas. Pero cayó en desgracia porque quiso excluir de sus favores a los nuevos ricos y pequeñoburgueses, admitiendo en su agenda sólo a los mejores postores, especuladores con fortuna, aristócratas, obispos y financieros mafiosos (¿será redundancia?).
Pero los... miembros, es un decir, de esta clientela selecta resultaron ser unos impotentes que pronto se cansaron de los jueguecitos sexuales tontorrones e inocentorros de las Palurdas. Ellos prefieren las perversiones sangrientas y el porno duro.
Cuando quisieron rectificar, los arribistas a los que despreciaron habían buscado sustitutas. Las Pappanattas, muy populares también, Púdicas, Pudorossas y Pudendas (PPés).
Tampoco las veo en el papel, pero ellos sabrán que las compran.
Aquí se mezclan Chorizos culares y Gallinas siracusanas.
La reina del gallinero:
Le pusieron chiringuito,
le montaron un pisito,
¡y a menear el trasero!
No la metieron en una cadena de producción ¿huevil? (es que no cabe ni oval, que aludiría a la cadena donde permanece grapada, ni ovípora que atañe a su origen, a su modo de venir al mundo, tampoco ovoide que se refiere a la forma de la puesta, ni huevera, que nombra a la que los vende, al lugar donde se guardan, donde se colocan los pasados por agua o, escatológicamente, al sostén de los testículos y a todo el aparataje paquetudo general; y menos ovetense, porque me forrarían a hostias los conciudadanos). Pero sigue sin poner un pijo.
Reina del gallinaio |
La colocan de caporala de una pandilla de lechuguinas, en la foto Pánfilas Albinas, para que les enseñe mañas, porque el granjero no las quiere ni para carne. A pesar de su aspecto saludable y elegante es un ave correuda en la mesa que no se come ni el lumpemproletariat.
Cuando ya no sirven se las echan vivas a los berracos porque hay una bárbara creencia popular entre porqueros que dice que favorece la producción de testiculina en los gorrinos (¿o era testosterona en los dueños?). Cuidado que la de porquerizo en una profesión tan digna como cualquier otra y no de las más guarras, ¿que me decís de los ladrones y asesinos con licencia estatal para robar y matar?.
En el gallinero tienen proporcionalmente más metros cuadrados que cualquier currito medio. Salen por la gatera a un espacio abierto, grande y soleado, con hierba donde picotear aunque, con poco pico ahora, suelen pasar el día a la sombra del gallinero tragando pienso.
Como es un ganao boquiabierto, si se me permite, y curiosón sólo pasa por el agujero cuando quiere chafardear o lucirse delante del gallito de turno. Lo que sobran son gallos. Y gansos.
Las más jóvenes de las Palurdas -y de las Pappanattas cuando les toca, que se alternan en la dacha- abandonan el kotopulás, este corral de comedias, al cabo de un tiempo y regresan a sus antiguos lupanares capitalinos.
Entonces llega el momento de los retoques estéticos, patas de gallo y manicura, estrenar pico, quitar enjundias de las zancas, retocar la cresta, estirar la papada, repicar la rabadilla, etc.
La rival |
Pero siempre tienen competencia, incluso en un gallinero hecho a su medida. La Pappalurda Nigra, es una raza de gallina que ya nació vieja, más parecida a una Pularda desplumada y despeinada que a las de su propia especie, hibridación de Palurda y Pappanatta.
Ésta donde pone el ojo pone el huevo. Ya se lo coló muchas veces a las dos especies con las que convive normalmente.
Las Pánfilas Albinas las temen porque no sólo les cuela sus huevos y cascan los propios, además colocan piedras redondas en su lugar y ¡lo cojonudo es que intentan incubarlas!. La tontuna de estos bichos te deja espatarrao.
Está aquí de paso aunque tenga cara de veterana, ya digo que parecen ancianas desde que mamam. ¿Maman?. No, pero como si mamaran. Es lo que hacen toda su vida. Ya se las arreglará para buscar un gallinero mejor con palos más altos donde subirse a dormir y cagar a las de abajo. Es una trepadora nata, nada que ver con el Treparriscos por más que éste lo lleve en el nombre.
La Palurda de arriba, en la primera fotografía, me miraba todavía con cierta complacencia, señora y segura de sí misma, pero una Pappalurda, y si es Nigra más, siempre trama algo, sospecha algo, y siempre te mirará con una mezcla de asco, desprecio y miedo, sí miedo, porque en el fondo como todos los traidores es una cobardica.
Teme quizá que yo, a quien no conoce, llegue con otras intenciones que no sean el ascenso de su estatus, me huele, vengo de la pocilga del berraco...
Salud.
Korvus Korax, Ο Μάυρος , El Negro.
P.D. Una banda sonora para la foto de hoy de Giannis "Apodromos" en Sutterchance. De Yorgos Batis, ο Μπάτις, un rebetis de los genuinos.
Mi barka recién pintada, Βάρκα μου μπογιατισμένη.
http://www.youtube.com/watch?v=LB6wned5ZBw&feature=related.
Besos.
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