Castrillo de los Polvazares. León 2012. |
El caso es que pensaba que tenía más y me sobrarían, pero he tenido que echar mano de alguna foto de años atrás, con un archivo muy muy escaso, o de otros lugares distintos a San Justo que era el pueblo donde tomé las imágenes en aquellas series. Incluso el motivo de la última de hoy es más una gracieta que una puerta. Era por rellenar, porque las otras 8 de la serie son más antiguas o guardan el estilo del tapial, que también aparecerá, naturalmente, de los capítulos que las preceden en esta etiqueta de Arquitectura (para legos como yo).
De las que sí tengo bastantes es de portones, portalones o puertas carretales, que cualquier denominación nos sirve. Las hay de San Justo y de Castrillo. Pero para ellas reservaré otras tres entradas. Y algunas más para las también anunciadas ventanas, más adelante.
Son motivos ya viejos y comunes pero que nos siguen alegrando la vista. Por todos los locales de Maragatería, hoteles, restaurantes, bares, etc., hay colgados unos posters con fotografías de puertas de la comarca, no conozco al autor pero es una delicia pararse a contemplar la variedad de colorido dentro de unas líneas clásicas con menos variaciones en la forma de unas a otras, pero con algo distintivo que las singulariza y les da personalidad.
Tenía en el archivo una mala réplica de ese cartel que no era el objetivo a fotografiar, si pudiera arreglarla algo y estuviera presentable la subía también.
En Maragatería, como en el caso de la imagen superior, al contrario que en la Vega y otras zonas que rodean Astorga, ya he dicho que hay más piedra que tapia sin que falte ésta. En un capítulo posterior veremos un caso, también de Castrillo, donde se convinaron las dos modalidades
The Doors.Waiting For The Sun.
San Justo de la Vega. 2011. |
Este primer capítulo será meramente informativo, en los dos siguientes espero reservar también un espacio para la fantasía, si se me alcanza.
Otro asunto que quedaba pendiente de varias visitas, a Leandro, el maestro de obras que me aleccionó un poco en aquella aventura del barro, o a la kurruca blasensis que me llevará al huerto de los adobes para fotografiar una gran pared de Morales, otro tema, insisto, es ése: los adobes, que no quedaron bien rematados.
Y la tercera visita debería ser el palomar de mi pueblo que aún queda en pie, según le prometí a Valentín y a mí mismo. Por cierto, Valen, aún no encontré el clásico que me recomendaste pero también es verdad que me ofrecieron pedirlo a otra biblioteca pública ¡porque no lo tienen en la capitás! y lo rechacé de momento. Soy un poco tirofijo y ahora tengo poco tiempo, si me hacen volver lo dejo para mejor ocasión. Pero caerá.
Aguardo hoy la llegada del mi Dimitraki, el monje que hacía la Filokalia en Karoúlia (Áthos), la frikalea Karoúlia, horrible Karúlia donde ha estado penando el pobre diablo más de seis meses. Y hablo en pasado porque últimamente bajó un poco de las alturas al llano, muy elevado en cualquier caso, donde ya no se ve obligado a seguir aquellos ayunos inhumanos de los ejercicios hesikásticos, mirándose el ombligo con un par de almendras por todo sustento diario, ¡cómo no va a alucinar el prubin! Y me lo tenían desnutrido, claro, en los puritos huesos, mi alma!
Esta serie era también una manera de salir al paso del tiempo que me falta. Preparar las fotos que voy a poner ya me da un motivo para charlar sobre ellas y me descarga de temas donde, o bien necesito emplearme más a fondo para ceñirme a datos fijos, que precisamente por eso son un poco más aburridos, como por ejemplo los capítulos sobre música o literatura, o bien me invento una historia, que es algo más divertido pero también lleva su tiempo y la obligación de contar lo ya pensado no siempre es tan agradable como dicen algunos.
Castillejo de Robledo, Soria 2007. |
Sólo se me ocurre a mí poner esta foto de Covarrubias, con lo guapo que es el pueblo, ¿pero no encontraste algo mejor, hombre? Ye lo que hay, las demás se repetían y están en todas las postales turísticas. Acaba de sacarme del error la mi morena, no es Covarrubias sino Castillejo de Robledo, en Soria, ¡acabáramos!
La divagación es verdad que en ocasiones me aboca a lugares sin salida, pero es más ligera y suelo resolverla sin tanto esfuerzo en menos tiempo si, como en este caso, ya cuento con un guión previo que me dan las fotos. Y hoy todavía ha sido más fácil porque sólo quería hablar de la planificación, y está hecho.
Mañana es posible que pueda contaros algo sobre el mi Dimitraki, acaba de aterrizar directamente en el salón por la puerta trasera en su, de momento, último volido místico
The Doors. Break on through (to the other side)
Salud.
Ramiro.
Me gustan las puertas.A lo mejor te envío alguna.El texto ya se lo pones tú.
ResponderEliminarBuenos dis. Vale. Todo sea que no sepa pasarlas pero tú mándalas, ya me las apañaré.
ResponderEliminarBesos!