jueves, 19 de junio de 2014

Η Διδώ Σωτηρίου, Didó Sotiríou


Tierras de sangre,  Didó Sotiríu.
Cubierta, Marta Serrano.


Ματωμένα χώματα
Tierras de sangre


Buenos días. Tierras de sangre es mi novela más querida de toda la literatura griega moderna. Puesto que sabemos que las preferencias siempre tienen algo de caprichoso, en mi perfil sólo anoté dos libros, Campos de Castilla, de Antonio Machado, y Tierras de sangre, de Didó Sotiriu, Διδώ Σωτηρίου.

Si he tardado tanto tiempo en dedicarle algún capítulo es quizá porque me da hasta respeto, el respeto que produce el dolor, que es el motivo central de la historia. El sufrimiento de miles de personas, cientos de ellas con nombres y apellidos que Sotiriu anota religiosamente. Es una novela colectiva, pero donde cada actor, por humilde y escaso que sea su papel, tiene una identidad, no son seres anónimos, tienen cara, sentimientos, biografía...

La novela fue publicada en Grecia en 1962, y en España, por Narrativa del acantilado (2002), con traducción de César Montoliu.

Didó Sotiríu nació en Aydin (1909), a unos cien kilómetros en el interior de Anatolia, frente a la isla de Samos, como ya conté hablando de su sobrina Álki Zéi. Con ocho años, sus padres, arruinados, la enviaron con sus tíos a Atenas, donde se educó. Tras el desastre de Asia Menor, Η Μεγάλη Καταστροφή, I Megali Katastrofí, en 1922 sus padres tuvieron que abandonar Esmirna, donde se habían trasladado, y se instalaron en El Pireo. Otros datos biográficos imagino que irán apareciendo en el curso de esta redacción.

 Γ. Τσανάκας.  Μινόρε Μανες.  Σμύρνη 1909.

http://www.youtube.com/watch?v=QllMkGSeCm4

Para enmarcar la novela, nada mejor que copiar íntegro el prólogo de la propia Didó en la edición griega de 1962, que también incluye la castellana.

Hace cuarenta años que la población griega de Asia Menor fue expulsada de su ancestral morada. Ese destierro es uno de los capítulos más estremecedores de nuestra historia reciente.
Los que vivieron en medio de aquella convulsión van desapareciendo uno tras otro y con ellos desaparece su testimonio. La memoria popular se pierde o se embalsama en los archivos. "No esperes lágrimas del ojo del muerto", dice un proverbio de Asia Menor.
Me he dejado cautivar por la memoria de los vivos. He escuchado con amor y compasión sus corazones. En ellos tienen depositados sus recuerdos como si fueran ramos y coronas pascuales en un iconostasio.
Detrás de Manolis Axiotis, el principal narrador del libro, se esconde un campesino de Asia Menor que conoció los batallones de trabajo entre 1914 y 1918, que más tarde vistió el uniforme griego, que vivió el Desastre de 1922, sufrió cautiverio y conoció la cruda vida de un refugiado para luego pasarse cuarenta años de estibador y sindicalista, además de haber combatido en la resistencia contra la ocupación alemana.
Ya jubilado, vino a verme un día para entregarme un cuaderno con sus recuerdos. Se había sentado pacientemente a escribir con sus pocas letras todo lo que habían visto sus ojos durante más de sesenta años.
De testigos presenciales así obtuve el material que necesitaba para escribir esta novela y ello con el único propósito de recrear un mundo que se ha perdido para siempre. Para que los viejos no olviden. Para que los jóvenes se formen una opinión certera.

Γιάγκος  Ψαμαθιανός.   Σμυρνέικος  Μανες.   Amanés de Esmirna. Πόλη, 1910.

http://www.youtube.com/watch?NR=1&v=hbhmcEsOMAU&feature=endscreen


Narguilé, pipa de agua.
Rodas, 2013.

La novela está estructurada en cuatro partes Vida pacífica, Amelé Taburú, Llegan los griegos y El desastre, en 18 capítulos y 325 páginas. Más el prólogo citado con el que se abre la historia. Son muchas las citas que tenía apuntadas, no sé si me bastará con dos entradas.


Vida pacífica.

Cap. I.
- "... se comía un par de aceitunas, escupía el hueso y varias maldiciones para conjurar la mala suerte"
- "Oiga, madre, 'pa' ya sé lo que quiere decir, pero 'ternoster' no lo acabo de entender"
- "También había bulla y jolgorio en el pueblo el día de San Juan Teólogo. Era la fiesta de la hombría." (20)
- Kirkika, el pueblo. "Bajo los árboles se bailaban karsilamases, jasápikos y zeybékikos" (Pág. 20)
- "Cerca del pueblo estaban las famosas ruinas de Éfeso, que, a decir verdad, nos traían bastante sin cuidado" (21)
- El maestro en Éfeso. "De cualquier piedra que levantaras te endilgaba una historia. Con los ojos y los oídos abiertos de par en par, yo sorbía todo aquello,que era la primera vez que oía, y me lo aprendí de memoria como el paternóster" (22)
- Los kirlies (aparceros de Konya). "Trabajaban tan duro como un tractor de hoy en día"
- " 'Y llegará el final de los tiempos... Y resucitará el Rey de mármol', nos arengaban los popes, y todavía ardíamos más en deseos de unirnos a Grecia." (24). El Rey de mármol es el último emperador de Bizancio, que perdió la Poli, Constantino Paleologo.

Cap. II.
- "Pero el amor no se puede disimular, es como la riqueza o como la tos, y aquello se acabó sabiendo." (36). Cita que me recordó otra de Atenaio: "Las dos únicas cosas que no pueden ocultarse son el amor y la tos."
Deli: prefijo turco de muchos apellidos griegos, significa 'loco'.
Hay docenas de nombres de pueblos greco-turcos y turcos, muchísimas expresiones en turco, nombres propios, etc.
Μαρικα Παπαγκικα.  Σμυρνέικο Μινόρε. 1919.

http://www.youtube.com/watch?v=hJBpjM9U1Ms

Cap. III.
- "Corría el mes de septiembre de 1910 cuando bajé por primera vez a Esmirna". (40)
Y mención a gran número de músicos y cantantes de la época, prácticamente desconocidos porque no existen registros discográficos de sus canciones, por ejemplo: "Katina, la cantante ciega, Mehmetaki, violinista turco, Yovanakis, mago del salterio." (54).
- "Pero la canción que encandiló a Süleiman Pachá, la cantó y la hizo suya toda Esmirna: Ay, Memó/ Dulce Memó/ Linda Memó...." (58). Se refiere al cantante Ogdondakis, llamado 'El ruiseñor de Oriente'. Había más de uno con ese mismo sobrenombre.

Cap. IV.
- "Con las Capitulaciones se hacen de oro, hijo mío. Esas sanguijuelas de europeos le están chupando la sangre a Turquía.". Nota al pie: Capitulaciones, "tratados que regulaban las prerrogativas de los extranjeros en el imperio otomano." (62) 
- Los Jóvenes Turcos. "Makedonya bizim! (¡Macedonia es nuestra!)..." (63)
- "Padre, ¿sabes quién ha puesto esa maldita octavilla en circulación por todo Oriente? [...]: ¡el Deutsche Palästinien Bank! Sí, señor, el Banco Alemán de Palestina. ¿Te das cuenta ahora?." (64). En esas octavillas se incitaba a la población turca al odio étnico y religioso, intentando sacar provecho económico del río revuelto.
-"No vendas espejos en el barrio de los ciegos, decía un sabio mendigo turco del que aprendí mucho bueno." (69)
- Mención a los Zeybekos, y en nota al pie: "Miembros de un cuerpo militar turco compuesto por griegos islamizados de Asia menor." (63). Estaban instalados en Estambul y el zeibékiko, un baile ritual, procede de ellos.

Ζεϊμπέκικο της Σμύρνης.  Zeibékiko de Esmirna.

http://www.youtube.com/watch?v=Ykbll7EA1vs

Foto (alterada), Marta Serrano. Detalle de la cubierta.

En efecto, es demasiado el material que tengo. Voy a dividir el trabajo en tres entradas para no alargarlas excesivamente. Empezaremos de ese modo la siguiente con el Amelé Taburú, los Batallones de Trabajo, que dan título al segundo capítulo general de la novela.

Ρόζα Εσκενάζυ.  Ο Τσακιτζής.

http://www.youtube.com/watch?v=O37Mhu2tbZw

Salud y buenas lecturas.

Ramiro Rodríguez Prada

P. D. La novela  Ματωμένα χώματαTierras de sangre, de Didó Sotiríu, la editó en Barcelona Narrativa del acantilado, en noviembre de 2002, traducida por César Montoliu, que recibió el premio Antonio Tovar de traducción (2001), de la Asociación Hispano-Helénica. Cubierta de Marta Serrano. Vale.

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