Tsípuro de Tirnavos. |
Θανάσης Παπακωνσταντίνου
Ο ελάχιστος εαυτός
Buenos días. Os traigo hoy a un músico de una generación más joven que la de la mayoría sobre los que he escrito en esta etiqueta. Se trata de Zanásis Papakonstantinu, nacido en 1.959 en Tyrnavos.
Cada vez que me enfrento a un nuevo capítulo de Música griega, me doy cuenta de la amplitud de ese enunciado y se me viene Grecia entera encima. ¿Cuántos años debería vivir para tratar, siquiera superficialmente, los pocos músicos que he escuchado y me gustan? Esta lentitud del trabajo y la escritura me exaspera.
A Zanásis lo he ido retrasando por distintas razones, entre otras por la poca información de que disponía, a pesar de tener ya casi medio centenar de canciones almacenadas y de ser uno de los que más he escuchado los últimos años. La información ahora sigue siendo escasa.
Abro este repaso completo a un disco suyo, con la canción que lo inicia, preciosa, delicadísima, donde el músico apenas hace uso de la voz, pero con una instrumentación de lujo, jasística y clásica, ese piano líquido, esa trompeta sonando como una llamada que se repetirá en el última tema del trabajo, también con toques de jazz, casi como un recuerdo...
Por no bajar fotografías ajenas o subir alguna de la pésimas mías tomadas de la pantalla del ordenador, he decidido colgar dos del Tsípuro de Tirnavos, destilado muy parecido a nuestro aguardiente, famoso en todo el país y del que ya hablé aquí en Lo que se comió... , en honor a la tierra de nacimiento de Papakonstantinu.
Tyrnavos es tierra de mirmidones, de hormigas, μυρμήγκια, mirminguia, como me recordaba Ana Capsir no hace mucho, el gentilicio de Aquiles y sus compañeros, habitantes del reino de Peleo, el padre del héroe homérico. Está situado en el centro de la Grecia continental, en la Esterea Elada, pero junto a Lárisa, más cerca de la costa Egea y las Termópilas, que del Jónico.
La región, en las estribaciones meridionales de la cordillera del Olympo (2.920 m.), esta rodeada de montañas bravas, como deben ser los hombres que las habitan, a juzgar por la fiereza de su licor tradicional.
No es que Zanásis recuerde nada violento, ¿verdad?, todo lo contrario, puede resultar casi siempre melancólico y hasta depresivo. Un músico fino y delicado, amante de las melodías tristes y nostálgicas, dulces en general, aunque ni las letras de sus canciones ni sus composiciones musicales tengan nada de ñoñas, se trata de un músico arriesgado que deja mucho espacio al experimentalismo, a la sorpresa y hasta a la ruptura.
Siempre con un gusto exquisito, es otro trovador moderno, un poeta de la música.Ya lo iremos escuchando a lo largo del capítulo.
La dureza de su tierra y del tsípuro se le pegó a Papakonstantinu por otra vía diferente a la del montañismo o el alcoholismo.
En lugar de hablar de su vida y obra, y puesto que me faltan datos, he preferido traer a este primer capítulo más música que palabras. Escucharemos completo el último disco de Zanásis, Ο ελάχιστος εαυτός, ¿El ser mínimo?, del 2011. La anterior canción es la que da título al CD.
Θανασης Παπακωνσταντινου. Φωτης Σιωτας. Ποιος Θα Με Θυμαται.
Pero no todos los temas son igual de lánguidos, hay varios más rockeros, como el anterior, donde canta Fotis Siotas. En el disco colaboran varios artistas.
Porque Zanásis, al fin y al cabo, también es de la generación del rockanroll, y aunque su música beba de la tradición, ha formado parte de la escena tesalonicense. Estudió ingeniería mecánica y grabó en el estudio de Nikos Papázoglu en Salónica, un lugar por donde pasaron la mayoría de los músicos que tenían algo que decir en Grecia desde los años ochenta, todos influenciados tanto por la tradición, como por la ruptura rockera de los sesenta y los setenta, esa otra forma, moderna, de la música popular.
Su primer trabajo discográfico, producido por Papásoglu, Αγία Νοσταλγία, Santa Nostalgia, es de 1993.
He querido respetar el orden de las canciones tal como aparecen en el disco porque tengo las doce que lo componen.
No puedo evitar recordar a Nikolas Ásimos cuando escucho esta canción, la escupidera de Bakunin..., aunque, mucho más elaborada, no tenga que ver con las de Nikos. Quizá la voz, como un mantra, la sencillez, o el soniquete de recitador callejero, la música tristona y al tiempo algo volandera, con esos sonidos de acordeón, la poesía amarga, otra vez música de la calle.
El disco del que tratamos hoy, Ο ελάχιστος εαυτός, (2011), tiene doce canciones. Los cuatro temas más rockeros, y también los que menos me gustan, tengo que decirlo, están interpretados por otras voces, Fotis Siotas y Orfeas Peridis. Aunque el estilo remita a una música más dura, para mí son composiciones más ligeras y convencionales, menos interesantes musicalmente hablando.
Porque Zanásis, al fin y al cabo, también es de la generación del rockanroll, y aunque su música beba de la tradición, ha formado parte de la escena tesalonicense. Estudió ingeniería mecánica y grabó en el estudio de Nikos Papázoglu en Salónica, un lugar por donde pasaron la mayoría de los músicos que tenían algo que decir en Grecia desde los años ochenta, todos influenciados tanto por la tradición, como por la ruptura rockera de los sesenta y los setenta, esa otra forma, moderna, de la música popular.
Su primer trabajo discográfico, producido por Papásoglu, Αγία Νοσταλγία, Santa Nostalgia, es de 1993.
He querido respetar el orden de las canciones tal como aparecen en el disco porque tengo las doce que lo componen.
No puedo evitar recordar a Nikolas Ásimos cuando escucho esta canción, la escupidera de Bakunin..., aunque, mucho más elaborada, no tenga que ver con las de Nikos. Quizá la voz, como un mantra, la sencillez, o el soniquete de recitador callejero, la música tristona y al tiempo algo volandera, con esos sonidos de acordeón, la poesía amarga, otra vez música de la calle.
El disco del que tratamos hoy, Ο ελάχιστος εαυτός, (2011), tiene doce canciones. Los cuatro temas más rockeros, y también los que menos me gustan, tengo que decirlo, están interpretados por otras voces, Fotis Siotas y Orfeas Peridis. Aunque el estilo remita a una música más dura, para mí son composiciones más ligeras y convencionales, menos interesantes musicalmente hablando.
Θανάσης Παπακωνσταντίνου, Ορφέας Περίδης. Ανταρκτική.
ΤΣΊΠΟΥΡΟ ΤΥΡΝΑΒΟΥ. ΧΩΡΙΣ ΓΛΥΚΑΝΙΣΟ. Tsípuro de Tirnavos. Sin anís. Κατσαρος Κ. Νικολαος. |
Aún así la segunda de Peridis, Omijli, Niebla, es otra de esas canciones preciosas que se adapta muy bien a la voz emotiva y aterciopelada de Peridis, la voz griega más parecida a nuestro Amancio Prada, pienso; es del tipo de temas que más me gustan de Papakonstantinu, y del propio Orfeas.
Y la segunda de Siotas, la que sigue, está a medio camino entre el estilo característico de Zanasis y el rock.
Los títulos de los temas son:
Loco-Motivo, Ο ελάχιστος εαυτός, Ποιος Θα Με Θυμαται, San Michele, Ανταρκτική, Σαν παιδι, Του ερώτα και του θανάτου, Ομιχλη, Ερωτηση Κρισεως, Σιμούν, Φέγγαρος, Τα τραγούδια που έγραψα.
Y el título del poema de María Mutsáki, Del amor y la muerte, es de ésos a los que no hace falta añadir ningún comentario.
Μαρία Μουτσάκη, letra. Θανάσης Παπακωνσταντίνου, música.
Του ερώτα και του θανάτου.
https://www.youtube.com/watch?v=pXhP6H7Kq_8
Του ερώτα και του θανάτου.
https://www.youtube.com/watch?v=pXhP6H7Kq_8
Recuerdo y me gusta especialmente Fairuz, que escuché la primera vez en la voz de Kaná, preciosa canción que ya he subido al blog un par de veces. De Zanasis he puesto varios temas además de ése, hay grabaciones en directo muy buenas, con su laúd o una especie de boulgarí con aspecto aún más oriental, a través de los que consigue sonidos más graves y elegantes que los comunes del buzuki, dentro de esquemas que recuerdan la música religiosa y bizantina.
Creo que Zanásis tuvo también su taller de construcción de instrumentos tradicionales griegos, como los cretenses de Laberinto pero más modesto. No me extrañaría que así fuera, dadas sus preferencias por los sonidos dulces del Oriente, su buen gusto y su condición de griego levantino, aunque no asiático, criado en el caldo musical tesalonicense
Θανάσης Παπακωνσταντίνου. Ορφέας Περίδης. Ομιχλη. Niebla.
https://www.youtube.com/watch?v=IW4nCvQb_vw
https://www.youtube.com/watch?v=IW4nCvQb_vw
Muchos de los comienzos de sus canciones son sorpresivos, como sus originales adornos tímbricos, que van desde la psicodelia a la música descriptiva, pasando por el sinfonismo, la música clasica o el jazz.
El me cago en el fascismo, que canta en el tema siguiente, el mensaje, o la interpretación y la sencillez, de nuevo me remiten a Ásimos, y perdón por la reiteración ya que no puedo explicar como quisiera esta relación que a mí me parece sin embargo evidente. Hay desde luego humor en este tema, al que tan aficionado era también Nikolas, crítica política y hasta charanga callejera, lugares comunes de Ásimos.
Y en la voz grave algún eco también de Málamas, más evidente en otras canciones. Pero sigue siendo el Zanásis Papakonstantinu próximo, que nos canta al oído.
Intimista y tierno sí, pero sin conformismos, ni en sus textos, en sus melodías, en la rica instrumentación pero sin mucho aparataje, ni en los arreglos. Preciosas canciones. Las tres últimas son de las suyas al completo.
La trompeta de la Curruca versicolor. Llanera. Astutias 2013. |
Cuenta con una docena de discos personales en su haber, algunos al alimón con los músicos ya citados. Con Melina Kaná y Sokratis Málamas, Στην Ανδρομέδα και στη γη, su segundo registro, en el 95, y con Melina otra vez al año siguiente, Της Αγάπης Γερακάρης.
En 1.998 de nuevo con Kaná, y acompañados por Ashgabat, grupo de Turkmenistán, Λάφυρα. O como en este Ο ελάχιστος εαυτός, que escuchamos hoy, su último disco que yo sepa, de 2011, donde intervienen Siotas y Peridis.
Hablé antes de Fairuz, una canción de Zanásis Papakonstantinu que dio a conocer Melina Kaná y que me gusta mucho. Pero con ella tiene otras muy guapas y conocidas, Milo gia sena, Ta lafira tis nijtas, o Alexandra. O con Sokrátis Málamas, Faltsos Jrismos, Na rotas...
Esto se acaba. ¿Qué añadir? Está casado y tiene dos hijos. Vive en Lárisa..., pero sobre todo tenemos su música. Leí que algunos de sus temas más tradicionales, le vienen de escuchar las canciones que cantaban sus padres, agricultores. Ahí lo dejo.
Extraordinarios temas, como los dos últimos de este CD de hoy, donde siempre nos aguardan las sorpresas, brillantes, originales, tal como nos tiene acostumbrados, en su instrumentación, en la ejecución, donde se mezclan el jazz, la música repetitiva de la Nueva Era, el Minimal, la clásica o los aires melancólicos orientales. ¡Una delicia musical, vamos!
La última canción, muy experimental, es de las más potentes, y a mí es en ésta donde su voz me recuerda más que en otras la preciosa voz de Málamas. ¡Ay, esa trompeta, curruca!...
Salud y buena música
Barbarómiros
Precioso el trabajo de Zanásis, lo tengo desde un largo rato de fondo mientras trabajo y llueve. Cuando escucho música griega de la que sugieres me hace viajar en el tiempo a la casita de la Marea tomando café griego con vosotros.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte.
Ayer volví a casa del Hospital, a ver si te llamo hoy.
EliminarBesos!
ramiro
Hola Ramiro!
ResponderEliminarEs increible la universalidad de la música...y lo que pueden llegar a transmitir canciones en una lengua,para mi,totalmente imposible de leer ni entender...pero capaz de despertar un monton de sensaciones y sentimientos al escucharlas.
Soy Rubén, hijo de Luis Manuel...tu antiguo camarada de habitación.
Me consta que ,aunque estuvo acompañado por nosotros en todo momento hasta el ultimo dia,echó de menos tu compañia...y sin duda,en el lugar que se encuentre ahora te estará agradecido por tu ayuda,tu compañia y todo el apoyo que le diste.
Un fuerte abrazo Ramiro!
Me emocioné cuando leí tu comentario, Rubén, no pude evitarlo. Hemos hablado con tu madre y sabemos el triste desenlace, ¿qué puedo decirte?, no hay palabras posibles, sólo pensar en dejar de sufrir, que ya es mucho. Por Elena, que ha seguido interesándose por mi salud, hemos enviado recuerdos para ti, y a ver si la vemos un día cuando me recupere un poco. Mis noticias no son tampoco buenas pero sigo con humor y ganas de pelear por la vida. Ayer volví a casa después del último ingreso, por eso he tardado tanto en contestarte, aquí estoy mucho mejor.
EliminarGracias y muchos besos!
Ramiro