Acuarela y restos sobre cartulina. Oviedo 2003. Ramiro Rodríguez Prada. |
I gitoniés tou fegarioú, Los barrios de la luna, se abre con I mikrí Raloú, La pequeña Ralú, preciosa canción con letra de Nikos Gátsos, el autor griego que tradujo Bodas de sangre y tal vez el que mayor número de poemas suyos ha visto musicados en Grecia, todos los que conozco extraordinarios, y al que citaremos repetidamente aquí y en otros lugares.
De la canción existen muchas versiones, también populares, pero Fléry Dandonaki la engrandece aquí, con un tratamiento lírico y un acompañamiento musical de lujo. Está soberbia en todos los casos, también con versos de otros poetas como Solómos o Kampanélis, pero las de Gatsos son pequeñas joyas, preciosas, delicadísimas. Como Ítan kamari tis avyís, sobre las Bodas de sangre del granaíno, donde Hatzidákis se nos muestra en una de sus composiciones de mayor sensibilidad musical y poética.
La última grabación es un syrto instrumental, que sería como el syrtaki de Manos, la más cretense pero floja del disco.
Pero viene precedida por Stou Diyéni ta Kastra, En las fortalezas de Deyenis, con Manos otra vez al piano y letra de Gatsos que, sin dejar de ser una canción, tiene una solemnidad y un empaque operísticos, otra vez heróicos y épicos, apropidos al texto que recrea, el Digenís Akritas, paralelo a los occidentales, La chançon de Roland o El cantar del Mío Cid, que habla de las fronteras bizantinas del este, Mesopotamia. Di-genis, las dos culturas enfrentadas y condenadas, destinadas a entenderse y mezclar sus genes. (Habrá una 4ª entrega, más corta).
Yásas!
Barbarómiros.
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