domingo, 22 de enero de 2012

Sombras -2



El canalón proletario

Este es el canalón y su sombra que me prestaban en la fotografía de una fachada en Chimeneas, donde mencioné al rey de los canalones en Shutterchance, Chad Doveton. Estos días de atrás ví unas fotos que le hizo un colega suyo inglés, Richard Trim (trimage), buenos retratos pero en la onda del Fotomatón, poniendo caras.
A propósito, tenía una muy guapa Richard de canalones turquesa en una fachada de ladrillo, la del día 20, ¡el no vas más del canalón!

Digo que yo soy soy un guaje pero éstos, que no son más jóvenes que yo, lo parecen también muchas veces, juegan y se divierten sin abusar demasiado de la bitola artística, ¡dichosos ellos y el humor inglés, cualquier humor que nos permita sonreír!

Escribí un primer capítulo titulado Shutterchance conection y prometí el segundo después de que pasara un tiempo que me permitiera seguir las imágenes de los ya conocidos y de algunos otros, porque la reserva es mucha y el tiempo escaso.
Ya estaría en condiciones de hablar de varios fotógrafos y de hecho he mencionado esporádicamente a alguno de ellos, Philine, Larry Bliss, Janina o MacADNsky y dedicado entradas a otros, como Anniedog o Belén Lozano (crecer), y por supuesto a Giannis Tzakós (apodromos) y Andrés Edo (aedotor), que me gustan y ante todo son amigos.

Debo dar todavía un repaso final detallando un poco las fotografías porque hay tantas que me superan y tendré que seleccionar autores, como la otra vez, lógico. Alguno se me escapará, como me pasó con Nostalgia, que además era de los primeros que había empezado a seguir. No tiene mayor importancia.

De todos modos la elección será de nuevo cuestión de interés personal más que de jerarquía artística. Y no hay prisa, sigá sigá, poco a poco.

Como véis continúo con el Metablog, adelantando un poco de lo que tengo en perspectiva. Es como la sombra del aro, un correlato.
Mencioné ayer la serie Sol y sombra. Tengo una tercera aún sin concretar. Quiero que ambas precedan a las anunciadas en Murias, las Tapias, porque en ellas hay ya imágenes de tapiales que enlazarán mejor con las siguientes entradas previstas.


León, diciembre 2011

Y finalmente dispongo de otras dos tiras, puertas y ventanas. Se andará, espero.

Toda esta pequeña colección de imágenes en serie que he colocado y las que anuncio son del pueblo leonés de San Justo de la Vega, algunas del mes de noviembre y la mayoría de finales de diciembre del 2011, ya en invierno. Con heladas pero con sol y cielo azul. Tuvimos suerte.

Soy consciente de que para seguir este guión tendré que dejar en el relativo abandono en que se encuentran etiquetas como las Currucas pardas, las Gallinas siracusanas o la Música griega  y española. Estas últimas me molestan menos porque casi a diario pongo música en las entradas.

El caso de los Zombis geniales es diferente ya que depende sólo y exclusivamente del capricho de los mismos. Don Ramón desapareció en el aniversario de su fallecimiento, el 5 de enero, y no ha vuelto a dar señales de ¿vida, muerte?.
De Paco Gila y de don Vicente Van no sé nada desde hace meses.

Había pensado incluir entre los Zombis al Inmortal Dimitrios, el monje hesicasta que hace la Filokalia en Áthos, en el chabolo de la horrible Karúlia, Η φρικαλέα Καρούλια, pero enseguida lo descarté: se trata de un ser vivo no de un difunto.
Seguiré hablando de él en Perdío y otras etiquetas.

Por otra parte supongo que no me resignaré a no meter alguna morcilla entre los chorizos (ya la metí hoy) o, dicho de otro modo, a relajar un poco, es un decir, entre ristra y ristra, con alguna guindilla picante, aunque no venga a cuento con las sombras y demás seriales fotográficos.

La otra cosa que me ha tenido preocupado es el comentario del Capi del "total desacuerdo". Aunque en Reflexionando quería agarrar al toro por los cuehnnos pensando en voz alta, no quedé conforme, no estuve lúcido ni fino. He seguido rumiándolo. Pero continúo confuso y torpón como un buey.

Pensé en dos entradas donde algunas personas pudieron sentirse molestas. Yo había sopesado las palabras sin embargo, como hago siempre, y reconociendo la dureza y la dificil digestión de lo escrito creo que, sin que suene a disculpa que de cualquier forma pido a quien se sintiera herido, entra de lleno en el estilo escatológico al que también me debo y ha de ser leído y entendido en ese contexto.
No creo en ello pero no soy un antidiós y tampoco matacuras.

San Justo de la Vega, invierno 2011

Una entrada era Villancico del día 30 del mes pasado y el dios al que me refiero es el dinero no Jesucristo o Alá. Esas creencias las respeto cuando no las acompaña el fanatismo de imponerlas a los demás. Bien es verdad que los villancicos se nos imponen a los no creyentes pero eso también es entendible, leve y diculpable. Sobre todo por los comerciantes que alimentan el guirigay para su negocio.

Así pues no era una diatriba contra el candoroso y bello coro infantil del Gloria a Dios en las Alturas.
Los ripios eran malos a rabiar, un exhabrupto, lo asumo, pero no había insulto a las creencias o a las personas. Y así soy también.

La otra era la del 26 de diciembre, Sto jorió mu, En mi pueblo. El día más frío de los que pasé en León, cayó una buena helada. Un poco rabiao por el hombro, tampoco estuve muy fino ahí, me cisqué en los dioses chungos que inventamos. Que los inventamos no creo que admita discusión, la calificación moral de los respectivos mitos que la ponga cada fiel, pero yo prefiero los buenos, comprensivos y consentidores si quieres, que no me castiguen.

Me extraña no obstante que sea en esto donde tengamos el desacuerdo, pero lo comprendería, es una cuestión de límites que no es fácil calibrar en un estilo que no debe ser complaciente dado el género que representa y los temas que trata.

No soy partidario del abuso de la blasfemia, el taco o el insulto, pero tampoco firmaría por su abolición o desaparición, es parte del lenguaje más expresivo y se queda casi siempre en pura interjección, pocas veces escuché una blasfemia cuyo destinatario fuera el Divino Verbo realmente. Un uso escaso y responsable no lo juzgo inoportuno. Pero contra el enemigo ruin.

Ya trato de no abusar.
¡Cuando me los pillo
con la tapa del piano
yo no lo puedo evitar!.

Y a los que aquí insultamos están disfrazados de gallinas, de cerdos, de chorizos culares, son ruinos de verdad, con nombres ficticios aunque reconocibles, porque es parte inseparable de la sátira más ácida arraigada en esta piel de toro y en mis genes, no genitales.

Todavía no me quedo tranquilo y seguiré buscando. Pero que conste que no puedo sino mantenerme siempre alerta, es parte del oficio, porque las palabras son como liebres, corren que se las pelan y luego ¡agárralas por el rabo! (para quien lo desconozca, en León les llamamos rabonas, sin rabo). Y a veces como balas, aún más rápidas que las leporinas, nada tímidas y mucho más dañinas. Por eso no me avergüeza tampoco pedir perdón.
Las ideas todavía son más difíciles de domeñar porque, entre otras cosas, están compuestas de un montón de palabras, Dèu meu, salut y força!..

Duodeno Band, un descubrimiento a través de Geotropía, nos cantan, en El Canchal de la Gallina en Hervás con una guitarra blusera potente, La hormigonera asesina y Palindromofobia.

Salud, Υγεία!

Barbarómiros. 

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