Buenas. Así que habíamos cortado el relato coincidiendo con la ruptura de Camarón con Paco de Lucía y su familia en el 77, el año sabático que se tomó el de La Isla y la inminente aparición de La leyenda del tiempo (1979), el mítico décimo álbum del Camarón.
El disco traía en portada una foto en blanco y negro del perfil de un Camarón distinto, maduro ya y en plenitud como la propia grabación, con barba y un cigarro en la boca, dispuesto a revolucionar el flamenco.
Y así fue. Este disco, que lo esperaron con ansiedad sus ya numerosos seguidores después del año de inactividad, supuso una auténtica conmoción entre los aficionados, para bien de la mayoría y para mal de algunos superpuros, como de costumbre.
Federico García Lorca. Ricardo Pachón. Camarón. La leyenda del tiempo.
En La leyenda... colaboró gente tan diversa como Tomatito, que sustituía a Paco en la guitarra solista, Raimundo Amador con el bajo o la segunda guitarra, aportando otro toque gitano, Alameda y Smash, en la parte rockera sureña, Jorge Pardo con la flauta uniendo jazz y flamenco, o un Kiko Veneno más raro que un San José de Arimatea catalán, que venía haciendo con los Amador una especie de flamenco punk pasao o rock&rumba&blues?..., no se cómo calificar aquel monstruoso y genial primer disco de Veneno con la placa de chocolate en la portada.
Poco que ver, en apariencia, con una canción que firma Kiko en este disco del Camarón, la ya eterna rumbita Volando voy. No la pongo porque está ya en el primer capítulo y en alguna otra entrada por ahí. Otra, con Pachón, es el Homenaje a Federico. Y la tercera, con letra de Omar Kayan, el poeta persa del S. XI, Viejo Mundo.
Un Tomatito casi desconocido por lo joven y lo mismo Raimundo, puro nervio y felicidad a la guitarra, en especial cuando tocaba para Camarón, en esta grabación en directo que empieza y acaba a lo bestia, pero que merece la pena.
Omar Kayan. Veneno. Viejo mundo. Bulerías.
Las letras eran otro lujo del disco. Hay cinco de Lorca, además de una adaptación de Pachón de La Tarara. Y otra de Fernando Villalón, Bahía de Cádiz.
Ricardo Pachón, que firma 8 de los 10 temas, con nuevas y claras ideas, fue el artífice de esta feliz confluencia de novedades, estilos y personalidades que es el disco. Junto a los ya mencionados, talentos como Gualberto, Rafael Marinelli, José Antonio Galicia, Manolo Rosa, Julio Roca, Rubén Dantas, Tito Duarte y Pepe Ébano...
En la última canción, a partir de la Nana del poeta granadino, y la intermediación del sitar, Camarón tiende la mano a sonidos orientales, como hicieran los Beatles con Ravi Sankar, pero no desde el exotismo y la moda orientalista hippie, sino desde sus propias raíces gitanas, desde su pertenencia a un pueblo que había emigrado varios siglos antes de la India, y desde el flamenco.
F. G. Lorca. Adap. musical R. Pachón. Sitar, Gualberto, piano R. Marinelli.
Cante, Camarón. Nana del caballo grande
Tras otro año de calma, en el 81 se produce el reencuentro con Paco de Lucía. Otra vez bajo la dirección de Pachón graban juntos Como el agua, con Tomate completando el triángulo. Aunque quedó un poco ensombrecido por la fantasía de La leyenda, fue un éxito y Camarón cosechaba aplausos y levantaba pasiones tanto del mundo del flamenco, como de otros públicos poco acostumbrados a los quejíos del cante.
Pepe de Lucía, hermano de Paco, interviene en el disco y firma 7 de las 8 canciones, entre ellas los Tangos que le dan el título.
Nuevo descanso y en el 83 se edita Calle Real, con el trío Pachón/Paco/Tomatito, y músicos como Carles Benavent, Dantas, Joan Amargós o Raimundo Amador.
Del año siguiente es Viviré, cinco temas firmados por Pepe de Lucía y tres por Antonio Humanes, que ya había intervenido en el anterior. Pachón se encargaba de la producción y Paco de la dirección artística y de la guitarra, secundado por el Tomate.
Pepe de Lucía. Camarón. Viviré.
"Aquí estoy para morir, cuando me llegue"...
El 86 es uno de los años difíciles de Camarón, tiene un accidente en el que mueren dos personas y fallece su madre. La temática de las letras de Humanes, que firma todas las canciones junto al Camarón, es la más autobiografica de las obras del de La Isla. En ella hay arreglos de Joant Albert Amargós como en Calle Real y es Tomatito quien se encarga de la guitarra.
En 1987 salió al mercado en primero en directo del Camarón, Flamenco vivo, con grabaciones y producción de Ricardo Pachón y otra vez Tomate a la guitarra, y en el 89 el que se convertiría en el disco más vendido en la historia del flamenco: Soy gitano.
De todos estos discos puse algún tema en anteriores capítulos. Algunos no me los dejan subir y eso complica y altera la buena marcha a la hora de ordenar esto. De Soy gitano, por ejemplo, colgué una versión en directo en el Festival de Montreux- 91., en el 2º cap. La última canción es otra versión de la Nana de Lorca, y hay otra de Federico, Thamar y Amnon. Y una de Hernández.
Miguel Hernández. Guitarra, Vicente Amigo. Cante, Camarón. El pez más viejo del río. Fandangos.
El disco contó con el acompañamiento de The Royal Philarmonic Orchestra, y las guitarras de Tomatito, Raimundo Amador y Vicente Amigo. Benavent volvió a encargarse del bajo y Tino di Geraldo y Manuel Soler de las percusiones. Ana Belén hizo la voz femenina en la rumba merengue de Juan Luis Guerra Amor de conuco.
Fue un trabajo tan esperado que al poco tiempo había escalado las listas de éxitos. Sin embargo, con ser el campeón de las ventas flamencas, no es ni con mucho el disco suyo que más me emociona. Demasiado ampulosos para mi gusto aquellos pasajes de la Philarmonic, y algo impostada, unas veces desvanecida y otras forzada, la voz del gitano en la barrera orquestal.
Claro que, para entonces, cada nuevo trabajo del Camarón era recibido como la continuación del santo evangelio y los conciertos en directo misas flamencas y gitanas donde oficiaba José Monge Cruz, Camarón de la Isla.
Hasta el 92 no aparecería su siguiente álbum, Potro de rabia y miel, que sería también el último.
Pepe de Lucía. Camarón. Se me partió la barrena. Taranta.
Pepe de Lucía. Camarón. Se me partió la barrena. Taranta.
En el disco intervinieron, como autores, músicos, etc., Paco y Pepe de Lucía, Humanes, Tomatito, Benavent, Antonio Carmona, Manuel Soler, Amargós, José Mas Kitflus...
Su último concierto fue en el Colegio Mayor San Juan Evangelista de Madrid en enero del 92 y el 2 de julio de ese año murió en Badalona.
Y aquí me quedo porque los discos siguientes fueron publicados después de la desaparición del cantaor, aunque por supuesto en todos ellos hay cosas interesantes. En el 1er. cap. dejé también una muestra, Sere serenito, una curiosidad de un CD titulado Rarezas, y mencioné otra edición póstuma en el 2º, titulada Reencuentros. Pero creo que para introducir al Camarón los cuatro capítulos son una muestra suficiente.
Y aquí me quedo porque los discos siguientes fueron publicados después de la desaparición del cantaor, aunque por supuesto en todos ellos hay cosas interesantes. En el 1er. cap. dejé también una muestra, Sere serenito, una curiosidad de un CD titulado Rarezas, y mencioné otra edición póstuma en el 2º, titulada Reencuentros. Pero creo que para introducir al Camarón los cuatro capítulos son una muestra suficiente.
En esta grabación en directo, de mala calidad pero con un Camarón pletórico, pena que casi no se escuche al Tomate, se puede apreciar en cambio el sonido ambiente que ya acompañaba al de la Isla una década antes.
Quiero, por último reproducir un párrafo que escribe Joaquín Albaicín en el libreto de la Obra integral del Camarón, consultado para elaborar estas dos últimas entregas. Ese texto cierra además la publicación en la que intervienen varios especialistas, Enrique Montiel, Carlos Lencero, José Manuel Gamboa o el propio Ricardo Pachón, que como he venido señalando dirigió la segunda parte de la carrera de Camarón. Dice Albaicín:
Porque su Isla no era San Fernando, sino la Samotracia, la Isla de los Kabiros de quienes por línea agnática descendía, míticos metalúrgicos dueños de los misterios de los metales en eras en que el oro y la plata se sabían sagrados. Aún se escucha a veces, dicen, el cántico de sus martillos en sus forjas subterráneas, esa melodía interior, ese "zumbido semejante a un fuego que arde" del ganso de los Upanisads. Basta, asevera la tradición, con taparse los oídos y concentrarse en los latidos del corazón.
Sé que Joaquín habla más de poesía y duende que de historia, pero oír mencionar a Grecia y a los Kabiros para cerrar ese trabajo, se me ocurrió que era del mismo estilo que escuchar a Valle-Inclán aquello de que "tiene por costumbre escuchar la flauta griega" para cerrar su Lámpara maravillosa. Son las mismas resonancias, origen, musicalidad, eco, sonido, La mancia del cante, titula Albaicín su artículo, y por añadidura Valle era otro amante del flamenco...
Tangos. Cuatro versiones, del 82, 84, 89 y 90.
Camarón. Al compás del martillo un gitano cantaba...
Y para que quede el oído un poco más acariciado por una mejor sonido os dejo La primavera.
Camarón de la Isla. La primavera.
Salud y buena música
Tomatito y Camarón en directo. Bulerías. Tiritando de frío...
http://www.youtube.com/watch?NR=1&feature=endscreen&v=Hou71CntnIE
Ramiro Rodríguez Prada
No hay comentarios:
Publicar un comentario