Somos inocentes |
Salí a tirar la basura
y la arrojé con tal desprecio e indiferencia que yo mismo quedé asustado. No me lo llevaba la conciencia, si es que no me había deshecho ya de lo que me quedara de ella en alguna de estas salidas. Cuando estaba en lo alto de la escalera retrocedí, saqué las bolsas de nuevo y las volví a depositar en los cubos con mimo y respeto. Regresé pensando que cada día estaba más majara, pero la conciencia ni mu.
Animación. Duerme duerme, negrito.
Salud y felices pesadillas
ra
No te equivoques, El mimo y el cariño son otra herramienta para la felicidad, por el contrario la mala leche la dinamita.
ResponderEliminarBesitos
VIRIATO
Eso mismo pienso, aunque no tengo claro que siempre sea la felicidad lo que buscamos.
EliminarSalud, colegui.
ramiro