miércoles, 7 de mayo de 2014

Η Σύμη, Symi


Iglesia de Evaggelistrias, La Anunciación.
Orilla norte de la bahía de Gialós. Symi
.  Grecia, agosto 2013.

Σύμη


Buenos días. Symi, a unas doce millas al norte de Rodas y a poco más de tres y media de la costa turca, situada a la entrada del golfo que forma la fachada sur de la península de Datça, y la de Mugla al este, cerrando el estrecho de Mármaris, es otra de las islas griegas que respiran directamente los aires de Anatolia.
Eso se nota también en su folclore, muy influenciado por las músicas de los griegos que habitaron esas costas de Asia Menor y que se llevaron en sus éxodos, y por las melodías orientales en general.

Μανώλης Καρπάθιος, Kανονάκι.  Ταξίμι.

https://www.youtube.com/watch?v=jLcq1ROvM0E

Manolis Karpacios, que ha impartido cursos en la isla para estudiantes interesados de todo el mundo, es el brillante intérprete de uno de los instrumentos, el kononaki, que mejor ilustran esa vecindad ambiental, sonora, estética, vital, en definitiva.

Symi desde el mar no es ni más ni menos atractiva que cualquier otra isla del archipiélago, de hecho tiene quizá la costa más oscura y laberíntica de todas ellas, por los acantilados negros, carcomidos y atormentados, y por la cantidad de islas e islotes, cabos, golfos, peñascos, calas..., que la rodean.

También da la impresión de ser seca y montañosa, aunque su altura máxima, el Βίγλα, Vigla, cerrando la gran bahía por el suroeste, sobre la rada vecina y el pueblo de Pedi, supera en pocos metros los 600.
Si a veces doy datos imprecisos del número de habitantes, alturas, distancias, etc., es porque no hay unanimidad en las cifras, y al fin el pico tanto da que tenga 550 como 617 metros.

Κωνσταντίνος Κοντός. Σύμη.   Ο Κουκουμας.

https://www.youtube.com/watch?v=3uiCDVTHMEU

Pero quizá la impresión de altura se acentúa cuando se emboca el gran golfo abierto del noreste de la isla y se deja a estribor la islita de Νίμος, Nimos. Entonces se ven las dimensiones del espectacular circo montañoso de apariencia caliza, sobre Εμπορειός ή Νημποριός, Emboriós o Nimboriós, y Γιαλός, Gialós, también llamado Symi, a secas, el puerto principal y capital junto con Χωριό, Horió (pro. Jorió) o Άνω Χώρα, el pueblo alto, ya tras los montes, encima de Gialós (pro. Yialós).
A babor cierra el golfo la península de Agia Marina, también llena de crestas rocosas. El color de la piedra es claro, ya no el negro de los acantilados.

A medida que nos vamos acercando, las laderas tapizadas de casas y especialmente en el fondo, donde el golfo se divide en dos pequeñas ensenadas muy protegidas que albergan los puertos, aumenta la sensación de pequeñez, hasta anonadarnos frente a la belleza de las señoriales y cuidadas casas neoclásicas que retrepan  hasta lo alto y la hermosura del paisaje natural de mar y montaña.

Contaba Ana Capsir, Navegando por Grecia, que al entrar aquí en su velero, había llorado sin poder contener la emoción ante aquel espectáculo maravilloso. Si me he entretenido tanto en describir la llegada y el escenario donde se asienta Symi, es porque también para nosotros fue emocionante esa entrada, uno de los lugares más impresionantes de cuya vista se puede disfrutar entre todas las islas que conocemos.

De los festivales de bailes tradicionales del Dodecaneso, en Rodas, y en el escenario instalado en el foso medieval de la ciudad vieja, es esta grabación de la sousta de Symi, el syrtos, el monajikós y ese E pú se, que desconozco.

Σούστα Σύμης. Συρτός. Μοναχικός. Ε πού σε.

https://www.youtube.com/watch?v=FDlfNP6yuPc


Casas de Symi.
Grecia, verano 2013.

La población de la isla anda cerca de los 3.000 habitantes, la inmensa mayoría concentrados en Ano Horió y las laderas de ese anfiteatro al sol que es Gialós. Hay una pequeña colonia extranjera permanente, la mitad compuesta por ingleses que, junto a los italianos, son también los turistas más fieles a esta isla.
Parece mentira que en su época dorada, a mediados del S. XIX, Symi llegara a tener casi 25.000 almas. ¿De qué vivían?, piensa uno viendo la sequedad de la tierra, la roca pelada y la ausencia de industrias a la vista.

Symi, bien situada para el intercambio y el comercio marítimo entre Oriente y Occidente, fue mimada por los Caballeros de San Juan, y a continuación disfrutó del estatuto privilegiado que el imperio otomano concedía a los territorios ocupados que aceptaban, de más o menos buen grado, el yugo turco. Autonomía política, exenciones fiscales y arancelarias, libertad religiosa, comercial y fronteriza, hicieron de algunas islas cercanas a Anatolia, auténticos emporios económicos.
Fue en ese periodo cuando muchas de ellas alcanzaron su cenit histórico, en cuanto al número de habitantes y a su riqueza. Pienso también en otras islas, Samos, Hios, o la misma Limnos, por ejemplo.

Elevzería Arvanitaki con la Opiszodromiki Kompania.   Rambí, rambí.


De ese modo Symi, llamada por los turcos Sömbeki, pudo desarrollar su industria naval: en sus seguras bahías se llegaron a construir casi 500 barcos al año. Y junto a los astilleros la pesca, y en concreto la de esponjas, como en Kálimnos, otra actividad muy rentable entonces.

Con la llegada de las esponjas sintéticas a principios del XX, la isla fue decayendo mientras su población emigraba. Muchas de las magníficas mansiones neoclásicas que se habían levantado en años de prosperidad a lo largo del siglo, las más viejas en Ano Symi, se vinieron abajo.

El pueblo se construyó en lo alto, tras la fortaleza de los Caballeros de Rodas y la anterior bizantina, por cuestiones defensivas, como hemos explicado a propósito de otras islas, porque en esas aguas la piratería fue una constante histórica. Eliminada ésta (al menos la antigua, hoy sigue de otro modo...), las viviendas más jóvenes fueron descendiendo por la colina, desde Ano Horió hasta la orilla del mar, que éso es lo que significa Γιαλός.

Κώστας Κοντός.  Αίντε κι ας ρεμπελεψουμε.

https://www.youtube.com/watch?v=vLKbNoLwZDY

Symi está hermanada con Tarpon Springs, en la costa noroeste de la península de Florida, donde muchos pescadores simiotas de esponjas emigraron para continuar con una actividad que, de todos modos, estaba condenada a desaparecer casi por completo.

Las casas neoclásicas fueron construidas por albañiles y artesanos de Cárpatos. El gobierno heleno ha llevado adelante un riguroso programa de restauración arquitectónica, fiel a la Symi primitiva, que ha devuelto parte del esplendor y belleza a la ciudad, que hoy vive casi exclusivamente de esa imagen de postal que pide el turismo, su actividad actual más rentable, junto con el comercio, muy en relación con el primero, y una pesca residual de escaso calado.

Μίλτος Πασχαλίδης.  Φεστιβάλ Σύμης. Festival de Symi.

https://www.youtube.com/watch?v=mq43wmVmOoM


Esperando al  Diágoras.
La Torre del reloj en Gialós. Al fondo Evaggelistrias,
y barco en la pequeña ensenada de Emboriós.. 
Symi. Grecia, verano 2013.

A pesar de su aspecto árido, parece que en algunas zonas y en vallecicos interiores hay manchas arboladas y hasta un bosque antiguo de cipreses. Más la seca flora mediterránea que vive de la escasa pluviosidad de la región. Sin embargo Symi no tiene suficiente agua potable a pesar de contar con una planta desalinizadora y, según he leído, para asegurar el abastecimiento debe importarla de Rodas.

He dicho ya que la población se concentra en Ano Horió y Gialós, el resto de la isla está prácticamente deshabitada. Ni siquiera tiene la pequeña red de carreteras asfaltadas de otras islas y los caminos son de tierra. Eso la convierte en uno de los destinos preferidos por caminantes y senderistas. El tamaño, como ocurría con Tilos, Nísyros y otro puñado de ellas, permite el barato y cada vez más raro privilegio de poder conocerla a pie, para quien disponga de tres o cuatro días.

El paseo más largo nos llevaría, atravesando la isla en diagonal, desde la capital en el noroeste, hasta Moní Agíou Mijaíl Panormití, en el extremo suroeste, junto a una pequeña bahía del mismo nombre. El monasterio es, con Symi capital, el destino turístico más importante de la isla, y antes que nadie para los propios griegos, pues el arcángel San Miguel es el patrón de Symi y de los marinos, por lo que se trata de un lugar de peregrinación para simiotas y hombres de mar de todo el mundo griego, incluida la diáspora. Η Ελλάδα και η θάλασσα...

Κωνσταντίνος Κοντός. Σύμη.   Ω Παεμιωτη Αρχαγγελε.


Un visita más corta nos acerca a la vecina bahía, playa y pueblín de Pedí, al sur de Hora/Gialós, aunque ambas localidades están unidas por el único autobús que funciona en la isla.

Y hablando de caminar: para subir de Gialós, el puerto, hasta Ano Hora, el pueblo alto, es preciso salvar los 375 peldaños de mármol de la escalera que los une, que discurre entre las casas neoclásicas.
Excepto el mármol, esto no es exclusivo de Symi, como muchos sabréis. Yo espero volver a la isla para
echar un día en trepar por esa escala a paso de psilicoso perdío, que es el mío.

Nikos Kavadías, poema. Zanos Mikroútsikos, música y piano. Festival de Symi. 2003.
Ο Σταυρός του Νότου.  La Cruz del Sur.

https://www.youtube.com/watch?v=bPSRybUQCZ8

Como apunté al principio, Symi está rodeada de multitud de islas e islotes deshabitados. A un grupo los pescadores les llaman las Symiopoulas. Νίμος, Nimos, al norte y Σεσκλί, Sesklí, al sur, son las islas más grandes. ΓιαλεσίνοΔιαβάτεςΚουλούνδροςΜαρμαράςΧονδρόςΜεγαλονησιΠανο Νερό, Κουπι, ΓηΚαραβαλονησιΣτρογγλιος..., los nombres de algunas otras (Gialesíno, Diavátes, Kouloúndros, Μarmarás, Jondrós, Megalonisi, Pano Neró, Koupi, Gi, Karavalonisi, Strogglios...)

Son famosas sus calas de arena perdidas en ese laberinto costero, a las que sólo se puede acceder en barkula.

La mayoría de las canciones de hoy son de Kostas Kondós, tradicionales de Symi, pero desconozco la biografía de este músico y si es simiota. Las de Pasjalidis, Mikrútsikos y Peridis, son del famoso festival musical veraniego que organiza el Ayuntamiento de la capital, donde han actuado muchos de los grandes músicos griegos de los últimos 30 años. Como Arvanitaki, de la que pongo una canción antigua muy popular, en directo con la Kompanía, para ilustrar la referencia a Turquía.

Orfeas Peridis.  Φεστιβάλ Σύμης.

https://www.youtube.com/watch?v=vjp_xXAlMUE

En la Historia, Symi, la antigua Metapontis, corrió el mismo destino que el resto de las islas del Archipiélago. Aparte de los griegos, romanos, bizantinos, caballeros de Rodas, otomanos e italianos la dominaron sucesivamente. Los alemanes la ocuparon en la 2ª Guerra Mundial y los ingleses la administraron hasta su recuperación por Grecia en 1948.

Y en la mitología, Symi es una ninfa, esposa de Poseidón o de uno de sus hijos; como parece natural, el dios del mar y su estirpe siempre en el origen mítico de las islas.
Aquí habrían nacido las Χάριτες, las Járites griegas: la mayor, Talia, la Floreciente, Eufrósine, la Alegría, y Aglaya, la Belleza, la más pequeña, en Roma llamadas Gracias. Diosas de la belleza, la creatividad y la fertilidad, acompañaban a Afrodita en su cortejo. A una de ellas la casa Homero con el herrero cojo de Limnos, Hefesto.

Homero también cita a Symi en la Ilíada, con otros nombres. El rey de la isla, Nireo, el más bello de los griegos en Ilion después de Aquiles, acudió a Troya con tres naves.

Κώστας Κοντός, voz. Μιχαλη Γαμπιερακη, violín. Edit. Μανόλις Καρπάθιος. Σύμη. 
Συμιακος σκοπός: γαμήλιος σκοπός.  Skopós de boda, simiota.

https://www.youtube.com/watch?v=ZzYvP3qvOY8


Γιαλός, Gialós.  Σύμη, Symi.
Grecia, agosto 2013.

Navegando entre islas, pasan con frecuencia a babor o a estribor tierras atrayentes donde quizá nos aguardara una Circe cachonda, un Telémaco vigoroso u otras lindezas semejantes, pero Symi, sin haber sentido ninguno de esos cantos de sirena, es de las que me gustaría patear algún día con tiempo, atraído sólo por su belleza.

Nos dice Dimitris, el subidor del vídeo, que la siguiente es una canción tradicional del Dodecaneso y de Symi, del disco de la serie Έλληνες Ακρίτες, Griegos de la frontera. Y lo que para mí es una sorpresa, la melodía, muy popular en todo el Egeo, es más conocida por el título de Βάρκα μου Μπογιατισμένη, Mi barca recién pintada, que conocía en la versión del rebetis Giorgos Batis, pero que aquí me resulta irreconocible.

Κώστας Κοντός, voz. Μιχαλη Γαμπιερακης, violín. Edit. Μανόλις Καρπάθιος. Σύμη.
Νησιώτικα τραγούδια.   Ν' ήλιε μου κι αντινήλιε μου.


Y por hoy, queridos niñas, no va más. Os dejo con otro tema muy oriental de Kostas Kondós.

¡Que ustedes lo bailen bien!

Κώστας Κοντός.  Αυτά τα μάυρα δέντρα.  Estos negros árboles.


Salud y buen rumbo.

Ramiro Rodríguez Prada, Barbarómiros.

2 comentarios:

  1. No sé si agradecerte esta entrada o cagarme en tus muelas; ¡¡¡Que yo ahora salgo para los madriles a chollar!!! ¿Tú crees que tendré suficiente ánimo después de ver y leer sobre esta maravilla?. Pues, ¡ea! (que dirían los deiformes) Me voy dando bordos por la M-30.
    Besitos
    Viriato

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    1. Buenos días, cachondo, despacito y buena letra.
      ¡Pues a mí me pasa lo mismo con la dentadura!, y no por lo que escribo, sino por lo poco que vi y lo mucho que dejé.
      Creo que fue a la vuelta cuando pasé un rato hablando y fumando un cigarro, de noche en la cubierta de uno de los barcos, con un hombre de Kálymnos al que ofrecí una silla y el cenicero que yo estaba usando -así me lo gané-. Volvía a su isla todos los veranos desde Australia y ahora venía de Rodas. Se sorprendió de que fuera español y hablara el suficiente griego para entendernos. Le dije lo que nos había gustado Kálymnos y creo que ya estaba dispuesto a recibirnos allí si pasábamos otra vez. Debió ser por eso por lo que me dio la razón cuando le comenté que había leído que Symi era una isla cara y muy turística.
      ¡Pero, ay amigo!, una mujer sentada al lado, simiota, que no perdía palabra, saltó muy mosqueda para echarle un rapapolvo al paisano.
      ¡Cómo que Symi es cara, quién lo dijo! Y a continuación me encaró a mí. Me hizo decirle el precio de todas las pensiones de este año. Cárpatos y Nísyros eran las más baratas, lógicamente: una la más remota y otra la más pequeña. Pero Cos y Rodas eran tanto y más caras que Symi, donde sin embargo, sí convino en que los restaurantes no eran baratos.
      Ahora me arrepiento un poco de hacer caso a veces de las guías, se repiten los mismos mantras y no sé si se copian unas a otras. De alguien te tienes que fiar, nosotros hemos evitado siempre tanto las muy turísticas como las caras, ya te dije que no conocemos ni Santorini ni Mykonos, dos emblemáticas (y no les quito las bellezas que tienen). Así que otra vez será, será...

      Besos, navegante.
      ramiro

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