jueves, 20 de octubre de 2011

Eubea, Evia.



Eubea, Evia
Grecia, agosto 2011


En realidad debería titularlo "Halkida", que es su capital,  porque además, desde que abrí estas páginas no he parado de hablar de Eubea. Los dos últimos años pasamos en sus pueblos cerca de un mes y las imágenes más cercanas que tenemos y los  recuerdos más frescos de las personas son de eubiotas.

Ya me dolía el Archipiélagos con una sola isla, Zákinzos, a pesar de que he tratado aquí con mucha frecuencia de Creta, y citado a Limnos y  a otras islas. Es una excusa para volver a hablar de las personas, que es lo que más me interesa de los sitios, gente de Halkida, pero también de otros isleños.
La información general la podéis encontrar en más lugares y repito que aquí, especialmente del primero de septiembre hasta ahora mismo, he hablado sobre todo de Eubea. Casi todas las fotos son  de esa isla tan grande del Egeo, la siguiente a Creta en tamaño, pegada a la costa este de la Grecia continental.

Fue la primera que nosotros visitamos, antes que Samotracia, o Limnos que se convertiría por bastantes años en nuestro destino predilecto y donde todavía conservamos amigos.
Y lo fue porque sobre el puente situado en su capital se podía, y se puede, pasar en coche.
Hace años que hay otro grande y moderno. En aquella ocasión hicimos un recorrido corto hasta el sur y salimos al Ática cruzando en un pequeño ferry. Sólo estuvimos un día, pero nos gustó porque es verde y montañosa y había pocos turistas, claro que hablo del año 86.

A Halkida se retiró Aristóteles y allí murió ahogado, dicen, intentando averiguar el aún hoy inexplicable régimen de mareas del Golfo de Eubea, que tiene a ese canal bajo el puente como fiel de su balanza.

Os conté la experiencia del 2010 cuando, nada más posar el pie en Halkida, ya teníamos coche y casa gratis por obra y gracia de Zanasis.

Pero es que este año a la hospitalidad de la familia de Maquis se unió la de Stavrula y Spiros que nos invitaban a comer en su mesa la comida de la familia, en Agioi Apostoli.
Y, para colmo, el último día,  Panayotis, otro hombre de Halkida que habíamos conocido el año anterior en un concierto en la playa, en un bar del hijo soltero de Stavrula y Spiros, fiesta en la que tocó un grupo joven, Contratempo, Panayotis, que había intentado invitarnos a comer en su casa aunque no pudo ser, estaba allí a perro puesto para sentarse con nosotros e invitarnos a esa última comida. Marchábamos al día siguiente.

Sí, la tarde siguiente un taxista muy formal que nos dió una factura por los 15 euros del servicio nos llevó hasta la parada de Aliveri, el ayuntamiento de la comarca, del autobús Kimi-Halkida-Atenas.

Faltarían unos 20 minutos para la hora del bus cuando se nos acerca un joven y se ofrece a llevarnos.  Va para Halkida y que si subimos le haremos compañía, dice. Los cuatro con las maletas nos fuimos con Nikos, con un carrito de bebé en el coche, ya que tienen dos hijos pequeños.
Llegamos a la estación de autobuses al atardecer, con tiempo sobrado para comer algo antes de coger el de Atenas (Como información general, calle Liosion, estación término en la capital).

Volvía a casa después de pasar el fin de semana en el pueblo. Se había enterado por su suegro el taxista de que éramos españoles y tanto él como su mujer son amantes de Italia y de España.
El viaje fue gratuito pero hubiera pagado tres veces el precio del autobús público, el KTEL, que es el doble más barato que en España por cierto, por poder ir charlando con él esas dos horas cortas que estuvimos en el coche, con bastante tráfico. Picando un poco en todas partes, pero sobre todo hablando de lo ladrones que son los bancos y lo corrupto de la política y los políticos. ¿De qué íbamos a hablar, las vacaciones fenomenales, Grecia guapísima, el Egeo maravilloso,  Muy Bonito Todo?
Sonreír ya es difícil...

Efjaristo para poli, Niko, file mas, geia sou!


Con Zanasis, que además nos llevó a ver a Peridis y a Rasoúlis, lo que no olvidamos, seguimos en contacto aunque este año no lo vimos al pasar por Halkida porque trabaja de cocinero en Rodas. Conocimos a otra hermana suya.
Y la piloñesa ya habló dos veces con Stavrula, en Limani Petrión, desde que regresamos.

Ayer tuve otra sorpresa que me prestó mucho. Veo todos los días el fotoblog de Andrés Edo y de otros fotógrafos de shutterchance y he comentado algunas fotos que me gustaron, entre ellas las de un fotógrafo que  hoy he sabido que también es de Halkida. Chalkida, como me escribe él, seguro que más correctamente. No creo que le moleste que apunte su nombre aquí, si lo llegara a leer, Yiannis Tsakós. Fotografía cosas de la calle, pintadas, muñecos, grafittis, paredes, puertas, carteles, objetos rotos...en blanco y negro y en color, rabioso a veces, y no carente de humor en ocasiones. Me gusta Yianni.

Todo esto, que es casi nada pero que es real, sobre Eubea y su capital, ciudad e isla donde hemos encontrado personas especialmente cariñosas y desprendidas, ¿qué mejor cosa se puede decir de un lugar?

Geia sas, salud!

Ramiro.