viernes, 30 de marzo de 2012

Το κόκκινο κρασί, Vino tinto


Το κόκκινο κρασί, Vino tinto
 Ονομασία προελεύσεως ανωτέρας ποιότητος
Denominación de origen de calidad superior
"NEMEA"

Αγιοργιτικο, Agiorgítiko, es el nombre de la uva, la variedad de donde se obtiene este tinto aterciopelado y sabroso, que luce la denominación de origen de la región de Nemea, al norte del Peloponeso.
Sí, ésa del famoso León de Nemea, un bicho monstruoso al que se enfrentó y dio muerte Heracles (Hércules) en el primero de los doce trabajos impuestos por Euristeo. Como el animalico tenía una piel impenetrable el bestia de Heracles lo estranguló, lo desolló y se hizo una capa que más tarde le costaría cara al forzudo héroe. Creo recordar que su mujer Deyanira, celosa, con la ayuda del Centauro Quirón, hizo un encantamiento y la prenda se convirtió en una segunda piel que abrasó en vida al infiel. Cosas de dioses y semidioses, pero muy humanas. 

Quizá por lo anterior el vino lleva también el nombre popular de "Sangre de Hércules".

El color recuerda a la cereza picota, púrpura profundo y las etiquetas dicen que también el sabor, con la vainilla. Ellos saben más, lo cierto es que a nosotros nos gusta y eso que no somos grandes bebedores, consumimos más blanco. 
El caldo es elegante y rico al paladar, "este suntuoso vino, noble y aromático, excelente para acompañar carnes, caza y todo tipo de platos con salsas rojas", embutidos, pastas, patés, quesos y con lo que se te antoje, ¡no te amuela!, siempre que sobren unos eurillos... . Tranquilos, no es un vino para ricos, se puede tirar uno el pedo alguna vez.

La graduación es alta, oscila entre 12 y 13, incluso 14º. Si es casero de la región, aún más sangriento y alcohólico.  Aconsejan una tempereatura de servicio de 16-18º C, lo que en Grecia casi supone enfriarlo más que templarlo.  

Yo diría que, a juzgar por lo que veo, los griegos beben más vino blanco que tinto, y más aún los turistas. Después va por zonas, donde hay buena uva tinta beben de ella y es más frecuente encontrar el Misó kilo o Medio kilo, de buen vino casero servido en jarra, clarete o rosado. Así sucede, por ejemplo en Creta, con varias denominaciones de origen y donde hay variedades tintas muy apreciadas.

Nemea, 2008.

El último año que coincidimos con nuestro amigo Zodoros en Mírina, Limnos, habían comprado con mucho esfuerzo una casina vieja en su pueblo de origen, Kondopuli, donde ya he contado que hubo campos de concentración de presos políticos, como el poeta Ritsos.
Cuando emigró a Atenas y Zákinzos porque no lograba salir de Pilancos (una manera asturiana de llamar al atolladero), nos dejó esa casa dos veranos inolvidables siendo los críos muy pequeños.
Tenía delante una parra muy crecida que recorría toda la fachada y alargaba sus brazos a un pequeño frente de unos 12 ó 15 m/2.
Uno de esos años se llenó de racimos que probablemente nadie recogería...

A lo que iba. Aquel primer año en que compraron la casa, Mary, su compañera colombiana, y él, celebraron ya la Pascua en ella con los amigos. Sabéis que la Pasja, Πάσχα, es la fiesta religiosa y familiar más importante de Grecia. Fue como la inauguración. Asaron el cordero a la brasa y chocaron huevos coloraos. Se les veía divertidos, felices en las fotos, todavía con camisas de felpa y leñador invernal, pues en Limnos aún hace frío por esas fechas.

El caso es que nosotros cogimos las vacaciones un poco tarde ese año y cuando llegamos a Mírina acababan de vendimiar la parra, de uva negra grande y dulce. Tenían todavía el vino en dos bidones de plástico, estaba haciéndose, hirviendo, caliente, muy caliente, en ese ambiente tórrido de mediados del agosto griego.

Unos 50 ó 60 litros. Era zumo de uva recién pisada, ¡ambrosía, néctar!. Mosto puro vicioso vicioso...

Durante unos días sólo bebimos aquel vino. Se masticaba, era meloso, dulzón, muy muy oloroso y afrutado, golosón, fragante, no tenía toques de picota, mora, vainilla o frutos silvestres, no, tenía todo eso y cien esencias más. Y lo que también nos maravillaba era que no nos ocasionaba ningun problema intestinal, típico de los vinos que no han fermentado, ni llegaba a emborrachar seriamente y lo bebíamos con poca tasa, porque era una comunión de gloria diaria con la sangre de Cristo Bendito. ¡Jesús mampare, una parra! ¡La-Pa-rra-la!.

Son cosas difíciles de olvidar, y más al bueno de Zodoros. Bre, paleoduñá, mundo furris!...

Lo siento. Es todo.

Ψαραντωνης,  Psarandonis, del album de Pyx Lax: Xaroumenoi stin poli ton trellon,
 Contentos en la ciudad de los locos.
Poema de I.N. Gryparis, I.N. Γρυπάρης. -Emeis krasi den ipiame, No bebíamos vino.


Que tengáis buena noche y buen día, amigos.

Ramiro

P.D. Aunque la última entrada en ´Lo que se comió` era reciente, aprovecho que hablé también de lo que se bebió, la Retsina, para empatarlas.
La botella que se muestra en las fotos fue un regalo del monje de Karúlia, el tesalonikiós Dimitrakis que, aunque es monje heteróxido pues acaba de recibir las órdenes mayores y no postulante como yo, bebe también como los novicios de la banda del Santo Bebedor, la nuestra. Nos visitó recientemente en un volido hesiskástiko y ejerció de filoskalos, de amante de lo bueno, cargando bajo el sobaco desde Athos con esa botella envasada para alemanes, lo que no perjudica al vino, pese a lo mal que la banca alemana y demás cabrones del puto dinero tratan a los griegos.

Η υγεία σαςμωρό μου, και η δική σας!¡A tu salud, rapacín, y a la vuestra!

Y ahí os dejo más veneno griego, cretense, de Anogeia como Psarandonis.
Λουδοβίκος των Ανωγείων, Ludovikos ton Anoyion.
Τα δάκρυα είναι δυο λογιώ, Las lágrimas son dos palabras. 

http://www.youtube.com/watch?v=s6_zecWN7Zg&feature=related

Φιλιά, Besos.