domingo, 31 de marzo de 2013

Soneto primaveral


Acuarela y témpera sobre cartulina.
Ramiro Rodríguez Prada. 1986.

Soneto primaveral
(con empanada)


Llegó la primavera con un montón de granos,
vino desde febrero que tuvo pocos días,
cogió por la garganta a un juez y a un boticario
y se adornó el vestido con flores de cerezo.

En los tapetes verdes del rock parlamentario
un senador alérgico se rasca la conciencia,
canta en los jardines de la banca el cuco
mientras un niño pone su mano en las goteras.

Cuando el monarca sale desnudo a pasear
se escucha en la espesura arrullo de palomas,
en sus divinos picos los sobres perfumados

son de los enamorados promesas de ternura.
Llegó la primavera con mucho colorido,
el estornudo, el sol y un cuarto de empanada.


De  Interrogatorios y Otras partidas perdidas.  2013.

Ramiro Rodríguez Prada



Salud

sábado, 30 de marzo de 2013

Camarón de la Isla -3


Rojo y verde
Pintura en polvo, témpera.
Ramiro Rodríguez Prada, 1998. 

Camarón -3

Camarón, guitarra Paco Cepero.   Alegrías.


Buenos días. Dejamos a José Monge el Camarón en el tablao flamenco de Torres Bermejas, de la capital, acompañado por Paco Cepero a la guitarra y estrechando su amistad con Paco de Lucía. El padre de éste, el guitarrista Antonio Sánchez, dirigió la carrera del dúo desde el año 69 al 77.
Grabaron juntos 9 discos en ese tiempo, en el primero Paco tenía 21 años y José 18. Todos llevan el mismo título, El Camarón de la Isla con la colaboración especial de Paco de Lucía, aunque también se los identifica por las canciones que abrían los albumes. En ellos participa a su vez, con la segunda guitarra, Ramón de Algeciras.

El primero se grabó en una tarde y parece que ésa fue la tónica general del resto. Como decía Camarón por esta época, en aquella entrevista que ya subí en un capítulo anterior, "Yo voy a mi aire", ¡y vaya aire, mi arma!

Tangos de Francisco Almagro y Manuel Villacañas
Camarón de la Isla.  Detrás del tuyo se va.

http://www.youtube.com/watch?v=opUW_JjRFJo

El éxito de ese disco y el primero de su carrera fueron estos tangos extremeños que acabamos de escuchar.

Del segundo disco (70), no puedo subir el tema original que quería porque yoube no me lo permite, así que he tenido que poner una versión del mismo Camarón, pero del año 88, cuando ya era el número uno indiscutible del cante jondo.
Hay muchos temas que no se pueden colgar y eso me ha desilusionado un poco al buscar la música, porque hay algunas canciones que son imprescindibles no sólo para cualquier camaronero, sino para todo aficionado al flamenco.

Este es el caso de estas seguirillas, impresionantes. Quería poner la primera, que es la de su segundo disco, se escucha también un poco de otra, Campanas del alba, aparecida en Viviré (1984).

Antonio Fernández, Francisco Sánchez.
Camarón. 1988. A los Santos del Cielo. Campanas del alba. Siguirillas.

http://www.youtube.com/watch?v=QcliZBT9XGo

En el tercero (71) toca también la guitarra en un tema, su ya ex, Paco Cepero, aunque no figura en los créditos. Ese año logra el primer premio en el Concurso de Cante Jondo Antonio Mairena. El espejo en que te miras, una soleá es la estrella de este disco. Tampoco puedo subirla.

Los años sucesivos vendrían Canastera, Caminito de Totana y Soy caminante.
Las letras de Caminito de Totana, son del padre de Paco, Camarón hace aquí su versión de la famosa malagueña de El Mellizo, un hito para los amantes del género, y que titulan, Las espinas de una flor. De la portada de este disco copié el retrato del Camarón para el cuadro que aparece en el primer capítulo y sobre cuya copia trabajaba el día que escuché por la radio que había muerto en Badalona.

Antonio Sánchez. Paco de Lucia, guitarra. Cante, Camarón de la Isla. Las espinas de una flor.

http://www.youtube.com/watch?v=QcliZBT9XGo

Del 75 es su 7º disco, Arte y Majestad y del año siguiente Rosa María. Y llegamos a un momento crucial para el arte y la vida del Camarón.
En lo artístico ya había aguantado la crítica de algunos rígidos puristas, por su libertad y desparpajo abordando el cante, y en este registro, tan querido por los camaroneros, les dio nuevos motivos incorporando una flauta y un bajo eléctrico.
Sin embargo, ese mismo año 76 se le otorgó el Premio Nacional de Cante de la Cátedra de Flamencología de Jerez.

Y en lo personal, José se casa con Dolores Montoya La Chispa, con la que tendría cuatro hijos.
El tema estrella del disco, Rosa María, dicen los críticos y entendidos que tiene ecos griegos. A mí me gusta por lo bacilón que es.

A. Sánchez. Guitarras, Paco de Lucía y Ramón de Algeciras.  Rosa María. Tangos.

http://www.youtube.com/watch?v=AdBxXNmTXfI

En el 77 publicó Castillo de arena; Samara, que subí en el capítulo anterior, es de ese disco. Pero también maravillas como la otra bulería, que da título al trabajo, o los tangos y seguiriyas.
Fue el último disco que grabaron juntos con los auspicios de Antonio Sánchez, en el curso del año siguiente se produciría el divorcio de la pareja artística Paco & José.

Quería haber subido aquí los fandangos, sobre todo por el titulado De la alegre primavera, aprovechando que estamos en el tiempo, habla del mes de abril que ya lo tenemos ahí, y porque me gusta, pero he vuelto a tropezar con youtube, así que he tenido que echar mano de lo que me dejan, que de todos modos, siendo bulerías, no está mal, el ritmo nos dará alegría.

Y lo dejo porque me mosquean estos tropiezos, pero sobre todo porque me faltan otros tantos discos por comentar, y no podría liquidar ahora esa mitad de su carrera con cuatro palabras y un pispás.

A. Sánchez.  Guitarras, Paco de Lucía y Ramón de Algeciras.
Cante, Camarón de la Isla.  Como castillo de arena. Bulerías.

http://www.youtube.com/watch?v=4oftd_N61a0

Nos quedamos por tanto en el año 1979, cuando salió al mercado su 10º disco, La leyenda del tiempo, obra revolucionaria que marcó un antes y un después en el arte del Camarón y en el flamenco en general. La próxima entrega, y última espero, para mayo o así.

Escribió Ricardo Pachón, su mentor de la década siguiente, en el libreto de la obra integral en CD que consulté para este capítulo, que al Camarón le gustaba Mick Jagger y la música griega.
¡No es extraño!, un hombre como él no sólo tendría por costumbre "oir la flauta griega", como decía Valle-Inclán, sino que la podía tocar con arte cada vez que cantaba. Los sonidos sobrevuelan los territorios y el duende viaja de una orilla a otra del Mediterráneo, donde sólo el mar impone su frontera.

Y el que no quiere caldo tres tazas: puesto que no me permitieron poner el fandango que tenía pensado, pondré el primero y el último que cantó, subido por rafacamarón un aficionado de los habituales.
Camarón.   Primer y último fandango.

http://www.youtube.com/watch?v=-lUmtopzHZg

Las grabaciones no son muy buenas, aún así se aprecia su maestría, pero vale sobre todo como documento sonoro. 
Además, para deciros adiós y hacer bueno el dicho de arriba, un tercer fandango que canta en directo en compañía de amigos (no sé quién toca la guitarra). A su lado se sienta La Chispa, compañera y maíta de sus hijos.
En el primer fandango se le olvida la letra y no lo termina, pero es igual, está relajado y es un gusto verlo feliz. Cuando acaba de cantar el segundo, aparece en su mano un cigarro a medio fumar, que no habíamos visto hasta ese momento. Cuidar no se cuidaba demasiado, pero el cáncer de pulmón no respeta a nadie.
Camarón de la Isla en directo.  Fandango.

http://www.youtube.com/watch?v=1zPjSLEJ98Q

Salud y buena música

Camarón, guitarra Manolo Brenes.   Siguiriya del Grillo.

http://www.youtube.com/watch?NR=1&v=mEp5qXCmBIA&feature=fvwp


Ramiro Rodríguez Prada
 

jueves, 28 de marzo de 2013

Pulpo en el Tzivaeri -2


El hombre del Tzivaeri pelando el pulpo
Santos Apóstoles, verano 2012

Χταπόδι στο Τζιβαέρι -2


Buenos días. Va la segunda parte prometida sobre el pulpo del Tzivaeri. Era sobre todo por enseñaros como el cocinero pela los rabos del pulpo después del secado preliminar colgados al aire. Lo hace con unos simples alicates. El motivo de esta operación parece evidente: el pulpo queda más tierno.

Hay que tener en cuenta que lo suelen cocinar a la brasa, la parrilla o la plancha, de modo que al perder tanta agua queda casi siempre un poco más duro que el cocido. Pero es que es otra la textura y el sabor que se busca, bastante diferente de nuestros pulpos a la gallega, tan típicos y riquísimos, por otra parte. No hay rivalidad en esto, de varias maneras se puede alcanzar la excelencia.

También lo hemos comido en Asturias a la parrilla, la peculiaridad del que hemos probado aquí es que seguimos añadiéndole el aliño arriero, que lleva pimentón. Tampoco está mal, tiende en lo gastronómico un puente entre el Atlántico y el Mediterráneo, en los extremos opuestos de Europa, por cierto.
Antonopulu es la de aquella preciosa canción de Mikrútsikos, Eleni, que ya subí un par de veces, ésa y alguna más.

Ρίτα Αντωνοπούλου. Rita Antonopoulou.  Τζιβαέρι. Tzivaeri. Joya.

http://www.youtube.com/watch?v=KB11NXEy9lo

Esta será la única canción que subiré, de estos dos últimos capítulos, que no es una versión de la misma sino un tema diferente. Es de un cantante de rebético nacido en Esmirna en 1.892, donde era muy popular y conocido como el Ruiseñor de Esmirna. Son muy aficionados los griegos a dar ese sobrenombre a sus cantantes más renombrados, recordad que el último ruiseñor de Creta fue Nikos Xiloúris, quizá alguien lo haya sustituido ya a estas alturas.

Al hablar del Ruiseñor de Esmirna (Αηδονι της Σμυρνης) no puedo dejar de recordar a otro cantante con ese mismo apodo que aparece en la novela de Ilías Vénesis, Tierras de Eolia. Son pasajes tristísimos de la novela, donde se escucha, a través de las rejas de su prisión turca, la voz del personaje cantando unas amanades y ese canto rompe el corazón de quien lo escucha por su profunda melancolía.

No sé si Vénesis se inspiró en el autor de esta canción, llamado Kostas Masselos Nouros, pero éste vivió también su peripecia personal ocultándose para poder escapar de los turcos.
Ya en Grecia, pasó un tiempo de monje en Athos y terminó viviendo en el Pireo, como muchos otros rebetes y músicos emigrados. Conoció a los más famosos de los años 20 y 30, entre ellos al tantas veces mentado Panayotis Toundas, músico y empresario del rebético de aquella época, que le ayudó y con el que actuó. Pero acabó muriendo solo, pobre y olvidado de todos el año 72, muy poco antes del renacimiento del género.

Κώστας Μασσέλος Νούρος.   Το τζιβαέρι.

http://www.youtube.com/watch?v=Iz6fi8LPm-4

El Tzivaeri. Las pieles de los rabos del pulpo
Grecia, agosto 2012

Siento no acordarme del nombre del dueño del Tzivaeri, aunque sé que el que figura al frente del negocio es Azanasios Nikos? Pantelís (Αθανάσιος Ν. Παντελής), pero no tengo la seguridad de que sea ése su nombre y no sé porqué me suena al del abuelo, ¡cosas de la memoria!. Me vienen Kostas y Panayotis, pero no quedo conforme.

Sea como sea, otro de los motivos de estos capítulos era agradecerle a él en concreto, a su mujer y al personal de la taberna, el buen trato que siempre nos han dispensado. Es un excelente conversador, además, y pasamos algunos ratos de charla animada e ilustrativa, con ese espectáculo maravilloso del mar y el puerto, que se contempla sentados a la sombra de la terraza de su taberna, y que vimos en las imágenes de ayer.

Él tiene amigos en Galicia con negocios de restauración y habla maravillas de nuestra cocina, de toda porque conoce casi todo el país, que ha visitado muchas veces. Pero en Galicia pasó más tiempo y es su preferida. Y es un hombre que sabe de pescado, con nuestra riqueza estuvo a sus anchas, y no es delgado.
Nos preguntaba por unos pescaditos fritos que había comido por la costa catalana, planos, blancos y muy pequeños, que le habían gustado en especial. Decía que no eran baratos, fue en un restaurante.
He preguntado a algunos amigos catalanes porque yo también recordaba ese pescado, pero no me han sabido dar razón de él, y yo tampoco lo he podido identificar. Si alguien sabe algo que nos ilustre, si us plau!.

La versión de Elefzería es también muy guapa, algo parecida a la de ayer de Tsaligopoulou, mucho más lujosa en todos los sentidos que la de Samiou, y con esa voz espectacular, sólo que la de Domna tiene más el sabor de lo popular, de las voces típicas del pueblo, es como escuchar a nuestras madres cantando las canciones en la iglesia con ese tono aromático a caldo de gallina. A veces un poco agudo o cacareante, pero a mí me presta. Arvanitaki perfecta, qué decir.

Elefzeria Arvanitaki.  Τζιβαέρι.  Tzivaeri. 

http://www.youtube.com/watch?v=P0WaNsKro-0


Aplicando el alicate
El Tzivaeri. Limani Petrión. Puerto de Petriés.

Es un lío el nombre de este pueblo, porque es conocido por lo menos de tres formas diferentes: Ayii Apostoloi, Santos Apóstoles, Limani Petrión, Puerto de Petriés, y una tercera que no usé nunca por no liar más la madeja, pero que ellos utilizan bastante y es Kriesa, ¿el ayuntamiento?, guapo topónimo.

Como habéis leído, la Psarotaberna Tzivari ha sido la excusa para poner y hablar de música, sobre otras cosas. ¡Se me van los calamares! Y de todos modos había dicho que el motivo de esta segunda entrada eran las imágenes, pues me parecía que tenían algún interés. Está hecho y toy cumplío. Como decimos por Asturias, ¡Adiós pulpinos del pedreru!.

Os dejo de postre esta otra maravilla que la mayoría conoceréis porque tuvo un premio importante. Suscribo el mensaje de la película: ¡que no nos venzan las dificultades ni la desesperanza y luchemos a brazo partío por lo que queremos!

Oscar 2009 al Corto Animado.   Χταπόδι. Jtapodi. Pulpo.

http://www.youtube.com/watch?v=badHUNl2HXU

Salud y buenos alimentos

Barbarómiros

miércoles, 27 de marzo de 2013

Pulpo en el Tzivaeri


Desde el Tzivaeri
Agii Apostoloi. Eubea, agosto 2012 

Χταπόδι στο Τζιβαέρι


Buenos días. Esta imagen es bastante frecuente en muchos pueblos costeros griegos, la vimos por primera vez precisamente en Eubea, cuando íbamos con el R5, en una taberna donde comimos cercana al puente antiguo que separa el Egeo del Estrecho y Mar de Eubea. Ahí donde la tradición asegura que se ahogó Aristóteles, como tal vez recordareis.

Quizá sea en las islas, como parece lógico, donde más se ven los rabos del pulpo colgando al aire, incluso pequeños pulpos enteros. Recordamos especialmente los de Lesbos. En un puertín muy pequeño de la escarpada costa este que da a Turquía, Skala Sikaminias, creo, bastante típico, y con ello quiero decir que el número de terrazas y turistas superábamos con creces lo razonable, había docenas de secaderos puestos directamente al sol, la mayoría con pulpinos que no sé si darían la talla.

Aunque ya dediqué dos capítulos en esta etiqueta al pulpo, y mencioné el ochopiés griego, el χταπόδι, jtapodi, y la costumbre de cocinarlo a la brasa o a la plancha, para servirlo después templado o frío con aliño de sal, vinagre y aceite, hablé sobre todo del pulpo a la gallega y a feira, y las fotos de los platos cocinados por la señora Lola eran de nuestro pulpo.

Χαρις Αλεξιου. Una estrofa del Tzivaeri tocando el baglamadaki.

http://www.youtube.com/watch?v=izsa_nqGAYA

Hoy traigo de banda sonora tres versiones y media, ésta de Jarula, del Τζιβαέρι (Tzivaeri), Joya, una canción que ya puse, entre otros, en el capítulo dedicado a Domna Samiou en Música griega, que murió el pasado año, quizás la más importante conservadora del folclore griego de los ultimos años, pues se dedicó también a recoger canciones olvidadas o poco conocidas de toda Grecia.
No es el caso de Tsivaeri, una canción muy popular que se canta en todo el país, en especial en las islas, y por las gentes del pueblo, a capella si hace falta. Habla de la emigración, como tantas griegas, la joya es el hijo que se va...
Eleni Tsaligopoulou. Tzivaeri,   Τζιβαέρι.

http://www.youtube.com/watch?v=IybBxkOMv5U

Grecia, verano 2012

El jugo resultante de la mezcla  de estos rabos del pulpo un poco turrados al fuego, con el aliño de aceite y vinagre es algo para no perderse.

Y el otro motivo de esta entrada es hablar del Tzivaeri, un restaurante algo más montado que la mayoría y que ya conocimos el primer año que recalamos aquí. El dueño ha estado varias veces en España y habla bastante bien italiano y español, además de inglés, francés y alemán. Es cocinero y entre él y su mujer, que también cocina, llevan uno de los negocios más completos del pueblo, porque no sólo hacen buena cocina, la casa es también hotel al borde de la playa. Un establecimiento mediano que no agobia y donde paran o se hospedan muchas familias, porque ofrece plato del día, variado, fresco, rico y a precios razonables para la excelente calidad de sus productos y fogones.

Este año lo teníamos al pie de casa y fuimos varias veces a comer ese plato del día. Pasábamos continuamente por el callejón que desembocaba en la playa y ya olíamos la tostada. A los pescados más comunes de los que hablé, sardinas, anchoas, agujas o calamares, siempre los acompañan en la carta algún otro de mayor tamaño, tipo túnido, sargo o dorada, que llenan una mesa.
Para los guajes no faltaron keftedes y keftedakias, albóndigas de variadas formas y tamaños, que ellos suelen preparar sin salsa, secas y mucho más especiadas que las nuestras. Ahí la hierbabuena. Y también había susukakia, me apunta la compañía, éstas con salsa.

Y por supuesto las consabidas Berenjenas imam. Las hacen riquísimas, suaves como cocochas, repetimos, incluso con amigos griegos con los que comimos allí. Yo las cocino a mi modo y no me salen del todo mal, pero aquello era otra cosa, en general la afición de los griegos a la berenjena es mayor que la nuestra.
Tanto las keftedes, como los biftekia, pequeñas y gordas hamburguesas que a los rapaces les encantan, como las berenjenas, las melintzanes, deberán tener su entrada aquí, si esto sigue.

Nos ofrecieron algunos días vino de su bodega, Dikó mas, de lo nuestro, de nuestra cosecha, decía sonriendo la señora, un medio rosado, que era una delicia, con ese color un poco turbio, como un cristal empañado, pero con todo el sabor de la uva madura, siempre algo meloso sin ser dulce.¡ Un peligro!

Mixalis Tzouganakis.   Tzivaeri mou. Joya mía.

http://www.youtube.com/watch?v=v6lmvpFgYU0

Ψαροταβέρνα  ΤΖΙΒΑΕΡΙ
Taberna de pescado TZIVAERI.
Αγγιι Αποστολοι

Y los salmonetes, ¡ay, dios mío, los salmonetes! Aunque solíamos comer el plato del día porque era bueno y por pura economía, en una ocasión nos ofrecieron cambiar el pescado previsto por uno de salmonetes, por el mismo precio, como un presente de los dueños.
Nos trajeron una fuente de salmonetes que había pescado el abuelo que no iban ni a primaria, los probes. Nunca los había comido tan pequeños, yo no sé dónde está el tamaño legal ni saqué la cinta métrica que suelo llevar siempre encima, por no recargar la mala conciencia, pero dejemos su talla en unos centímetros.

El caso es que no quedó ni tamo, ni espinas ni cabezas, ¡nada!, estaban churruscadines y jugosos a un tiempo, y se comían como si fueran pescaitos fritos de la Bahía Cái, mi arma, pero con sabor a salmonete, ¡pa habernos mataoooo!

Y aquí cierro por hoy con esta versión de la gran Domna Samiou, que fue la primera que conocí grabada y a mí, sin despreciar las otras versiones, sigue siendo la que más me gusta. Mañana algo más del pulpo y el Tzivaeri, sobre todo por enseñaros otras dos fotografías. Cualquier disculpa me vale.

Δομνα Σαμίου, Domna Samiou. Tzivaeri,   Τζιβαέρι.  Joya.

http://www.youtube.com/watch?v=QoVrVegRPmc

Salud y buenos alimentos

Barbarómiros

lunes, 25 de marzo de 2013

Η Ρόζα Εσκενάζυ, Rosa Eskenazi -2


Hotel en el aeródromo Elefterios Venizelos.
Grecia,  agosto 2012

Ρόζα Εσκενάζυ, Καλλιτέχνις


Buenos días. Dejamos a Rosa a principios de los años 40, cuando los alemanes invadieron Grecia. Entre 50.000 y 60.000, de unos 80.000 judíos de Salónica su ciudad, que constituían casi la mitad de la población, fueron exterminados por los nazis, y ella era judía.

En un libro sobre Salónica, regalo del mi Dimitraki, titulado La ciudad de los espíritus, de Mark Mazower, se cuenta este trágico episodio de la historia, y se explica porqué en Atenas, con una población judía en minoría, la represión fue mucho menor. 
Pero en Tesalónica esa comunidad era pujante desde hacía siglos, con una alta proporción, eso sí, de clases pobres. Entre ellas la familia Eskenazi: la madre servía en casas burguesas ayudada por Rosa, y el padre había abandonado su oficio de trapero y trabajaba en una fábrica de algodón, como conté que hizo Bambakaris en Siros antes de marchar al Pireo y dedicarse a la música. Otra coincidencia, claro que la del algodón fue una industria con brío en aquellos años en Grecia.

Νίκος Καρακώστας. Ρόζα Εσκενάζυ.  Το  Ξενάκι.  El extranjerito.

http://www.youtube.com/watch?v=rrwwXf2803I

Karakostas, nacido en 1882, que acompañaba en esta canción a Rosa, es uno de los clarinetistas clásicos del género.

Eskenazi supo bandearse bien en unos años muy peligrosos. El hecho de que ella y su familia salieran indemnes de la persecución fascista contra los judíos desatada también en Grecia, hizo pensar a algunos en cierta connivencia con los ocupantes, máxime cuando en esos años abrió en Atenas un cabaret de éxito en un momento en el que el rebético no era bien visto por las autoridades invasoras. Recordemos al respecto la canción de Gienítsaris, Za saltaro, Al asalto, que cuenta los golpes de mano a la gasolina y suministros de los camiones alemanes por parte de los rebetes y la población civil en los días de la ocupación. El Cristal, Κρυστάλ, era visitado por lo más florido del ejército alemán y de la sociedad aristocrática ateniense.

Para curarse en salud Rosa se había agenciado papeles falsos de cristiana bautizada, ¡casi suena a los tiempos inquisitoriales de los Reyes Católicos!, pureza de sangre, cristiano viejo... . La historia se repetía y, por si acaso, se enrolló con un oficial alemán que le procuró cierta seguridad. Y está documentado que ayudó a la Resistencia y a diversas familias judías de Salónica y Atenas.

Ρόζα Εσκενάζυ.  Τα ματάκια σου τα μάυρα. Tus ojitos negros.


Eskenazi tenía en ese momento cerca de 500 registros discográficos con Columbia y era tremendamene popular.

En la portada del disco que aparece en este vídeo, se habla de una melodía del norte de Eubea. Es lo que he llamado en broma, alguna vez, la melopea griega, de resonancias orientales arábigas, con un coro ondulante que responde a la voz principal repitiendo los dos versos de la cantante. Y me suena también a la Nisiótika, la música isleña. Yo incluso echaba en falta aquí el sonido de la tsabouna o gaida, gaitas griegas, y turcas. Se la dedico a mi amigo ο Γιάννης Τσακός, αποδρομος, de Halkida, la capital de la isla.

No obstante todas las seguridades, en 1943 Rosa fue denunciada y encarcelada. Después de varios meses se libró de una muerte segura por mediación de su amante germano. Hasta el final de la guerra, con su local cerrado, tuvo que ocultarse en previsión de nuevas complicaciones.

No podía faltar en esta selección de canciones un tsifteteli, τσιφτετέλι, de los ritmos más característicos de Eskenazi y por extensión del rebético de Asia Menor.

Ρόζα Εσκενάζυ.  Αμανές τσιφτετέλι Ουσάκ.

http://www.youtube.com/watch?v=ND8F7ACxZTo

Después de la guerra grabaría también con Odeón. Fueron unos años de transición donde el genio creador de Vassilis Tsitsanis se impuso a los viejos rebetes, pero Rosa obtuvo la aquiescencia y el reconocimiento de la nueva generación y mantuvo su estatus artístico. Incluso se permitió ayudar a futuras estrellas del género, como a la gran Marika Ninou.

Pero serían los años 50 los de su auténtico lanzamiento internacional, ya que realizó varias giras por distintos países, dos de ellas triunfales en los Estados Unidos.
Ya había encontrado entonces al segundo hombre de su vida, casi treinta años más joven que ella, con el que vivió de hecho hasta su muerte, pero en la segunda gira Rosa, genio y figura, se casó con un americano.
Dicen que fue un matrimonio de conveniencia para quedarse a trabajar en América, pero meses después volvió junto a su amor griego.

Ρόζα Εσκενάζη.  Τα κεριά, τα σπαρματσέτα.

En los temas más modernos ya se escuchan con relativa frecuencia el busuki y, más raramente, también el hammond, como en el anterior.

En los años siguientes los antiguos intérpretes como ella sufrieron un cierto olvido, pero en la década de los 70, coincidiendo con la caída de la Dictadura de los cogoneles, hubo una renovación del género con la incorporación de jóvenes músicos que desempolvaron sus viejas canciones. Eskenazi regresó al primer plano de la escena musical griega.

La siguiente grabación pertenece a uno de los pocos títulos que registró en esos años oscuros, casi cuando empezaba a emerger de nuevo.

Δ. Μανησαλή, violín. Ρόζα Εσκενάζυ, voz. Πεστιμό μανές (Σαμπάχ μανές)

Atardecer en Plaka.  Atenas, julio 2012

Nunca el rebético había sido una música mayoritaria, ni lo sería en esta década, pero la revalorización del estilo le permitió seguir grabando canciones y actuando en directo.

Pero no sólo eso, aún tuvo algunos éxitos sonados, integrada en los nuevos sistemas de propaganda, difusión y distribución de la música, con las recopilaciones de rebética realizadas por las compañías discográficas, o los programas de radio y televisión que pinchaban esos temas y dedicaron seriales al estilo, y monográficos a su figura con presencia de la homenajeada.

La más famosa de esas recopilaciones fue la antología, Ρεμπέτικη Ιστορία, Historia del Rebético, un éxito de ventas que coincidió con el auge máximo del género en los 70.

Considerada por las cantantes jóvenes como la gran madonna del rebétiko, en esa época contó con el apoyo de las que ya eran nuevos valores de la música en Grecia, como Haris Alexiou o Glykería, dos de las abanderadas del nuevo rebético, hoy ya casi estrellas declinantes.

Ροζα Εσκεναζυ.   Η Μπολσεβικα.

http://www.youtube.com/watch?v=35Wve8zN10w

El año 77 dio su último concierto multitudinario en Patras, y el resto de sus días vivió retirada en su casa junto a Χρήστος, el galán.

Murió en diciembre del 80. El pueblo donde la enterraron pagó a escote una lápida sobre la que grabaron la sencilla leyenda que elegí de título para este segundo capítulo: Rosa Eskenazi, Artista. Según los benevolentes tenía cerca de 90 años, según otros al pie de un siglo.

Había todavía otra media docena de canciones en espera, de las más famosas suyas, como Trava re alani, Armenaki, Tsakitzis, de las que existen muchas versiones y se siguen interpretando, entre otras por Marió. O la menos conocida de 1935, Μας κυνηγουν τον ναργιλέ, de la hatsiklídika, las  músicas del hachís.
Pero ya está bien, las iré poniendo cuando pinte, hoy serán ocho temas, como en la primera entrega.

Ρόζα Εσκενάζυ.   Νανουρισμα. Nana. 

Tenía que descartar alguna y esta anterior, me interesaba más subirla porque, aunque también es conocida, es un género menos frecuente y ya hemos hablado de las canciones de cuna, aquí y en comentarios en el blog de Ana Capsir, donde ha puesto grabaciones y tratado el asunto.
Hice mención especial del precioso trabajo, Nanurísmata, Nanas, de Savina Yannatou, donde por cierto viene alguna versión sefardí, el gentilicio de los judíos españoles (Sefarat) al que pertenecía Rosa, como he señalado, a pesar de apellidarse Eskenazi, la rama y familia judía no española.

Pero estaba pensando sobre todo en una nana que subió Capsir de su amiga griega Konstantina, actualmente cantando en Rodas.

La que no podría descartar de ninguna manera es Mi Demetruela o Mi pequeña Demetria, porque siempre la asociaré a nuestro amigo Zodoros, el limniota muerto hace pocos años en Atenas, el primer amigo que hicimos en Grecia.
El año que nos vimos en Zákinzos la cantaba él, que era el único que la sabía entera, y todos lo acompañábamos en aquellas estrofas que recordábamos, mientras nos iba enseñando con su bólido de tercera mano y a unos treinta por hora cuando más, algunos de los rincones interesantes de la isla, enlatados los seis como anchoas en el minúsculo utilitario...

Γεια σου, Θεοδορο, va por ti!

Panayotis Toundas. Rosa Eskenazi.   Dimitroula mou.

http://www.youtube.com/watch?v=I1Fyad1gDqg


Salud y buena música.

Ramiro Rodríguez Prada

domingo, 24 de marzo de 2013

Η Ρόζα Σκενάζι, Rosa Eskenazi


Parada de bus en Liosion,   Atenas, agosto 2012.

Η Ρόζα, Rosa


Buenos días. Si por algo me presta hablar hoy de Rosa Eskenasi, aparte de por su música o su pertenencia a una antigua familia judía española expulsada de la Península, es por el hecho de haber vivido en Komotoní y ser en esta ciudad donde ella misma confesaba que había sentido la llamada de la música y del baile.
¿Porqué me gusta ese detalle? Pues porque es el pueblo de los abuelos del mi Dimitraki y de allí nos ha traído el monje tesalonicense el mejor café de Grecia.

Pasamos varias veces por Komotiní a la ida o a la vuelta de Turquía y sólo paramos en una ocasión, a tomar un helinikó, precisamente. Está asentada en una estrecha franja entre la montaña y el mar, cruce y camino casi obligado de todos los imperios, al sur del Ródope, una cadena montañosa fronteriza con Bulgaria, y es la capital de ese departamento. Junto a la costa abundan los arenales, pantanos, salinas, esteros y cauces, del agua que sangra el Ródope, por eso es también una región bien irrigada y bastante verde.

Confluencia de aguas pero también de culturas porque según me contaba Dimitraki, la población estaba compuesta por griegos, turcos y búlgaros, y sus descendientes, y sus propios abuelos hablaban los tres idiomas.
Ροζα Σκενάζι.   Μαντηλι καλαματιανο.  Pañuelo de Kalamata. 1928.

http://www.youtube.com/watch?v=JMnj1wqZKEw

Este es el primer tema que grabó Rosa, ya residiendo en Atenas después de la muerte de su marido, con el que había vivido una historia de amor digna de la rebétissa en la que llegaría a convertirse. Creo que tiene más interés que otros aspectos de su biografía porque, además, de esa primera relación apasionada le quedaría el hijo que tuvo.

Se enamoró de ella un rico heredero, pero a la familia del chico no le pareció muy recomendable la hija de un trapero judío que andaba por las tabernas y los cabarets bailando la danza del vientre, en ambientes de hombres, prostitución y bajos fondos. Era el caldo de cultivo del rebético en esos años, duros para los músicos varones, pero mucho más para las mujeres.

La propia familia de Rosa, que entonces tenía 15 ó 16 años, no estaba de acuerdo con el rumbo bohemio que estaba tomando la niña. ¿Solución?, los tortolitos decidieron escapar de casa.

Νικος Βασιλόπουλος, clarino. Ροζα Σκενάζι.  Κόφτην Ελένη την Ελιά. 1928.

http://www.youtube.com/watch?v=b70AaRobsXo

Κώστας Τζόβενος. Ρόζα Εσκενάζυ.   Νέα Μερακλού. 1932

http://www.youtube.com/watch?v=j46heZcBhuQ

Su creciente fama la llevó a girar por Grecia y países del recién caído imperio otomano, Servia, Albania, con poblaciones mixtas al igual que su Komotiní o la misma Salónica. Gracias a su conocimiento tanto del griego como del turco o el armenio, y a la interpretación de sus folclores, era celebrada por igual por todos ellos. Muy pocos artistas han conseguido un consenso tal, cada comunidad separada y con frecuencia reñida por rivalidades históricas.

Ese cuarto tema es uno de los más conocidos suyos, con frecuencia llenos de picardía y desde luego siempre con palabras de argot. La grabó también Rosa Abatzi de la que ya he subido alguna canción.
Habla del ambiente del rebético: una chica presumida y ligera de cascos, descarada pero meraclís, una enrollada fetén que bebe como cualquier paisano, quiere ligarse a uno de esos rebetes, uno de esos chicos duros y apasionados que fuman hachís -νμη φουμάρεις πια χασίσι- y la vuelven loca. Pero estos son unos mangas mujeriegos y acaba mandándolos a la mierda,  Άντε να ζήσουν οι μάγκες!, les dice ella al final, algo así como ¡Anda y que os jodan, mangas! (y mangantes?).

Y éste con busuki y guitarra es un zeïbékiko, ese otro ritmo del rebético donde suelen bailar hombres solos.
Μίνωα Μάτσα Τσάμα. Ρόζα Εσκενάζυ.  Ούζο Χασίς. Uso y Hachís. 1935.

Plaka.  Atenas, julio 2012

En 1936, sólo 15 días después del inicio de la Guerra Civil española, subió al poder en Grecia, mediante un golpe de estado de filiación fascista, el general Metaxás, que lo mantuvo hasta el 41, coincidiendo con la penetración de los tanques alemanes.

Pese a militar en la misma banda que Hitler, Franco o Mussolini, siguiendo en ese momento consignas más nacionalistas que ideológicas, fue el responsable del No a la intención del fascista italiano de cruzar e invadir, en principio pacíficamente, territorio heleno en 1940, lo que provocaría la guerra con Italia. Sería Alemania quien lo haría finalmente, pero ese  Όχι, No a Mussolini, se sigue celebrando hoy día como una fiesta nacional.

Cerraré el capítulo con una canción que el régimen prohibió a Rosa, pero antes os dejaré todavía un par de temas grabados en la misma época.

Κλαρίνο (clarinete), Δ. Τζούρος. Φωνή (voz)Ρόζας Σκενάζι.
Έβγα ψυχή απ´ το κορμί (Γκαζέλ Νιχαβέντ Μανες)1936.
La Segunda Guerra Mundial sería un punto de inflexión no sólo para la música sino para toda la vida griega. A Rosa, que no olvidemos que era judía, la ocupación la pilló siendo ya una gran estrella. Había actuado en todos los países de los Balcanes, en Egipto, Oriente Medio y la propia Turquía, y era admirada y querida por todos los públicos.

Pero la dejo aquí porque me queda casi otro tanto y ya me dicen que me paso con el tamaño de las entradas. La verdad es que con las ocho canciones de hoy creo que Rosa puede darse por satisfecha de momento, pero completaré su historia con un segundo capítulo porque repito que estamos hablando de algo así como la emperatriz del rebético, la pionera.

Su nombre, creo haberme referido a ello en otro lugar, es un homenaje a sus orígenes españoles, en griego se escribe con ζ, z, pero la pronunciación es la de una s. Rosa, y la flor, se dice en griego Triandáfilo, o sea treinta hojas, pétalos.

Στο κλαρίνο ο Νίκος Καρακώστας. Φωνή, Η Ρόζας Σκενάζι.
Ποια είναι αυτή που πέρασε. Quién es ésta que pasó. Παραδοσιακό (tradicional). 1936.
Y por fin la prohibida por Metaxás. Habla de tomar cocaína junto a otras procacidades frecuentes en el género, coge cacho, no sé traducirla, un poco en argot sería algo así como Pilla cuando estás pedo?. Ese  presa tiene un significado parecido a la palabra castellana, agarra, coge, aprieta: hacer presa... Y viendo a la bailarina parece aún más sugerente el título, ¿evidente?, vale.

En el vídeo se pueden ver imágenes de la época, con el dictador, dictátoras, discurseando desde un balcón.
La actuación en la taberna es una recreación cinematográfica, con una Eskenasi ya muy mayor cantando, dando algunos pasos y tocando los crótalos, pero según cuentan, ella de joven, como la bailarina, también debió de mover con parecido arte su ombligo y su rulé.

Ρόζας Σκενάζι.  Πρέζα όταν Πιείς.

http://www.youtube.com/watch?v=tBS6-thTqTs


Salud y buena música

Ramiro Rodríguez Prada

viernes, 22 de marzo de 2013

balbiprada


Fucsias.
León, 2012

Se me pasa el arroz
(A mi hermana)

Ese tiempo en el que juntos fuimos niños
y éramos felices porque todo lo ignorábamos,
años en los que sin saberlo nos queríamos,
ese tiempo solar con pocas sombras
pasó y es como si fuera de película.

Todo queda ya lejos pero es tan dulce el recuerdo
que me pone tristón mirar hacia la infancia y vernos,
tanto como te quiero, hermanina, y te quería
con tus trenzas de niña o haciendo la paella
 ¡y echándole a ese arroz tanta alegría!

¡Salud, y que pasen los años sin tristezas,
al igual que tu arroz: siempre en su punto!

De  Interrogatorios y Otras partidas perdidas. 2013

Ramiro Rodríguez Prada

Στου Διγενή τα κάστρα
(Η τρελή του φεγγαριού)

Ψηλά στου Διγενή τ' αλώνια
τις νύχτες του καλοκαιριού
του κάτω κόσμου τα τελώνια
με λεν τρελή του φεγγαριού.

Μα εγώ χρυσόβουλο κρατάω
από καιρούς βυζαντινούς
και τ' άγρια βάθη που κοιτάω
δεν τα χωράει ανθρώπου νους.

Ψηλά στου Διγενή τα κάστρα
στον τάφο του νεκρού παλικαριού
τα νυχτοπούλια κάτω απ' τ' άστρα
με λεν τρελή του φεγγαριού.

Νίκος Γκάτσος.

Νίκος Γκάτσος. Μάνος Χατζιδάκις. Φλέρυ Νταντωνάκη.
Στου Διγενή τα κάστρα (Η τρελή του φεγγαριού)

http://www.youtube.com/watch?v=13nyN4DLldU

 En las fortalezas de Digenís
(La loca de la luna)

En lo alto de las eras de Digenís
en las noches de verano
los seres del inframundo
me llaman la loca de la luna

Pero yo sostengo un sello
de los tiempos bizantinos
y los abismos salvajes que contemplo
no los concibe la mente humana.

Sobre las fortalezas de Digenís
en la tumba del valiente caído
bajo las estrellas las aves de la noche
me llaman la loca de la luna.

Nikos Gatsos.


¡Muchos besos!

jueves, 21 de marzo de 2013

Primaveras


Primavera.  Asturias.

Canción de amor primaveral 
(en paro)

Qué tiene en esta hora Primavera
que saben tan amargos sus zarcillos
brota un verde solar en el sobaco
sobre el rojo cristal del vino nuevo

Llega con la brisa aroma de resina
y en la noche llora un recién nacido
sin futuro trabajo ni esperanza vivo
y solo con tu amor ya me alimento

De  Interrogatorios y Otras partidas perdidas. 2013.

Ramiro Rodríguez Prada

Manu Chao.   La primavera. Me gustas tú.


Tulipanes en el Campo de San Francisco
Oviedo, primavera 2011.

888RRADAS

^
A
APAGA
¡A LA MIERDA!
AL PARO SIN POLÍTICA
AGUANTANDO LADRON€$ S. A
AGUJ€RO$ N€GRO$ DE LA BANCA S. A
¡AAGUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUAA!
DESAHUCIODESAHUCIODESAHUCIO
DESAHUCIODESAHUCIODESAHUCIO
DESAHUCIODESAHUCIODESAHUCIO
DESAHUCIO          ¡primavera!                     DESAHUCIO
DESAHUCIODESAHUCIODESAHUCIO
DESAHUCIODESAHUCIODESHAUCIO
DESAHUCIODESAHUCIODESAHUCIO

  
Eres un primavera, florecilla... 

Ramiro Rodríguez Prada

 Manuel Esperón González. Antonio Bribiesca, guitarra. Chavela Vargas.  Flor de azalea.

http://www.youtube.com/watch?v=XJiQkHIqwT8


Besos

miércoles, 20 de marzo de 2013

Pimiento picante


A cuentos de Valle-Inclán
Ponferrada,  enero 2013

π miento


Llegamos a Ponferrada en el Mercedes del Narizotas, el legionario amigo de don Ramón, tan parecido al Bogbón Felón. Conducía el coche el guardaspaldas y el macarrón ocupaba su sitio en el asiento trasero. Dormía junto a Eusebio, el criado gigante del manco, que viajaba en el centro y seguía roncando, con el cogote apoyado en la bandeja posterior.

Aparcamos en una calle del centro, una noche lluviosa y fría. Cuando paraba de llover la espesa niebla lo envolvía todo. Había sido un viaje lleno de peripecias hasta llegar allí. El Legía hacía un recorrido de reconocimiento por sus negocios, parando todo a lo largo del camino en locales de prostitución para camioneros, en poblachos sin nombre.
En la capital del Bierzo tenía un dúplex enorme muy moderno con siete chicas, sólo brasileñas, colombianas y cubanas, decía que eran las más calientes y cariñosas. El negocio lo regentaba un matrimonio berciano, él minero silicoso retirado, con muy mala leche y ella una portuguesa ya naturalizada, morocha y malencarada, que tenían su propia vivienda en otro piso del edificio. Allí cenamos todos un plato caliente después de muchos días de tragar bocadillos en lugares apestosos.

Y en esa casa dormimos Sebito, por orden de su amo, y yo por agotamiento, en el Mercedes me era imposible hacerlo con los ronquidos del gigante junto a la oreja. Valle en cambio cerraba un ojo y se quedaba roque como un búho. Así que el manco, el legía y el guardaspaldas, salieron después de la cena a visitar otro local donde trabajaban algunas de las chicas del dúplex y nosotros nos fuimos a la cama. Sebio no podía dormir y me estuvo dando la tabarra más de dos horas con la mala conciencia que tenía, pensando en la su Jaki y con el recuerdo de las mieles de la rubita del Constantinopla..., hasta que debí quedarme dormido mientras seguía hablando.

Por la mañana nos despertó la portuguesa diciendo que en la cocina nos esperaba el Narizotas. Allí estaban los tres peines con cara de no haber dormido en toda la noche trajinándose unos botillos con repollo y cachelos. Sobre la mesa había vino y orujo.
¡Amaneció en Bouzas!, saltó el manco nada más vernos. ¡Apuren la entiba del banduyo que hay trabajo!, añadió señalando la fuente con restos de botillo.
Eusebio se sentó, la portuguesa le alargó un plato y el coloso se puso a comer como si tal cosa.
¡Vaya un desayuno!..., protesté yo.
¡Déjese de remilgos y coma, que después no habrá ocasión! ¡Y ligero, galgo, que son las dos!, urgió Valle.

Tenía razón el viejo. Era lo que debería haber hecho, de saber lo que me aguardaba, pero le pedí a la mujer un café y unas galletas y detrás me tomé un chupito de aguardiente. Con eso pensé que estaría caliente y entonado por unas horas.

El Legía habló en la mesa de un político local con el que debía entrevistarse. Era alguien poderoso en la ciudad, aunque el Narizotas no mencionó el cargo que ocupaba. Sí contó que este socio, empresario minero, había estado al frente de la alcaldía y tenía varios pleitos abiertos por fraude, prevaricación, apropiación indebida, y acoso sexual a dos concejalas del grupo político independiente que representaba, escindido de Fuerza Nueva para presentarse a las municipales sin la vitola ultraderechista. ¡No van a demostrar nada y el prenda se irá de naja!, se reía el caramula.

El malevo contaba todo esto tan tranquilo, con una lucidez y precisión en el uso de los términos que contrastaba con su careto de remolacha forrajera y su condición de macarra en activo, que se supone poco dada, en principio, al cultivo lingüístico. La inteligencia no parece tener que ver mucho con la ética en este mundo de listos y truhanes.

En la calle seguía la lluvia y la niebla cerrada de la noche anterior. Hacía mucho frío. Más que las tres de la tarde parecían de la mañana.

Don Ramón quiso comprar unos pimientos picantes y entró en una tienda mientras esperábamos en la acera, yo aterido.
¿Para qué quiere los pimientos?, le pregunté cuando salió con una bolsa de plástico en la mano.
Pero no contestó. Pidió al Legía que si nos podía subir al cementerio, porque aquel era el lugar de su cita. Le dijo que todo el asunto le llevaría una hora y que mientras tanto podía acudir a su entrevista con el empresario, después que subiera a buscarnos. Nuestro siguiente destino era León, donde el legionario supervisaría otro dúplex de lujo, según contó.
Así lo hicimos, el Narizotas y su compinche nos descargaron en el cementerio y ellos volvieron a Ponferrada.

El genial manco, decidido y a grandes zancadas, se acercó a la puerta del cementerio. Sebito y yo íbamos más atrás, despacio y algo acobardados. Valle empujó la verja, que cedió con un chirrido oxidado. Se volvió para que apuráramos y entró por la rendija que había abierto. Nos fuimos detrás del viejo que ya se había metido por una avenida lateral que ascendía entre cipreses y aumentaba su ventaja a cada paso. A esa distancia, con el levitón, la chistera y los botines parecía un fantasma entre la niebla.


En el rincón de los iniciados
Ponferrada,  enero 2013

Tras un buen rato de ascenso llegamos a una esquina del cementerio sin tumbas, nichos ni construcción funeraria alguna. Había un conjunto de pequeñas lápidas votivas en el suelo de césped, con distintas leyendas pero sin nombres. Don Ramón estaba frente a una de ellas en actitud meditativa, tal vez orante. Bisbiseaba algo incomprensible como una urraca beata. Nos miró de reojo cuando llegamos a su altura.

¡A ver, mastines!, carraspeó el zombi con evidente sorna, ¡Cada uno a un lado, como buenos monaguillos, hagamos los honores al Benemérito Maestro!
¿De quién se trata?, me atreví a preguntar con timidez
¡No importa el nombre, importa el mensaje, caperucito!, chilló el viejo atravesándome (me cubría un mal chubasquero con caperuza).

Valle abrió la bolsa de plástico, sacó un hermoso pimiento rojo que en aquella grisura de la niebla parecía un rubí, le dio la bolsa a su criado y depositó muy ceremonioso el pimiento bajo la leyenda de la lápida

Aquí en lo hondo
duermen cenizas
de algún cachondo

Para mi desaliento
no traigas flores
quiero pimiento

A mí se me escapó la risa aunque estaba tiritando y Sebito estalló en carcajadas, contagiado. Don Ramón se volvió fulminándome con los clisos, no dijo nada pero, rápido como el rayo, agarró su sombrero y me dio un chisterazo en todo el morro. Usebio se apartó prudentemente.

¡Estate al loro, barbián, que saco la de a tercia!, me amenazó. ¡Y tú, sacristán, arrímate a mi vera que ya ajustaremos cuentas!
Las orejas de Sebio cuando se acobardaba, parecía que tuvieran autonomía de movimientos y caían solas como las de un elefante. Se acercó faldero al manco. Yo me frotaba el morro y empezaba a aburrirme la broma, pero me aproximé también.

Valle hizo unos cuantos esparabanes y signos extraños en el aire con su brazo bueno, el muñón acompañando el movimiento del derecho, y pronunció un discurso en arameo. Sacó después una petaca del bolso interior del chaqué y le atizó un trago, luego me miró, se lo pensó y me la pasó. Era brandy, ¡aquel Terry añejo! El de Arousa me lo tuvo que quitar de las manos.
Entró enseguida en una especie de trance introspectivo con los ojos cerrados, las barbas clavadas en el pecho y la cabeza baja. La niebla había empezado a cuajar en una especie de orbayo que nos estaba empapando, en especial a mí que era el más desprotegido. Quise escurrirme sin hacer ruido, pero el zorro me guipó sin abrir los ojos ni cambiar de postura, ¡Quieto ahí, traidor, no se mueva hasta que termine el Oficio!, gruñó.

Debía de haber  pasado ya la hora convenida con el Narizotas y yo no aguantaba más, así que le dije, Don Ramón, creo que el Legía ya debe de estar esperando...
¡Que espere!, contestó de mal talante.
Es que yo voy a coger una pulmonía, la ropa que traigo no es apropiada para este tiempo.
¿Le parece apropiada la mía pollo? ¡Estos son los aprendices de héroe, amado Maestro!, dijo dirigiéndose a la lápida, ¡Ande, arrée y póngase a resguardo, calamar!
Y a Sebito, que lo miraba con cara de víctima propiciatoria, ¡Y tú vete con él, podenco, yo no tardaré!

Al bajar nos perdimos con la niebla, tardamos por lo menos media hora en encontrar la salida. Valle ya estaba en el Mercedes con los delincuentes, que en el momento de llegar nosotros esnifaban polvos de un espejo. El viejo nos echó una bronca monumental jaleado por las carcajadas de los otros dos.
Serían sobre las siete de la tarde cuando dejamos el cementerio. No se veía un burro a tres pasos.

Abreviaré, aunque todavía quedaba bastante por contar.

Camino de León, el Mercedes se paró inexplicablemente subiendo el Puerto de Manzanal. Después de porfiar atrás y adelante, no dieron con el problema. Los teléfonos móviles de los prendas no tenían cobertura o estaban descargados, ¡qué sé yo!. Pasaban pocos coches y nadie paraba, ¡no me extraña, con nuestro aspecto y lo poco que se veía!...

Como el mejor conocedor de la zona, me tocó ir caminando junto con el compinche del legionario hasta la gasolinera del puerto, para pedir ayuda, unos cinco kilómetros de subida. Llegué desfallecido de hambre, de cansancio y de frío. Allí Porfirio, que es el nombre del colega del Legía, vamos a decirlo ya de una vez, me invitó a una chocolatina y a un café con leche que me supieron a gloria divina.

El chaval de la grúa estaba haciendo un servicio remolcando a un automóvil accidentado y tardó en regresar. Cargó el Mercedes con los tres ocupantes y a la vuelta nos recogió a nosotros. A cambio de una buena propina del Legía nos llevó a Astorga en lugar de a Ponferrada, a petición de don Ramón, que parece que conocía a alguien en la capital maragata.

Mamerto Boeza, maletilla, sangrador.

María Jimenez.    Se acabó.

Salud

ramiro 

martes, 19 de marzo de 2013

Café con la Tsakonensis


Un café  sketo  con la  Curruca  eubiota
Geromili,  Petriés. Grecia 2012.

Κοκκινοτσιροβάκος της Εύβοιας
(Συλβία της Εύβοιας)

Sentados en la playa de Geromili, charlando tranquilamente alrededor de una taza de café solo, café templado y sin azúcar que la Tsakonensis traía en un termo, que quita la sed y deja ese sabor seco y tostado en la boca, a la vista de un Egeo cuya luz hace daño en los ojos y en el corazón... 

Hablábamos una vez más de la precaria situación que vive Grecia, de los amigos y conocidos a través de la fotografía e internet, pero también de nuestro país, al que la mayoría de  griegos tienen idealizado, unos por la vía futbolera y otros por nostalgia romántica del antifascismo. Todos habréis visto esas pancartas en la Acrópolis, en las manifestaciones, en las concentraciones delante de la Embajada Americana o del Parlamento en Síndagma, con la leyenda  NO PASARÁN.

En un comentario, hacía Ana Capsir (Navegando por Grecia) un chiste a propósito de algo parecido: en una sentada de los '70 en Valencia, los universitarios cantaban el  No nos moverán, y seguían cantando mientras corrían delante de los grises armados con toletes... 

Tal vez sea ese el espíritu, la actitud que necesitamos, aunque debamos huir cuando el enemigo tiene todas las armas en sus manos. La cautela no es cobardía.
Pero esta curruca no es una pajarina ingenua de las que se engañan, ni en lo que se refiere a la Historia ni al futuro. La Historia nos enseña que no sólo pasaron mandándonos mudar, sino que siguen aquí, y con todos los resortes del poder en sus manos. Se llama Fascismo. 
El futuro no sería nada para nosotros si el Proletariado no hubiera tomado su nombre, precisamente, de la prole. Y si los jóvenes lo tuvieran, futuro. Pero no nos condenan a nosotros a la miseria, condenan a las generaciones venideras, que son las de nuestros hijos e hijas, o las de nuestros amigos, o de nuestras hermanas pequeñas... . Tal vez por eso insistimos en el  No nos moverán y el  NO PASARÁN.

Por eso y por orgullo, porque no nos importa encajar una derrota más, donde la derrota es ley de vida.

Παναγιώτη Τούντα. Αμαλία Βάκα (Αμαλία Μάτσα).   Kαλλιοπακι. 1948.

http://www.youtube.com/watch?v=Am-SsFunJBQ

Creo que la Tsakonensis, por las crías con plumón que todavía alimenta en su nido, suscribiría todo esto, porque en directo no era capaz de decírselo en su hermosísimo idioma y hablábamos más con las miradas que con las palabras.

En éste de San José, se celebraba el día del padre. Quise enviarle un recuerdo en particular a esta curruca eubiota, ¡un padrazo!, por ser de todos mis amigos quien tiene los pajarines más pequeños y por tanto quien más esperanza y fuerza necesita para seguir luchando. 

Por estas fechas las carrasqueñas se empiezan a ver por el campo y entre los matorrales del monte bajo, buscando insectos, que son su comida favorita, y un lugar seguro para su nido, animadas ya por la luz primaveral. 
Sabemos que las currucas llevan a veces un bigotillo blanquecino un poco ridículo, pero la Sanjuanina eubiota no gasta de eso, es más austera. Tampoco es ave de vuelos largos, recorre el territorio donde vive y lo conoce como pocas aves, pero es endémico del norte y centro de Eubea y no suele abandonar el entorno de su nicho salvo fuerza mayor.

Si tenéis interés en leer el capítulo precedente acerca de los hábitos más comunes de este pájaro, podéis pinchar en esta dirección:

http://wwwpsilicosisblogspotcom.blogspot.com.es/2012/12/la-curruca-eubiota.html

El  Κοκκινοτσιροβάκος  en sandalias la  Pardilla  en zapatillas
Santos Apóstoles.  Eubea. Grecia, agosto 2012

Y ahora vienen las disquisiciones del pajarólogo y ornitorero linwhiskyco. La Curruca carrasqueña, Sylvia albistrata orientalis o Tsakonensis de San Juan, es una Συλβία της Εύβοιας. Su otra denominación, el sustantivo Κοκκινοτσιροβάκος está compuesto de dos términos y siempre tengo la tentación de traducirlo por Curruca roja, porque kókino es rojo, que lo tienen, pero en realidad no sé que significa tsirobákos. Esto son suposiciones mías, pero me suena al lugar por donde anda o a la forma de moverse..., tal vez haga referencia a la vegetación, puesto que gusta de los carrascos.

Además de ese nombre compuesto de la carrasqueña, a la curruca la llaman también  Ωδικό πτηνό Τρυπομάζης, el primero un genérico descriptivo, Ave canora, y el segundo, con aroma oriental y quizá también compuesto. De hecho por la raíz Tripo, agujero, y las costumbres del pájaro conjeturo que describe su forma de ocultarse (en el agujero figurado...). Está tan cerca por su significado de un avecilla parda hermana, de la península Ibérica, pero también muy cosmopolita, a la que nosotros llamamos agachadiza, que me la hizo recordar, aunque la agachadiza es más grande, y Gallinago y no
Sylvia.

Consultado el monje de Karoulia, el mi Dimitraki, me pasa una colección completísima de imágenes de currucas en Google y en la primera tanda, junto a la panoplia pajaril, ¡oh sorpresa!: me encuentro con las fotografías de las piernas de la Tsakonensis en Psilicosis!, ¡¡Panayitsa mu, pa habernos matao!!...
La segunda tanda es ya una muestra de la amplia familia de los τσιροβάκοι griegos, entre los que figura nuestra especie. Pero ni así hemos podido saber qué significado tiene esa palabra. El Inmortal Dimitrios dice que no le suena a griego, pero indagará.

Y hasta aquí el capítulo de hoy de Currucas pardas. Envío de nuevo un abrazo lleno de plumas y trinos canoros al que llamé en la primera entrega que le dediqué, Juanito Caricias, no sólo por lo cariñoso, sino también porque su apellido tiene algo que ver con ese significado. Y muchos recuerdos para la familia de su nido en Halkida.

Υγεία, φίλε μου!, ¡Salud, amigo mío!

Γρηγόρης Ασικης.  Το Νινι.

http://www.youtube.com/watch?v=Edh4dkvxE6k


Cannavina Carduélis, psilikossa, rebétissa.

Besos

domingo, 17 de marzo de 2013

Coleccionismo


Amanecer en el Egeo. 
Eubea. Grecia 2011.
Fotografía de Mabel M. Melendi.

Coleccionismo


Aseguran los freudianos que todos somos coleccionistas en la más tierna infancia, atesorando nuestras primeras cacas en la etapa anal del desarrollo de la libido. Algunos empiezan antes, en la fase oral, porque siguen acaparando tetas en la edad adulta y nunca llegan a superar esa fijación. Sin mencionar a  chupópteros y mamones.

Hay coleccionistas para todos los gustos, no sólo de las partes anatómicamente conectadas a su maduración psicológica, como el culo o el sexo, sino de las cosas más extravagantes, que los reduccionistas tienden a esquematizar e incluir en uno de los cuatro apartados clásicos.
Los más abundantes son los de sellos, que lamen con fruición la cola del reverso como si fuera un pezón, para fijar la estampilla a su cuaderno particular y asegurárselo de por vida, el clítoris, o sea el pezón, no el sello que es su símbolo.
Ya, ya sé que los buenos aficionados guardan sus sellos en bolsillos de celofán a la medida, pero eso ocurre más tarde y sólo es una sofisticación de lo mismo, más frustrante, como echar un polvo con condón.

Los coleccionistas de mariposas e insectos, también muy numerosos, se dan a sí mismos el pomposo nombre de entomólogos, aunque no hayan pasado de las primeras letras. Esto no quiere decir que después de muchos años no lleguen a dominar su especialidad mejor que biólogos licenciados.
Hay coleccionismos muy cultos que han enderezado vidas anodinas, despertando al científico oculto tras el humilde diletante, de lo cual sacará provecho en el futuro el resto de la Humanidad, que ignora la fuerza de la vocación.
Y todo gracias a una simple afición, porque tampoco vamos a ser más freudianos que Freud ni lo  seguiremos al pie de la letra, lo que sería por una parte agravio y desprecio a muchos insignes hombres de ciencia que dieron los primeros pasos en su especialidad con este, digamos, modus operandi, y por otra parte una fijación imperdonable.

Monedas, automóviles, mansiones, caballos, pinturas, pelos del coño o del culo..., hay para todos los gustos, el eczétera sería interminable, si más raro y exclusivo tanto mejor -la excentricidad no conoce límites-, todos ellos constituyen otros tantos objetos de deseo y posesión, de colección, a los que el género humano se fija como ladilla al escroto.

A partir del desarrollo del turismo, las empresas del ramo se han lanzado a estudiar y explotar estas aficiones en el campo de su competencia, incorporándolas a los paquetes de ofertas turísticas, la más burda de las cuales quizá sea la más genérica.
Me refiero al coleccionismo de países. En un año, dependiendo de nuestra disponibilidad económica y vacacional, podemos llegar a visitar media docena, cuanto más exóticos y remotos mejor, aunque no nos enteremos de la misa la media. Los operadores pasean a los ciudadanos del mundo rico por los pastos más extraños y perdidos del orbe como a un rebaño de ovejas, extrayendo de paso todo el producto rentable que ha ido acumulando a lo largo del año en pieles y ubres, en sus opulentos países de origen.

Las mujeres y los hombres, como mamíferos que somos, siempre nos hemos sentido atraídos por la Naturaleza, de la que formamos parte y de la que hemos aprendido todo, pese a que pretendamos apartarnos de su abrazo. De ahí esa extendida afición romántica a los paisajes o a las puestas de sol, por ejemplo. Este hecho no se le podía pasar por alto a la industria del ocio, como dije, cuyo fin primordial no es educar en Estética a sus clientes, sino beneficiarse de ellos. Pero no sólo de la más oculta o secreta de las pasiones, sino también de la más transparente e inocente de nuestras debilidades.

Es imposible medir el placer que cada cual experimenta con la contemplación de un ocaso o la belleza presente en cada uno de ellos, porque depende de un sinfín de imponderables, entre los que la subjetividad no es el menor, aunque una mayoría coincidamos en calificar tal o cual atardecer como el más bello jamás visto. Pero no pasa de ser una cifra estadística, no un criterio de calidad.
Esto ha dado origen a una serie de puntos de atracción turística en toda la Europa mediterránea, y sospecho que también en la del norte, desde Bodrum, en la costa turca o el cabo Arnautes en la grecochipriota, hasta el Finisterre gallego, el Espichel portugués o el de Brest en Bretaña, estos tres con vistas al Atlántico. Desde ésos u otros puntos estratégicos, mágicos, es posible alcanzar el orgasmo privado o colectivo, sumándose al rito y reviviendo la orgía clásica y eterna, contemplando al sol hundiéndose en la mar, como una simbólica penetración ardiente (¡Pa habernos despeñao!...)

Las ovejas somos conducidas en autopulmans atiborrados de ojos, ansiosos por fijar en la cámara oculta de sus memorias el más hermoso de los ocasos de esta parte del universo conocido. Las exclamaciones de admiración y placer ante la maravilla siempre renovada en un mundo caduco, remiten  otra vez a la fijación freudiana de la obtención del cúlmen sexual y la superación de la frustación habitual, inherente a los rebaños de insípida proteína pecuaria, engordados artificialmente con piensos compuestos (¡No me mates!...)
Los óvidos nos corremos de gusto y, así, esos destinos se han multiplicado en los últimos años.

Al sur del Ática, en la Grecia continental, el cabo Sunio y toda su industria hotelera y de transporte vive de ello, además de algunas islas, aunque no sólo de eso, claro está, y empezando por las más populares, todas bellísimas por tantas razones que el visitante conoce: Mikonos, Santorini, Rodas o Creta.
Pero también Croacia, en el Adriático, con sus emergentes infraestructuras destruidas por la guerra. O Marsala, en Sicilia, Nápoles, Capri, Córcega, Cerdeña, Las Baleares..., por citar sólo lugares calientes.

Mucho más extraño es el coleccionista de amaneceres, pero no porque los colores sean menos evocadores o la fijación a ellos merezca una crítica más benevolente, no. Madrugar todavía está demasiado conectado en nuestras ordenadas sociedades a la frustración del placer, abandonando el lecho, escenario y ara del sexo, por algo que suele representar el colmo de su fracaso -suyo y de su orgasmo-: el trabajo (¡Matásteme, fíu!)

Pero si fuera cierto lo que vaticinan prospectivos y futurólogos del mundo egoísta, que viajamos hacia la sociedad del ocio, predicción de la que me permito dudar con sólo echar un vistazo al ocaso real, actual, de los dos medios mundos, el uno por exceso y obesidad, el otro por defecto y necesidad, si acertaron los condicionales, digo, todo se andaría, y veríamos flotas de autobuses cargadas de ovejas hacia el mejor de los amaneceres posibles. ¡Que balen! Que así sea.


De  27 amaneceres y un poema (Al oeste de Anatolia)
Kondopuli. Limnos. Julio 2002.
Ramiro Rodríguez Prada


Golpes Bajos.   Colecciono moscas.

http://www.youtube.com/watch?v=T6-OyBxvDak


P. D. No le había contestado a Ana Capsir sobre publicar un cuento que mencionaba el cabo Sunio, del que ella había hablado en una entrada de Navegando por Grecia, porque ya no tenía sitio para meterlo este mes. Pero acabé por cambiar la ubicación del previsto hoy para publicar éste, que no es un cuento como le dije, sino una reflexión ligera sobre el turismo masivo.
Ya he publicado aquí media docena de historietas de esta pequeña colección del 2.002 escrita en Grecia. Una de ellas, si recordáis, era aquella titulada Machito follador, sobre un gallo muy chulo que acabó en la cazuela. Algunas son muy largas, en especial las que tienen que ver con la forma periodística, el artículo, etc., por eso me he cortado de publicarlas, yo me fatigo al leer en la pantalla más que en el papel, tendría que partirlas y no me convence la solución. Este Coleccionismo es de las intermedias, un poco larga para el blog pero soportable todavía, pienso.

Salud y buen día.