martes, 6 de noviembre de 2012

Ζαργάνα, Aguja


Sargana.  Santos Apóstoles. Eubea.
Grecia, agosto 2012

A las buenas. La ζαργάνα fue la reina del verano, y no porque la comiéramos muchas veces, tan sólo cuatro, dos en lo de Stavrula, otra en el Tsivaeri y una cuarta en casa de Lizy y Diamandís.

Todas nos gustaron pero las de Lizy fueron especiales porque las comimos en su casa, un lugar privilegiado en lo más alto de los profundos valles, sobre el paisaje de monte, pueblos, playas, costa e islas que se divisa desde allí.
Se ve a tiro de piedra Skyros, la más sureña de las Esporadas, y en días claros Psará, en la otra orilla del Egeo. Y los barcos que salen del puerto de Petriés, Ayioi Apostoloi, Santos Apóstoles, a pescar sardinas, anchoas, calamares..., o agujas, sarganas.

Fueron las reinas, porque los bancos entraban en la bahía y se acercaban al puerto, incluso a la playa, donde los patos las seguían haciéndolas saltar fuera del agua, un fugaz destello plateado en la superficie de la mar, especialmente por la mañana temprano y al atardecer.

Por la bahía y a su entrada echaban varios barcos el cerco, el gri-gri, entre ellos el kókino kaíki, el kaike rojo de Yorgos, el Arjón Mijail,  Αρχων Μιχαηλ al que seguí todo el mes, y que me entretuvo en las horas de patasuelta mirando al mar en la terraza de casa, en sus vivas y coloristas idas y venidas por el golfo.

Pescando sarganas a caña. Música, Jovanotti, L'omblico del mondo.

 

Dios te ve
Grecia 2012

De algunas cosas tengo imágenes y espero subirlas algún día. Las más interesantes son tal vez las de las faenas del gri-gri, pero hay algunas de Spiros, por ejemplo, limpiando las sarganas con dos cortes en la barriga para sacarles limpiamente la tripa, que también tienen su interés.

En todas las ocasiones las comimos fritas. Muy ricas. Estaban muy frescas y eran pequeñinas para los tamaños que se pescan a veces, es la mejor manera de prepararlas. Lizy las rebozaba en harina metiéndolas en una bolsa de plástico y agitando la bolsa. En un ¡ay! están enharinadas. Yo lo hago en un taper de plástico con el bocarte o la parrocha que comemos aquí.

Las agujas, que es el nombre que les damos por estos pagos, son mucho más grandes aquí y, en todo caso, las comemos pocas veces.
Cogiéndolas la última vez en la pescadería, me contaba un hombre cómo fue el pescado que quitó el hambre al proletariado asturiano de la guerra y la posguerra. Había mucho, y era barato y  muy nutritivo. Fue por eso, durante años, proteína de pobres.
Merlines es otro nombre por el que se las conoce.

Tiene un sabor fuerte, no la que comimos allí, hablo de la grande, que permanece en la memoria, y una carne prieta y fibrosa que recuerda un poco a la de la anguila, aunque su aspecto exterior es diferente, y su sabor.
Es un pez musculoso, con apariencia de serpiente. Y de pez espada en miniatura.


Agujas o Merlines, los colores del mar
Grecia, verano 2012

Naturalmente, comimos las consabidas y también estupendas: σαρδέλες, sardeles, sardinas, γαύρος, gavros, anchoas, ξιφίας, xifías, pez espada, γαρίδες, garides, gambas, καλαμάρια, kalamaria, calamares, μπαρμπούνια, barbunia, salmonetes... . A alguno de ellos le tocará también su turno en esta etiqueta, cuando proceda, si procede.

La mitad son pescados humildes y baratos, pero su frescura los hacía excepcionales. Con frecuencia el precio de las cosas no coincide con su valor, y éso en todos los órdenes de la vida.

Ένα κι ένα - Νίκος Παπάζογλου.
 
 
Υγεία και καλή αλιεία, Salud y buena pesca!
 
Ramiro