martes, 12 de marzo de 2013

Petros Márkaris, Ο Πέτρος Μάρκαρης -6


Grecia, agosto 2012


Noticias de la noche -2 
(Νιχτερινό δελτιο)


Los personajes


Siguen, grosso modo, las pautas marcadas por la novela policíaca, por ello trataré de relacionar los personajes y su idiosincrasia con los prototipos que propone dicho género.

Muy bien construido desde la primeras páginas, el teniente Jaritos representa el contrahéroe, policía respetuoso de la ley, a veces de mala gana, obediente a sus superiores incluso cuando asistía, como todos, a sesiones de tortura a los presos durante la dictadura de los coroneles, pero no dócil, pues fingía que pegaba al preso para salvar las apariencias. Si no un poli de izquierdas, un simpatizante próximo. Con un carácter popular muy griego, escéptico, gruñón con un toque burlón, humano y tierno. Y sus tics machistas. Un comentario suyo:

-"...quería convencerme para que abriéramos una cuenta conjunta, pero le paré los pies. No iba a meterla de socia en mis finanzas para luego ir al banco, encontrar la cuenta a cero y darme con un canto en los dientes".

Habla de Adrianí, su mujer, la que le cocina los yemistá (tomates rellenos) que lo vuelven loco. Machistorro, agarrado y desconfiado, virtudes del carácter nacional griego según parecer también de otros escritores, Roïdis, Seferis, Taksís... . Pero "los griegos no somos un mal pueblo", se defendería Taksís en La tercera boda y  "Jaritos es un tipo legal", dirá aquí Márkaris. Frases del comisario:

-"La mitad de las veces finge el orgasmo, la muy hipócrita".
-"Pienso en Katerina y me pregunto cómo pudo salir una chica así de un sucedáneo de orgasmo".
-"Si se lanza corriendo al cuarto de baño para lavarse como si yo tuviera blenorragia, eso quiere decir que ha fingido".

Ahí encontramos otra de las constantes del personaje y de la obra, el humor. En este caso socarrón y centrado en el sexo, pero en general presente en todo el libro y en multitud de registros y colores, de lo irónico a lo grotesco, pasando por la burla, la farsa ácida, el sarcasmo o la escatología.
Las características del protagonista y por extensión del género negro, están también presentes en su segunda novela, Defensa cerrada, para la que serviría lo que de crítica estructural o literaria pueda haber en este breve ensayo.

Para terminar con el personaje central, diremos que trabaja como Jefe de Homicidios, al lado mismo del Jefe de la Seguridad Nacional. Se trata, por tanto, de alguien que se ve obligado a codearse con las más altas esferas de la nación, policiales y políticas, incluidos despachos ministeriales, pero al mismo tiempo con lo más siniestro de los bajos fondos.
El detalle me parece importante porque hasta el propio Márkaris hace decir a Jaritos que él es "un tipo para ocupar una comisaría apartada de Atenas o de cualquier poblacho, y no al lado mismo del General Jefe de la Seguridad Nacional". Suena a un curarse en salud del autor, aunque también reafirma el carácter de su personaje, incómodo para ese puesto y resolviendo casos que pertenecen más a la crónica de sucesos (a eso responde el título precisamente), que a la Seguridad Nacional, sensu stricto.

Ese intento de unir el cielo con la tierra, lo más alto con lo más bajo, es a mi parecer el único lugar donde se resiente la historia, pues resulta afectada en su verosimilitud. Pero volveré sobre ello más adelante, en esa segunda parte donde se comparan las obras del binomio Vassilikós-Márkaris.

El segundo personaje de la novela es la mujer fatal, encarnada por una presentadora de televisión, periodista valiente y ambiciosa con doble vida, que desencadena la acción en el cenit del relato; si bien no cumple del todo el estereotipo, porque no explota la potencialidad sexual del personaje a la manera de las lolitas del género negro más ñoño. Tampoco el policía se acomodaba enteramente al modelo del antihéroe y por ello dimos en llamarle contrahéroe si ahí puede apreciarse una diferencia de matiz.

Hay unos malos de libro, los miembros de las mafias que trafican con órganos,  con niños, etc., a medias movidos por la ambición y la amoralidad, a medias por la miseria económica. Y por encima los poderosos, los auténticos responables, inaccesibles, cuyo poder es equiparable a su dinero o a su impunidad.
Por fin el malo estúpido que actúa pasionalmente y, enajenado, mata y se suicida. Para colmo Márkaris hace que el estúpido enajenado sea el ayudante de Jaritos, su subordinado inmediato, otro policía. Un pequeño guiño. En ambas novelas se encuentran, por otro lado, referencias críticas a los métodos policiales, como las ya mencionadas de las torturas en comisaría durante la dictadura o en frases puestas en boca de nuestro teniente:

"El policía que ya no pega es como el fumador que ya no fuma. Aunque la lógica le diga que ha hecho bien en dejarlo, por dentro se muere de ganas de repartir unas cuantas hostias, como el ex-fumador se muere por una caladita".

Añadiré que él fuma Karelia, tabaco popular griego donde lo haya. Junto con el Mirafiori, su hija Katerina y los yemistá de su esposa, son sus amores y señas de identidad más caseras.


La Universidad Politécnica
Atenas, 2011

Hay además una serie de personajes secundarios, trazados rápida y esquemáticamente, sobre los que el autor ha querido volcar su crítica más política, prototipos de la clase emergente. Así Sotirópulos, un periodista sin muchos escrúpulos, de los que maduraron con la dictadura y saltaron al primer plano en los sucesos de la Politécnica de Atenas, con el que el teniente mantiene una relación entre desconfiada y amistosa de tira y afloja, antiguo progre hoy reciclado que:

-"...viste Armani y calza Timberland. Lo más probable es que sea un petimetre acomodado de izquierdas".

Aprovecha aquí el novelista, como en otros libros, para arremeter contra la generación de los nacidos en los cincuenta, que él llama burlonamente "generación de las cincuenta", porque "su vocabulario se reduce a cincuenta palabras", y a describir y criticar las ambiciones que se cuecen en el mundo del cuarto poder. Los medios siempre están muy presentes en sus historias, él conoce bien lo que se guisa en el campo de la información porque trabajó también para la televisión que, "pregona las noticias como si fueran sandías". Y lo hace a través de personajes como Sotirópulos o la mujer fatal, periodistas y ex-progres ambos, de los que hoy frecuentan:

-"...uno de esos locales para pijos que se las dan de bohemios y circulan entre Psirís, Gasi y Metaxurguío".

Y hay un bueno, sí. Pero ése lo dejamos para el último capítulo, mañana, con lo que queda del trabajo.


Isabel M. Melendi

Ramiro Rodríguez Prada

Dimitris Mitropanos.  Σβήσε το φεγγάρη.  Svise to fengari. Apaga la luna.

http://www.youtube.com/watch?v=WAkmlBhdW9w

P. D. Vuelvo a recordar que las citas pertenecen al libro Noticias de la noche, traducido por Ersi Samará para Ediciones B.

Υγεία, Salud!