miércoles, 3 de septiembre de 2014

Huevo putativo


El huevo con su prole.


Dios proveerá
(Ex ovo)


Un huevo tuvo doce huevines. No sabe explicar cómo lo hizo, ni responder a preguntas sencillas del tipo: ¿Y le cabían todos dentro? Sólo sabe que salió del nial y detrás llevaba una recua de huevos pintos. ¿Qué hacer? A lo hecho pecho, de nada serviría espantarlos, los huevos parecían reconocerlo por el olor, por tanto quizás hubiera algún parentesco. Desde luego todos compartían su misma forma ovalada pero, aparte de eso, no veía otras similitudes. En cambio entre ellos sí encontró muchas semejanzas, tal vez se parecieran al padre. Pero no recordaba ningún fornicio con un huevo de esas características. Fuera o no su progenitora, el huevo decidió adoptarlos sin reservas como su madre putativa, ¡eran tan monos!. Los otros huevos lo miraban, admirados de aquella prole, y también los había que hacían comentarios hirientes, típicos de los huevos podridos, ¿No están un poco raquíticos?, o, ¡Parecen algo pálidos!; y el huevo zurdo, el que siempre tiene que dar la nota, ¡Igualitos que su abuelo!, cacareó. Lo de que estaban algo escleróticos y demacrados ya lo había observado él, no hacía falta que se lo recordaran, y pensó en llevarlos al pediatra. Tal vez alguna carencia. El galeno le dijo que padecían impétigo y les recetó un champú antibiótico y unas vitaminas. El huevo andaba muy escaso de recursos y pidió ayuda en una asociación caritativa cristiana. Como no supo explicar quién era el padre de las criaturas, lo trataron como a un puto huevo y no le dieron ni los buenos días. Él era un huevo católico, le pareció tan mal, que antes de salir gritó con todas sus fuerzas, ¡Si lo llego a saber, aborto! Lo echaron a empujones, ¡Zorra, lárgate de aquí y llévate a tus bastardos enanos al infierno!. Estaba tan indignado que sólo acertó a decir, ¡Ya crecerán!, y se fue seguido de los huevines.


Korvus Korax, Ο Μάυρος, El Negro


Paolo Conte.  Cuanta pasión.

https://www.youtube.com/watch?v=vGXys-PUcWk


Salud y huevos.