domingo, 15 de julio de 2012

Reunión de currucas -3


Centrada, la Blasensis, en el margen la Pardilla.
Astorga, junio 2012.

Ya voy terminando con el repaso a les patuques de las currucas pardas. Con estos tres capítulos sólo quería recordarlas cuando se cumplía un año desde que inicié esta aventura.

Me faltan muchos pies y algunos muy difíciles de fotografiar porque se entran muy adentro en la espesura. Ese es el caso del Políglota pulgueño que sigue en su aventura atlántica y está a punto de sacar un nuevo registro de trinos musicales con ritmos calientes, ya coloqué un avance, 'Frío',  que repetiré hoy aquí para refrescar la memoria, de su proyecto Lo mejor por venir.

Tampoco veo mucho a la Versicolor, al Ampelis o a la Tomillera, pero por lo menos nos chocamos las patas una o dos veces al año, que ya es algo. Con salud todo se andará.

A los demás los puedo tentar con relativa frecuencia y espero que la distancia no impida otro encuentro con el Cascanueces, con el que pude convivir en su nido en buena armonía, acurrucado, como él dice, en su pecho, que es grande y generoso y con el que cierro este tercer y último capítulo.

La primera imagen es de un encuentro nocturno en torno a unas cervezas entre el Verderón y el Pardillo en una pacífica y cálida Astorga de finales de junio.
Casi me pongo ridículamente poético pensando en ello porque la gran Astúrica Augusta parecía un pueblín de 500 habitantes adormeciéndose en una tranquila noche de verano, cuyo silencio ya no alteraban los vencejos.

En la mediana terraza del bar, céntrico, sólo había otra mesa ocupada. Pasaron dos personas, tal vez peregrinos a Santiago hospedados en la ciudad, estirando las piernas después de la cena y antes de acostarse, tranquilamente, con las manos en los bolsos de sus pantalones cortos.
Pasó un camión de la basura recogiendo los cubos de la calle, como si se tratara del único camión y de la única basura de todo el pueblo, sin apenas ruido. En un pispás desaparecieron como llegaron y volvió el silencio absoluto.

Pedimos otra cerveza. Pasó un vecino con su hija al lado caminando rápido, como si fuera ya muy tarde y se recogieran en casa con prisa. ¡Eran las once de la noche de uno de los días más largos del año!

Pero media hora antes, cuando esperaba por la kurruka, el panorama era idéntico. Un lugar para poetas fuera del tiempo, para la mística, donde se escucha el eco de las pisadas al otro lado de la plaza y la respiración de las horas en el cogote.
Y donde sigue resonando Panero padre, con el brandy en la mano y la muerte revoloteando en su cabeza y en las campanas de la catedral. De la muerte y de la vida habla en su Madrigal lento, pero podría hacerlo de Astorga misma:

'Te haces al deshacerte más hermosa
lo mismo que en la nieve derretida
bajo su tersa limpidez dormida
el tiempo, vuelto espíritu, reposa' 

El Purgarzito. Un adelanto de 'Lo mejor por venir'. MASTER_'FRIO'_RETOC_1.mp4.


Nun ye Asturies nin Xixón, sinon el Mieres de Girona.
Julio, 2012.

Pasamos varios días en compañía del Kaskanueces, la curruca Fidelensis, que nos ofreció su nido como un pájaro hermano. Mos bañamos (se bañaron, yo remojé la pluma y salí a escape!) en aguas greco gerundenses, delante de Ampuries, y paseamos plácidamente en torno al Lago de Banyoles.

Entre las varias excursiones pasamos por los volcanes de Olot de donde traje alguna imagen, no muy lejos está el Mieres de Girona, con un excelente alpiste. Como somos aves omnívoras pudimos regalarnos un Conill amb cargols, Conejo con caracoles de rechuparse los dedos, y esto literal, naturalmente.
¡Aaay si los pilla la Caracolera curruca Cañera, el zorzalín! Pero échale un galgo al conill, ¡dónde está ya! y aunque los caracoles anden menos, poco a poco se llega a Mieres del Camino, muchas millas al oeste de la Garrotxa.

Del encuentro con el Cascanueces castelli me traje mucho calor, mucha paz y silencio, muchísimo amor como cantaban Led Zeppelin, y por lo demás, frescas comidinas mediterráneas y un tomate tan bueno que parecía griego de casa, ese no lo traje, sólo en el paladar y la memoria.

Led Zeppelin - Whole Lotta Love.


Pero la compañera de la curruka, aranesa y catalana, me empaquetó un montón de mermeladas caseras hechas por ella y hasta un frasco de aceite con hipérico llamado Oil de cop, Aceite para golpes, también de su cosecha.

Y sombras, sombras asgaya. De La Escala, de La Bisbal, de Torroella, de...¡y de Albons!, donde el nido, del que sólo dejé cuatro calles vírgenes para la próxima visita.

 ¿Dónde está el pardillo?,

¡Cazando sombras! 


La Cannavina relajada, el Kaskanueces en guardia
Mieres. Girona, julio 2012. 

Y les patuques, por supuesto. Ahí tenéis por fin los pies del Castelli que, como ya indica su apellido, permanece firme (siendo canora pamplonica y medio devota de san Firmín, fío de Firmo, ye lógico), frescachón y bien plantado, mientras el Pardillo espurre les pates y los pinreles calzados con alpargatas de carbonero berciano.

El pie izquierdo del Cascanueces y el derecho de la Cannavina parece que se estuvieran dando un pico, sólo es apariencia como véis, aunque besitos también hubo, y que no falten!.

En próximos capítulos de Currucas pardas dedicaré tiempo al Cascanueces fidelensis puesto que nos vemos muy poco y aprovecharé esta oportunidad que tuvimos, en años, para hablar de su nido, de él y de nosotros. Y cuando vuelvan les Ombres tendré ocasión de volver con él.

Στίχοι, Μουσική: Αργύρης Μπακιρτζής.
Το πολλαπλό σου είδωλο - Χειμερινοί Κολυμβητές, Los Nadadores Invernales.

Salud y kaló kalokeri, Bon estiu, Buen verano!

Cannavina Carduelis, rebétissa, psilikosa.