sábado, 18 de mayo de 2013

Η Κρήτη, Creta -13. Χανιά, Janiá


La sombra del  tsikudiá

Música y trajanás

Buenos días. Me da cierta pena y mucha pereza abandonar Frankokástelo, Sfakiá, al loco de Patzianós, para volver a Janiá, pero me urge terminar los capítulos de Creta porque me quedan dos por lo menos y quería tenerlos listos antes del verano, cuestión de planificación.

Con las mochilas cargadas de auténticas delicadezas caseras sfakiotas, salimos de mañana con el taxista del pueblo, que nos hizo un precio cretense no muy lejos del que hubiéramos pagado por el autobús, que no había ese día además, en un viaje de poco más de dos horas, y no el medio día que echa el bus parando en todos los pueblos, que no es caro y está muy bien por otra parte, pero que ya habíamos hecho al llegar.

El pequeño volvió a marearse porque ya expliqué que la carretera salva tres puertos con desniveles y curvas de primera especial, sobre todo el de Ímbros, en realidad como la mayoría de carreteras que atraviesan la isla de norte a sur.
Volvimos al Neli, el hotel que nos había buscado Akis junto a su tienda de recuerdos, una habitación enorme con un balcón y una ventana que daban a la plaza de la catedral. A él le compramos alguno de los recuerdos y regalos, y nos indicó tiendas del Mercado Central, donde trabajaba su compañera. Mercado del que ya hablé y que no hay que perderse.

En una entrada de Lo que se comió, dedicada al Tsikudiá, ya hablé del encuentro con Nikos la primera noche en Creta, un camarero con el que hicimos amistad los tres primeros días que estuvimos en Janiá. Donde, por cierto, no llegamos a finales de agosto como escribo en ese capítulo sino, como me corrigió la mi morena, a mediados de septiembre.

Excepto cuando la hora de la comida o la cena nos pillaba lejos, comimos y cenamos en su chiringuito los cinco días que en total pasamos en la ciudad.

Además de darnos a conocer a Manoliudis, también nos presentó al dueño de una tienda de discos donde compramos algunos de los Cds. que trajimos ese año. La hija del hombre estudiaba español. Apenas entraban españoles y nos hicieron los honores allí mismo, sacó una botella de tsikudiá y unos trozos de trajanás para invitarnos. El hecho de que conociéramos el trajanás le pareció tan extraordinario que sólo con ese detalle ya lo habíamos ganado.

Αντώνης Σαλούστρος, Λαούτο. Γιωργης Βρεντζος Κατης, Μαντολινο. 
Δημητρης Ζωγραφακης, Κιθάρα. Νικος Γκαλονακης, Κρουστα.
Τραγουδι, Γιοργης ΜανωλιουδηςYiorgos Manoliudis.   Kopida.  Kontiliés.

ΤΡΑΧΑΝΑΣ
Παπαδοσιακα προιοντα της  γιαγιάς. 
TRAJANÄS.  Productos tradicionales de la  abuela.

El trajanás es una sémola de cereales, generalmente de trigo, molido más grueso que la harina normal, que en Grecia mezclan con leche cuajada y secan después hasta que pierde todo el agua. Es tradicional y lo consumen en todo el país.
Alimenticio pero con su aspecto de golosina de pobres, tiene muy poco sabor, un tanto soso, tal vez domine la acidez de la cuajada, pero en ocasiones le echan algo de azúcar. 

No es raro verlo, a veces aglutinado en trozos grandes, secando en el interior de las casas, sobre una tela en alguna cama que no se usa, junto con los espaguetis, macarrones y pastas en general, que los griegos acostumbran a preparar artesanalmente. Luego se los comen, a veces duros como piedras, royéndolos.
 Μαρτσάκης. Μουσικοί του Κόσμου: Κρήτη Ά. 


Es casi un alimento ritual para los griegos, nutritivo, de fácil transporte y larga duración, que en tiempos debió engañar el hambre de muchas personas. Imagino a los pastores, a los pueblos trashumantes o itinerantes de los Balcanes, a los desplazados de todas las catástrofes, a los niños, incluso a los marineros y pescadores, sacando del bolsillo su trozo de trajanás como otros podían sacar una castaña pilonga. Pero esto es especulación mía.

La foto inferior reproduce mejor el color original del trajanás, más blanco que amarillento, no como el que se ve en la imagen superior, muy teñido por el reflejo del fondo.

Después, Tomadakis, que era el apellido del hombre de la tienda, de nombre Nikos como nuestro colega, sabiendo que habíamos pasado el mes en Frankokástelo nos regaló por su cuenta dos Cds. de música sfakiota, uno de ellos editado por la radio cretense, grabada en directo en fiestas de la región con los pistoletazos que se oyen mientras suena el sirto o la ritzítika. Como en el caso del vídeo de arriba, en esa Panayía cretense, con Martsakis, del que vuelvo a poner al final otro tema en compañía de sus colegas cantando ritzítika, hoy va de raíces.

Kostas Moundakis. Solista,Vaggelis Kopasis. Kallíkrates, Sfakiá.  Rizítiko.

El blanco  "arroz"  del  trajanás


El Kriti

Llevábamos muchísimas direcciones de cosas interesantes que ver, de platos sabrosos que probar, de locales populares con música en directo que escuchar..., de Janiá, de Rézimno y de Hiraklion, pero enseguida nos dimos cuenta de que en un mes no íbamos a poder hacer más que un pequeño acercamiento a la isla. ¡Mucha Creta!, ya lo vengo apuntando.

El Kriti es el local de música cretense tradicional más famoso..., en el extranjero. Eso no quiere decir que no tenga mérito, especialmente sus músicos.
Está junto al puerto y los depósitos venecianos, de hecho debe ser uno de ellos pues tiene su misma arquitectura, un túnel de bóveda semicircular de unos cuatro metros de ancho por veinte de profundidad, con mesas a ambos lados de las paredes y una pequeña barra al fondo. A partir de las 9 de la tarde hay música griega en directo.

Son dos o tres músicos, lira y laúd, que también cantan, a veces mandolina o guitarra y la contribución de espontáneos cretenses, como si fueran los músicos invitados, a los que se une en algún tema el dueño, que también baila e invita a los turistas más atrevidos o conocedores, no es mi caso.
Sólo abre por el verano porque el resto del año se lo pasa en Finlandia, con otros músicos tradicionales de la isla, pues en ese país hay una afición extraordinaria a la música griega y cretense en particular. Tocan en restaurantes y tienen una especie de academia musical donde enseñan a cantar y bailar cretense a los, parece que no tan fríos, nórdicos.

Estuvimos una noche cuando llegamos y la última antes de marchar, después de comer unas pitas tempraneras en lo de Nikos. En la primera ocasión estaba a tope de turistas, franceses, alemanes, ingleses, holandeses y algunos italianos. También griegos. Nos sentamos junto a una pareja de Friburgo y fue inevitable hablar de Kazantzakis, que murió en esa ciudad, medio ignorado. No eran alemanes de la Merkel, por cierto.
La última noche había cuatro parejas de turistas y media docena de griegos solitarios. Se terminaba la campaña estival y en ese mes de octubre el descenso del turismo era ya notorio.

Ριζιτικο απο τον Αντωνη Μαρτσακη και την παρεα του.

Canción de las raíces.  Andoni Martsaki y sus amigos.

http://www.youtube.com/watch?v=oe9KvCek2XI

Esa noche tocó durante bastante tiempo un sfakiota al que hice acompañamiento de palmas más flamencas que cretenses, porque él me las pedía una y otra vez, y cuando en alguna ocasión aflojaba volvía a mirarme para que siguiera. Me dedicó una mantinada, "al hombre de la barba", dijo señalándome. 
Cuando terminó su actuación vino a saludarnos muy atento a nuestra mesa y pudimos charlar un poco con él. Al influjo del rakí con el que brindamos, el tema de la conversación volvió a ser Sfakiá cuando supo que volvíamos de pasar allí nuestras vacaciones, parecía que le hubiéramos alegrado el día y nosotros contentos también, de la suerte de haber acertado un poco en nuestro destino de ese año y de las casualidades felices. Más felices, si cabe, con raki. 

Las dos veces que fuimos al Kriti salimos casi los últimos. Cerraban sobre la una y llevábamos allí tres horas. Los niños habían dormido la siesta y estaban bastante enteros después de todo. La mi morena bebía té y algún chupito de tsikudiá, yo le daba al último sin prisa pero sin pausa.

Todavía estaba Nikos en el chiringuito, solo. Nos hizo una pitas y cerró. Quería llevarnos a dar una vuelta por la ruta de los camaretas una vez que cierran las tabernas, humildes after hours del momento.

Pero ese pequeño periplo nocturno por Janiá, más la tienda de ajedrez y la caja de los productos cretenses con su historia, lo contaré en el siguiente o siguientes capítulos.

Me voy con un trío bien marchoso puesto para la foto en las montañas de Creta, contra el cielo. Mañana continúo. 
Κακλης. Φουρναρακης. Μανιαδακης.   Syrto.

http://www.youtube.com/watch?v=lGC9PJJQAzo

Υγεία, Salud, palikaris!

Barbarómiros