miércoles, 18 de enero de 2012

Petros Márkaris, Ο Πέτρος Μάρκαρης


Con el agua al cuello
Grecia 2011

Ληξιπρόθεσμα δάνεια, algo así como Préstamos vencidos, es el título en griego de la última novela de Márkaris publicada en España por Tusquets editores. La traductora es Ersi María Samará Spiliotopulu y escogió para ella el acertado título de Con el agua al cuello.

Ersi ha traducido al castellano la casi totalidad de las novelas de Petros, del género policíaco: Noticias de la noche (1995), Defensa cerrada (98), Suicidio perfecto (2003), Un caso del comisario Jaritos y otros relatos clandestinos (05) y Muerte en Estambul (08), así que ya estamos habituados a su trabajo y nos parece bien.
Sólo El accionista mayoritario corrió a cargo de otros traductores, Montserrat Franquesa y Joaquim Sestí.

El propio Márkaris, nacido stin Poli, en Estambul, en 1937, tradujo el Fausto de Goethe, o a Brecht y a Thomas Benhard, ya que estudió Economía en Alemania y ésa lengua es su especialidad.
Dramaturgo y guionista de televisión, firmó también con Theo Angelópulos los guiones de cinco de sus películas, Días del 36 (72), Alejandro Magno (80), El paso suspendido de la cigüeña (91), La mirada de Ulises (95) y La eternidad y un día (98).

Decía arriba que me parece un buen título porque el tema central, al margen de los asesinatos de la trama policíaca típica, es la situación ruinosa en que se halla Grecia.
Siempre fue Márkaris, para nosotros, el mejor relator actual de la realidad de su país y aquí renovamos esa impresión.

Comienza en la boda de Katerina, la hija del policía protagonista, un cincuentón.
El argumento es el asesinato mediante decapitación por espada de un banquero retirado, al tiempo que se inicia una campaña contra los bancos a través de carteles y pegatinas que incitan a la población a no pagar los préstamos e hipotecas. Del estilo de la que realmente se extendió por Grecia con el lema Δεν πλιρώνω, Den plirono, No pago, del que hay un ejemplo fotográfico aquí, en una entrada del 5 de septiembre titulada Atenas, en Alfabetos.
A ese crimen siguen otros, enredados al principio, en apariencia, con el terrorismo y después con el dopaje en el deporte de élite.

Pero de lo que habla Márkaris por boca del comisario Jaritos y otros personajes, entre pesquisa y pesquisa, es del precario estado de la economía nacional y de la mayoría de los griegos, en este momento.
De la subida de impuestos y de todos los productos de consumo, incluídos los de primera necesidad, del aumento del paro y los despidos, del descenso brutal de los salarios y los derechos laborales, de la ruina de los servicios públicos con la sanidad a la cabeza.
Marchas, protestas y manifestaciones se unen al ya conocido caos circulatorio de la capital.
Cunde la desesperación y aumentan exponencialmente los casos de suicidio.

Como creo que dedicaré más entradas a Márkaris si la salud no lo impide, para comentar alguna de sus novelas anteriores o todas en conjunto, ya veremos, dividiré esta primera en dos para no hacerlas excesivamente largas.
Quería, además, apuntar una serie de citas que fui cogiendo conforme leía, como hice en los capítulos de Roidis, porque nada mejor que el propio texto para explicar el libro.
Como es una novela que se atiene al género negro, el suspense juega su papel, por lo que no desvelaremos la trama. Serán más bien algunos ejemplos que inciden en lo dicho hasta aquí, pero también de la vida familiar que es el relato paralelo al policial en todas sus historias. Y de otras cosas.

Ahí van los primeros.

"En Jefatura, la situación recuerda un poco la que reinaba en el 74, cuando los turcos invadieron Chipre y la Junta decretó movilización general."

"Cuando un patán griego contrata a un butler -mayordomo-, el que se acompleja es el patán griego, no el butler."

El buen Jaritos cambia el Μirafiori, ya pieza de museo, y en lugar de comprarse un Hyundai como todos los policías griegos, compra un Ibiza para la boda de la niña de sus ojos, por consejo de su futuro yerno Fanis, un cardiólogo que trabaja en la sanidad pública. Las razones de Fanis:

"Por solidaridad  entre los pobres. Ahora los españoles y los portugueses tienen problemas, como nosotros. Para los mercados financieros somos los PIIGGS, los cerdos. Y cada cerdo debe ayudar a los demás, no hacerles la pelota a los tiburones. Quisimos vivir como tiburones y ahora estamos ahogándonos, porque los cerdos no saben nadar. Por eso tienes que  comprarte un Seat Ibiza."

Aclara Ersi en nota al pie que el acrónimo lo es de las iniciales inglesas de Portugal, Irlanda, Italia, Grecia, Gran Bretaña y España -Spain-, cuyas economías se han visto más afectadas por la crisis y tienen los mayores déficits. Y que pig es cerdo en inglés.

Mañana más.

Active Member, No pago,  Δεν πλιρώνω, seguido de Θα σε καρτερώ, Za se karteró, que el traductor de google, con punto final, me traduce por Voy a manivela y sin punto por Se desconciertan, pero que yo pensaba que significaba Te esperaré (¿?). Misterio que aclararé.


Salud, Υγεία!

Ramiro Rodríguez Prada.

P.D. Puesto al habla con el mi Dimitraki me tranquiliza con la traducción y confirma que es error de google, Za se karteró es Te esperaré. ¡Vaya mosqueo con la manivela, estaba desconcertado!.

Vale.