lunes, 13 de febrero de 2012

Huecos en los tapiales -2


 Puerta de pajar en la parte posterior de una casa
San Justo de la Vega, León. 2011

Bon día. Ahí tenemos una buena imagen de la utilización de los adobes en combinación con el tapial.

La puerta es de un pajar y está un poco elevada respecto al suelo, como en la mayoría de los pajares, ubicados en la parte posterior de las casas, tanto en los que ocupaban un segundo piso sobre la cuadra de los animales, para poder cebarlos directamente por los huecos que se habilitan en los pisos de tabla, que se abren justo sobre los pesebres, como en los que, como éste, ocupan un altillo angosto en el primer piso. Era necesario aislar la paja de la humedad del terreno para asegurar un correcto secado y almacenamiento.

Sobre esta puerta, vieja pero más endeble que el ventano de ayer, sí pusieron un cargadero de pizarra. Cincuenta centímetrοs más arriba está el entramado de vigas que forman el suelo del piso superior. Los huecos entre ellas fueron rellenados con adobes del mismo calibre que los maderos. Encima vuelve el tapial. Todo ello descansa sobre un costero de madera que va directamente en la parte superior de la tapia del piso inferior.
Es el esquema más frecuente aquí. Dependiendo del grosor de las vigas o del tamaño de los adobes se ponían una, dos, tres..., hiladas de adobe hasta alcanzar el nivel deseado.

En la tapia que presentaba Giannis Tzakós en su fotografía del viernes me pareció que el modelo constructivo de una tapia griega era diferente. Los paños no eran muy grandes, de 60/80 x 40/50?, sin embargo parecían haber sido hechos, como los adobes, fuera de la obra, no en su ubicación última, como la tapia. Éstas son conjeturas mías.
Daba la impresión de una técnica mixta: hacen los grandes adobes fuera, pero con los materiales de la tapia, sin la paja que lleva el adobe, y los colocan como bloques, ladrillos o adobes.
Hay que hacer una salvedad, porque los adobes, para los tabiques interiores, se colocaban inclinados, no unos sobre otros, horizontales, sino formando ángulos de 90º, con el lado estrecho de uno descansando en el ancho del inferior, como el dibujo de una espiga. Es difícil de explicar y más de comprender, supongo, siento no saber dibujarlo sobre esta  página.

Ya anuncié un capítulo dedicado al adobe. Por si alguno no lo sabe, dejádme que repita una descripción rápida: es un ladrillo de arcilla, paja y agua que se seca al sol y se coloca sin cocer, tal cual. Por hoy es suficiente.

Ahora que los griegos, a tres horas de aquí, pelean por la supervivencia contra todas las mafias, que es una sola, la de la pasta, ¡¿cuál si no!?, y contra la indiferencia de medio mundo, ¡qué gran ironía La Gran Grecia Clásica en boca de los demócratas de-toda-la-vida-, de los fascistas de siempre!, ahora queremos recordar una canción de Zanos Mikroútsikos, de un poema de Nikos Kavadías, El cuchillo, To majeri, de su libro Stavrou tou Notou, La Cruz del Sur. En él Kavadías habla de un marinero que pregunta por un cuchillo en el puesto de un mercado africano. El comerciante le hace el producto en negativo: el cuchillo ha rodado de dueño en dueño provocando una desgracia en cada ocasión, no se lo aconseja. Pero si lo quieres, Parto!, ¡Cógelo!..., dramático y terrible.

Canta Basilis Papakonstantinu, Βαςίλης Παπακωνσταντίνου,

Το μαχάιρη.

Y ésta no estaba prevista para hoy, pero tenía la dirección al lado y la copié equivocadamente. Como es un rollo macabeo esto de buscar y subir canciones, me equivoco, me sale un premio de ésos de pega en lugar del vídeo, no están disponibles en ese momento, etc., etc., la voy dejar.
Nos viene también muy bien aquí en realidad, ya que hablábamos de la compra de un cuchillo..., observad la última imagen del vídeo. Las armas vuelven a las manos de quienes las entregaron.

Vale la pena comentar esa escena. Creo que son imágenes históricas de la entrega del armamento por parte de la guerrilla comunista que luchó contra los nazis y sostuvo después una guerra de tres años contra la monarquía y las fuerzas aliadas que la apoyaban. La entrega fue pactada en los acuerdos firmados en Várquiza, que ponían fin al conflicto civil, y dejó a los militantes de la izquierda inermes frente a la traición posterior, las matanzas y represalias que desató el poder. La cosa está clara.

Es Tzimis Panúsis, gran cachondo y crítico, en Neoélinas, Neogriego. 


Salud, Υγεία!

Barbarómiros