sábado, 1 de febrero de 2014

H Νίσυρος, Nísyros -3. Μια βόλτα


La costa cerca de   Loutrá.
Nísyros.  Grecia, verano 2013.
Fotografía de Mabel M. M.

Νίσυρος -3.  Una vuelta.


Buenos días. Hablaba en la primera entrega de los productos con los que deben completar su despensa los habitantes y turistas que visitan la isla. Al parecer Nísyros tampoco tiene suficiente agua potable y en el verano la trae de Rodas. La paga a 5 euros el metro cúbico, lo que no es ninguna ganga. El caso de Symi, más próxima a Rodas, es aún peor, porque los acuíferos se contaminaron con agua del mar después de algún terremoto y tienen que pagar toda la que consumen. También los de Jalki. De todos modos la escasez de agua es común a muchas islas griegas y deben importarla.

En primer lugar tengo que agradecer al bueno de Dimitris, el dueño del coche que alquilamos, sus consejos. Seguimos la ruta que nos marcó y como se iban cumpliendo punto por punto todas sus indicaciones, lo hicimos hasta el final.

Nos guió hacia el este, hasta Lutrá (Λουτρά, fuentes), famoso por sus aguas termales, con un puertín minúsculo, y al puerto de pescadores de Pali (Πάλοι). Es también un centro de veraneo, modesto, claro está, tratándose de una isla tan pequeña. Tiene unos 250 vecinos censados que se duplican o triplican en verano. Ahora menos, porque alguna de las espectaculares instalaciones de aguas sulfurosas que hay a las afueras del pueblo, y que son -eran- su atracción turística más importante, están medio clausuradas y abandonadas.

La costa es abrupta y rocosa, las playas de los alrededores estrechas, pedregosas o de arena muy gruesa, todo negro por su origen volcánico. El agua de la isla tiene un tacto especial por su contenido en azufre, ¿sales volcánicas?, pero eso lo contaría mejor la mi morena que conoce el tema y se bañó, yo sólo mojé las manos y la cara.
Enfrente se ve el canal marítimo entre Nísyros y Cos, con el islote de Stroggyli y la isla de Gyalí en primer término, casi partida por la mitad después de años de explotación minera de las rocas volcánicas.

Νισυρικος σκοπος παραδοσιακο Nισυρου.


Emboriós.  Al fondo  Gyalí, en el horizonte  Cos.
Nísyros. Grecia, agosto 2013.

En Gyalí quedan todavía unas veinte personas viviendo, trabajadores de una cantera de piedra pómez, etc., que hoy agoniza. La extracción de rocas volcánicas fue una de las fuentes tradicionales de ingresos para el municipio de Nísyros, al que pertenecen todos los islotes que la rodean. Y lo fue ya desde tiempos antiguos, famosa por sus pórfiros y sus ruedas de molino (no aptas para comuniones).

Hablando con un abuelo a la sombra del Tres hermanos nos contaba, con rabia y tristeza, cómo la isla había ido perdiendo habitantes y prosperidad a medida que la actividad minera descendía. La solución ha sido como en casi todos los casos la emigración. Y no es cuestión sólo de la última crisis, la decadencia viene de lejos. Hay muchas viviendas abandonadas, y se perdieron bastantes tierras de labranza con las que Nísyros completaba su economía. Algo ha ayudado el turismo, pero es escaso y los ingresos por esa vía aún insuficientes.

El sistema agrícola de cultivo en terrazas, muy frecuente en Grecia, les permite aprovechar las laderas de las montañas hasta el máximo que la orografía impone. Ese entramado de sostén del manto de terreno fértil es una labor de siglos, generación tras generación añadiendo o reparando los muros de piedra, y aportando tierra y nutrientes. Pero dejar que se pierda dura sólo el momento de la partida...
No obstante la isla sigue siendo rica en olivos, es boscosa y abundan los árboles frutales. Junto a las casas retrepadas en los picos, trabajan pequeños huertos de verduras, hortalizas y legumbres. Y tienen viñas, o sea vino.

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Santander, es decir, que menté a la bicha, léase crisis, voy a poner un vídeo de Nisnick, que sube muchos de Nísyros a Youtube. Suelen ser largos, con imágenes de las paniyiria y fiestas de la que creo que debe ser su isla, a juzgar por ese seudónimo, nis de Nísyros y nick del nombre de su pueblo, claro que también podría ser su propio nombre y trabajar en la escuela de la isla como maestra: Σας ευχαριστώ πολύ, Νίκη!
Habla de la tristeza de la gente en el año en que empieza a sentir los primeros efectos de este derrumbe actual, en 2010. Teniendo en cuenta lo alegres, inquietos y ruidosos que son los griegos en sus fiestas, las caras largas, el abatimiento, la quietud de las personas en esta ceremonia religiosa son elocuentes. Y eso que los niños no pierden su sonrisa. Más que una celebración festiva parece un funeral. No todo es música feliz en esta vida...

Aγιασμός Νίσυρος. 13 de septiembre 2010.


Nikiá  desde  Emboriós.
Nísyros. Grecia 2013.

La ruta desde Pali continúa por el norte relativamente recta y llana, para lo que son la mayoría de las carreteras de la isla, y dobla al sur terminando en la playa de Pajiá y el cabo Skafidotí, en el centro del
litoral levantino que mira a Turquía. Se suceden las playas de arena gruesa negra o dorada, de guijarros y de rocas volcánicas, en un paisaje seco, casi desértico y deshabitado, pero hermoso.

A la altura del cabo Katsúni, en la playa de Liés, Λιές, hay algo más que un chiringuito de playa, e incluso que una taberna, pese a su apariencia precaria, humilde, casi provisional. Se trata del Oasis, otra recomendación de Dimitris.
Ya hablé de la bondad de la comida del restaurante de Mandraki, pues la del Oasis se las trae igualmente. Claro que los platos son más frescos y ligeros en general, propios del mediodía playero, pero tanto la preparación, como el buen gusto o la variedad, siempre dentro de la cocina tradicional griega, eran también de sobresaliente, ¡y la sabrosura, mi alma, qué cosa!...

Digo sabrosura en un doble sentido, el culinario y porque, además, el dueño es amante de la salsa y nos aderezó la comida con temas clásicos cubanos, portorriqueños, neoyorquinos, colombianos, brasileiros..., sin faltar algo de jazz y algún tema griego. Según nos contó, había sido capitán de barco antes de retirarse y, naturalmente, conocía nuestro país y la mayoría de los americanos, incluidos los del norte. Amaba la cultura y la música española y portuguesa.

Son muy famosas las canciones tradicionales de boda en Nísyros. Ya puse alguna y lo seguiré haciendo en próximos capítulos. La última es otro ejemplo.
Ésta se la cantan al novio y a su padrino de bautismo cuando los afeitan antes de la ceremonia.

Σκοπος του ξυρισματος παραδοσιακο νισυρου, οταν ξυριζουν το γαμπρο και τον πρωτοκουμπαρο.


Jubilado en el  Oasis.
Nisyros.  Grecia, agosto 2013.

Vamos terminando. Después del Oasis subimos a Emboriós y, ya atardeciendo, bajamos al volcán. Pero eso lo contaré en otros capítulos.

Unas palabras sobre el plan previsto. Renuncié a dedicar sólo dos entradas a Nísyros, una a Mandraki y la otra al resto de la isla, por la sencilla razón de que cada uno de los pueblos, que sólo son dos en realidad, Emboriós (Εμπορειός) y Nikiá (Νικειά), merecen por su belleza capítulo aparte. Y otro más el volcán Polivotis (Πολυβώτης).

Así que en principio serán seis las entregas. Quisiera abandonar ese afán por liquidar rápido la materia para ir avanzando hacia el norte, rumbo a Limnos que es la Ítaka oculta y lejana de este Odiseo de pacotilla. ¡Al carajo con la prisa!, nadie me apura, llegaré hasta donde pueda...

Yorgos Jatzinikolau, violín. N. Papatsos, santuri. Y. Kontós, laúd, guitarra.
Καλέσματα του γάμου. (Νίσυρος)


Salud y buen rumbo.

Ramiro Rodríguez Prada