Máxima protección solar. |
Capelo cardenalicio
¡Ave María Purísima! Su Eminencia Reverendísima el Señor Cardenal, a falta del capelo que cubre su tonsura, se tapa la calva con la braga del bikini de una de las monjitas que lo asisten en su retiro vacacional veraniego. La monja ocultó su rubio y agreste sagrario con un pareo de seda, muy mono, que le regaló la superiora de su congregación. El purpurado, el más joven de la historia de la Iglesia del que se tenga noticia, fue nombrado recientemente. Lee su breviario a pleno sol, tostando cual San Lorenzo, como expiación y martirio, y reza para que el próximo Sínodo aconseje a Su Santidad derogar las leyes canónicas que imponen el celibato en la Santa Madre Iglesia. Que así sea.
(Sor Graciella Vulpécula del Amor Divino, corresponsal para Mater Amantíssima, en la dacha griega de Monseñor Vertonino Mascarpone)
Nota: Mater Amantíssima, semanario postconciliar femenino, está asociado a Ecos Vaticanos Amorosos (EVA), Prensa Vaticana del Alma (PVA) y Prensa Vaticana del Corazón (PVC).