jueves, 28 de febrero de 2013

Sigo soltero


Ciudad. 2001
Aguada sobre cartulina. Residuos. Espátula.
Ramiro Rodríguez Prada

Parado y solo en la vida
Allá por junio
(Salsa desesperada)


Más que la soledad me puede un año
y de un tiempo a esta parte pocos días
le ando buscando un minuto al segundero
y olvidé pedir al banco el calendario

(Coro)
Porque nunca me casé sigo soltero

Este curso recortaron varios meses
han tachado de un plumazo hasta febrero
y en su lugar colgaron longanizas
semanas antes de matar al cerdo

(Coro)
Porque nunca me casé sigo soltero

Yo en la cola de parados voy primero 
por toda la eternidad de tres a cuatro
desamparado y solo frente al viernes
porque nunca me casé sigo soltero 

(Coro)
Porque nunca me casé sigo soltero

Le ando buscando un minuto al segundero

(Coro)
Porque nunca me casé sigo soltero

Tacharon de un plumazo hasta febrero

(Coro)
Porque nunca me casé sigo soltero

En la cola de parados yo el primero

(Coro)
Porque nunca me casé sigo soltero
Porque nunca me casé sigo soltero

(Final)
¡Cuando llegue san Juan, allá por junio!

 
De  Interrogatorios y Otras partidas perdidas. 2013
Ramiro Rodríguez Prada


Toni Zenet.  Las causas perdidas

http://www.youtube.com/watch?v=uHQMU9Dij2I


P.D. Gracias a Marta Capote por la música.

Salud

miércoles, 27 de febrero de 2013

Camarón de la Isla -2


De raíz
Pintura en polvo al agua sobre cartulina
Ramiro Rodríguez Prada. 1999.

Camarón -2


Buenos días. Decía en el primer capítulo dedicado al Camarón, que sólo sus canciones valían la pena, aunque no añadiera nada. Lo que tenía que contar de más personal sobre él ya lo hice. Hoy escribiré una entrada más corta con algunos detalles biográficos y menor número de canciones. Os dejo, por si queréis repasarla, la dirección de la primera entrada.


Guitarras, Paco de Lucía y Tomatito. Cante, Camarón.   Na es eterno.

Fue su tío Jozé quien le puso el apodo, porque el guaje era rubio y escurrío, más fino y ruin que una gamba. Hizo el séptimo de una recua de ocho churumbeles. Nació en 1950, años de racionamiento postguerrero ¡todavía!, muy difíciles, de mucha jambre, y más para una familia numerosa gitana como la suya. Y el padre los dejó huérfanitos muy pronto.

El oficio de su padre es de los clásicos del cante. En la fragua se escuchan las tonás, las carceleras, los martinetes, a pelo o con el martillo golpeando el yunque, y la debla, tan austera y exigente como el palo más grande. Los cantes del zurraque.
La necesidad hizo que el Camarón dejara temprano la escuela y empezara desde chico a trabajar con Juan Monge, su padre, fragüero, cantaor y amigo de grandes del género que escuchaba en directo en su casa, como Macandé o Aurelio Sellés.

Hay una versión con guitarra de la siguiente canción, que publicaron en un disco póstumo de directos, arreglos y recopilaciones, Reencuentros, que no está mal, pero yo sigo prefiriendo la versión original con acompañamiento exclusivo de las palmas, porque resulta más descarnada y poética, y desde luego reproduce mejor la atmósfera dura, y con frecuencia solitaria y silenciosa, de la herrería.
.
José Monge Cruz, Camarón.  Bulerías.  Soy fragüero.

http://www.youtube.com/watch?v=1zxeCpjL0mo

...mi niñez era la fragua
yunque, clavo y alcayata...

Me he referido con frecuencia a la precocidad de los músicos cretenses, que empezaban a tocar a los 8 ó 10 años, pero aquí tenemos a otro Mozart de la genialidad, tan precoz como el austriaco. Se cuenta que a los cuatro años conocía y reproducía ya algunos cantes de los cantaores que escuchaba en la fragua, además de los que le cantaba su padre, o al oído su madre Juana, tejiendo canastos. ¿No los hacía Juana?
Otro oficio típico del cante, el de canastera. Andando entre ríos, islas, esteros y marismas, creció el mimbre del Camarón.

Con semejante escuela no es extraño que llegara tan lejos en su arte. Que es la misma enseñanza que reciben muchos gitanillos desde que están en las barrigas de sus madres, el mantra del grito y el gemido, o la alegría flamenca que se lleva en las entrañas.

A los cinco años actuó por vez primera en público.

Guitarra, Tomatito. Cante, Camarón.  Tiritando de frío.

Dicen que con apenas siete años empezó a cantar por las tardes en la Venta de Vargas, una de las catedrales del flamenco gaditano y nasionás, en otros locales de San Fernando y en la estación del tranvía, para ganarse unas perrillas. Pero también porque más tarde, algunos cabales, los más importantes del cante jondo de la época, que allí lo escucharon por primera vez si no fue en la herrería de su padre, reclamaban al chavorrillo de Juan el fragüero, que con su hilo de voz afilada ya era desde tan niño una realidad más que una promesa. El Tío Borrico, Terremoto, el Sordera...

A los doce gana en el festival flamenco de Montilla el primer premio. Esto supone el reconocimiento en el mundillo del cante y poco después el despegue inaugural en su carrera como cantaor, porque a partir de entonces empieza a recorrer el circuito de ferias andaluzas junto a su colega Rancapino y a respirar un poco, después de las estrecheces de su infancia. En la de Sevilla lo escuchó Antonio Mairena el año 63, cuando el Camarón tenía 13 años. Cuentan que Mairena quedó maravillado y hasta le bailó. Y poco después en La Venta de Vargas lo escucharía también Manolo Caracol.

Canta también para Dolores Vargas y otros grupos flamencos, hasta recalar en la compañía de Juanito Valderrama, al que acompaña en sus giras europea y americana.

Guitarra, Paco de Lucía. Cante, Camarón. Y me gustan las mujeres.
Y con 15 años consigue el segundo gran triunfo de su todavía corta carrera, pues gana el primer premio en el Festival del Cante Jondo de Mairena de Alcor.

Es el empujón que necesitaba para dar el salto a la capital. Al poco tiempo, con el acompañamiento a la guitarra de Paco Cepero, con el que lo vimos en el primer capítulo en la grabación en casa del Camarón, con su madre, ya es un artista respetado en una de las cavas importantes del flamenco madrileño, el tablao de Torres Bermejas.

Allí, el año 69, haría amistad con Paco de Lucía al que conoció unos años antes, guitarrista flamenco e hijo del también guitarrista Antonio Sánchez, quien a la sazón se convertiría en el director de orquesta de aquel dúo genial cuyos caminos se habían cruzado.
Una década, contando el segundo encuentro, y un matrimonio musical difícil de repetir por sus calidad e intensidad. Y por su frescura, ya que venía a renovar el panorama un tanto encorsetado del flamenco más formalista.
   Guitarra, Paco de Lucía. Cante, Camarón. Samara.
Como ya veo que voy por la quinta canción y ni siquiera lo casé, cumpliré la  promesa de no alargarme y lo dejo por hoy. Escribiré un tercer capítulo del Camarón, al hilo de su biografía, pero a mi modo y con mis palabras, tal como hice en éste.

En el último tema toca la guitarra, además de Tomatito, Moraito Chico, que no se prodigó tanto acompañando al Camarón como otros guitarristas. Aún así hay algunas grabaciones memorables.
Una de ellas, que ya subí aquí, en la que el Camarón cantaba y tocaba la guitarra, estaba también con la flamenca un Raimundillo jovencísimo, puro manojito de nervios, que no se lo podía creer, no le cabía la alegría en el cuerpo, pero que tocaba ya como los ángeles.

Festival de Montreux. 91. Guitarras, Tomatito y Moraito Chico. Camarón.  Soy gitano.

Salud y buena música

Ramiro

martes, 26 de febrero de 2013

Ο Στέλιος Φουσταλιέρης, Stelios Fustalieris


Grecia,  verano 2012

Ο Στέλιος Φουσταλιέρης


Buen día. El cuarto disco de los Protomastores, Primeros Maestros de la música tradicional de Creta, lo componen doce canciones de Στέλιος Φουσταλιέρης, Stelios Fustaliéris, otro rezimniota. Un año más joven que el Baxe y Lagós y uno mayor que Rodinós, nació en 1911.

Es considerado el intérprete de Boulgarí, Μπουλγαρί, más importante de la historia musical cretense y griega. Porque fue en Creta donde el sonido de este curioso instrumento alcanzó su excelencia, y donde aprendió a tocarlo Stelios.

Στέλιος Φουσταλιέρης, Τραγ. Αφοί Παπαδάκη.  Σελιηνιώτικος συρτός. 

http://www.youtube.com/watch?v=U0KU2ppovMQ

Este tema tradicional, παραδοσιακό, paradosiakó, es el primer registro de Fustalieris, de 1937, el último año de su estancia en el Pireo, donde se había instalado cuatro años antes, como tantos otros músicos de su época, de siempre, habría que decir.

Hablé ya del bulgarí, tal vez incluso al referirme a la colaboración de Stelios con el Baxe, larga y fructífera, en el capítulo que dediqué a este último. 

El siguiente es otro tema tradicional muy conocido que he subido en la voz de otros cantantes, Manoliudis, Psarandonis, o el que me envió Martha, de este último con Pasjalidis, que puse el 6 de enero. Lo grabó Stelios en 1938.

Φουσταλιέρης Στέλιος. I. Μπερνιδάκης (Μπαξεβάνη) .  Όσο βαρούν τα σίδερα.

http://www.youtube.com/watch?v=1iMQq1DIwmY

El μπουλγαρί es un instrumento musical con una pequeña caja de madera curva y oblonga, un largo y fino mástil y tres cuerdas dobles. Pertenece a la estirpe de las tamburas, presentes en todo Asia Menor y por extensión en el Mediterráneo oriental.

En Creta arraigó al contacto con otros sonidos isleños, desde la ocupación de la isla por los turcos, hasta las sucesivas oleadas de refugiados en la historia contemporánea. Aunque no sería hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando se impuso como instrumento fundamental de la música tradicional, junto a la mandolina y la lira.
Su cenit se sitúa en los años 20. Después de la 2ª Guarra Mundial, poco a poco, se vería relegado a su vez por el laúd, o el bouzuki, una especie de bulgari modernizado. 

El mismo Fustalieris contaba en una entrevista cómo, cuando él era un niño, no había taberna en Rézimno que no tuviera su trío, con un bulgarí siempre presente.
Se ha seguido usando y creo que los músicos jóvenes tienen interés en recuperar esos viejos sonidos, lo que es una buena noticia, porque parece que ciertos tonos graves son irreproducibles por otros instrumentos similares.

Στέλιος Φουσταλιέρης -  Το μερακλίδικο πουλί.


Es interesante incidir en ese caldo de cultivo humano y musical que representó la Atenas y el Pireo de entreguerras.
Fueron unos años en los que coincidieron en aquellos barrios y aquellas tabernas, músicos y sonidos de todas las procedencias, desde Armenia y el Caúcaso hasta las islas más apartadas de Grecia, pasando por Asia Menor. 
Con las oleadas de refugiados de los años veinte, confluyeron allí rebetes, músicos tradicionales isleños, pontios, sonidos orientales de la meseta de Anatolia, canciones del norte de los Balcanes o aromas arbaníticos.

Los cretenses ya habían tenido por su parte un contacto estrecho con los desplazados de Asia Menor y sus ritmos,  la smirniótika y otros, tras la descomposición del imperio otomano y el nacimiento del nuevo estado turco.
La fusión que se produjo en la isla entre los sonidos que llagaban del este con la música tradicional autóctona, dio lugar a un género que no es fácil distinguir de otras formas del rebétiko, llamado tambajaniótika (tzabaniótika?), ya mencionado otras veces, y que traduje por Músicas del tabaco, entendiendo que más que al tabaco se refiere al opio y al haschís. Es decir, los mismos temas del rebético. También las penas, el dolor y el desamor.

El género prosperó en la isla, pero también en otras ciudades como Patras, quizá importado por emigrantes cretenses o a la inversa, llevado por los del Jónico a Creta. No obstante, en el Pireo de los años 30 se grabaron temas y se hicieron muchas jam sessions en las que participaban por igual rebetes, ya vimos el caso de Tountas , y músicos cretenses de la tsambajaniótika y de la tradicional, como es el caso de su colega Baxevanis o el suyo propio.

Στέλιος Φουσταλιέρης.  Στιχ.Τραγ. Γ. Τζιμάκης.  Σαν δεις αγάπης δάκρυα.


Pero además frecuentó en la taberna de Batis a todas las glorias del rebético, de Vambakaris a Tsitsanis, pasando por Papaioannou o Bagianteras. O haciendo pareja con Payiumtzis. El rebétiko comparte con la tambajaniótika el verso político, πολιτικὸς στίχος, el popular decapentasílabo de la literatura griega moderna.
Regresó a Creta el 37 y residió allí hasta el final del su vida, el año 92.

Colaboró también con los grandes músicos cretenses del momento, empezando por su tío, el famoso liraki Andonis Kareclas, que fue quien lo introdujo en la música y a quien acompañó por bodas y panayías de toda Creta, siendo Stelios todavía un adolescente.
Tocó con Kostas Papadakis, uno de los pioneros de la tambajaniótika junto a otros músicos de Janiá, con Perpiniadis...

Pero su pareja musical cretense más duradera fue El Baxe con quien, sin embargo, grabó pocos discos. Tres de esas canciones que registraron juntos, Τα βάσανά μου χαίρομαιΠονεμένη καρδιά Όσο σιμώνει ο καιρός, ya las puse en la entrada que dediqué a Baxevanis en esta etiqueta. Son de las más conocidas, pero como tengo demasiadas no las repetiré.

Στέλιος Φουσταλιέρης.   Χανιώτικος Σταφιδιανός


Aunque Fustaliéris era un virtuoso del bulgarí, siempre se consideró un aficionado que, como sabréis, en Grecia es una categoría que añade, y no quita, mérito a quien la lleva.
Porque su auténtica profesión, con la que se ganó la vida, era la de relojero. ¡Que tocara el bulgarí y fuera relojero no deja de tener su gracia!, lo digo por esa firma de lujo, claro.

Dicen sus biógrafos que compró su instrumento con el primer sueldo que cobró de relojero a los trece años, poco ganaba el hombre. Y eso que se lo dejaron barato, porque alguien lo había abandonado sobre la mesa de una taberna y no lo reclamó.
Del segundo bulgarí, que creo que adquirió de tercera mano en 1930, ya no se separaría hasta su muerte. Sesenta y dos años tocándolo. Éso es amor.
Στέλιος Φουσταλιεράκης, Α. Παπαδάκης.   Σταφιδιανός.

http://www.youtube.com/watch?v=5TLJkYIi1uY (más vieja?...

Los años 40 de la Segunda G. M., de la ocupación alemana de la isla y de la posguerra, fueron de poca actividad en cuanto a registros sonoros. No obstante, en ese tiempo grabó algunas de sus canciones más conocidas, como las mencionadas Όσο σιμώνει ο καιρός, Πονεμένη καρδιά, Σαν δεις αγάπης δάκρυα, puesta arriba, o Συρτός πρώτος ..., la mayoría en compañía de Baxevanis.

Tampoco abandonó todos esos años su oficio de relojero, que al parecer le procuraba tantas alegrías como la música y un medio seguro de vida.

Me faltaban las kontyliés para rematar yo esta entrada y tardé en encontrarlas, pero ahí van, unas de Milopótamos. Ya sabéis que cada región, cada pueblo tiene su propia versión de los ritmos isleños, mantinadas, syrtos, ritzitika...

Στέλιος Φουσταλιέρης. Μπαξεβάνης.   Κοντυλιές μυλοποταμίτικες

Grecia,  agosto 2012

Ya de 1947 son esas kontyliés de arriba y la penúltima canción de hoy, el Syrto de la noche, las dos también con el Baxe.

En la red se pueden encontrar muchos más temas, he tenido que dejar varios en reserva porque ya me pasaba, ya me pasé: son nueve canciones. Yo, hasta hace un par de años sólo conocía esa docena que dije de los Protomastores y llevaba 25 años viajando a Grecia..., la disponibilidad gratuita de tanto material es un lujo impensable, ¡toy vieyín!.

Φουσταλιέρης, Μπαξεβάνης (Ιωάν. Μπερνιδάκης).  Συρτός της νύχτας.  

http://www.youtube.com/watch?v=qKQeW4Adukk

Tiene una treintena de registros personales oficiales en disco, más algunas grabaciones en las que no figura su nombre o existen dudas, colaboraciones, festivales, programas radiofónicos, etc.

Medio en broma, medio en serio vamos rellenando estos capítulos de Música cretense, que no pensaba que pudieran dar tanto de si. Hasta el próximo. Os dejo con una canción de 1950, la última que grabó.

Σ. Φουσταλιέρης. Γ. Τζιμάκης,  'Εξω τ' αχείλι μου γελά. 

http://www.youtube.com/watch?v=HRzuduPHsvI

Υγεία και καλά τραγούδια. Salud y buenas canciones.

Barbarómiros

lunes, 25 de febrero de 2013

Amadeo, Basilisa, Calixto


Grecia,  agosto 2012

Metaliteratura


Los tres relatos de las golondrinas de los días precedentes eran un experimento y un juego. No estoy demasiado contento con los resultados, pero lo intenté.

Se trataba de enlazar una historia en tres capítulos y que se pudiera leer encabezada por el primero o por el tercero indistintamente, sin perder cierto morbo. Puesto que el orden de publicación es el inverso al que encontraremos después, cuando abramos la página del blog, de ese modo se empezaría a leer primero el último que se publicó, encabezando el cuento ese capítulo.

Pero para mantener cierto suspense, además de retrasar el desenlace o alguna clave, sin descubrir toda la historia ya en la primera entrega, que en este nuevo orden sería la última y por tanto la destinada a contener la resolución del enigma, en caso de que hubiera tal, para no perder suspense, digo, necesitaba un grado de indefinición argumental que no estoy seguro de haber conseguido, además de que eso le resta verosimilitud y potencia al cuento, actúa en contra de lo puramente narrativo. Pero ése era el reto.

Para ello eché mano de un relato más bien abstracto, que no proporcionara demasiadas claves y en el que los papeles de los personajes fueran casi intercambiables, sin perder ellos del todo su identidad. Que apenas hay identidad, aunque sepamos el nombre y el sexo, o algún detalle expresivo.
No es la técnica del punto de vista, de Durrell por ejemplo, tanto como los personajes sin rostro y sin nombre de Beckett. De hecho empecé llamádoles  A, B y C.

Sólo quería tratar esto para explicar, a los que no tenéis el hábito de la escritura, los berenjenales en que nos podemos meter con la historia más chorra y sin sustancia, a poco que uno se proponga complicar las cosas, ¡y total, para que los resultados se queden en tentativa!, en fin...

J. S. Bach. Glenn Gould, piano.  Invención  Nº 13.


El recurso, con distintas variantes, no es nuevo. Yo recuerdo ciertos cuadernillos poéticos, incluso en prosa, con las hojas sueltas y sin numerar, y que se podían barajar para conseguir así lecturas y enlaces insospechados del sentido o del absurdo, dependiendo del azar y de la capacidad de sorpresa del lector.
Cortázar lo ensayó en  Rayuela y en su secuela o vástago, 62 modelo para armar, con los brillantes resultados conocidos.

En este caso, hay un intento de no salirse de un relato realista que no propone más lecturas que las presentes, sin asombros, pero en la frontera del suspense y lo indescifrable, como si el trágico secreto que tal vez se esconda detrás de la indefinición, no fuera en definitiva más que eso, suspense, humo, nada. O lo peor imaginable. Había que taparle la boca, etc. Ése es el motivo de no dar un re-mate claro a la historia.

Por otra parte, el título Golondrinas lo encabeza un numeral que tampoco se corresponde con los capítulos de la historia. Al igual que ésta, están invertidos y siguen el orden de arriba abajo que la página establece una vez publicados: 1. A (madeo). 2. B (asilisa). 3. C (alixto).
Del mismo modo, los tres capítulos llevan al final el  continuará..., porque la lectura doble que se propone -comenzar por el 1 ó por el 3- así lo exige. Εse continuará..., convertiría el texto de hecho en una lectura circular.

El cap.1. (A)madeo, que en realidad fue el último en publicarse aunque ahora en la página lo tengamos arriba, pues, comienza con la frase   Al fin;  El 2. (B)asilisa, empieza con   En mitad del camino, que como ya adivinaríais encabeza el Purgatorio del Dante, en el centro de La Divina Comedia;  El 3. (C)alixto, el último (o primero), por  Al principio.

Todo esto en esquema sobre el papel, otra cosa es conseguir el efecto deseado.

Y el nombre de los protagonistas. Se corresponde con el de tres personas, casi personajes, de mi infancia en el pueblo. A Basilisa, que en griego significa reina como también sabréis, la escogí sobre todo por la B inicial. El lugar lo deberían ocupar antes otros dos personajes femeninos más prototípicos, pero no coinciden las letras iniciales. No puedo evitar sin embargo apuntar los nombres, los apodos en realidad, de esas mujeres: La tí Musagra y la Tranca.

En un par de días cambiaré la ubicación de este texto poniéndolo debajo de Calixto, para que al leer de arriba abajo, esta explicación no estropee la poca intriga que pueda haber en el ¿cuento?

Por último, insistir en que se trataba ante todo de un juego sin mayores pretensiones, quizá os hubieran prestado más unos cuentines al uso, y puede que a mí también.

No sé si me expliqué; sigo intentándolo.

J. S. Bach. Glenn Gould, piano.  Invención  Nº 1, 2 y 3.

http://www.youtube.com/watch?v=PK6ZmUUWKzE


Salud

Ramiro

domingo, 24 de febrero de 2013

Golondrinas -3


Grecia,  verano 2012

1

  Amadeo

Al fin no fue necesario el concurso de más personas, decidieron que tres éramos suficientes. Pero cada uno tiró por su lado, Basilisa se fue hacia el sur, Calixto al este y yo al oeste. Me gustan los ocasos, la noche y las sorpresas de primera y última hora.
Casi todo lo fié a los días finales cuando, más o menos, teníamos previsto compartir las novedades que por separado hubiéramos encontrado. Y mientras tanto, a vivir.

A mí no me preocupaba mayormente qué dirección seguir dentro de mi terreno, nos dejaron claro que lo hiciéramos sin agobios, sin competir. Bastaba, pues, con ir tomando notas mentales aquí y allá, tener el ojo atento para lo extraordinario y cierto don de la oportunidad, llámale suerte si quieres. Lo demás llegaría por sí solo. Incluidas las puestas de sol. Maravillosas.

¡Enfoque, enfoque!, no somos fotógrafos aunque trabajemos con imágenes, y un buen desenfoque puede ser tanto y más expresivo. No se puede atar la creatividad como si fuera un mazo de ajetes tiernos. Y lo que está claro es que Calixto es un calzonazos, va con los de la feria y vuelve con los del mercao. Vale que Basilisa se pusiera pesada con la síntesis ecuménica de marras, pero darle también la razón con su tabarra sobre la forma de obtener los datos, ya es pasarse. Se empieza discrepando y se acaba mandando. Menos mal que finalmente el listo recapacitó e hicimos lo que teníamos que hacer. No nos dejó otra salida y había que taparle la boca de alguna manera. Nos curamos en salud. Todo sea por un final feliz.

No vale la pena darle más cancha al tema, las cosas son como son y no tienen vuelta atrás.

(continuará...) 

Ramiro Rodríguez Prada


J. S. Bach. Glenn Gould, piano.   Invención  Nº 15.

sábado, 23 de febrero de 2013

Golondrinas -2


Grecia,  agosto 2012

2

Basilisa


En mitad del camino de la vida, siempre me gustó ese comienzo, en una encrucijada, me salió al paso esta oportunidad y pensé que no podía dejarla escapar. Conmigo escogieron también a dos hombres, Amadeo y Calixto. Como no nos pusimos de acuerdo ni en la dirección a seguir, ni en los auténticos objetivos, yo me vine al sur porque adoro el sol.
Era una labor para enfrentar en equipo, desde luego, porque el plan requiere una mirada conjunta, pues se trata de un campo muy amplio, donde la perspectiva de un observador individual será siempre parcial, sin abarcar más allá de una porción limitada de ese espacio de estudio. Me fui sola e inquieta, pero feliz al fin y al cabo.

Prefiero el calor, sin embargo abrí un paréntesis entre los días que dediqué al proyecto, para desplazarme al norte, más que nada por contrastar un poco lo que hasta el momento era mi visión del asunto. No es que sacara muchas conclusiones, pero aprendí una lección tan sencilla que me dejó asombrada: no hay sur sin norte, y viceversa. Lo cual para mí significaba que nuestro trabajo haría aguas si no nos centrábamos o no lográbamos acotar, con cierto equilibrio en sus partes, el territorio que se nos proponía. Poner el foco en el problema. El hecho de que hubieran querido quitarnos presión no descartaba cierto rigor en los procedimientos, a mi modo de ver. Lo que no significa que no disfrutara del sol, pero me apeteció probar también la sombra y comparar.

Pero tampoco en eso estábamos del todo de acuerdo, como se pudo comprobar cuando finalmente nos reunimos la última semana. De hecho estábamos tan en desacuerdo que enseguida comprendimos que nunca llegaríamos a entendernos. En un primer momento Calixto parecía querer razonar, adoptando una postura intermedia, incluso acercándose a mi punto de vista, pero acabó cediendo a la pasión de Amadeo, más que a sus razonamientos. Como tampoco tenía interés en competir con ellos, ni se nos pedía tal cosa, no puse mucho énfasis en defender mis tesis, pero en ningún momento transigí con los pobres y escasos argumentos que se me presentaron.

¿Porqué llegamos a donde llegamos? Éso es algo que yo ya no puedo explicar. No hubiera querido ser el centro de una disputa con tan dramáticos resultados.

(continuará...)

Ramiro Rodríguez Prada


J. S. Bach.  Glenn Gould, piano.   Invención  Nº 9.

viernes, 22 de febrero de 2013

Golondrinas


Grecia,  verano 2012


3

Calixto


Al principio casi no me lo podía creer, ¡yo uno de los seleccionados para un trabajo tan interesante! Conocí a mis dos compañeros, Basilisa y Amadeo, ambos con criterio y mucha personalidad, sin embargo, o tal vez por eso mismo, no llegamos a nada concreto. Soy un enamorado de los amaneceres, así que me dirigí al levante.
Fui consciente de que separados no íbamos a conseguir la excelencia, pero como disponíamos de un tiempo para poner en común los hallazgos de cada uno, antes de entregar el resultado de nuestras investigaciones, no quise preocuparme en demasía y decidí tomarme las cosas con calma.

Por lo común soy una persona exigente conmigo mismo en el trabajo. Me gusta tenerlo todo controlado, si es posible incluso, bien atado, pero éste no era uno de esos encargos en que debiéramos echar el resto. Es cierto que había sido muy reñida la fase previa, pero enseguida nos dejaron claro que para realizar nuestro cometido no se necesitaba tanto músculo como imaginación, y tampoco buscaban una competición entre nosotros. Era importante que nos sintiéramos agusto para que el pastel resultara lo más sugestivo posible, sin la presión del deber estricto o los gramos exactos de azúcar en la masa. Creo que nos dieron razones bastantes para que obráramos con entera libertad. En el tiempo que duró aquella bicoca no dejé un solo día de contemplar el alba a la orilla del mar, algunas desde dentro del agua. Después de todo llevaba en el recuerdo un montón de bellas imágenes de las que hablar.

Creo que Basilisa se complicó demasiado la vida y eso hizo que Amadeo perdiera la paciencia. Ella traía mucha información y él lo había dejado todo en manos de la improvisación. Por mi parte, amén de mis inolvidables auroras, venía algo documentado y con un acopio de anécdotas suficiente para no quedarme en blanco cuando llegara la hora.

Pero no debí dejarme llevar por la ira y menos secundar a ese loco.

(continuará...)

Ramiro Rodríguez Prada


J. S. Bach. Glenn Gould, piano.  Invención  Nº 14.

jueves, 21 de febrero de 2013

El geniecillo de Albons


El leñero de Albons
Girona, julio 2012

El geniecillo de Albons


Buscamos la pelota entre las plantas y flores del pequeño jardín de casa. Por las tardes jugábamos con las palas y lo dejábamos todo sobre una mesa en el porche. Mirábamos entre las hojas rastreras de una vincapervinca, por si hubiese rodado hasta allí, cuando vimos al gato atravesar el patio maullando y con el rabo levantado. A todos se nos encendió la misma luz: había sido él.

¿Cómo hacerle comprender al maldito minino que en casa no había más pelotas y que nos tenía que devolver aquella?
Cada cual utilizó sus trucos, pero el gato nos miraba con cara de no haber comido una raspa. Abría la boca como si dijera, ¡Dejaos de pamplinas y dádme lechina, que yo me llamo Andana!

Sabíamos que el Andana le tenía la guerra declarada al juego de las palas y muy en concreto a la dichosa pelotita. Cuando jugábamos, él se iba al rincón más apartado del jardín, porque era raro que en algún momento la pelota no lo alcanzara cuando más agusto estaba tumbado, y como era un gato asustadizo y un poco memo, escapaba corrido como si le hubiera caído encima un obús.
Más de una vez intentó morderla, pero no le entraba en la boca. ¿Lo había logrado por fin y se había deshecho de ella después? Nos parecía demasiada inteligencia para aquel gato, pero como no encontramos una explicación mejor la dimos por buena. Y lo cierto es que la pelotina no apareció.

Es posible que ya hubieran distraido más cosas, porque después echamos en falta algunas, pero no empezamos a mosquearnos de verdad hasta una mañana en el desayuno cuando vimos que apenas quedaban galletas en la caja. Yo la había llenado el día anterior y lo hacía cada dos o tres. Nadie se declaró responsable de aquella falta. Carecía de importancia, sólo que era extraño, ¿teníamos acaso algún sonámbulo en casa?.

Y entonces empezaron a desaparecer, un día sí y al otro también, una serie de objetos, la mayoría banales: un abrecartas y un pisapapeles del despacho, una mano haciendo la puñeta donde mi mujer colgaba algunas baratijas, un minutero en forma de cerdito de la cocina, un sombrero o una pandereta de la percha del pasillo.
Pero junto a esas tonterías, una mañana faltaron las llaves del coche y poco después las de casa de mi hija mayor. Había llaves de repuesto para el vehículo y para la vivienda, pero lógicamente aquí la preocupación subió ya muchos grados.

Sin haber descartado del todo la idea de que alguien estaba sufriendo un episodio de sonambulismo, puesto que no encontraba otra explicación racional, me aposté una noche en la tumbona del salón con una manta sobre las rodillas. Desde allí tenía una visión muy completa de varios tramos y huecos de la casa, la entrada al despacho y a la cocina, un trozo del pasillo con la puerta de un servicio, y el arranque y primer tramo de la escalera al piso superior, donde estaban los dormitorios.

La noche se me hizo larguísima. A la mañana siguiente no tenía que ir a trabajar y pensé que me daría tiempo de sobra para recuperar en dos días el sueño perdido. Tal vez por pensar en dormir fue por lo que me quedé traspuesto a última hora, antes del amanecer.
Y debieron ser apenas unos segundos, porque desperté con esa sensación tan característica de sobresalto, que avisa de que no te puedes dormir. Pero al mismo tiempo creí oír un ruido en la cocina. Era la puerta más alejada del lugar desde donde yo vigilaba y estaba en la penumbra, pero me pareció que una pequeña sombra pegada a la pared, más densa, se había deslizado hacia el pasillo. Me levanté con cautela pensando en el gato, pues la sombra no tendría mucho mayor volumen.

Al salir vi que la puerta de casa, abierta unos veinte centímetros, dejaba entrar la luz de la luna al pasillo. En ese momento la sombra, que yo había perdido, amparada quizá en la oscuridad de aquel tramo, atravesó el rayo de luna y salió al patio.
Fue tal su velocidad que apenas pude retener detalles de lo que vi, y me parecía tan extraordinario que eché a correr detrás. Sólo me dio tiempo a ver cómo algo parecido a los rabos de una levita desaparecía entre la madera apilada en el leñero, en un extremo del porche.

Entré a por una linterna y me puse a buscar al intruso. ¡Nada de nada! ¿Qué había visto en realidad? ¿Era un niño con cara de viejales burlón y traje de urraca? No lo sé.
Volví pensando que mañana por la mañana tenía que inspeccionar con detenimiento el leñero, sacando los troncos si era preciso. Empezaba a clarear, tenía que acostarme.
A la puerta de casa estaba plantado el Andana con el banderín del rabo tieso, dándome la bienvenida como si yo viniera de las Cruzadas. Cerré la puerta con llave y me fui a la cama preguntándome por qué razón aquel gato pánfilo no se acercaba nunca al leñero, del que de hecho huía como de la pelota. Cosas...

En el desayuno, contando esto a mi mujer y a mis hijas, no me creyeron. Sin embargo lo contaba relativizando lo que había vivido, estaba oscuro, yo medio dormido, la imaginación puede hacer estragos, etc.
Cuando bajé al porche, vi sobre la mesa todos los objetos desaparecidos, incluida la pelotina, y algunos otros que no habíamos echado en falta. Creo que sólo faltaban las galletas. Entré corriendo en casa para que vieran las pruebas del delito y comprendieran que había algo muy extraño en todo aquello que no podía ser obra de un animal.

Naturalmente todo lo cargaron a mi cuenta, ¡Papá, a otro perro con ese hueso, todos sabemos que fuiste tú!

Pasé el resto de la mañana y parte de la tarde vaciando el leñero, observado con recochineo y distancia por mis tres mujeres. No encontré nada, pero estaba absolutamente hecho polvo. Al entrar en casa para la cena, allí estaba otra vez el gato en el dintel de la puerta con su rabo vertical, ¡yo creo que se reía el muy cobarde!...


Ramiro Rodríguez Prada 


Albert Pla.   Pesadilla.



Salut!

miércoles, 20 de febrero de 2013

Trepadores


Huellas de  trepadora
Albons, Girona,  julio 2012

El Trepa


Aunque era escurrido de carnes y lucía aspecto de bembón indolente, siempre le gustaron las alturas, trepaba al pecho de su madre apartando a sus hermanos a patadas y puñetazos, pisando caretos sin contemplaciones, o lo que hubiera que pisar con tal de llegar al mejor pezón. Eran trillizos y su madre sólo tenía dos tetas.

Ambicioso, esguilando, esguilando se llega lejos, lo aprendió ya muy pronto, mientras gateaba hacia el objeto del placer con un derroche de baba inusitado para su edad.
Pero su progreso reptante estaba marcado por la ansiedad, no disfrutaba con la meta alcanzada, siempre hay una cima más alta, un teto más allá de tus narices... . Hay, pues, que erguirse y mirar al Mulhacén de tú a tú, por muy veleta que se sea. Y más allá al Mont Blanc.

Se apuntó a la OJE, por la gulisma del montañismo, y porque le atraían las cornetas y tambores, pero carecía de oído y de sentido del ritmo, así que abandonó pronto la música y se fue con ella a otra parte. Además los guajes desfilaban en formación cuasi militar sin posiblilidad de ascensos, él no tenía fuelle bastante con la trompeta y para no ser primer bombo...

Flecha a los seis, arquero a los once, a los trece, antes de alcanzar el grado de cadete se salió porque sólo hacían fueguitos de campamento, andaban por lo llano y el guía tenía sus preferidos, entre los que no figuraba él, que seguía con su pinta de fregao, muy poco atractiva.
Y la verdad es que engarriar engarriar, lo que se dice engarriar, la técnica depurada tampoco es que acabara de dominarla del todo, y el ejercicio fatigaba mucho, incluso el arrastrarse, que era por entonces su práctica habitual.

No era un Spiderman, vamos, ni siquiera un arácnido al uso, aunque sus muchas patas sí tenía. Se parecía más al ciempiés, a un miriápodo, pero por lo bien que se agarraba al terreno. De momento se le daba mejor fijarse a un tutor que escalarlo, hablando hortelano.
Tratando de mejorar su técnica, cambió el lema de la organización, Vale quien sirve, por el  Sube quien trepa, y la dejó, ya digo, a la caza de nuevas cimas, más productivas y menos esforzadas.

Tuvo un amago de hacerse bombero, por lo de las escaleras, pero una vez que los vio en acción se le quitaron las ganas: subir sí, pero sin riesgo de chamuscar el culo. Sin embargo ya se quedó fijado por siempre al maldito escalón, dirección subida, claro está.
Como sufría vértigo en los aviones, descartó también la profesión de azafato o piloto, además él hubiera apuntado más alto, astronauta como mínimo.

Sacó la carrera de San Jerónimo con buenas notas, visitando despachos y sobando gibas a troche y moche, en la facultad le llamaban el chupachepas.
A esas alturas sus ansias de excelencia trepadora lo ahogaban. Se metió en la rondalla universitaria porque envidiaba al de la pandereta, que atraía todas las miradas del público.
Al final consiguió el puesto después de un sinfín de insidias, dobles barajas y puñaladas traperas. Pero era un pato bailando y se caía dando la zapateta, así que los mismos tunos lo botaron. Definitivamente la música no era lo suyo.

Con enchufes y masajes inconfesables, consiguió un curro en FP. Frenesí Pelotillero. Se convirtió en la mona del jefe, y al mismo tiempo interpretaba el coro de los grillos. Sin mérito alguno, salvo para poner zancadillas y hundir a los trabajadores capaces que podían hacerle sombra, sólo afianzó los agarres, pero ¡qué angustia!, siempre expuesto a que alguien descubriera sus trampeos, sus cartas marcadas.
Compitiendo con otros trepas más mediocres que él, alcanzó altas cotas en la escala y en el escalafón de los Correveydiles y Trotagaitas.

Cuando le dieron su despachito junto al del jefe, se compró una caja de limpiabotas y le lustraba todo los días los zapatos antes del comienzo de la jornada laborolabial, por el babeo y lameteo continuo a salvas sean las partes.
Recibía jabonoso, saludando con su mano blanda de calamar, húmeda y fría, que daba grima coger, ya no digo estrechar porque nunca se me ocurriría tal cosa, ¡qué ascooooooooooo!!!...

Tenía rarezas que la compañía le permitía por su fidelidad a ultranza, o eso creían ellos. Contrató un pinche fijo, muy fornido, que hacía también de recadista para la dirección. Se le encaramaba al llombu, al lomo, y le hacia subir por una escalera de mano cargando con él hasta el último peldaño. Sólo le faltaba sacar la pirula y echar desde allí una meadina a los de abajo, ¡la madre que lo parió!.

Fichó no obstante por la competencia engañando a su empresa, menos poderosa, y llevándose con él la cartera de clientes y el pinche de los bíceps. Carrera meteórica hacia las alturas, pensó. Pero sólo alcanzó la categoría de jefe de negociado, sección Lameculos o Mamacallos, no recuerdo bien.
Compensó el chasco arrimándose a otra trepadora de parecida calaña, con más patas que las de gallo de Gunilla von Bismarck.
Parásitos con raíces aéreas que se adhieren a la alta velocidad o al puente aéreo, lianas que se enroscan, tallos que se aferran veloces cual pulpos a cualquier superficie por pulida que sea.
Mañas de hiedras y lapas, pilla, trucos de mejillón, mama, encaje de bolillos falsos, borda, cartas marcadas, miente, muertos recalcitrantes por doquier, chupa, traiciones, roba, citas en el infierno...

Mas, para qué seguir, de pronto al Trepa se le cortó el subidón, o le troncharon el flús y cayó cuan alto estaba y largo era.
Lo metieron en un nicho de la fila cimera, en unos bloques de siete pisos de altura, los más altos del cementerio, con vistas a un socavón gigantesco que había dejado una cantera abandonada, próxima al camposanto.

Lonicera Periclimenum,  Madreselva.

Robert Fripp.  Breathless.  Jadeante.

http://www.youtube.com/watch?v=v4uN-msPTgE

Inmóvil mayoría de cadáveres
le dio el mando total del cementerio

Ángel González. Elegido por aclamación.


Salud!

ra

martes, 19 de febrero de 2013

Ο Νικόλας Άσιμος, Nikólas Ásimos


Plaka.  Atenas,  julio 2012

Ο Νικόλας Άσιμος


Nicolás Ásimos Assimópoulos nació en Tesalónica, 1949, pero porque su madre fue allí a dar a luz. Vivió su infancia y su adolescencia en Kosani, el pueblo de la familia, en cuyo instituto comenzó a mostrar ya su carácter inquieto y su afición a la lectura, la escritura y la música.

De una polémica en la prensa local en la que firmó Ásimos, le quedaría ya el pseudónimo por el que se le conoce.
Νικόλας Άσιμος.   Θα σου κλέψω το σακάκι. Te voy a robar la chaqueta.


Ásimos fue el cantante, actor, showman, el payaso más divertido y radical de cuantos vivieron los años de la dictadura de los cogoneles y los siguientes. Azote de fascistas y del propio sistema político heredero de la dictadura, la suya era una propuesta libertaria.

Sin embargo nunca aceptó el encasillamiento en unas siglas jerarquizadas o en una ideología partidista, aunque cualquiera que le eche la vista encima entenderá de qué pie cojea. Siempre trató de ser lo que parece, un ácrata, un hippie y un cachondo.

En el ´69, ya decidido por las letras, se fue a Salónica a estudiar filosofía. Allí tendría sus primeros contactos fuertes con la escena que, junto con la música y la escritura, ya no lo abandonaría hasta el momento de su trágica desaparición, a la edad de 38 años.

Nikolas Ásimos.  Eimaste Tromokrates. Somos terroristas.


Al tiempo que escribía y completaba su formación musical, participaba en talleres dramáticos. Interpretó varios papeles en grupos del teatro universitario, obras que ya tuvieron problemas con la censura del régimen.

Pero su destino artístico estaría ligado a la capital, y el año 73 allá se fue a seguir haciendo teatro y música.

Se ganaba la vida tocando en una taberna de Plaka, y en este tiempo estableció contacto con artistas conocidos, como Zuganelis o Katerina Gogou.
La actividad política y artística de Atenas en esos años era febril y él se entregó en cuerpo y alma a la causa, como en todo lo que emprendió.

Comenzó a grabar unas cintas de cassette que se vendían por las calles de mano en mano. Ésta sería su opus magna, y no es cachondeo el latinajo, porque la humildad de los medios que usó no le resta potencia al mensaje, con frecuencia lo intensifica. Y esa pobreza era deliberada, buscada por él.

Vivió casi todo el tiempo en Exargía, cerca de la Politécnica, la réplica ateniense del Barrio Latino parisiense, en bajos y sótanos baratos. Fue de hecho un precursor de los okupas.

N. Ásimos en  O Drakoulas ton Exargion (escena...)

Hoy comentaba con el mi Dimitraki esta escena donde parodian la película de Anguelopulos, Viaje a Cytera. Precisamente este fin de semana vimos en Gijón la versión subtitulada de La eternidad y un día, primera de un ciclo de cine griego que Céfiro, asociación asturiana de profesores de latín y griego, organiza desde hace dos años.
Siempre incómodo, con un estilo burlón, bufo, no admite tampoco el encasillamiento fácil, ni entre los payasos ni entre los cantantes. Era un francotirador, un provocador, en lo político y en lo artístico, sus estrambóticas puestas en escena callejeras se harían famosas.

Todo esto, y su actitud antiautoritaria, le llevaría a un sinfín de enfrentamientos y engarriadas con la policía, o a dificultades para grabar su música en unas condiciones técnicas adecuadas con una casa discográfica, con las que como es obvio también estaba en guerra y que rechazaban sus trabajos. Fue la mediación de un amigo la que le permitió grabar con Lyra.

En 1974 lanzó su primer disco, un sencillo titulado Ρωμιός Μηχανισμός, algo así como Mecanismo griego.

Todos los espectáculos y locales que montaba con sus camaradas se iban al garete, tenían un público escaso o eran clausurados por orden gubernativa. Ruina tras ruina, el camino del antihéroe...

Ο Νικόλας Άσιμος. En directo... 


Finalmente acertaron con uno que visitaban intelectuales, artistas, músicos y políticos del momento. Allí conoció a Zános Mikroútsikos, a María Dimitriadi o a Vassilis Papakonstantinou, el que sería uno de sus más fieles amigos hasta el final. Por allí pasó su ya colega Savópulos, o el comunista italiano Berlinguer...

Su inconformismo le llevó a reñir incluso con sus compañeros de farra comunera y vital. Aprovechando la buena racha, querían subir el precio de las consumiciones a lo que se negó Nikolas. No hubo acuerdo y se fue con la música a otra parte y su compañera embarazada, regresando a la necesidad y en ocasiones al hambre.

El año 76 nació su hija y, con todos los problemas que suponía la simple supervivencia, al año siguiente fue encarcelado una temporada junto con otros intelectuales y artistas opuestos a la dictadura. Una iniciativa promovida y encabezada por Dionysis Savvópoulos, les dio la libertad.

Y en el 78 se libró de la mili con un diagnóstico de psicosis esquizofrénica, después de fingir la demencia. ¿Qué haría un antimilitarista como él en el ejército?

Nikólas Ásimos.   Domatio sto Amsterdam.  Habitación en Amsterdam.


A principios de la década de los ochenta escribió un libro, titulado  Αναζητώντας Κροκάνθρωπους, Buscando a Krokánzropus?!, del que se repartieron unos cuantos ejemplares entre los amigos, en fotocopias, y que se distribuyó después gratis de mano en mano por las calles, como sus cintas.

No recuerdo qué personaje de la vida cultural helena, dijo de esta obra que nadie que la leyera podría ser después la misma persona. Y no se refería a eso de que cada segundo que pasa somos alguien distinto. Lo siento pero del libro sólo conozco el prólogo, también de Ásimos.

La obra se editó en forma de libro después de su muerte, no sé si contraviniendo los deseos del autor, que se oponía a su comercialización, tal como escribe él mismo. Tenía entendido que era una edición no comercial, otra vez para los amigos. Algo parecido a lo que sucedió, de nuevo, con sus cassettes.

En 1982 publicó su primer LP, el único, Ο Ξαναπές, término que, según apunte del mi Dimitraki, funciona como verbo sustantivado y podría ser traducido como "el que repite lo ya dicho o conocido", y que yo traduzco a mi aire por El cansino. En él colaboraron Vassilis Papakonstantinou y Haris Alexiou.
Y musicó el  Oυλαλούμ de Γιάννης Σκαρίμπας, Skaribas.

Ο Νικόλας Άσιμος.  Γιουσουρούμ.

http://www.youtube.com/watch?v=M19r61MkFsE

Yiusurúm, me comenta el monje tesalonicense, era el nombre de un judío que vendía antigüedades. Su nombre designa desde entonces al propio mercado, al lugar de venta.

Su trabajo musical más importante, lo he dicho, son las 8 cintas, ocho cassettes ilegales como le gustaba llamarlas a él, algunas triples, grabadas y puestas en circulación entre 1978 y 1987.
Los títulos van desde lo pintoresco, como  La picardía o El bígaro, a lo intraducible, pasando por el humor corrosivo y el absurdo. Todo ese material ya fue editado póstumamente.

En el 87 Papakonstantìnou incluyó cinco canciones suyas en el disco Χαιρετίσματα, Saludos. Y después de su muerte ha vuelto a recordar a su amigo en sus registros muchas veces.
Otra canción, Πάλι στην ξεφτίλα, apareció ese año en el disco Ήχοι του Χειμώνα, Los sonidos del invierno.
Ο Νικόλας Άσιμος.   Χαμογέλα. Sonríe.

Y ese mismo año, con Nikos muy enredado en sus particular viaje psicodélico, se vio envuelto en un oscuro episodio, con drogas de por medio, que terminó en una denuncia de agresión sexual a una chica. La acusación parece que se reveló falsa al final, pero el daño ya estaba hecho.

Fue ingresado en un hospital psiquiátrico con el mismo diagnóstico que lo había librado del servicio militar, pero esta vez fuertemente medicado y afectado por una depresión de la que ya no se pudo librar.

No estuvo mucho tiempo allí. Sólo muy poco después de abandonarlo, y tras escribir en esos días una especie de diario, su testamento y su despedida, en el que trataba de encontrar una razón para seguir viviendo, se ahorcó en la cocina de su casa.

Nikolas Ásimos.  Βαρέθηκα.  Cansado (Aburrido)

Πλακα,  Atenas, julio 2012

Cuando murió estaba preparando el lanzamiento de otro LP, que se editaría al año siguiente a título póstumo.
Se trata de Το Φανάρι του Διογένη,  La linterna de Diógenes, que recogía las grabaciones de sus ya legendarias cintas, en concreto de la Nº 8. En él intervino la cantante y actriz Sofía Leonardou, famosa por su participación en la cinta de Kostas Ferris, Rebétiko.

Μπαγάσας.  Bagasa.  Pillo.

http://www.youtube.com/watch?v=Sd9HXeb06D8


Yasu, Nikola, Μπαγάσα, eras un colega!


Μνήμη Νικόλα ΆσιμουEn memoria de Nicolás Ásimos.
Στίχοι, Μουσική, Βίντεο: Μίλτος Σαρηγιαννίδης.  Θαλασσινός. 2012.


Υγέια, Salud!

Ramiro Rodríguez Prada

domingo, 17 de febrero de 2013

Rendez-vous a Ponferrada


Ponferrada , diciembre 2012

Cita a ciegas


¿Cómo fuimos a parar a Ponferrada desde el Constantinopla en la Costa da Morte? Eso es algo que me propongo dilucidar esta noche si la memoria no me falla u otra cosa imprevista me lo impide.

El legía entró con el Mercedes en el patio central de aquel castillete de opereta barata. El recinto que enmarcaban las murallas era de tamaño respetable y en un lateral había una colección de automóviles aparcados, todos de gama alta.
En el centro se levantaba una especie de torre del homenaje engalanada de luces como para Navidad, sobre una amplia base cuadrada de dos pisos, el inferior con una entrada porticada muy aparente en gran arco de herradura, y el superior con aspecto de habitaciones y estilo también oriental en las ventanas.

Al entrar nos recogieron las ropas de abrigo, con la chistera de don Ramón, y nos condujeron a un reservado con vistas cercanas a la pista circular central de aquella locura, con pinta de circo erótico made in Gomorra, donde las camareras desnudas mostraban sus encantos entre velos, como moras en el serrallo. Las huríes de don Ramón.

Entonces se nos acercó un hombre con perilla y maneras ceremoniosas de turco, al que tardé un poco en reconocer. Dijo buenas noches y estrechó la mano del Narizotas y de su compinche. Era Sarturnino, el antiguo criado del viejo zombi. Al darme cuenta de quién era me levanté para saludarlo.

¡Hombre, ya tenemos otra vez reunidos al duermevelas y al vendedor de ratoneras!, retrucó el manco con sorna por lo bajini, aunque no lo suficiente como para que no lo oyéramos los más próximos, yo el primero que era uno de los mentados. Enseguida se aproximó también Olvidín.
Eusebio guardaba las espaldas de Valle sin decir nada, un poco asustado quizás por todo aquel lujo de baratija hortera entre tías despelotadas. Seguía siendo todavía un aldeano y un rapazón, la escuela de su amo lo iba a espabilar, no sé lo que diría la su Jaki, con jota, de esta noche...

Pulgarzito.  Milagros.

Algún contencioso había entre ellos, porque el viejo no saludó a la pareja recién llegada, de hecho la ignoró. No se dirigió a ellos en toda la noche en los momentos en que nos vimos, claramente evitaba hasta mirarlos. Traté de enterarme de lo que había pasado
Cuando Satur y Olvidín se fueron y quedamos otra vez los cinco solos, interrogué discretamente al legía.
En un aparte, mientras don Ramón se extasiaba viendo el streeptease de una mulata, el Narizotas me dijo que Saturno había dejado plantado al manco para venir de encargado al Constantinopla y que eso don Ramón no se lo había perdonado.

¿Y Segismundo?, pregunté, queriendo saber que había sido del antiguo socio del Narizotas y anterior compañero de la Olvido, que tanto rencor guardaba contra Saturnino, por cierto, oliéndose la tostada venérea del criado de don Ramón y de su propia costilla.
El legía me miró un momento, como sopesando si podría hacerme a mí una confidencia semejante, dirigió la vista luego hacia el asiento de don Ramón y dijo bajando la voz, A Mundo le dieron matarile en la última movida, por bocón...

No quise saber más. Del resto me fui enterando en el transcurso de la noche. Satur se había juntado con Olvidín y dirigían aquel negocio al alimón, él de pistolas y responsable general, ella de madama.
Había unas treinta mujeres de todas las nacionalidades y colores, la mayoría jóvenes y muy jóvenes, casi en régimen de internado. Sólo salían por causa mayor acompañadas de sus protectores o, mediante acuerdo comercial garantizado y permiso especial, con algún cliente que pagara el caro capricho.

No supe quién era en realidad el dueño del Constantinopla, aunque el Narizotas tenía sin duda más autoridad allí que el Saturno y la Olvido.

Sebito secundaba al viejo, sentado a su lado y no pestañeaba mirando también el picante espectáculo.
Una striper rubia y menuda, que no tendría más allá de dieciocho años, se acercó a nuestra mesa desde el centro de la pista al acabar su número, y le plantó al gigante en la frente el corazoncito rojo que cubría su depilado sexo. Sebio miraba turulato y rojo de vergüenza al manco y a mí, con una risa bobalicona.

El Pulgarzito.   El amor es una vaca.



Cimitière de Ponferrada
Diciembre, 2012

Nos trajeron algo para picar mientras contemplábamos el espectáculo: varios streeptease, con y sin barra, un lésbico, un 69, una mamada y un polvo, a cargo de varios atletas del sexo de ambos géneros.

De lo que también me enteré, es de que tenían una productora de cine porno y que rodaban películas que, según el Narizoas, les estaban dando más beneficios que el propio puticlub. 
Cuando oí que el Legía se dirigía al manco, guiñando, para proponerle si quería participar en la escena de una peli erótica, que estaban rodando en ese mismo instante en otro reservado, no me lo podía creer. Y mucho menos que don Ramón contestara, como si tal cosa, ¡Vamos allá, carallo!, al tiempo que se levantaba como un tiro, ¡qué elemento!.

Eusebio hizo ademán de ponerse también de pie, pero el viejo raposo lo sentó con autoridad, ¡Tú a tu Jaki, rapaz!, y le dio una palmada en la frente, sobre el corazón rojo del chochito.

Valle se fue con el Narizotas y al poco rato Saturno nos envió a tres chavalas. Entre ellas venía sonriente la rubita del corazón. Sebito se revolvió nervioso en el asiento mientras la chica se sentaba en sus rodillas, le quitaba la pegatina cardiaca y le daba un beso maternal en la frente, allí donde antes estaba el corazón encarnado.

No sabría decir cuanto tiempo había pasado. El guardasespaldas del Legía había desaparecido con su chica, Eusebio soplaba espatarrado en un sillón, dormido como un niño. Había dejado la bragueta abierta y parecía un monigote monstruoso allí tirado.
Las mujeres que nos acompañaron se habían ido, el local estaba medio vacío, una pareja borracha bailaba abrazada en el centro del escenario con una música de jadeos orgásmicos. Yo tenía un cegaratón más que importante.

Don Ramón llegó aspavientando mucho, con los ojillos brillantes y un arrebol de sofoco rijoso en las mejillas. El Legía venía detrás riendo.

¡Andando, melones, ya estáis tardando en levantaros!, gritó el viejo chivo. Usebio despertó sobresaltado llevándose las manos a la bragueta y murmurando, Jaki, Jaki...
¡La tu Jaki te va dar caramelo como se entere de lo de la rubia de esta noche, lebrel!
Sebito lo miraba con cara de cordero degollao como si le rogara que no lo fuera a descubrir.
¡Arreando, tartufo, y a ver si no me coges purgaciones como la noche del desvirgue!

Yo miraba a Valle y a su criado de hito en hito porque no sabía nada de aquel asunto. Sebito calló, pero el de Vilanova volvió a tronar dirigiéndose a mí y enfocándome con los clisos redondos, como si me auscultara.

¡¿Y usted, galopín, qué mira?! ¡Vamos, poltrón, mova a caixa da merda que teño cita en Ponferrada!

Tiburcio Cañizares el Joven, espabilador de palmatorias, pertiguero.

Os Resentidos.  Galicia express

http://www.youtube.com/watch?v=vwcoUVOuZh4


Salud y felices viajes.

ra

sábado, 16 de febrero de 2013

EPZ El Pulgarzito


Antonio Rodríguez en el  Muddy's  de Xixón
Enero 2013

Er Purga en Gijón

Por fin hemos podido escuchar en directo alguno de los últimos temas de este monstruo de la canción, de este fenómeno musical y artista inclasificable, como él mismo gusta de motejarse en la autopromoción de su página.        http://elpulgarzito.blogspot.com

De los últimos pocos, en realidad, y me refiero a los que componen su disco en preparación, cocinado a fuego lento como la comida de la abuela, rico rico y con fundamento, y que llevará por título  Lo mejor porvenir.

La mayoría de los que escuchamos eran de su último lanzamiento, No me morí y Venga fiesta, un disco doble de canciones y sintonías del que ya hablé aquí, en detalle y extenso, al comienzo de esta etiqueta.
¡Ía, ía!, ¿quién tiene aquí la tontería?
¡Ía, ía!, ¿quién es aquí el bacilón? 

Pulgarzito.   Quien tiene aquí la tontería.


Era una noche huracanada, aquella del ciclón explosivo, y se veía poca gente por las calles en un Gijón azotado por el viento y el granizo, no obstante el local se llenó.

Durante más de una hora se empleó a fondo el Púlgar, desgranando sus temas y cosechando merecidos aplausos y encendidos bravos. Pero no sólo por parte de los colegas, como el estornino versicolor, otro músico, turuta éste como sabéis, que me acompañó y veló por mí toda la noche, sino también de grupos de carrozas, yogures y yogurinos, pues se palpaba allí la intergeneracionalidad (joer, qué cacho palabro!).

Bien es verdad que al final non fizo falta que la curruca versicolor me auxiliara y casi tuve que tener yo por ella camino de su nido, en algún momento del ciclón, explosivo, insisto, pero el de regreso...

Este tema tampoco es del esperado disco, y también lo puse ya, sin embargo lo repetiré, me gustan esos coros de negras cantando  bluuuússss, bluuuússss,... como un airín que nos soplaran en la oreya. De su disco de 1995,  Púlgar.  

El Púlgar.   Blues de la luna.


Creo que la única que escuché en la versión definitiva ya grabada, por los auriculares que me puso en las orejas el autor, fue Estereotipo, aquel tangaso porteño que se inventó una noche como respuesta a otro muy malo de Haris Alexiou, en griego y la-la-la, que yo le había endilgado por la mañana. También lo repasó en Xixón.

Pero tendremos que conformarnos mientras tanto con las grabaciones que ofrece la red. Velaskiyo, otro colega del Púlgar a quien agradecemos su trabajo e interés, es el responsable de la subida de buena parte de las canciones que cuelgan actualmente en youtube.

Aparte está el tema de lanzamiento, Frío, del que rodaron un vídeo que se puede ver en youtube, un aperitivo del disco. Espero ponerlo más abajo y añadir cuatro palabras a modo de comentario, o aguijón. Pero ya lo subí un par de veces desde que apareció, para que fuerais echándole un vistazo. Y va el tango.
Pulgarzito.   Estereotipo.


En la versión final que escuché toca el tres que lo borda el cubano Yoriel Carmona, que vuelve a colaborar con el Púlgar en el nuevo disco.

Yoriel Carmona.  Días cubanos.


Una grabación que no conocía es ésta de la televisión catalana, tocando con Dayan en directo para el público de La cosa nostra, el programa que dirigía entonces Andreu Buenafuente.

El presentador lo entrevista brevemente y se refiere a los grupos donde el Púlgar tocó: Duncan Dhu, La dama se esconde o Los Toreros Muertos. Pero el  así llamado y presentado como Antonio Rodríguez, no se refiere en ningún momento a que él ya había tenido su lanzamiento a lo grande de muy joven, como el Pulgarcito, aquel del  Macarra de ceñido pantalón...¿o non?.

Creo que lo oculta deliberadamente como parte de su relanzamiento como Antoñito y para mí se equivoca.
En cuanto al servicio de documentación del programa para qué hablar...

Antonio Rodríguez, con Dayan, en  La cosa nostra.  LLuvia pasajera.


El Púlgar por pies

...y si hay que correr
pies pa qué os quiero
y si hay que reír
yo soy el primero...

Así canta en  Amor canalla, tema de No me morí..., que también ha ilustrado, por lo menos en dos ocasiones, entradas de este espacio. Lo que no impedirá que vuelva a repetir cuando me venga al pelo de nuevo. Hoy no.

Ahora colocaré un mensaje que le copiaron para una canción que llegó a Eurovisión, a años luz de ésta en todos los sentidos.
EPZ El Pulgarzito.  Loba y Lao.  (Vídeo)
Hoy repetiré con éste  Frío, que viene a ser el tema promocional de  Lo mejor porvenir (El Deseado habría que llamarle, como a Fernando el VII, si el Bogbón hubiera sido digno), puesto que es el primero que se pone en circulación grabado para el disco.

Me referí a ello en uno de los capítulos que dediqué al Púlgar: tiene un conjunto de canciones, que yo llamo de puticlub, para entendernos, entre las que se pueden incluir, Milagros, Quien tiene aquí la tontería, o La tonta del bote, por ejemplo, o un poco babeantes como Lookin 4 U babe. A mí me gustan mucho esos temas y la descripción musical y argumental de esas atmósferas.

Esta canción no es propiamente del estilo, pero sí lo es un cierto aroma en la escenografía del vídeo, donde abunda el rojo putero y el barroco boïte, o lo es el maquillaje del artista con gafas de rufián y traje de negrero, aunque sea de lino y muy molón. No me gusta mucho el resultado, vamos, y en eso coincidía con alguien muy allegado al músico.

Por el contrario, el tema me parece bueno y en lo musical, impecable. ¿Quién fue el responsable de la dirección artística?

Nos supo a poco el concierto a pesar de la entrega del coleguilla. Blues, baladas, rockanrol, funky elegante, framenquito, tango..., ¡qué más se puede pidir, queridos míos!
Espero que no tarde tanto tiempo en regresar como esta vez y que se prodigue algo más por el norte. Venía de Euskadi, donde había estado entre amigos y también había tocado.

Tras el evento rockero, estuvimos todavía algunas horas departiendo, fumando en la calle y bebiendo en el local, escuchando buen funky y otras músicas. Y al día siguiente nos volvimos a ver, paseamos a la orilla del mar, ¡paseamos un mogollón por Gijón!!!, comimos y bebimos..., pero eso ya es otro tema, más de Currucas pardas, como se contaba en el capítulo de ayer.

Y me voy con esta canción que es una de las últimas que más me gustan, con esa percusión, esos coros y sobre todo ese Hammond maravilloso.
Palabarismos les llama el Púlgar a estos juegos de palabros a los que dedica una sección en su blog:

En el título de esta canción mezcla el inglés con el español en un espanglis gráfico y sonoro, babe de baba.

EPZ El Pulgarzito.   Lookin 4 U babe.

Ramiro Rodríguez Prada


P. D. Y la última novedad  suya que acabo de encontrar, un homenaje a Barcelona.

EPZ El Pulgarcito.   Big city. 

http://www.youtube.com/watch?v=43KCeU_uBAY


Besos