jueves, 20 de septiembre de 2012

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Era de noche y sin embargo llovía


Salí a tirar la basura...


a una hora que juzgué prudente. No conocía muy bien el lugar y fui antes de que anocheciera del todo, estuve vigilando la luz por la ventana de la casa.

Pero cuando llegué a la calle era noche cerrada. Juraría que hacía un momento lucía un sol casi primaveral. Me extrañó un cambio tan brusco, pero seguí a lo mío. Cayó una granizada de cubitos como cagajones.

Las indicaciones que me dieron eran un poco liosas y acabé extraviándome. Empezó a nevar.

No sé cómo fui a parar a un escenario campestre si me encontraba en el corazón de una gran ciudad a varios kilómetros de cualquier extrarradio. Pero ahí estaba el bidón en medio de la floresta.

Ahora llovía a mansalva y no llevaba paraguas ni chubasquero, parecía el Tío Gilito chapoteando en un bebedero burros, sin un puto duro y con las bolsas de la basura en las manos. Sin embargo, y a pesar de los pesares, tenía un día estoico, dejé la basura en su lugar con mucho tino y solemnidad.

Al caer hizo,  ¡¡¡sschofff!!!  (más o menos), chafándome la puesta en escena, pero inmediatamente salió el sol. Yo, aunque estoico, no estaba para bromas meteóricas? y volví a casa. ¡Bah, que se joda el tiempo!

Los pies encontraron el camino porque sólo pensaba en estos caprichos de las estaciones. ¡Qué cosas, no? Cuando entré en el portal sudaba, sofocado. Me dio un escalofrío.


Talkin Heads. Life during wartime.




Salud y felices pesadillas.

ra