viernes, 1 de noviembre de 2013

Insolación balcánica


La  Versicolor  y el  Esguilatorres  en un paso de baile.
Asturias 2013.

Insolación


Buenos días. Como ya sabéis llevo un año programando, más o menos con un mes de adelanto, las entradas del blog, de tal manera que a primeros de agosto tenía ya unas 60 en cartera. Como no escribí ese mes y tardo en empezar después de las vacaciones, he ido gastando las que me quedaban. ¡Grecia me deja cada año más estupefacto!. No obstante, y por si acaso andaba apurado, fui adelantando títulos, buscando músicas o subiendo alguna fotografía, sin el texto. Para hoy, por ejemplo, tenía previsto escribir algo sobre el Mirlo rubio, al que hace más de un año que no veo, pero no quería imágenes de encuentros anteriores, pensaba poder verlo algún día de estos dos últimos meses. No se me arregló y tuve que improvisar con las dos currucas pardas con las que más me oreo.

En realidad hoy es otro de esos días en los que debería de haber echado mano de esa etiqueta de Perdío..., que es como me encuentro, pero ya anuncié a primeros de año que no quería andar haciéndome el quejica porque no sirve para nada, aunque ya que estoy... Esto fue una manera de buscar el auxilio en mis colegas las canoras, mirándoles los pieses.

La queja no es queja, es lelez, apijotamiento, estupefacción, como dije. No salí del pasmo griego. Me bañé muchas veces ese mes, unos minutos en cada ocasión, y no me tumbé ni una sola a tomar el sol, siempre buscando la sombra, ¡pero tengo una insolación de la hostia!

Lafra.  Andrea Szamek, violín. Ivo Hristov, clarinete. Nasco Hristov, acordeón. 
Krastyo Metodiev, percusión. Jasmina Petrovic, voz.  A Glezele Yash.


Cuando todavía estaba no sólo insolao, sino por ende medio sordo, recién llegado de la verita del mar, escuchando noche y día la ola que lame la orilla egea, lo que me provoca un acúfenos marino: a treinta kilómetros del Cantábrico sigo oyendo ese ruido durante meses: insolao y sordo estaba aún cuando escuché, en compañía del Juliensis treparriscos, la Trompetera versicolor y otros amigos, al grupo Lafra, música balcánica que nos visitó en Oviedo por San Mateo. Una delicia y una alegría.

En realidad empecé muy mal la noche, porque se me fue de las manos la cámara de fotos y cayó desde tres metros de altura a la puta rue. La destrocé, por eso no tengo imágenes del evento. Pero después todo fue miel sobre hojuelas gracias a estos fenómenos, verdaderos virtuosos y unos cachondos.

La versicolor no se privó de lanzarles unos cuantos hurras y bravos, pero sobre todo a Jasmina, la cantante croata, muy simpática. Tuve el placer de saludarla al final del concierto, habla un castellano perfecto porque lleva varios años aquí. ¡Tengo facilidad para los idiomas!, decía ella sin falsa modestia. La había felicitado por su voz, por el repertorio que nos gustó, algunas canciones conocidas también en versión griega, Alkistis, o la sefardí Adiós querida, Bregovic..., y también por la cantidad de idiomas que había utilizado en el concierto: servocrota, búlgaro, húngaro, turco, ruso, castellano...

Lafra.  Adiós querida.


Adío!

El pardillo común.


P. D. Hay un montón de registros de Lafra en youtube, así que aprovecharé su buena música para ilustrar más entradas. ¡Salud!.  Ramiro.