lunes, 10 de febrero de 2014

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Financieros en la niebla.



Salí a tirar la basura



con una niebla tan densa que no se veía ni a rezar el rosario. De inmediato pensé en reingresar en el hogar dulce hogar, pero me daba un poco de vergüenza haber llegado hasta la puerta del portal, para volver con las manos llenas... de mierda en definitiva, la que sacaba. Era una vergüenza mía y de la que sólo yo era testigo en aquella oscuridad, así que, dispuesto a vencerla, con la mayor osadía me interné en lo desconocido. Ni siquiera sabía dónde pisaba, aunque estaba seguro de haber bajado los escaleras hasta la calle y de estar caminando hacia los cubos en la dirección correcta. Después de un tiempo, que me pareció interminable, creí vislumbrar la masa oscura de los contenedores en la acera. Aceleré el paso, alargando ya la bolsa del papel, cuando del cubo vecino se alzó con los brazos en alto una figura mucho más negra que la niebla, lanzando un alarido aterrador. No supe si era orangután, chimpancé, gorila, obispo o banquero, o si el mono me amenazó o aulló de miedo: en un santiamén me vi abriendo la puerta del portal. A mis espaldas la niebla seguía densa como un yogur.



Mashujaa Band Tanzania.   Tutakukumbuka. Steven Kanumba.




Salud y felices pesadillas

ra


P. D. Un  recuerdo especial para la Curruca tomillera que hoy estrena espolón nuevo, y ¡un abrazo!

ramiro