domingo, 24 de julio de 2011

Stavros Xarjákos y Markópoulos 2

Último capítulo sobre música cretense, aunque Xarjákos es ateniense. Después de hablar de él anotaré también alguna obra más de Markópoulos como prometí en su entrada.

Stavros ha compuesto gran cantidad de música para teatro y bandas sonoras cinematográficas, una de las cuales "Rebétiko", de Kostas Ferris, recreación del ambiente y la vida que rodeaba a los rebetes, a través de la figura de una de las diosas del género, Marika Ninou, le ha procurado gran popularidad. Con letras de Nikos Gatsos, poeta y letrista al que hemos mencionado en repetidas ocasiones, en concreto al tratar de Hatzidakis, es una cinta, que parece en ocasiones rodada en  blanco y negro, de un expresionismo que recuerda al ruso y al alemán, sus padres  declarados o putativos.
Canciones ya inolvidables que hasta el tatataranieto del héroe sfakiota Stratis Nikos Deliyiannákis, en Frangokástelo, un mes que pasamos en su "Aeolos",  me pedía por favor que le pusiera mientras me contaba, riendo, cómo la iglesia ortodoxa había excomulgado a Kazantzáki. Mana mou, Hellas, Madre mía, Grecia, Ta pediá tis aminas, Los chavales de la guerrilla, Stou zoma, Emena logia min mu les, No me cuentes cuentos?, Stin Anfiali, Stin Salamina, To praktoreio...

Su versión del Epitafios de Ritsos fue  muy alabado por Theodorakis con quien ha trabajado, además de con Markópoulos, Kaldaras, Loizos, Mercoúri, Fitusi, Bizikochis, Dimitriadi, Mosjoliou....
Sus grabaciones con Nikos Xyloúris son también antológicas. Ahí están canciones ya citadas, Itan mia forá de Feris, Palikari stá Sfakiá o Barbaianni Makriyianni, también de Gatsos, Fili que adelfia, Amigos y hermanos, de Kampanelli, Pulimeni, de Mátesis, Oreos pu se avyerine, de Jristodoulou...

Como Markopoulos y otros compositores e intérpretes, también Xarjákos cultivó la tradición, utilizando intrumentos de cuerda pulsada, de la que son maestros, para lograr el sonido griego básico. Miembro del  partido del Arcoiris, defensor de minorías y parlamentario europeo algún año, ha sido también director de la Orquesta Nacional.

De Yiannis Markópoulos citaré sus trabajos para cine y teatro, Mikrés Afrodites (63), Thesmoforias (89) y Lisístrata (93), de Aristófanes. Metanastes, Trabajadores emigrantes (74).  Para la BBC, ¿Quién paga al barquero?(78). Denekedoupoli, música para niños (80). Byron (93). La liturgia de Orfeo (94).
Multiinstrumentista, aunque lo suyo es el piano, lo ha mezclado con lira y percusiones varias, algunas originales suyas. Siempre atento al sonido oriental y  cretense, a sus raíces, se le asocia también a figuras de la vanguardia musical griega, Xristou y Xenakis.

Hemos cumplido el periplo por la música cretense, pero también, a través de los contactos que otros músicos no nacidos en Creta han tenido con la isla, con lo más florido del Éntejno griego, incluído el isleño.

Boas noites, Yásas, Chau!.

Ramiro Rodríguez Prada.

La tos que yo me sé


La tos que yo me sé
(Catálogo de toses)
Oviedo 2006


La tos que yo me sé
la tosen más los pobres que los ricos
y sé también que no se entiende
un lenguaje tan simple como este
podría muy bien toser para explicarlo
pero sé de buen oído que no escuchan
(quién puede leer una tos entre paréntesis
con el estruendo de sus estornudos)

Catálogo de toses. Oviedo 1990.

Ramiro Rodríguez Prada


                                                                                                                                   

La falacia de curso legal -3


Hablamos de pobreza, solidaridad y supervivencia. Con poquísimo saben hacer maravillas y quien no vea esto o está ciego y no entenderá nada, o sólo mira la superficie de las cosas y será incapaz de comprender a Grecia y a los griegos, la verá pero no la catará. Así nos pasa a todos muchas veces con cosas menos complejas.

Es una sociedad empobrecida pero sabia que aprendió a vivir frugalmente sin renunciar a lo esencial -incluídas las pastas y las patatas que alimentan a medio mundo- y a sacar partido a su escasez de un modo admirable. Pocas cosas sí, pero ricas ricas. Hablando del Anatolikós de Alikés, en Zákinzos, un muy buen restaurante con una carta de estupendos, y algunos caros, platos, decía que había comido allí  ensaladas de tomate únicas, inconmesurables.  A eso me refiero, a un tomate maduro mediano cortado en rodajas de 5mm. de grosor, con aceite de oliva, sal y orégano por encima. No hay más. Diez. ¿No sé si me explico?.
Lo podemos aplicar a la comida, a la economía doméstica, la cultura, el trabajo o a la diversión y la fiesta. Han sabido rescatar y mantener unas formas sencillas pero esenciales, elementales pero muy potentes., incluída esa red de apoyos mutuos que es el entramado que les ha permitido sobre-vivir, como aristócratas, con lo básico.

Chíchika, chicharra

Muchos plumillas que denuncian ahora la generalizada corrupción griega, cloquean como gallinas, estridulan como cigarras, cuando se refieren a la calidad de vida de occidente. Estridulo y me río yo  del concepto europedo centralista de la calidad de vida fundada en el consumo, y hablo desde un país, el nuestro, que no es de los que la tienen peor, pese a todo.
No digo que terminar con ese entramado solidario sea acabar con ellos, porque ésa es la Grecia eterna -no se me ocurre otra palabra mejor ahora- a la que, alguna vez, me he atrevido a referirme y con esta no podrán, pero lo intentan, confundiendo falaz y deliberadamente no a molinos con gigantes sino a churras con merinas, y tratando de vender a toda costa una lana que nunca fue ni será suya.

¿Que hay corrupción?. Naturaca, como aquí y los más ricos los más corruptos en todas partes. ¿Que lo pueden pasar, que lo están pasando muy mal?. A eso vamos. Ya estamos bien jodidos, seguiremos en la pelea.

Lo difícil, le decía a Jesús Aller, será dar con una solución lo menos traumática posible para la mayoría, que es quien paga el pato propio y ajeno. Pato ajeno, el de los banqueros, lacado de oro, que no es pata es pata dón, en los cojones de los menos responsables del desaguisado, que son el 90% de la población.

La profunda corrupción a todos los niveles con la que nos apalean algunos ignorantes metidos a comentaristas políticos, es un recurso rastrero, miserable y penoso que intenta democratizar responsabilidades, la culpa cristiana, poniéndonos su viga delante de los ojos. Está muy bien asumir la parte que a cada cual le corresponda en la ´crisis`, pero aquí no se discute el principio de un ciudadano un voto, a lo que parecen reducirse nuestras democracias.
Se trata de depurar esas responsabilidades, empezando por los mayores especuladores, que siguen riéndose de la mayoría, enriqueciéndose aún más con la movida. Son gente conocida, empezando por directivos de grandes bancos europeos centrales y nacionales, de cambalache con sus socios griegos, no gente solidaria, auténticos mafiosos.

Ese es el agujero, el Ideon Antron, el pozu negro del Teach. El voto de esa gente vale tanto como el mío su responsabilidad en el latronicio no. Lo que hacemos es un paripé de democracia donde los ricos, que son pocos, roban, prevarican, defraudan y trapichean a gran escala y pretenden que el resto paguemos democráticamente el desfalco, apelando, para colmo y recochineo, a la igualdad ciudadana y política. ¡Muy bonito, diría mi güela!
A otro perro con ese hueso, a esto se le llama plutocracia.

Os dejo hasta el siguiente y respiremos mientras tengamos aliento.
Salud, yasas!

Ramiro Rodríguez Prada

Alquimia choricera

...en fin, el chorizo cular al que nos queremos referir en esta sección no es, en puridad, el zurullo clásico, aunque también, sino la sublimación metafórica del mismo.

Esta operación, considerada de las más difíciles, por la complejidad y sutileza de las operaciones puestas en juego,  determina el aspecto final del producto que se ofrece así, casi virgen, al noviciado, más virgen aún, zurullo teologal.
El chorizo no ha perdido nada de su esencia en la operación y, desechando la materia inerte e innecesaria en las siguientes manipulaciones, las cazcárrias, tendremos en nuestras manos un material de primera calidad, que conserva todas sus cualidades organolépticas prácticamente intactas. Pura alquimia cular.

La sublimación no opera ni desde la ignorancia de las leyes físicas ni desde la inocencia, al albur de azares más o menos felices, sigue un protocolo,  debe someterse a un proceso de fiscalización y decantación  riguroso, sin excluir al investigador, donde los procedimientos y el sujeto inquiriente sufren las más duras pruebas de autentificación, que incluyen el consumo del producto investigado, experiencia inefable, sea el zurullo cular, ristra, de vela, escolástico, carterista o de altura, el más escaso pero picante, venenoso y reacio a la observación directa y a la experimentación empírica.

El cular no es, necesariamente, el peor de los chorizos, porque su calidad no depende de su denominación sino de la bondad o casquería que se embuta, pero lo que lo distingue de otros no es el hecho de que roben bragas o calzoncillos, que eso lo hacen sólo por oficio y necesidá cacos pobres, sino el olor que despide el pastelako resultante, inconfundible, clamoroso por las expresiones de admiración  con que se le acoge en ambientes iniciados y amigos.
No se me ocurre un mejor ejemplo de lo expuesto que el salchichón culero valensiá, fuet culé en Cataluña, y que me perdonen los valencianos y barcelonistas que saben ehtinguí  como naide el zurullo zurullo, del mejor embutido del mercado.
Y los merengues van a la par, que en Madrín se consume chorizo cular chulapón de la mejor calidá, aunque sea de Cantimpalos, de Candelario o de León.

A ver si otra madrugada estoy más fino y lo explico mejor, porque después de releerlo con detenimiento sigo sin aclararme y no sé si hablo de chorizos como burros, de ladrones asgalla, de longanizas de poco más o menos, de culares con solera, de cagadas malolientes o de todo a un tiempo.  ¡Buff!, hay embutido pa rato.

Salut y bon apetit.

Laverga de Vich.