viernes, 2 de noviembre de 2012

Con el cascanueces


Cenizas volcánicas
Olot, julio 2012

Muy buenas, aunque frías. En el último capítulo de Currucas pardas había prometido hablar de la Fidelensis castelli con la que pasé una semana larga a principios de julio, acurrucado en su nido de Albons, pero también saliendo en pequeños volidos por la costa, L'Escala, Empuries,... y excursiones aéreas por el interior, como Torroella de Montgrí, Banyoles, o los volcanes de La Garrotxa, lugar donde tomé la foto.

En un planeo personal el día antes de Olot yo me acerqué a Girona para conocer y pasar unas horas en compañía de Txell Gironés (costura invisible). Cada uno llevaba su máquina, y ella es fotógrafa, pero en un pacto tácito no hicimos fotografías. Tuvimos imágenes y oportunidades pero no me arrepiento, era más divertida la conversación. Tan en casa me sentía que apenas presté atención al paisaje humano y urbano, aunque tuve tiempo de recordar y contarle que aquí había pasado tres años de mi vida, interno en un colegio de curas.

Estuve en un tris de colgar la foto del cuatrolatas que usa el Kaskanueces en sus cortos desplazamientos alrededor del nido, pero sólo en una no aparece la matrícula y es la peor. Quizá más adelante pueda hacer algo.
No tiene mucha importancia, pero como lo deja enganchado con una cadena a la argolla que antes se usaba para atar a las caballerías, para que no se lo lleve el cierzo tramontano, con la foto tal vez pudiérais haceros una mejor idea. Porque es un modelo ultramontano también, en forma, edad y nación.

Pero bueno, sólo lo ata por el invierno y algunos días de ventolera otoñal, durante el verano echaba el freno de mano, rrrrrrráááákkkaa!!!!, le ponía un piedrolo encima del capó y con eso llegaba.
Y no es que sople el viento muy fuerte en Albons, aunque él tiene el nido en lo alto del pueblo que, a su vez, está subido en una pequeña loma, pero es la poca consistencia de chapa y chasis, y el tamaño de bolsillo del futingo lo que inquieta al kaskanueces. Cuando lo vi conduciéndolo la primerara vez, como es un pájaro muy muy grande, me vino a la cabeza la imagen de Gasol subido en un coche de choque de esos de las ferias. Qué añadir.

En esos días que estuvimos juntos se apuntó de seguidor a Psilicosis como también lo hizo Txell y ya al regreso, en casa de nuevo, pude añadirlo yo a los favoritos del blog, figurando aquí con su nombre de pila propiamente apropiao (Fidel del Castillo). Sector avícola publicitario, gran prestidigitador gutural de cacareos creativos para oídos atentos. Y desatentos, que para ésos kakarea sobre todo.

Nos tenía reservadas el Fidelensis raciones abundantes de piñones, avellanas, nueces y otros frutos secos exóticos, y también jugosos.
Aunque ya he dicho que no es buen vendedor de puerta en puerta, porque en el fondo es canora tímida, es en cambio un lince a la hora de convencer a un amigo de que el patxarana que se están bebiendo juntos es el mejor de los montes navarros, y tú vas y te lo crees, aunque después enseñe la etiqueta donde se lee Made in Huerva. En las distancias cortas no engaña esta curruca. Quién iba a saber que el pacharán cantaba flamenco y ceceaba.

Toti Soler. Sardana Flamenca.
 

El   Kaskanueces castelli   en verano.
Albons. Girona 2012.

Y voy plegando por hoy. No podían faltar los pies del kaskanueces, que ya os presenté en el capítulo precedente de esta etiqueta. Aquí, el también llamado ferminensis, al soleo mañanero en el patio del nido, suelto y relajado en atuendo postdesayuno. Mantienen sin embargo el tipo, bien plantados, como en la primera imagen que colgúe de ellos, los pies (¿le colgué una imagen de los pies, pendía de ellos la imagen, o lo colgué por los pies a él, y pendía, o..., déjalo!), como buenos navarricos que son, tal que el dueño.

Aún no empecé los capítulos que le debo a las sombras de Albons, no hablo de los tres que ya dediqué al nido del Kaskanueces, sino de los otros tres que espero montar con las del pueblo. Todas las mañanas y tardes daba un paseo buscándolas, y puertas, ventanos, aldabas, gateras, argoyas, cubos de basura, en fin, lo que pintara, ya conocéis el vicio de la maquinina... .
Aprovecharé entonces para volver a recordar aquí a esta gran kurruka y a su querida familia.

¡A cuidar esas plumas pardas y esas pintas blancas, kurruka, y que kaskes muchas nueces!
 
Jota navarra. Adiós puente de Tudela.
 

Besos

Cannavina Carduélis, rebétissa, psilicosa, pardilla común.