domingo, 15 de enero de 2012

Culones


Cular berciano, botillo 2012.

Se me están complicando las cosas no sé cómo, hoy he pasado un cuarto de hora sin conseguir alinear el texto por la izquierda, ¡pero si llevo haciéndolo seis meses!. Y me sigue sin permitir escribir en griego. Ahora que empezaba a ser más habitual y memorizaba ya algunas teclas. Me desespero, a lo poco que sé se une mi rechazo a las máquinas.

Al mondongo. En realidad culones y culonas son las vacas y los toros de unas razas concretas, cuyos terneros se crían para el engorde y caracterizados por unos cuartos traseros importantes. 

Hablábamos ayer de varios culares, griegos, moscovitas, cordobeses y americanos. Todos tienen el culo más pelao que un mandril de tanto arrastrarlo por las miserias de este mundo, en esto se parecen al fondo del ciego al que corresponde la imagen de este botillo berciano. Se parecen tanto que es fácil dejarse convencer y engañarse.

Decíamos precisamente en Botillos, un texto dedicado aquí a este embutido, que no solían presentarse problemas a la hora de reconocer la cara y el culo de un botillo, pero no podíamos afirmar lo mismo de los millonarios. Prometíamos estudiarlo.

Hoy ya estamos en condiciones de ofrecer una respuesta. ¿Qué diríais vosotros de la imagen, queridas criaturos, se trata de la cara o del culo de un botillo?

Unos optarán por una respuesta y otros por otra, pero todos habéis fallado porque no es ni la cara ni el culo de un botillo sino el rostro de un banquero. ¡Y eso que la imagen ha sido algo retocada para humanizarla un poco pues el original presentaba una cazcarria merdera, en realidad un moco seco a la altura de la nariz, que hubiera dado la falsa pista de que se trataba indiscutiblemente de un cular porcino!. Y no era mi intención engañaros.

El truco para hallar
la cara o el culo
de un millonario
o distinguir a éste
de un botillo
es muy sencillo

Lo difícil es aproximarse a ellos y realizar la prueba en vivo. Pero se puede reconstruir virtualmente como si fuera un banco (qué coincidencia) de pruebas.

Acercáis al sujeto investigado un espejo con una raya de cocaína y un billete de cinco o diez euros, si es de 200 ó 500 la reacción será más aguda, pero de ésos no tenemos.
Si no pasa nada es un botillo. Si sopla la cocaína y aspira el billete es el culo de un rico, si absorbe como una morsa ambas cosas es la cara.
¿Y porqué, preguntaréis con toda razón, el culo sopla la cocaína? ¿Quizás no la ve? Craso error pues el culo de un poderoso es su tercer ojo. Es que está demostrado que no hay banquero que no sea al mismo tiempo flatulento o pedorro, la emoción los pierde y sueltan viento, de los nervios, lo único que sueltan, milagro que no lo envasen también como ya hacen con sus excrementos. 

Pero no lo dejaremos aquí, seguiremos con pruebas de laboratorio porque el asunto se las trae, imaginad, por ejemplo, que estemos siendo dirigidos o gobernados por un grupo de botillos en lugar de una pandilla s.a de mafiosos como es el caso, ¡qué horror!.

Los Enemigos, un poco pasaos aquí de gogós, nos gritan una surrealista de las suyas,

No amanece en Bouzas

Se volviera tu culo
se volviera fiera
se volviera peludo
y luego me engullera

No recuerdo por dónde iba pero no ando del todo perdío.

Hasta mañana, inocentes salchichillas.

Don Sal Cciccione