jueves, 9 de febrero de 2012

O Μανώλης Ρασούλης, Manolis Rasoúlis -2


Grecia 2011

Ρασούλης


Esta noche ha cogido permiso
y con el bolsillo vacío
sale hacia la ciudad

Ven con nosotros, soldado,
siéntate y tómate una copita.
Olvida barracones y guardias
y bebe el vino seco de nuestro corazón 

O fandaros, El soldado, Música de Manos Loïzos, letra de Manolis Rasoúlis. Canta Jaris Alexiou.


La canción nos trae recuerdos de nuestros primeros años en Limnos, una isla llena de cuarteles por donde no sólo pasaron los presos políticos de la guerra civil sino, a lo largo de 50 años, muchos miles de jóvenes griegos que hicieron allí el servicio militar obligatorio.
La isla está a pocas millas de Turquía y de los Dardanelos, en un lugar estratégico, es bastante llana comparada con otras, por ejemplo la vecina Samotracia, lo que le permite disponer de un aeropuerto donde podría aterrizar un Concorde y, por supuesto, los aviones de guerra, ahora los de la OTAN.

Los reclutas, como inexpertos y modernos argonautas, bajaban de permiso en autobuses a Mýrina, la capital, a pasar el domingo. Se podían ver parejas paseando por las calles, lo que nos recordaba también el ambiente de Astorga. Las chicas contaban con una excelente oferta de tiernos varones.
Las lemnias son mujeres fuertes, tras despachar a sus propios maridos por puteros, le dieron sopas con onda a Jasón y a los héroes del Argo, y en tiempos modernos se las dieron al humilde Fandaros del rincón más lejano de Grecia. Los matrimonios no son raros por eso. 

Al anochecer los veíamos regresar en grupos, cansados y tal vez algo reconfortados pero, al tiempo, tristones. En los 80 y 90 todavía hacían dos años largos de mili. Para muchos era otro exilio, no tan duro como el de Ritsos, pero muy pesado en cualquier caso.

La melopea arábiga, como suelo llamar en broma a coros parecidos a los de esta canción de Rasoúlis y Petros Bagiópoulos, cantada aquí por varias voces solistas,

Γεία σου, κυρ εισαγγελέα, Hola, señor fiscal.


El trotskista y el budista, el periodista y poeta, el músico y revolucionario Manolis Rasoúlis, que no tenía problemas en reconocer su sectarismo ideológico o su posición excéntrica respecto a la generalidad de intelectuales y artistas orgánicos, nos dejó sin embargo la necesaria lucidez para poder acercarnos a las emociones más íntimas de su pueblo, de Grecia.

Dije en la primera entrada que las canciones que más me gustan son las que canta a capella, he escuchado una media docena, otras versiones del Sefti kosme de anteayer y de ésta que pondré hoy para cerrar.
Al final sólo apunté la dirección de esas dos y ahora no doy con el resto. Pero no importa porque son las más conocidas y sólo quería mostrar la emoción que podía transmitir este hombre, que no es que contara con un torrente de voz.
Los temas tienen mucho de canto religioso, estamos viendo a un pope laico entonando un canto poético bizantino, de la liturgia ortodoxa, siendo un ateo convencido. No hay contradicción: el oído se desarrolló antes que la religión o la política.
La canción es también un homenaje a Creta, su isla, donde la Ritzítika, la música de las raíces, ocupa un lugar especial. Arjanes es una localidad próxima a Hiraclion, donde nació.

Κάτι ωράιο και σωστό έγινε στις Αρχανές, Kati oreo que sostó égine stis Arjanes, Algo guapo y bien hecho en Arjanes.


Salud,  υγεία!

Μπαρμπαρώμιρος
Barabarómiros