domingo, 25 de diciembre de 2011

Ο Κωνσταντίνος Καβάφις, Kavafis -3


Grecia 2011


   Κενούριους τόπους δεν θάβρεις, δεν θάβρεις άλλες θάλασσες
     Nuevos lugares no encontrarás, ni encontrarás otros mares 

Son versos de uno de sus poemas más conocidos, La ciudad, de los dos o tres preferidos por nosotros.

Aunque nacido en Alejandría era vástago de familia numerosa, de comerciantes griegos ricos, originaria de Constantinopla, donde Kavafis residió también algún tiempo.

Como Roidis, era un políglota de gran cultura. Vivió algunos años con su familia en Inglaterra, Londres y Liverpool, y dominaba griego, inglés, francés, italiano y árabe. Merced a su amistad con Forster, autor de la famosa Historia y Guía de Alejandría, ingresó por la puerta grande en el mundo anglosajón donde es más traducido y leído que en cualquier otra parte.
Muchos autores en todo el mundo se han ocupado de Kavafis, entre los primeros y más notables, además de Forster, Toynbee, D.H. Lawrence y Durrell, Eliot, Ungaretti o los griegos Anastasíadis, Peridis, Tsircas...

"Un hombre honesto y bueno..., su manera de hablar era vívida, casi petulante y exajerada, su modo de comportarse muy delicado...", decía de él G. Jenópoulos. A pesar del carácter bilioso.
El pintor Pericles Anastasíadis fue su confidente y amigo, siete años más joven que él ejerció no obstante de primer crítico de sus poemas.
Su idiosincrasia oscura, genio y narcisismo parecen dar la razón a quienes lo calificaron también de tacaño e histérico, algo que desde luego no se trasluce en la poesía. Pero sí la riqueza de su vida interior y su fidelidad a la memoria.

La ciudad es su escenario preferido, la real, casi siempre Alejandría, en sus poemas amorosos en particular, o Antioquía y la región de Jonia, en los históricos y filosóficos.
Alejandría, las calles, su tráfago, el olor, las tabernas, buscando siempre los cuerpos jóvenes o evocando los ya amados y añorados, expresado con un sensualidad inequívoca.

Andaba mirando sin rumbo por las calles, en los míseros
pasajes que conducían a su domicilio

Aquí, en ´Informándose de la calidad`, entra en una tienda a comprar pañuelos pero la calidad que evalúa es la del joven dependiente.

De contínuo el recuerdo del amor vivido, de los cuerpos deseados o amados, situaciones y lugares de citas, de la juventud perdida, una melancolía fatalista, aunque su material sea sentimentalmente neutro como decía Seferis, la vejez que resucita en la memoria las miradas, las caricias, las escenas eróticas, las habitaciones, las tabernas, las calles... . Jóvenes de 23, 24 -la edad más repetida-, 25, 28, 29 años.  

Durrell recordó muchas veces a Kavafis en su Cuarteto e intentó recrear la atmósfera del alejandrino en sus descripciones de la ciudad.
Sin poder ni apoyar ni desmentir a Seferis cuando afirmaba en sus diarios que no había encontrado Alejandría en los libros de Larry, porque no la conocemos, podemos afirmar que en cambio sí está Kavafis.

La ciudad filosófica, simbólica, es el topos de otro de sus más famosos poemas, Esperando a los bárbaros. De él cuatro versos.

¿Qué esperamos en el ágora reunidos?
Es que los bárbaros van a llegar hoy.

Grecia 2011

Y ahora, ¿qué nos va a suceder sin bárbaros?
Esos hombres eran una cierta solución.

Vamos acabando con lo prometido sobre los comentarios de Luis de Cañigral a la traducción de José Mª Alvarez.   

Dice Luis: "Es una pena que a la falta de rigor filológico añada la libertad de traducción, rayana en la superficialidad de versión".
Y en otro capítulo: "El Kavafis publicado hasta ahora en España -exceptuando las versiones catalanas de Alexis E. Sola, C. Riba y S. Ferraté- lo eran a través de otros idiomas o son ediciones remanidas de una supuesta versión directa del griego, que a ciertos poetas entregan para que, tras remodelarlas, alterarlas e insuflarles su estro, publiquen con el nombre  y apellidos del adaptador. Así ocurre, por ejemplo, en la publicada (Madrid 1976) por José Mª Alvarez, que cuida la palabra castellana -pero desafortunadamente se aleja a menudo del original y deja de entender más de un pasaje, lo que comporta que también alguna vez no entiende algún poema- con el decir de C. Miralles, y que suscribimos nosotros".

Así que cuida la palabra castellana, lo que le agradecemos mucho ante algunas traducciones por parte de neofitos que maltratan su lengua porque la desconocen. El mismo Vicente Fernández, traductor de Seferis y dos veces premio nacional de traducción, reconocía en una conversación con él en Lefkés, Paros, que existía un importante déficit lector en algunos de ellos.
Lo de que insufle su propio estro poético nos gusta menos, pero ahí apenas podemos entrar porque no conocemos lo suficiente el griego como para juzgar la traducción. Pero queríamos dejar constancia de ello.

Al propio Cañigral podíamos nosotros hacerle alguna objeción a propósito de su uso del castellano. 
En el capítulo ´La moral corriente` me ataca un verbo. Dice la frase, que sufre también hipertrofia académica, "...que aspectúa lo esencial de su oblicuidad respecto del universo"... . Y en la página siguiente otro, "...pero el miedo cortapisa su exteriorización...". O el uso de algunos sustantivos, palabros de la jerga universitaria, temporeidad e intemporeidad, propincuidad. Algún laísmo como en "la pena... la destroza el alma", y giros tipo "como más bello" (en ´Del barco` y otros).  

En fin, para todos hay, incluídos nosotros, nadie se libra de errores, meteduras de pata o coces a la norma.  
Diré que, en su día, cuando se editó la traducción de Alvarez, disfrutamos de los poemas y después, con la de Cañigral, también. ¡Haya paz!

Los dos últimos versos de Kavafis, con los persas y la traición de Efialtes que les mostró el camino para superar las Thermópilas, sorprender y acabar por fin con la resistencia de Leónidas y los espartanos. Manejando un tema semejante al de Esperando a los bárbaros y como una continuación o respuesta al final de aquel poema:

que Efialtes aparecerá finalmente
y pasarán los persas

Γειά σας, salud y buena letra.

Ramiro Rodríguez Prada.   


P.D.Con música de Manos Hatzidakis (Megalos Erotikós) y la voz de Dimitris Psarianós, este ´Días de 1903`:

http://www.youtube.com/watch?v=ulim5JYEWoo


Besos.


sábado, 24 de diciembre de 2011

Bulería


Bulería, 1998

Témpera, cartulina. Espátula.
Ramiro Rodríguez Prada


Tiritando de frío, tirititando...
Unas bulerías del Camarón con Tomatito a la guitarra, de uno de sus últimos trabajos, grabadas en la Venta de Vargas, un santuario del flamenco.


Salud.

Ramiro.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Ο Κωνσταντίνος Καβάφις, Kavafis -2


Grecia, verano 2011

La foto es un guiño a Larry Bliss y para mí, además, el cielo, la sencillez y el pequeño lío, Grecia.
Quizás el carácter un poco sombrío de Kavafis no se aviene con esta imagen solar, pero sí con otras sugerencias azules y mediterráneas, escenarios de sus poemas. El mundo griego está intimamente unido a la mar y él, antes que un poeta universal, era y es un griego.

Ya en su tercer poema, súplica, oración, plegaria, aparece el mar como imagen real del drama, se traga a un marino mientras su madre enciende una vela a la Virgen para que regrese, ignorando la tragedia.
Un asunto que vuelve a tratar en Un puerto, la historia del joven Emes, que enferma en una travesía y muere al desembarcar. Es sepultado en tierra extraña y concluye el poema (Versión  de J.M. Alvarez, y las dos citas siguientes):

[...]. Porque mientras aquí
en este pequeño puerto yace en paz,
sus padres guardan la esperanza de que aún vive.

Realidad, símbolo y mito. Ítaca, el término, la muerte, tal vez su poema más conocido, recrea el viaje de Odiseo y su regreso al hogar, perdido en la mar, aquí trasunto de la vida, de la experiencia.

Pero las recurrencias al acervo griego son aún mayores en sus contínuas referencias al mundo clásico, a los héroes y dioses, Aquiles, Sarpedón, Príamo, Poseidón, Tetis, Hermes, Dionisos, a los escenarios, míticos como Troya, o a los reales, Thermópilas, Jonia, Antioquía, Alejandría, el topos, el lugar y la ciudad como símbolos; o a los personajes históricos sobre todo del imperio bizantino, aunque también del romano, más en su relación con la Magna Grecia.

No es cuestión de reivindicar a estas alturas la greciedad de Kavafis que está fuera de toda duda, pero se lo suele presentar a veces como a un poeta universal, obviando un tanto su condición de griego en Grecia.
Son muchas sus referencias a la excelencia de lo griego. En el retrato de un apocado y ridículo príncipe de Libia, un contraejemplo superficial y fatuo que imitaba a los griegos y se llamaba Aristomenes, dice:

Como su nombre, su atuendo era de buen gusto, era griego.

O en Heródes Ático:

..., hiciese lo que hiciese
los griegos -¡los griegos!- lo siguen.

Naturalmente aquí la admiración se refiere también al carácter ácrata e independiente de los griegos que no obedecen ni a los suyos. Individualistas como el mismo Constantino.

Y en Demetrio Soter:

Pero siempre estuvo en sus pensamientos
como algo sagrado a lo que en adoración uno se acerca,
como la visión de un hermoso lugar, como una imagen
de ciudades y bahías griegas.

Plaka, Atenas 2011

En los epítetos que se dedican a su carácter hay unanimidad, además de lo ya apuntado, colérico, pesimista y huraño, desapegado de la realidad, agudo en sus pullas. Elegante y presumido, con cierta aura mística y misteriosa que cultivaba, puesto que era también un perfecto fingidor, un gran actor.

Sobre su poesía decía Yorgos Seferis , "el material de Kavafis es seco, abstracto, sentimentalmente neutro".
Corregía y pulía incasable sus versos, parte de los cuales reutilizaba en otras composiciones.

Se le ha emparentado con el simbolismo de Gide y D´Anunzio (Papanoútsos), esteticista y decadente, con Mallarmeé, Keats y Kafka, con el que comparte la sensación de opresión, la soledad y el pesimismo existencial. Y un cierto heroísmo lírico del individuo en un mundo absurdo o moribundo.

Abrir una ventana sería un alivio

Este verso me recordaba el posterior de Ritsos, Ena paráziro anigtó stin liakada, Una ventana abierta a la luz del sol. Y sobre los deberes personales, escribe en Con el mucho tráfago y charlas:

Si no puedes hacer tu vida como la quieres
al menos intenta esto
cuanto puedas: no la abarates

No poesía lírica, sino didáctica y dramática. Sus temas predilectos son los amorosos, en griego literalmente: eróticos. Sensualidad, pero también historia y filosofía. Y su escenario real más querido la ciudad. Sin embargo de eso hablaremos en el próximo capítulo.
Hoy ya sólo tres citas sobre las tabernas, lugar común de su poesía y de todos los griegos, para acompañar a esa foto del bar de Plaka.
El tema es erótico, con un juego entre el cuerpo amado, la embriaguez y la taberna. Los dos primeros y los dos últimos versos de Una noche, la evocación del placer:

La habitación era pobre y vulgar
escondida en los altos de la taberna equívoca.
[...]
...cuando escribo ¡después de tantos años!
en mi casa vacía me embriago de nuevo.

En parecido escenario e idéntico tema, cuatro versos de El año vigesimoquinto de su vida, en esta ocasión el deseo:

Pero él sigue acudiendo cada noche a la taberna
y se sienta mirando a la puerta;
mira hasta fatigar sus ojos.
Tiene que entrar. Quizás entre esta noche.

Y la tercera de En las tabernas, el abandono tras el amor:

Perdido en las tabernas   y en los burdeles
de Beirut malvivo.  No quise quedarme
en Alejandría.   Tamide me ha dejado;

...Un gentleman griego, en una posición oblicua en relación al universo, leo en mis apuntes, repito, sacados de una Antología traducida por Luis de Cañigral para Júcar (1981). Frase que me trajo a la memoria el verso de Fernando Pessoa "Con una horizontalidade vertical".
En la siguiente entrega hablaré precisamente de la crítica que en la introducción hace Cañigral a la traducción de José Mª Alvarez para Hiperión (1976), la primera completa y más conocida de las que se hicieron del alejandrino en castellano. Tres citas de las de hoy pertenecen a ese libro que, finalmente, abrí.
Termino con otro verso que abunda en su greciedad y el orgullo de su origen. En Epitafio de Antíoco:

Fue, además, lo mejor de todo: griego 

Γειά σασ!. Salud y poesía.

Ramiro Rodríguez Prada.

P.D. Επέστρεφε, Vuelve, Regresa, " Vuelve otra vez y tómame en la noche/cuando los labios y la piel recuerdan...".  Recita Elli Lambeti. La 2ª tiene mejor sonido.

http://www.youtube.com/watch?v=qOsHuK6MLjw&feature=related

http://www.youtube.com/watch?feature=endscreen&v=a-5r65ZS2w8&NR=1

Φιλιά, besos.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Mudanzas (cambio de cromos).


Nel pollaio

Ya le cortaron el pico, nada de andar peleándose, picando en el suelo o ensañándose con la compañera más débil hasta trepanarle el cráneo. A comer, a engordar y a poner huevos. Si pone algo.
No son las gallinas de jaula en una nave industrial, éstas tienen una picardía increíble. Vienen de corretear por la vida sin hacerse cargo de las servidumbres de una gallina ponedora normal, o de la esclava sexual de un pollipavo con Ferrari.

Ésta, de la especie Palurda Sub Ordine Europeae o Especulationis (PSOE), estuvo unos años haciendo la calle más chic del reino y como tiene palmito podía escoger los clientes cobrando tarifas astronómicas. Pero cayó en desgracia porque quiso excluir de sus favores a los nuevos ricos y pequeñoburgueses, admitiendo en su agenda sólo a los mejores postores, especuladores con fortuna, aristócratas, obispos y financieros mafiosos (¿será redundancia?).

Pero los... miembros, es un decir, de esta clientela selecta resultaron ser unos impotentes que pronto se cansaron de los jueguecitos sexuales tontorrones e inocentorros de las Palurdas. Ellos prefieren las perversiones sangrientas y el porno duro.
Cuando quisieron rectificar, los arribistas a los que despreciaron habían buscado sustitutas. Las Pappanattas, muy populares también, Púdicas, Pudorossas y Pudendas (PPés).
Tampoco las veo en el papel, pero ellos sabrán que las compran.
Aquí se mezclan Chorizos culares y Gallinas siracusanas.


La reina del gallinero:
Le pusieron chiringuito,
le montaron un pisito,
¡y a menear el trasero!


No la metieron en una cadena de producción ¿huevil? (es que no cabe ni oval, que aludiría a la cadena donde permanece grapada, ni ovípora que atañe a su origen, a su modo de venir al mundo, tampoco ovoide que se refiere a la forma de la puesta, ni huevera, que nombra a la que los vende, al lugar donde se guardan, donde se colocan los pasados por agua o, escatológicamente, al sostén de los testículos y a todo el aparataje paquetudo general; y menos ovetense, porque me forrarían a hostias los conciudadanos). Pero sigue sin poner un pijo.


Reina del gallinaio

La colocan de caporala de una pandilla de lechuguinas, en la foto Pánfilas Albinas, para que les enseñe mañas, porque el granjero no las quiere ni para carne. A pesar de su aspecto saludable y elegante es un ave correuda en la mesa que no se come ni el lumpemproletariat.

Cuando ya no sirven se las echan vivas a los berracos porque hay una bárbara creencia popular entre porqueros que dice que favorece la producción de testiculina en los gorrinos  (¿o era testosterona en los dueños?). Cuidado que la de porquerizo en una profesión tan digna como cualquier otra y no de las más guarras, ¿que me decís de los ladrones y asesinos con licencia estatal para robar y matar?.

En el gallinero tienen proporcionalmente más metros cuadrados que cualquier currito medio. Salen por la gatera a un espacio abierto, grande y soleado, con hierba donde picotear aunque, con poco pico ahora, suelen pasar el día a la sombra del gallinero tragando pienso.

Como es un ganao boquiabierto, si se me permite, y curiosón sólo pasa por el agujero cuando quiere chafardear o lucirse delante del gallito de turno. Lo que sobran son gallos. Y gansos.

Las más jóvenes de las Palurdas -y de las Pappanattas cuando les toca, que se alternan en la dacha- abandonan el kotopulás, este corral de comedias, al cabo de un tiempo y regresan a sus antiguos lupanares capitalinos.
Entonces llega el momento de los retoques estéticos, patas de gallo y manicura, estrenar pico, quitar enjundias de las zancas, retocar la cresta, estirar la papada, repicar la rabadilla, etc.


La rival

Pero siempre tienen competencia, incluso en un gallinero hecho a su medida. La Pappalurda Nigra, es una raza de gallina que ya nació vieja, más parecida a una Pularda desplumada y despeinada que a las de su propia especie, hibridación de Palurda y Pappanatta.

Ésta donde pone el ojo pone el huevo. Ya se lo coló muchas veces a las dos especies con las que convive normalmente.
Las Pánfilas Albinas las temen porque no sólo les cuela sus huevos y cascan los propios, además colocan piedras redondas en su lugar y ¡lo cojonudo es que intentan incubarlas!. La tontuna de estos bichos te deja espatarrao.

Está aquí de paso aunque tenga cara de veterana, ya digo que parecen ancianas desde que mamam. ¿Maman?. No, pero como si mamaran. Es lo que hacen toda su vida. Ya se las arreglará para buscar un gallinero mejor con palos más altos donde subirse a dormir y cagar a las de abajo. Es una trepadora nata, nada que ver con el Treparriscos por más que éste lo lleve en el nombre.

La Palurda de arriba, en la primera fotografía, me miraba todavía con cierta complacencia, señora y segura de sí misma, pero una Pappalurda, y si es Nigra más, siempre trama algo, sospecha algo, y siempre te mirará con una mezcla de asco, desprecio y miedo, sí miedo, porque en el fondo como todos los traidores es una cobardica.
Teme quizá que yo, a quien no conoce, llegue con otras intenciones que no sean el ascenso de su estatus, me huele, vengo de la pocilga del berraco...

Salud.

Korvus Korax, Ο Μάυρος , El Negro.

P.D. Una banda sonora para la foto de hoy de Giannis "Apodromos" en Sutterchance. De Yorgos Batis, ο Μπάτις, un rebetis de los genuinos.

Mi barka recién pintada, Βάρκα μου μπογιατισμένη.

http://www.youtube.com/watch?v=LB6wned5ZBw&feature=related.


Besos.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Ο Κωνσταντίνος Καβάφις, Kavafis.


Grecia 2011

Buscando los libros del griego tuve que retirar algunos entre los que estaba, fuera de lugar, ´La importancia de no hacer nada`, de Oscar Wilde. Se me quitaron las ganas de seguir esa ruta. Trataré de no releer.

Decidí atenerme a unos apuntes telegráficos que hice en la lectura de una Antología de su obra traducida para Editorial Júcar (1981) por Luis de Cañigral, al que ya mencioné aquí hablando de su traducción del ´Kapnismeno tzoukali`, Olla ahumada, el poemario de Giannis Ritsos escrito en un campo de concentración en Kondopouli, Limnos.

Comencemos por unos versos del alejandrino para conjurar a las Musas. De ´Melancolía de Jasón`.


Herida es de horrible cuchillo.-
Trae tus remedios, Arte de la Poesía,
que mitigan -un poco- el sentir de la herida.


Dado que el libro tiene un estudio preliminar interesante recojo tantos datos de Cañigral como de Kavafis. Las pocas citas que aportaré de éste, como algunas frases utilizadas por el otro, son literales. Pero también apunto cosas propias relacionadas con el poeta, la poesía o la lengua en sentido general, incluyendo el tema de las traducciones al que Luis dedica sabrosos comentarios.

Y palabras, impresiones sueltas durante la lectura.

Había prometido, en Argonautas modernos-2,  hablar primero de la poesía y la novela del S.XX a partir de un esquema preliminar como el que usé para capítulos anteriores. Una pequeña clasificación de autores y corrientes, para no perderse.
Pero cambio el rumbo. Quizá lo haga más adelante. Después de Enmanuil Roidis creo que no va mal Kavafis, porque son de una misma época y es el poeta el que encabeza de hecho esa entrada que mencioné.

La poesía griega en las primeras décadas del siglo XX.

La figura de Kavafis (Alejandría 1863-1933) ocupa por entero ese apartado, en solitario, sin nadie que le pueda hacer sombra en su tiempo y muy pocos con los que se le pueda emparejar en lo sucesivo.
Es un poeta de cabecera para gran número de personas en todo el mundo, reuniendo sensibilidades muy diversas, y uno de los imprescindibles para los lectores de poesía, al estilo de Pessoa, Baudelaire o Lorca, aunque entre ellos haya diferencias notables.

Grecia, agosto 2011

Grecia había obtenido la plena independencia, áun con amplios territorios por recuperar, entre 1821 y 1830, pero estaba inmersa en enconadas luchas políticas y lingüisticas desde entonces. Monárquicos versus republicanos, y partidarios de la lengua culta, "limpia", la kazarévusa contra los de la popular, la demótica.
Constantino, elejado de la metrópoli, se mantuvo también bastante ejeno a éstas batallas.

Le gustaba además leer a los autores olvidados, de 2ª fila decía Cañigral, La Antología Palatina, los epigramistas, Plutarco, Simónides de Ceos, Calímaco, Juliano el Apótata, Luciano, Apolonio de Tiana, Filóstrato..., o la historia de Bizancio y Alejandro Magno. Menos a sus contemporáneos griegos.

Pero al margen de la distancia, que colaboró a que usara en sus poemas una lengua propia, una versión arcaica del griego que no era kazarévusa ni renunciaba del todo a la demótica, fue su carácter lo que lo apartó del ruido general y vía común de su tiempo.
Unos primeros rasgos: solitario, ensimismado, solipsista y egoísta en ocasiones, altivo pero tímido, apasionado sin ser explícito. Sincero y no parlanchín.

Descansemos de tanta palabrería biográfica con unos versos suyos. Enorme melancolía en el poema dedicado a su amigo Mihalis Ralis, muerto en 1889, ´Voces ideales y amadas`.


Y con su eco, por un instante, vuelven
ecos del primer poema de nuestra vida-
como la música, lejana, en la noche, que se apaga.


Luis de Cañigral, en el capítulo de su estudio titulado ´1885: Cavafis y Alejandría` cita varios párrafos del Cuarteto, de Lawrence Durrell, donde se describe la ciudad.
Creo recordar que era Seferis en sus diarios, Días, Meres (Μέρες), quien decía que no había encontrado a Alejandría -se sobreentiende "su presencia bien descrita"- en el Cuarteto de Larry. Sin embargo los pasajes descriptivos de Durrell, en concreto los dedicados a la ciudad, son muchísimos...

Resulta aleccionadora y, de alguna manera, conmovedora la relación de los libros publicados en vida del autor.
El primero en 1904, cuando tenía ya 41 años, constaba de 14 poemas en una tirada de 100 ejemplares. "El año pasado hice imprimir 14 poemas en un panfleto", escribe en una carta.
Con 47 años, en 1910, publica el segundo, 21 poemas y 200 ejemplares.
Fue añadiendo poemas hasta los 154, el Corpus cavafianum. Pero no volvió a editar otro libro en su vida.

No me voy a romper los cuennnos haciendo un entrada kilométrica. Como en el caso de Roidis devidiré lo que tenga que decir en tres o cuatro capítulos que iré metiendo entre col y col. No es una imagen muy lírica comparar a la poesía con una lechuga y colocarla entre berzas, pase por licencia arriera.

Y despediré con dos versos consoladores y positivos del propio Kavafis, de su poema ´El primer escalón`.


Que hayas llegado hasta aquí no es poco;
cuanto has hecho, gran gloria es.


Salud y poesía.

Ramiro Rodríguez Prada.


P.D. Creo que vale la pena escuchar el sonido de los versos en griego, y aquí están acompañados por la música de Theodorakis. Con voces mesuradas y música que recuerda a Schonberg, sin el énfasis de sus trabajos más combativos, éstos cuatro poemas, Terminado, Lejos, El dios abandona a Antonio y Muros, pueden dar una idea de la importancia de la sonoridad en la poesía, y el griego es tal vez el más solemne de los idiomas europeos.


Besos.