lunes, 16 de abril de 2012

Skyros, Σκύρος.


Mapa del periplo Skyros-Alonissos-Kimi.
Grecia, agosto 2010. Carta del Capi.

Lunes 26-07-2010.- SKIROS- ¡¡PERDEMOS LA HÉLICE!! -KIMI

(Crónica  del Captain Teach en Desde la popa)

Haciendo una excepción voy a dar esta vez la palabra a un pasajero del barco, para que la narración sea desde el punto de vista de una tercera persona, ajena a nuestro mundo. He aquí lo que narró Ramiro de este nuevo incidente. Alberto Prado Salvador.

"Llevamos 25 años viajando a Grecia el mes de vacaciones y conocemos otras tantas islas de este país tan extraordinario como contradictorio; padecemos esa enfermedad que los Durrrell llamaron “islomanía”. Los primeros años giramos las visitas culturales obligadas que hacen de Grecia un destino turístico de primer orden. Ahora, con nuestros hijos, repetimos sin renunciar a conocer más islas, pues cuenta con 2000 y más de 200 de ellas habitadas.

Todo sigue aquí: el mar, el cielo, la tierra, los griegos con sus cóncavas naves… . ¡Que nos importa que ya no encontremos a Sócrates en el Ágora, con la tranca en la mano parando a los turistas que se cruzan en su camino! Aquí permanece todo lo eterno. Canta Kilaidonis con ironía “Grecia nunca muere” ( I Helada poté den pezeni) y un amigo griego contesta “ pero los griegos sí”.

Λουκιανός Κηλαηδόνης - Το βαλς ποτέ δεν πεθαινει, El vals nunca muere. 

http://www.youtube.com/watch?v=wZFlX_J4mvk&feature=relmfu

Ellos lo inventaron todo y la comedia? sigue.

Este año vinimos a Las Esporadas y la primera fue Skyros, en el Aquileas, donde Tetis escondió a su hijo tratando de eludir la inevitable tragedia homérica. El barco va de Kimi, en Eubea, a Linariá, el único puerto viable para ferries y otros barcos de cierto calado. Nos quedamos allí la primera noche con la intención de alquilar un coche al día siguiente como solemos hacer y buscar así donde quedarnos el resto de las vacaciones. Tras la ducha salimos al muelle buscando alguna taberna donde cenar.

Fue Bruno, el mayor de mis hijos, quien primero vio la bandera española en un velero amarrado allí. Y con ella la andaluza y la asturiana y otra con tibias y calavera.
No es que andemos a la caza de españoles por el mundo, pero, ¡hombre!, una bandera asturiana en un “puertín” de una isla donde apenas hay turistas extranjeros y menos aún españoles, es una sorpresa agradable que no podíamos pasar por alto.
Saludé con un “ buenas tardes” al lobo de mar que andaba por la cubierta y tardó en contestar, quizás sorprendido a su vez por nuestra presencia allí, ¡Asturianos en Skyros!.

Era Alberto, patrón del velero Capitán Teach, ovetense de nacimiento y andaluz de adopción, argonauta moderno, con su mujer Lola, gaditana.
Después de los saludos de rigor, el intercambio de información y anecdotario correspondiente, nos invitaron a ver con ellos el gran premio de Alemania de Fórmula I, en el que Fernando Alonso, otro asturiano, salía en segunda posición. Sobre todo lo agradeció Mabel, mi esposa, entusiasta seguidora de Fernando, más si cabe cuando Alberto prometió compartir una botella de sidra por una victoria, según él, cantada, como así fue.

Skiros es una isla “piquiñina” que no llega a 3500 habitantes en verano, contando a los turistas, la mayoría griegos. Se recorre en coche en una mañana haciendo las paradas obligadas en los sitios más guapos, pero no encontramos la casina que nos gustara y volvimos a comer a Linariá.
Era el comienzo de la carrera y en el barco había interferencias, de modo que nos trasladamos todos a una taberna cercana donde nos pusieron una tele enorme para nosotros solos.
El placer de comer juntos la riquísima comida griega, charlando y viendo a Fernando Alonso nos hizo olvidar hasta la sidra.
En la sobremesa Taso, el pequeño, hizo sus juegos de magia con la baraja española que siempre lleva en los viajes y Alberto le enseñó trucos nuevos que el rapaz agradeció con sus, “¡Es buenísimo!”.
 
Λουκιανός Κηλαηδόνης - Ένα Γουρούνι Λιγότερο. Un cerdo menos.
http://www.youtube.com/watch?v=qLde3xG4QXQ&feature=related

Por la tarde los chavales echaron la partida con Lola y Alberto en el barco. Después el capitán, pianista malogrado al que falta apenas un curso para terminar la carrera de piano, arquitecto de profesión y que lleva un gran teclado en el velero y Bruno, todavía principiante, nos ofrecieron un pequeño concierto mecido por el mar de Homero.

En fin, enterados de que nos sería difícil encontrar un lugar en Skyros, nos invitaron a navegar con ellos hasta Alónissos, otra de las Esporadas, unas treinta millas al norte. Aceptamos encantados aun sabiendo que tanto Taso como yo somos proclives al mareo.

Salíamos a las siete de la mañana.
A las siete menos cuarto, sentados en un banco del muelle frente al velero con las mochilas, esperábamos los cuatro, a perro puesto, que abrieran el barco para iniciar la corta travesía.
Los canales entre islas son a veces complicados en esta parte del Egeo y había amanecido muy nuboso para lo que suele ser habitual en este mar, donde en 25 años no nos ha llovido más de media docena de veces. Los partes meteorológicos tampoco eran muy propicios, pero no tan malos como para temer complicaciones.

Salimos de Skyros sin problemas, con Alberto enseñando a los guajes cómo se maneja el timón y ellos encantados de verse pilotando y haciendo fotos para recordar y enseñar a los amigos.
Con la mar algo rizada, una ligera marejadilla y aumentando la nubosidad, salimos a mar abierta con Lola y Alberto preparando la maniobra para tender velas y enfilar hacia Alonissos que esperábamos alcanzar poco después del medio día. Navegábamos ciñendo porque el viento entraba de proa, pero íbamos como la seda. Sin embargo el tamaño de las olas aumentaba poco a poco.

A mitad de travesía Taso empieza a vomitar y media hora más tarde yo. A pesar de todo, la seguridad que transmiten Lola y Alberto nos mantenía tranquilos. Intentaron acercarse a una cala en un islote para descansar y tomar un baño, pero no fue posible: otro velero lo estaba intentando antes que nosotros sin conseguir fondear y volvimos a la derrota de Alonisos, seguidos a media milla por el otro barco.

A la vista de nuestro destino Lola y Alberto, con una pequeña ayuda de Mabel y Bruno, aleccionados por ellos, plegaron velas y encendieron el motor.

Estábamos a poco menos de dos millas del puerto, cuando notamos que el barco no se movía y el otro velero se nos acercaba, nos alcanzaba y nos sobrepasaba, mientras nuestro capitán trataba de encontrar el problema que había detenido al barco. El motor funcionaba pero no impulsaba al velero.

Alberto, buceando, dio con el problema: ¡Habíamos perdido la hélice!

Nosotros no tenemos ni puta idea de barcos ni de navegar y el poco lenguaje marinero que puedo manejar es el aprendido medianamente por afición a la literatura. Pero a nadie se le escapa que el problema era grave: no teníamos motor para entrar a puerto y no podíamos hacerlo a vela con una tormenta viniéndosenos encima (“Furtuna” la llaman los griegos”) y la mar hirviendo.
Bruno también empieza a marearse. A pesar de todo, Lola y Alberto tan tranquilos, supongo que tratando de que a nosotros no nos agarrara el “mieditis”. En ningún momento sentimos que estuviéramos en peligro. Los tres hombrecitos de mi familia éramos unos guiñapos tirados en el camarote, mientras Lola, Mabel y Alberto empezaban a enfrentar lo que fue una “furtuna” en toda regla.

Intentaban navegar hacia el sur, a favor de viento con el Génova y un rizo en la mayor, para llegar a Kimi, el más grande y franco puerto de la zona a unas 35 millas. Temían los rayos que caían, mientras llovía y soplaba el mismo viento que hizo perderse a Ulises en su regreso a Ítaca: ¡soplaba Poseidón enfurecido!.

Toda la tarde y parte de la noche la pasaron peleando contra los elementos y turnándose en la guardia Lola y Alberto, mientras Mabel trataba de darles conversación para que no se durmieran y atendía los requerimientos de los inútiles vomitones, lastre del velero “Capitán Teach”. Pero no fue necesario lanzarlos por la borda.
A media noche cedió la tormenta y vieron la luna llena sobre el Egeo descendiendo al arrimo de la costa este de Eubea.

Con Kimi a la vista el mar estaba calmo, arriaron velas y colocaron la Zodiak al costado del barco amarrándola al velero para servir de motor auxiliar. Lola conducía la Zodiac y Alberto gobernaba el velero.
Subí para ayudarlos en la maniobra y Alberto nos avisó de que, en los momentos críticos en que nos diera las órdenes, aunque podría cagarse tranquilamente en nuestra p*** madre, con perdón, si no hacíamos exactamente lo que decía, eso no suponía que dejara de apreciarnos y respetar a nuestra familia.

Yo seguía muy mareado y Bruno y Taso tumbados en el camarote dormían.No necesitó Alberto jurar en idioma alguno y creo que respondimos bien a lo que se nos pidió Entramos en el puerto de Kimi casi sin ver un hueco donde amarrar el barco.
Al final lo conseguimos sin accidentes con la zodiac amarrada a babor ya en punto muerto y colándonos “justinos, justinos” en aquel “huequín” inverosímil entre dos barcos del mismo tamaño que el nuestro, con Lola saltando al muelle para evitar que la proa del Capitán Teach se destrozara contra el muro de hormigón.
Creo que en ese instante escuché el suspiro de alivio de todos, o por lo menos el mío, como el de aquellos menos trágicos que según nos contaba Alberto veían el “rayo verde” del sol hundiéndose en el mar.

El pequeño héroe. Ο Μικρός Ήρωας.  Λ. Κηλαϊδόνης .

La experiencia había sido tan intensa que creo que la amistad y la camaradería ya nos han unido a todos de por vida.He dejado muchas cosas, muchos momentos mágicos en el tintero porque el escrito se alargaba en demasía, como las puestas de sol en el Egeo entre los claros de la tormenta, el desayuno que Lola nos preparó, o la peripecia de Alberto para conseguir otra hélice en Pireas…, y tal vez otro día lo cuente si tengo humor.

Ηoy sólo quiero agradecerles su entereza, su generosidad con la invitación, y porqué no, las inolvidables 24 horas seguidas que nos procuraron luchando contra la “Mala Fortuna”, que Poseidón y Eolo (a los que Zeus destruya con su rayo) nos enviaron.
Y no olvido a Mabel, consumada marinera que supo estar a la altura de las circunstancias a diferencia de sus tres hombres que ocultos en el camarote, como Aquiles en Skiros temíamos tal vez el drama que nunca se habría de producir, haciendo un juego de sentidos entre el griego y el castellano : “Afortunadamente”
Ramiro Rodríguez Prada. Kimi, Eubea, 28-julio-2010

P.D. Hasta aquí mi relato. En Desde la popa se puede leer la crónica completa junto con algún comentario. También tiene interés, en relación a ésta, la siguiente, un escrito de Alberto en el que dedica un par de líneas a este periplo, que para ellos sólo fue un simple y molesto contratiempo, junto con la descripción de esa ida y vuelta al Pireo para hacerse con otra hélice (Propela).

¡Nuevos ánimos a Lola y Alberto! 

Είμαι ένας φτωχός και μόνος καουμπόυ. Soy un pobre vaquero solitario. Αθήνα, Atenas 1978.

http://www.youtube.com/watch?v=LpmRfxHJ7cI

Salud.

Ra

domingo, 15 de abril de 2012

Reflejo para Violeta


Río Turienzo. Morales del Arcediano, 2011.

De parte de Sara y de todos nosotros. Os hemos recordado estos días.

R.E.M. Losing my religion, Perdiendo mi religión.


El lunes me pongo las pilas.

Music video by The Cranberries performing Dreams. (C) 1993 The Island Def Jam Music Group


Salud

Ra

sábado, 14 de abril de 2012

¡Viva la república!



Aguada sobre cartulina, 2003.
Ramiro Rodríguez Prada.

Lourenzinho. Preta-porter de Tafeta" (Joao Bosco) Lorenzino1's nylon strings version .

 
Iggy Pop en vivo - Les Feuilles Mortes, Las hojas muertas, poema de Jàcques Prèvert.  


Salud, camaradas.

Ramiro

viernes, 13 de abril de 2012

Hoy me toca a mí.


Un nido de curruca versicolor.
León, marzo 2012.

Dos cosas, la una dos (y van tres numerales en 5 palabras, eso es el estilo..., ¡malo!), dos, digo, nuevos seguidores, Balbi y Toño, y este último pájaro, al que dedicaré una entrada más o menos en breve en las Currucas pardas, me busca ahora música para poneros hoy.
Pero no sólo hace eso, sin vudú, sin muñecos, sin mordisco de Draculín o dra culón, sin pichaslargas ni cortas, sin brujería, en fin, acabó con el puto Coupons que tanta lata me dio!

Para mayor satisfacción recuperé los dibujos de Balbi para esa cancioncilla infantil de la Bruja Piruja y me enseñaron a subirlos en el fomato adecuado. Creo que ya se pueden ver.

No vale la pena desesperarse por asuntos tan nimios, pero eso sólo acierto a decírmelo después de que ha pasado.

Lou Reed. Albert Plá.  EL lado más bestia de la vida. 

Salud.

Ra

jueves, 12 de abril de 2012

Foto para Txell y diálogo a cuatro bandas.


Eubea. Grecia, agosto 2011.

Buenos días. Ya había puesto dos fotos de esta cortina que separaba una habitación, que alquilamos este verano, de la terraza. La última un primer plano, en los capítulos de los Retales, cuando aquello de las tramas. Y la primera, que era una de mis preferidas del verano, de esta  misma silla pero sin la entrada de luz. Saqué fotografías de todos los asientos de la casa, porque había de varios modelos, y de sus sombras, naturalmente, por algo asumí el honor de ser el buscador d´ombres, aunque el título viniera a posteriori.

La fotografía decía que es para Txell porque ayer (día 10, En silenci) subió una a su blog que me la recordó y le había dicho que se la enseñaría.
Ella tuvo que ver además con les ombres, les trames, los fierros o los retales. Y quería también ampliar un poco la demasiado breve contestación a su comentario al post de ayer. Lo subió justo cuando yo escribía la respuesta a Valentín y lo ví al publicarla. En ella contestaba ya a Txell de alguna manera.
Pero me faltaba un punto que mencionó, que considero muy interesante y es el de los límites del arte y de la ética. Y sus fricciones.

En el último nº de Psilicosis tratamos también ese tema a partir de una cita que encabezaba el texto. Era del filósofo hispanoromano, el cordobés Séneca, y resume lo que opinamos del tema, al tiempo que contesta a una pregunta, ¿Es lícita la tortura justificada por el arte?, formulada desde la parte ética o, aún más seria, ¿Hay arte cuando se apoya en el sufrimiento?, desde las dos partes.

La segunda la dejamos para después. A la primera es fácil responder: no debe ser lícito torturar en nombre del arte. Y para ello Séneca, un moralista, sin connotaciones peyorativas, cuenta una pequeña pero terrible historia del pintor griego Parrásio, una figura ateniense del S.V a. C., de la aristocracia ricochona del momento. Tengo la sensación de haberla contado también aquí, pero no me importa repetirla porque creo que es su momento.

El caso es que la imperialista con sus vecinos, Atenas, en una guerra con Ólinthos había obtenido un botín de riquezas y esclavos que repartió entre los "inversores" más importantes, los caballeros como Parrásio. El pintor escogió en su lote a un viejo con la intención de que le sirviera de modelo en un cuadro. El motivo que pretendía pintar el caballerete era la agonía.

Al final de un comida con los amigos en su mansión, mandó que torturaran al viejo esclavo para presumir delante de ellos de su maestría con el retrato en vivo ( lo suyo sería decir "al natural", pero lo de vivo sugiere mejor el desuello...)
Pero al artista aristócrata, la expresión del viejo no le parecía que reflejara suficientemente el dolor y exigía al esclavo torturador que se aplicara en su trabajo.
Ante tamaña insania, alguno de sus colegas que no eran hermanitas de la caridad, abandonaron la mesa. Parrásio tuvo que cambiar incluso al torturador porque tampoco aguantaba aquello.

Al segundo lo amenazó con que si no cumplía con su oficio a su gusto ocuparía el lugar del viejo. Continuó la tortura y algún conmilitón más, asqueado, se levantó de la mesa y se fue.

El anciano de Ólinzos en el límite del dolor y de la resistencia, al borde de la muerte, musitó:

Parrasio, morior! (¡Parrásio, me muero!)

Y contesta el pintor:

Sic tene!... (¡Quieto así!)

El cabrón había encontrado la expresión que quería para su retrato sobre la agonía...

Stephan Micus, del album "Athos - A journey to the Holy Mountain".


Responder a la  2ª pregunta es más complicado y lleva a formularse otros interrogantes, desde el campo del arte, como la libertad de expresión, el testimonio y la denuncia, la realidad y, en los casos extremos, la mercantilización de la violencia, que eso es el gore, presente a veces hasta en el telediario.
Una moral comprensiva aceptaría la violencia de ciertas imágenes de las que no se puede culpar al artista, como sí sucede en el caso del mamón de Parrásio. Una estricta, y para mí falsaria porque vive en una contradición, en una doble moral que consiste en cerrar los ojos a la realidad y darla por buena sea ésta cual sea, no permitiría la exhibición de determinadas obras.

Todo esto formulado de modo provisional y sin pretensiones ex cátedra. Si yo supiera o tuviera una solución la daría, la discusión sigue en el aire. No queremos la tortura, sobre nadie, pero la miseria continúa delante de nuestros ojos, y no sólo contra los animales, con frecuencia lo olvidamos. Con la ignorancia y la connivencia cuentan los malvados..., que cada cual escoja.


La segunda y tercera banda de esta entrada son Marta Capote y Belén Lozano, y no porque el orden o el espacio de hoy indiquen primacía, sino por casualidad, que yo las quiero a las tres como a las tres hijas que no tuve, por edad podrían serlo.
Casualidad, y un poco triste para mí, fue que las tres personas que me maltrataron ayer en el blog de Armando se llamaran Javier, al que no atribuyo la misma inquina que a las otras dos gorgonas, harpías mejor, Javier, el nombre de mi hermano, y ellas Ana, mi abuela materna y Carmen, la paterna,  Aaaajjjj, manoula mouuuuú!. Por eso puse ayer la foto de los ajos, nunca se sabe, ¡zape, mundo furris!, y no lo digo por mi familia, claro. Podéis reíros no obstante, lo entenderé.



Y que no falte, Martita...

El diálogo con Belén y Marta era porque me quieren y se preocupan con esto de ser fiel a los comentarios de las fotos, lo que imaginan que es un esfuerzo para mí y me animan a despreocuparme y disfrutar un poco. ¡Sois unos cielos más reales que el verdadero!

No negaré que hay días en los que uno está más cansado, desanimado o menos inspirado y que, a mí en concreto, me vendría bien salir más de este encierro, pero repito lo que ya dije: es mi manera de agradecerles sus imágenes, que ellos me ofrecen sin nada a cambio. Y para mí es un entrenamiento perfecto, veo una fotografía, la disfruto, entreno la mirada, estudio un poco lo que me proponen y digo lo que se me ocurre de ella, escribo que es lo mío.
Sé que estamos condenados a repetirnos y que acertar de lleno es imposible. Y yo no soy fotógrafo ni crítico, me quedo sólo con lo que me gusta, y a mis amigos, pero no sólo, siempre les veo las virtudes porque los quiero y estos, todos, lo son.
¿De qué me voy a quejar, Marta y Belén?, también vosotras tendréis días malos, regulares y peores.

Los comentarios a la foto de Marta, nº 28 (En los bares).  El de Belén es una frase de un correo personal. A Marta la incorporé hace menos tiempo a los Favoritos del blog pese a que fuera la primera amistad que hice en Shutter., al margen de Andrés (Aedotor) que ya era un colega antes de todo esto.

psilicosis. Spain. 8 Apr. 2012, 00:08

Cuanta admiración hacia el astista en esa mirada...
No entendí dónde me traicionó el inconsciente que decías ayer.
Sigo con problemas aquí para comentar y me aburre esta pelea. Mientras pueda seguiré pero me lleva más tiempo y no siempre lo consigo.
Besos.

Marta Capote:

Pues no describas, mírala y lo que la disfutes pa ti queda ¿no?
La verdad es que estar todos los días intentando describir con palabras una situación diferente de otra es para estar entrenado en el Arte de no sé qué...pikito de oro, por ejemplo -smile))) Besos.    

psilicosis. Spain. 8 Apr. 2012, 21:04

Eso ya lo hago Marta, listilla, pero hasta las pajas me gusta compartirlas y, efectivamente, qué es el lenguaje y la literadura sino el fracaso de describir lo indescriptible, lente de plata, tzivaeraki mou? (Joyita mía?).
+ Besos! -(:o)>

Marta Capote:

Hay demasiado que se le escapa a la palabra sólo algunos las usan bien, de ahí el imposible.....la imagen es otra historia y tú lo sabes. Listillo.
Me alegro de verte.
Besos

Belén Lozano:

"Los comentarios te los agradezco un montón y te iba a decir que si no te cansabas de trabajar tanto incluso en los días de semana santa".

Pues sí me canso a veces, Belén, pero me presta la mayoría, os he conocido a vosotros y lo merecéis, y a mí también me gusta "hacer felices a otros seres" como me hacéis a mí con frecuencia, una sonrisa vale un mundo! Cuando digo salud sólo digo eso, sonrisas.

Esta, aunque sea ombra, es más para Belén
Oviedo, abril 2012

Y la cuarta banda de hoy es otro poema de Felipe Zapico que viene también al pelo para cerrar ese penoso capítulo de los toros. Me perdonará que siga saqueando su Litro inagotable de versos.

La tal Carmen de ayer está más cultivada que Ana, me llamó palurdo, palabra que uso y me gusta, corruptela mía para designar a una raza de gallinas siracusanas. El nombre es en realidad Pularda. Las crían en Cataluña, en Francia y en más lugares del Mediterráneo, para carne, malas ponedoras. Lo mejor era la expresión chulesca y madrileña de quedarse tan pichi, me prestó, aunque creo que es injusta, y ahí no había insulto.

También me gusta "asilvestrado", que en griego es sinónimo de "agrios" o salvaje, una de las divisas que adopté para Psilicosis: Agrios, Mavros (Negros), Psilicosos.

Carmencita Martín sabe o consultó el diccionario, es menos inocente y apenas salió zarandeada, ya estaba cansado. Con su pan integral se lo coma. ¡El caso es que algunos que bien me quieren me aconsejaron dejarlo correr, no responder a gente tan impertinente y mal educada, no darles más cancha!. Pero puedo ser muy pesado.
Esto del análisis del texto arroja  en ocasiones tanta o más información que el propio rostro o el cuerpo. Y a mí que soy verborréico e incontinente, ¡no veas cómo se me ve el plumero! Somos humanos, como mucho intentamos un camino de perfección, más barojiano que teresiano. Sin despreciar a Santa Teresa ése se lo dejo para mis dos queridas enemigas.

Así, como lo describe el Zapi, entro yo al trapo también, aunque hablamos de diferente circunstancia y ganao, sin distinción de género por supuesto, y perdón por lo palurdo de la palabra ganao, así me gusta más.


No soy manso
e iré bravo
a por tus tres puyazos
reglamentarios,
y cuando mi alma
sangre hasta la pezuña,
prepara el engaño, cariño,
para aguantar mi embestida,
noble
con el peligro de mi casta
de mi raza.

Poema nº 81 de Litro de versos.
Felipe Zapico Alonso

Tomatito y Camarón de la Isla por tangos, en Canal Sur

http://www.youtube.com/watch?v=ILInLayy7Ws&feature=related



Salud.

Ramiro