lunes, 13 de agosto de 2012

13


Salidas



Salí a tirar la basura...



Era un poco pronto para la hora en que suelo salir y el sol doraba todavía las paredes de los edificios. Entócenes, curruca, me di cuenta de que había salida por la puerta a otro lugar, me sonaba pero no podía recordar de qué. La pared que veía no era la del bloque de pisos de una ciudad, sino la tapia de una casa de pueblo. Como no me apetecía andar indagando a ver donde me hallaba, pegué media vuelta y volví a casa. ¡Ya vale, no?, tanta alucinación y tanta hostia. La llave no entraba en la cerradura, ¡jodeeerrr!...



King Crimson. Lark's Tongues in Aspic.



Salud y felices pesadillas.


Ra

domingo, 12 de agosto de 2012

12


Lo bueno conocido


Salí a tirar la basura...



, no era una buena noche y nada más piasar la calle se me calló el alma a los pies. No me molesté en agacharme a recogerla, ¿para qué quería tirar por ella hasta los cubos y vuelta?, más peso. Primero la obligación, ya la cogería a la vuelta. Pero cuando volví ya no estaba.

Luis Pastor y Dulce Pontes. Lluvia de Mayo.




Salud y felices pesadillas.



Ra.

sábado, 11 de agosto de 2012

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Desenfoques y saturaciones.


Salí a tirar la basura...


, me pareció ver que alguien se escondía detrás de unas plantas artificiales que dicen que adornan el portal, yo sólo veo polvo. Pensé que no podía ser alguien de mucho tamaño porque las llamadas plantas no levantan mucho ni ocupan más de dos metros de superficie. Me acerqué despacio y del susto que llevé di un grito, un salto hacia atrás y tiré las bolsas al suelo, ¡una liebre salió corriendo y se me escurrió entre las piernas en dirección a la escalera!. No sabía qué hacer si ir detrás o recoger las bolsas. Al fin decidí tirar primero la basura. Estaba saliendo del portal cuando oí que bajaba alguien por la escalera. Esperé con la puerta abierta. Era un vecino muy borde que mira siempre a uno como si le debiera dinero y pocas veces saluda, sólo si te confunde con alguien de su interés, porque además de borde es muy miope. Le dije buenas noches y le pregunté si no había visto subir una liebre por la escalera. Me miró como si no me conociera de nada y no me respondió, aunque llevamos 20 años viviendo en el mismo bloque de pisos. Pasó de largo por delante de mí. Llegó a los cubos antes que yo y nos cruzamos cuando todavía me faltaban unos metros. Agachó la cabeza sin decir palabra y aceleró el paso. Camino del portal iba girándose de vez en cuando, como temeroso de que lo alcanzara. Yo me quedé un poco preocupado dando vueltas a la noria, ¿no me contestó por su conocida rispidez, porque no vió a la liebre, por mi fama de excéntrico entre la comunidad de munificientes como él o porque también se estará quedando sordo?.


Que te Follen- La Cabra Mecánica.






Salud y felices pesadillas.




Ra

viernes, 10 de agosto de 2012

10


Siluetas en la noite.



Salí a tirar la basura...



Llegué a los cubos sin contratiempos pero al acercarme vi unas sombras sobre el muro y me giré. En la acera no había nadie. Tenía la sensación de haber vivido ya aquella escena. Cuando volví a mirar, las siluetas habían desaparecido. Deposité mis bolsas y regresé a casa, pero antes de cerrar la puerta del portal volví a mirar el muro, no excesivamente lejano, allí estaban otra vez las cuatro sombras, muy tenues, como de dos adultos y dos niños. No quise buscar ninguna explicación porque al pasar frente al espejo del portal no vi a nadie. ¿También esto lo había vivido?. Me metí en la cama y me enterré en ella.


Corcobado y Los Chatarreros de Sangre y Cielo. 'Donde no siembra el mal'.



Salud y felices pesadillas.



Ra

jueves, 9 de agosto de 2012

9



Oviedo. Moco solidario.



Salí a tirar la basura...


, la noche estaba fría, teñida de un color lívido capaz de deprimir al más optimista, pero no me iba a dejar vencer por la primera impresión que sin embargo, con harta frecuencia, da en el clavo. Respiré profundamente, apreté las bolsas con decisión entre las manos y eché a andar. No hay mucha distancia hasta el punto limpio (¿?), pero a mitad de camino ya estaba más triste que un perezoso viudo. Cuando llegué a los cubos y los vi practicamente vacíos empecé a llorar con gran desconsuelo y me salían unos suspiros como para traspasar el alma al cojinete de acero más duro e insensible. De hecho pasó un paisano con cara de bulldog paseando a un perro de su misma raza y se paró en la acera interesándose por mí. No sabía qué decirle y él tampoco soltaba prenda, sólo me daba toquecillos cariñosos en el cogote cogiéndome el brazo con ternura, hasta que empezó también él a llorar. Le caían unos lagrimones como puños y berraba el pobre igual que una oveya. Nos sentamos en las escaleras que suben al bloque donde vivo y, hombro con hombro y cabeza con cabeza, estuvimos desahogándonos un rato, o sería más propio decir ahogándonos en lágrimas. El bulldog nos miraba como si fuéramos dos extraterrestres. Hasta que llegó una lechera de la municipal que sin duda había llamado algún mal bicho de la mal llamada comunidad, y nos invitó a disolvernos. El paisa me dio un abrazo y marchó trotando y suspirando calle abajo, muy triste. El perro miraba hacia atrás con preocupación como si yo fuera el culpable de la depresión de su amigo. Yo volví a casa desolado haciendo un corte de mangas a los insensibles represores, muy muy triste.


El Púlgarzito. Looking 4 you babe.


Salud y felices pesadillas.



Ra