domingo, 14 de octubre de 2012

Η Κρήτη, Creta -3. Akis


Grecia, agosto 2012

Akis

 
Γειά σου, Άκη, φίλε μου!

Akis trabaja ahora, empujado por la crisis, de primer oficial de puente en un mercante transoceánico y se pasa cada año un embarazo fuera de casa, sin ver a su mujer y a su hijo. Antes patroneó un barco de turistas por los alrededores de la isla y un remolcador en el puerto de Janiá.

Se había tirado media vida embarcado, desde simple marinero como Kavadías, primero por el Mediterráneo, tocando todos los puertos incluídos los españoles y se había echado novias de todos los idiomas.
Por eso habla correctamente varios de ellos, el castellano como cualquier español, aunque su novia de aquí, que le duró bastante, era vasca (escribí en principio catalana pero consultando la libreta de Creta vi el error).
Por eso y porque es un hombre curioso, muy inteligente, que no dejó pasar nunca la oportunidad de aprender. Y un gran conocedor de la música griega y de la internacional de nuestro tiempo, el rock&roll.
  Ψαραντώνης, Psarandonis. Να κάμω θέλω ταραχή.


Akis nos había buscado una habitación muy grande y arreglada de precio, cuyo balcón daba a la plaza de la catedral, en un hostal familiar al lado de su pequeño negocio, todas casas de piedra con grandes arcos de medio punto en las entradas, construídas por los venecianos.

Nos explicó sobre el mapa las características de la costa y de los pueblos cretenses y nos aconsejó una ruta teniendo en cuenta nuestros intereses. Facilitó también el contacto con la agencia que nos alquiló el coche a un precio asequible.
Todo eso al amor de un café griego que preparaba en una cocinilla de juguete en la misma tienda. Los hacía tan bien que repetíamos, mañana y tarde, cada uno de los seis días que estuvimos en Janiá, entre la ida y la vuelta.

Cuando lo conocimos había dejado la mar y trabajaba en ese humide negocio de recuerdos y artesanías en la preciosa calle de casas venecianas, corta y estrecha, que comunica la catedral con el puerto. El letrero de la tiendina rezaba  Εκ του φυσικου (Natural way), la vía natural, ¡era y es otro jipi de corazón, Akis! Él nos iluminó y nos allanó los caminos cretenses. Y esta frase alcanzará su completo sentido cuando cuente la llegada a Anoyia, en otro capítulo.

Γαργανουράκης. Το Φως Του Ηλιου. La luz del sol. 
 

El nombre de Akis es en realidad Nektarios y tiene su historia también.

Agios Nektarios de Égina es un santo ortodoxo muy reciente muerto en 1920. Es muy milagrero, extendiendo su manto protector a muchos campos de la necesidad y de la enfermedad humanas. Su iglesia y tumba en la isla del golfo Sarónico son muy visitadas.
Las mujeres con problemas en los embarazos viajan hasta Égina para rezar por una resolución feliz de sus trances y encomendar al santo a sus futuros retoños.

Eso hizo la madre de Akis y, fuera o no San Nectario, el hecho es que todo acabó en parabienes y le puso a su hijo el nombre del santo, prácticamente desconocido en el mundo latino.


Grecia, agosto 2012
 
Pasamos ratos muy entretenidos charlando con él a la ida y al regreso, en su tienda compramos los regalos de aquel verano, y para nosotros algunos cuencos de cerámica cretense que nos han acompañado estos años. También nos dirigió al mercado central de Janiá, un lugar que no conviene perderse, donde Vaso, su mujer, trabajaba en una tienda de vinos y licores y donde nos aprovisionamos a la vuelta.

Απο τον δίσκο του Γ. Μανωλιούδη "Σεκλετια". Λύρα: Γιώργος Χαλκιαδάκης. Μουσική, Στίχοι : Γιώργος Μανωλιούδης. Εμενα δεμου φταιξανε.

Aquel año, antes del atentado de Nueva York, no tuvimos problemas para cargar una mochila de botellas, vino, retzina, tsikoudiá, que yo traje como equipaje de mano y una gran caja llena de comida cretense de todo tipo: quesos de varias clases empezando por el mitzitra, un fresco de cabra espectacular que no pararé de citar, como aquel que cambió Moundakis por su primera lira, y salchichas, ambos de Kalícrates, aceite, regalo de un sfakiota de Frankokástelo, aceitunas de varias razas, sin olvidar a la roja y verde arbequina, pistachos, miel, orégano casero de Sfakiá, pastas y dulces típicos de Creta, etc. ¡Eso se acabó, amigos!

Akis nos regaló un briki de latón como el que él y todo el mundo en Grecia usa para hacer el Ελληνικό καφέ, Helinikó café, café griego, en fin. Hasta hoy ha resistido arrinconando a uno de acero inoxidable recuerdo de Limnos.

Tuvieron un error al facturar la caja y acabó extraviada. La recuperamos tres días después prácticamente intacta. Pero ésa es otra historia.

Υγεία, φίλε μας, πολλά φιλιά!
   
Νίκος Ξυλούρης - Ριζίτικο.  
 
http://www.youtube.com/watch?v=31nqShySTcg&feature=endscreen&NR=1

Υγεία, Salud!

Μπαρμπαρόμηρος, Barbarómiros 

sábado, 13 de octubre de 2012

Η Κρήτη, Creta -2


Grecia, agosto 2012

Llevábamos ya muchos años pasando las vacaciones en Grecia y habíamos escuchado cientos de veces que Creta era la quintaesencia del país, dicho por cretenses y por griegos de todas las regiones. Estaba también el hecho de la importancia de Creta en la historia, en la cultura, cuna de la civilización griega y por añadidura occidental, y del Greco. Todos habíamos oído hablar de Festos y Knossos ya en el instituto. Visitas imprescindibles para los amantes del arte.

Mientras tanto fuimos conociendo su peripecia moderna, la lucha heróica contra turcos y alemanes, su música y su literatura.
 
Una canción de Moundakis quizá aún más conocida en la voz de Nikos Xiloúris.
Kostas Mundakis. Πραματευτής Συκολόγος. El psicólogo ambulante. 
 

Fue el mi Dimitraki finalmente el que nos convenció de la necesidad de visitarla cuanto antes, a base de hablarnos de las maravillas de la Creta de hoy, de la hospitalidad, de la alegría, la seriedad y la locura de sus habitantes. El monje y un accidente.

Él había vivido varios meses en la isla estudiando teología siendo todavía subdiácono. Fueron sus últimas canas al aire. Por la noche aparcaba la faldamenta talar y se lanzaba a la calle camuflado bajo su apariencia de hippie: sandalias, larga coleta y barbas de gurú.
Aquellas salidas nocturnas acabaron casi siempre en aventuras amorosas y borracheras de tsikudiá. Contaba que no tenía ni una mísera dragma en el bolsillo pero que cenaba gratis todas las noches y bebía rakí hasta caer de culo.
Jaralambos Garganourakis. Astra mi me malonete.
 

En cierta ocasión había pasado cuatro semanas perdido en la borrachera, día y noche, de taberna en taberna, durmiendo en los portales o en blandos lechos de desconocidas en confusión de lenguas, de idiomas, quería decir, sin regresar a la residencia.

La policía lo encontró después de una denuncia de desaparición presentada por sus superiores. Le costó regresar a la disciplina, a esas tablas con una manta por colchón que era la yacija reservada para él por la Jerarquía en Janiá, entre derviches postulantes.
 
Σταύρος Ξαρχάκος, Νίκος Ξυλούρης, Xarjakos y Xiluris.
  Η κόρη του πασά, La hija del bajá (Ανατολίτικο)
 

Grecia, agosto 2012

Y el accidente fue la fractura del antebrazo izquierdo de la mi morena. Eso retrasó las vacaciones hasta septiembre que fue el mes en que fuimos, una suerte porque el turismo había descendido mucho respecto al verano, todo era más barato, la temperatura más soportable y estuvimos casi exclusivamente entre griegos.
No hubo problemas tampoco con la escuela de los guajes porque perdían poco tiempo.
Íbamos los dos como Don Ramón conmigo, cada uno con el ala contraria inútil, yo estaba operado del hombro derecho y pasaba alguno de los peores momentos de la recuperación.

El mi Dimitraki nos había facilitado el contacto de un amigo suyo de la isla, Akis, que nos buscó pensión para los primeros días que pasamos en Janiá.

Llegamos de noche y en avión, la peor manera posible, pero era lo más barato. A propósito de esto comentaba el otro día con Ana Capsir, en el primer capítulo de Creta, la diferencia de acercarse a una isla en barco, o en velero, la ideal, a hacerlo en avión y decía la kapetánissa: ..."estamos de acuerdo, a una isla se debe llegar por mar. Y con tiempo para imaginarla, para eso un velero es perfecto". Tomad nota.
Ψαρογιώργης, Psaragiorgis, en vivo desde Melbourne.
Aνωγειανές κοντυλιές - Πεντοζάλης.  Kontiliés de Anogia y Pentozali.
 

"Era a finales de agosto. Llegamos a Janiá, Creta, sobre las doce de la noche, dejamos las bolsas en la pensión y nos echamos a la calle los cuatro como lobos en busca de unas pitas gyro para cenar. Ya sabéis, ese pan plano enrollado con relleno de carne, asada en un espetón de filetes que gira (gyro...),  tomate, cebolla y alguna salsa, en Grecia tzatsiki (yogurtpepinoajoaceitesal), bien."

Así escribí en un capítulo de Lo que se comió..., titulado Tsikoudiá, el 21 de junio pasado. Faltaban cuatro patatas fritas. Allí cuento nuestro primer encuentro con Nikos al que volvimos a ver los dos días que pasamos a la vuelta en Janiá, días sobre los que regresaré más adelante porque fueron los últimos.
(Un paréntesis posterior: me dice la morena de mi copla que llegamos casi mediado septiembre y regresamos a mediados de octubre. La creo, ya no estoy en lo que celebro...)

Y también faltaba Akis, no en la pita sino en el relato, al que sólo mencioné de pasada, el colega del monje tesalonicense Dimitrios y la primera persona con la que tuvimos un trato de amistad en la isla. Pero ya me voy al pino. Mañana o pasado Akis, ¡no acabo nunca!

Σκορδαλός, λύρα, Μανιάς, Τραγούδι. Skordalós, lira. Maniás, canta. Συρτό Κρήτης, Syrto de Creta.

http://www.youtube.com/watch?v=xjanZwj699U&feature=related 

Υγεία, Salud!

Μπαρμπαρόμηρος, Barbarómiros

viernes, 12 de octubre de 2012

La terraza ataca de nuevo


Los geranios de Lola en la terraza
San Justo, septiembre 2012.

No temáis, de momento no volveré a la terraza más que ocasionalmente, aunque tengo un porrón de fotografías que hago cada vez que paso por León. De las sombras, chimeneas, alcayatas y enganches que ya conocéis y de las flores que también he subido, crisantemos en su mayoría.
Pero de las que más tengo es de geranios, colores y variedades. Lo que pasa es que frente a los grandes detalles florales que se ven por ahí, con medios apropiados y mejores que los míos, siento que pocas dan la talla y me corto. Ya no tengo pulso.

No obstante en algún momento, si la cosa sigue, montaré también unos capítulos con las que más me gusten. Soy un aficionado y pocas veces puedo hacer algo más que ilustrar un texto, donde me siento más seguro. Y me gustan las flores y el color, aunque la línea no sea muy clara.
No son los geranios las flores que más me motivan, pero hay que reconocerles su variedad,  resistencia y colorido, que pueden adornar una ventana, un balcón, terraza o patio prácticamente todo el año.

Y serán a un tiempo un homenaje a Lola, que cuida con mimo las plantas de esta terraza ya familiar para vosotros.

Hoy sólo quería transmitir otro pequeño mensaje de color y sencillez en medio de tanta bulla en blanco y negro cuaternario. No me refiero a la fotografía en B/N, sino al mundo gris, vano, viejuno, al mundo furris, paliodouniá!

Antonio Machado. Joan Manuel Serrat. Del pasado efímero

 
San Justo de la Vega. León.
Septiembre 2012.
 
¡Salud y color!
 
La romántica banda local.  Lo primero en caer (Pan con membrillo)
 

 
Ramiro

miércoles, 10 de octubre de 2012

Valy y Giannis, los niños


Las piedras preciosas de Giannis Tsakós
Grecia 2012
 
Los niños


Orfeas y Odysseas, son los nombres de esos niños, de 5 y 6 años, morenos y todo ojos, grandes como lunas llenas. La palidez de la piel con esos ojos de sueño y de aventura, acentúa la impresión de inmensidad y de noche profunda, pero noche con ese brillo de maravillas que son los ojos de los niños.

No paraban de hablar, de comentar con mucho sentido, como pequeños hombrecitos, y de preguntar como los chavalines curiosos que son. Y eso que los dos dan también la impresión de ser introvertidos.

No se puede fiar uno de las apariencias por mucho que acierten alguna vez. Y lo digo sabiendo lo que yo mismo me arriesgo haciendo a veces comentarios de corte psicologista a retratos que hacen los colegas.
Hay que poner una distancia entre lo que hay y lo que uno cree ver, que no siempre coincide. Más aún tratándose de personas.

La segunda visita de Giannis fue en compañía de su mujer, Valy, y de sus hijos. Fue inesperada. Yo estaba haciendo algo en la cocina, la mi morena y los guajes seguían en la playa. Oí que me llamaban desde la puerta abierta de la calle, era Giannis.
Nos esperaban en casa de Spiros. Pero nosotros habíamos hablado con el del Tzivaeri, al lado de casa, para comer allí, porque el hombre había cocinado para el medio día sus riquísimas berenjenas imám, y yo quería que las probaranY el vino. Aceptó. Me interesaba también ese restaurante porque con el dueño podía hablar un poco de español y convencerlo para que nos dejaran invitarlos. 

Pero no hubo manera, Giannis impuso su condición de natural del lugar y Valy pagó, de nada sirvieron mis protestas.

Están bastante tristes por las estrecheces y la situación general de las familias, de la mayoría de Grecia. Y a veces desesperados. Y eso que a Valy, que además de profesora en una escuela es también pintora y fotógrafa, se la ve una mujer medida y aplomada con una enorme personalidad. Pero las dificultades a veces socaban incluso a los espíritus más fuertes.

Ahogamos las penas en un vino clarete de cosecha, dikó mas, dicen los griegos, algo así como de lo nuestro, muy afrutado y oloroso, incluso con algo más de azúcar del habitual, que nos alegró bastante comida y sobremesa.
El Tzivaeri, del que hablaré algún día, de los mejores fogones del pueblo, está también al lado de la playa como el bar de Stavrula, y 50 metros más arriba la casa que alquilamos. Allá nos fuimos los ocho, ya que no a dormir la siesta, a reposar la comida.

Un rato de charla en la terraza que nos supo a muy poco porque el tiempo vuela cuando se está agusto y los acompañamos hasta el pequeño utilitario, cerca del bar de Spiros. Los niños necesitaban expansión y se iban a la playa de Geromili, apartada y más tranquila y guapa. No sé si Giannis tenía todavía allí montada la tienda desde el primer día que vino a vernos. Pero aún nos preguntó si queríamos acompañarlos. ¡Tenía que ir, dejar a su familia y volver a recogernos, y otro tanto para la vuelta! Total veinte kilómetros de nada por esa carreterina estrecha y llena de curvas...

Nos despedimos allí mismo con mucha pena, en el aparcamiento del puerto, enfrente de lo de Stavrula, donde habíamos recibido y despedido también a Lola y Alberto días antes. O al mismo Giannis la primera vez. Odysseas y Orfeas nos miraban a través de los cristales como si nos conocieran de toda la vida, con esos ojos...

Ότι οι δυσκολίες δεν μας ξεπεράσουν. Que las dificultades no nos venzan.
 
Υγεία και φιλιά, φίλοι μας!


Camarón de la Isla y Tomatito.  Alegrías.
 
 

Ramiro

martes, 9 de octubre de 2012

Ni fraile ni cocinero (oro et laboro)


Santos Apóstoles. Eubea.
Grecia, agosto 2012

Dificultades insuperables
(¡Ay, Virgen Santa!)

 
Juntando algunos peces, moluscos y bivalvos
me puse a pergeñar una paella,
faltaban los crustáceos pero salí a pescarlos.
 
Con todo fresco ya dispuesto encima de la mesa,
cuatro guisantes y los ajetes tiernos, un poco de azafrán,
pimiento rojo, más el ajo, sal y aceite virgen, me corté.

Sí señores, y es que ¡no había tomate, qué faena!
No importa, con una pizca más de pimentón resuelto.
Y que la sangre no llegue a la paella.
 
Hice las cosas bien, un fuego enorme,
 encima la paellera, más grande que un abrazo
y en el momento culmen... ¡no tengo arroz!.

¡Ay, Virgen Santa! 


De Otras partidas perdidas. 2012.
 
Ramiro Rodríguez Prada.

Estos ripios los había subtitulado Memorias de un cocinero en ciernes, pero lo de cocinero me venía grande y lo cambié por Memorias de un pinche de cocina en funciones. Al final el subtítulo lo dejé en invocación. Los que sigan el blog sabrán que están motivados por el fiasco de la paella de este verano con Lizy y Diamandís, a los que fallé, y por las puyas toreras que me dedica Ana Capsir, ¡una valesiá, hay que remarcarlo!, en un comentario.

Está bien, nunca presumí de cocinero, pero ejerzo, eso ya es un mérito, y algunas cosas no me salen tan mal, ¡puñeta! 

Ya el Esguilatorres juliensis me había afeado la faena y ahora me reprende Ana y también su amigo César. Que me tenía que haber lanzado al ruedo, me dicen todos. ¡En este país nos sobran los valientes!
Baterista callejero.
 
 

Grecia, verano 2012

No pensaba volver a esta etiqueta en mucho tiempo pero toy triste, ¡ea!, quizá los amigos tengan razón, y valía más paella sin honra que nada.

No quiero hacer pasar por cierto que preferí quedar de cobarde antes que comprometer nuestro prestigio internacional en los fogones, por patriotismo, como le decía a César en la contestación a su comentario. Era broma. En este caso, además, yo prefería la comida de Lizy a mi hipotética paella nacional.
Y es cierto que para responsabilizarme de una comida necesito atar bien todos los cabos, en especial si tengo invitados. ¿Porqué?. Porque la cocina no me parece fácil y yo no soy vocacional, lo hago por obligación, pocas veces por placer, y cuando es así, lógicamente, quiero esmerarme y me lo tomo más en serio.
No podía torear aquella paella con estos mimbres. ¡Yo no me hubiera ofrecido, fue el fruto de un equívoco, carallo!. ¿A que se nota que me duele?, pues eso.

La mi morena me miraba y se reía viéndome angustiado aquel día, pensando, yo, en lo que se me venía encima. Ya me había resignado a hacer el ridículo si era necesario, pero cuando Diamandís me dijo que no me preocupara vi el cielo abierto.

¡Tened piedad de mí, malandrines, no todos somos tan osados como vosotros, valentones!

Salud!


Mojinos Escozíos. ¡Al carajo!
 
Pael Leroko Bardika