jueves, 23 de mayo de 2013

Anna Caubet


NAMU AMIDA BUTSU.  2013.
Anna Caubet


Anna Caubet

...es un beso, una chispa y abrazo en la distancia.

Bon día. Llevaba ya una temporada queriendo dedicar una entrada a Anna, pero de diciembre acá he tenido problemas con la máquina de fotos, hasta que por fin dejó de funcionar. Desde mediados de marzo uso otra y me dicen que el arreglo de la primera me puede costar casi tanto como una nueva. El caso es que estaba muy contento con ella, es posible que ésta sea incluso más sensible, pero quizás por eso mismo no acabo de pillar bien los primeros planos, y soy de los que no pasan de una o dos funciones, aunque ofrece un montón de alternativas. Bueno, con la otra tampoco es que lo bordara, pero creo que para mis necesidades ya le había cogido el tranquillo. ¡Y además lo hacen todo ellas!

Todo eso sólo para disculparme de la regular calidad de la imagen, el trabajo de Anna es mejor de lo que se ve aquí.

Cada invierno, desde que empezó a confeccionar artesanalmente los pliegos de papel reciclado, nos envía a sus amigos una felicitación del nuevo año. No siempre coincide con las fechas de las Navidades porque no se trata de una tarjeta al uso, sino de un regalo personal hecho con el amor que no se puede comprar porque no está en venta, ¡nin falta que fai!

Esta es la tarjeta del año en curso, una preciosidad. Seducida por el Oriente más extremo por cuestiones personales que no vienen ahora al caso, muchos de sus motivos tienen que ver con esa cultura y esa parte del mundo: China, Japón...

Como no tengo una etiqueta de Currucas pardas hembras, incluyo a mis amigas en ésta de Alfabetos. Anna podría ir muy bien en Pindura, pero esa la reservé desde el principio para ir enseñando mis propios trabajos.

Conocimos a Anna y a su colega un verano en Yogoslavia, en la desembocadura del tristemente famoso río Neretva, antes de la guerra. En aquel primer encuentro debimos de parecerles una pareja de zumbaos, más que nada por los sustos que les dimos, sin pretenderlo, por supuesto.

La tarde que nos encontramos, mientras nosotros nos bañábamos y ellos tomaban el sol, a la orilla de un lago cercano a la costa, mi amiga pasó por un apurón en el agua del que la saqué con mis escasas artes natatorias dejando allí medio resuello. Tardaron en darse cuenta de que lo pasábamos mal, cuando ya casi alcanzábamos la orilla, de la que afortunadamente no estábamos muy lejos, y fue Anna, que descansaba tumbada más cerca, la primera en levantarse asustada para echarnos una mano.

Pues ni corto ni perezoso, al día siguiente volví a ponerles la sangre en un puño cuando me atreví a cruzar con ellos el lago. Al poco de pasar el centro empecé a sentirme débil y medio mareado. Notaba el agua muy fría y llevaba años sin nadar más de cien metros seguidos.
Esta vez fue el compañero el que tenía más cerca, ella iba un poco adelantada. El amigo me esperó y me acompañó hasta la orilla por si necesitaba ayuda, creo que si llego a cruzar solo allí me quedo. Me agarré a los juncos del borde exhausto, no tenía fuerzas ni para auparme y salir. El lago era muy profundo desde la misma orilla.

Con tanta emoción ya no íbamos a olvidarnos fácilmente de aquel primer encuentro: ¡uno no se va de vacaciones a un país comunista al otro lado del Mediterráneo para ver cómo se ahogan dos ¿simpáticos? compatriotas en una poza, joder! Hasta hoy.

No hablaré de su obra en esta entrada aparte de lo apuntado al principio, sólo era un pequeño recuerdo. Podéis consultar su blog, donde hay unas muestras de sus trabajos junto con un currículo profesional y artístico. Lo he puesto en Flanvoritos aunque lleva cinco años sin añadir contenidos, para quien quiera consultar algo de su obra. A ver si se anima ahora y lo actualiza. Más adelante espero dedicarle otra entrada para hablar un poco de su trabajo.


Que sigas viento en popa con esas pequeñas y grandes maravillas, Anna, y por tamaño pienso ahora en tu bosque de Canyes de bambú i fils de cotó que se puede ver en la página (y aquí). 

¡Muchos besos a todos!

Ramiro Rodríguez Prada


Yiang Chung Ling.



Salut

miércoles, 22 de mayo de 2013

52


Sangradero



Salí a tirar la basura



a la calle. Abrí la puerta del portal. No había nada. ¡Nada!, ni calle había. Me recogí anonadado.

           
Cova Villegas (voz), Ildefonso Rodríguez (saxo tenor e barítono), Fito Ares (saxo soprano e frauta), Antonio Ferreiro (saxo tenor e clarinete alto), Michel Canadá (guitarra) e Fernando Lamas (batería)
Jazz Filloa (A Coruña. 11.01.2011). 
Jazzanga.   Improvisation IV.


Salud y felices pesadillas


ra


P. D. Estaba solo en casa esa noche y no podía compartir con nadie mi extrañeza ni encontrar un asidero fiable. Me tumbé unas horas, pero era incapaz de dormir, por la cabeza sólo me pasaban imágenes fugaces que desaparecían como iconos de una máquina tragaperras. Me levanté y encendí el ordenador. Tardé en ver el 22. Tenía un nuevo colega con nombre que me sonó a árabe: Armibq. Gracias, amigo. Es un aficionado a la buena música y ahí a la derecha, en Flanvoritos, está su blog  ¿Qué oyen mis oídos?, y podéis comprobarlo

Escuchando después la música de hoy comprendí que era un recibimiento musical muy duro para él, la elección estuvo motivada por mi descontrol mental, es por tanto parte de la microhistoria. En fin, que decidí subir otro tema algo más cálido en su honor, también porque estos peines no dejan un resquicio para que se pueda oír la voz de Cova y a mí me mola. He dicho.


Cova Villegas Quinteto. Parque de El Cid. León 2009.



Buen día.

martes, 21 de mayo de 2013

Culo al sol


Cara a la pared
Oviedo  2012


El culo al sol 

Un copo de maíz en los trigales
la suerte de roncar casi a diario
salirte con la suya y la tangente

un corro de tortugas al relente
un ciego un sastre el peinador de humo
la pelota que se esconde entre la hierba

pasto de un dios solera de cenizas
y en la calle sandalias y cemento
con el paso de un vals sopla el nordeste


De  Interrogatorios y Otras partidas perdidas. 2013.

Ramiro Rodríguez Prada 

Melendi.   Calle La Pantomima.



Salud

lunes, 20 de mayo de 2013

Ο Γιώργος Σεφέρης, Yorgos Seferis


La Acrópolis desde el Centro de Tradiciones Griegas.
Atenas  2011

Ο Γιώργος Σεφέρης


Buenos días. Ya iba siendo hora que le dedicara alguna entrada a Seferis. He preferido dejar para más adelante el cuarto capítulo de Elytis y el tercero de Ritsos, que más o menos había prometido. Sigo sin encontrar los apuntes sobre Yiannis y de Odysseas creo que ya tenemos de momento una semblanza, biográfica y de su obra, suficiente.

Sergei Rachmaninoff, Preludio en Do sostenido menor, Op. 3, No. 2. 
Recita, Γιώργος Σεφέρης.  Το Φως. To Fos, La Luz.


Por edad Yorgos Seferiadis, Seferis, nacido en 1900, debería de haber sido el primero del que hablara, porque es el mayor de ese gran trío de poetas de las letras griegas modernas. A Ritsos le sacaba nueve años y a Elytis once, y fue además el primero en publicar, en 1931, Στροφή, tres años antes que Ritsos.

Pero las circunstancias mandan. Nosotros nos tropezamos con Yiannis en Limnos por pura casualidad: no lo habíamos leído, no conocíamos su peripecia personal y no sabíamos que había estado en esa isla, y en otras, en campos de concentración.
La proximidad ideológica, puesto que había sido un poeta de izquierdas que militó en el Partido Comunista Griego (KKE) y sufrió, después de la guerra civil y en la Dictadura de los Coroneles, las consecuencias, fue otro motivo de que buscáramos sus libros traducidos o las canciones griegas con sus poemas.

Pero es de justicia dar a cada cual lo suyo y el valor aquí no lo medimos en orden de aparición. El que fuera Elytis el segundo fue también azar: pasaba por Creta en aquellos días y me pareció oportuno sacar a Odysseas a colación, puesto que había vivido y se había formado, varios años de la infancia, en Creta.
Yorgos Seferis. Mikis Zeodorakis. Grigoris Bizikotsis.  Sto Perigiali To Kryfo. 1962.


Éste es quizá el tema musical más conocido con letra de Seferis. Lo musicó Mikis Zeodorakis y lo hemos escuchado tantas veces, tiene tantas versiones y tan aburridas la mayoría, que ya nos estomaga casi tanto como el sirtaki. Hay melodías de las que se abusa de tal manera que llega uno a detestarlas, algo así me pasa a mí. Pero tenía que ponerla porque trato de alejarme un poco de mis propias impresiones y un repaso somero como éste no podía obviar esta canción. Y después de todo, Bizikotsis es de los que merecen mayor respeto.

Seferis nació en Esmirna, Asia Menor, en una familia burguesa muy relacionada con la cultura, pues su padre era abogado y profesor en Esmirna y llegó a ser decano en los años 30, no sé si también rector, en la Universidad de Atenas, cuando ya estaban instalados en el continente. Se fueron de Esmirna en 1914, al comienzo de la primera guerra mundial.

El siguiente dato es también de memoria y por eso no muy seguro, tal vez leído en alguno de los prólogos a sus libros traducidos aquí, porque no lo encontré por internet. Stelios, su padre, hizo la primera traducción de una obra del griego clásico al demótico para ser representada, ¿Sóflocles?, cuando todavía vivían en Esmirna, ¿1908/10?.
Así que la decidida opción de Seferis por el demótico ya le venía de familia. Sus compañeros de generación tampoco dudaron a la hora de escoger una u otra modalidad de la lengua, de hecho en ésta de los 30 aparece la ruptura definitiva con los intentos de limpieza lingüística de la kazarévusa, pese que los cogoneles la volvieran a imponer algunos años después.

Es un lugar común en Grecia esta división entre lengua popular, demótika, y culta, kazarévusa (lit. limpia). Lo menciono para los que lo puedan desconocer.

Γιώργος Σεφέρης. Μίκης Θεοδωράκης. Μαργαρίτα Ζορμπαλά.  Αστυαναξ.


Desde 1917 vivió en París con su familia, su padre ejercía de abogado y él estudiaba Derecho. En los siete años que permaneció en Francia tomó contacto con la literatura del momento, especialmente la francesa, que le influiría, Claudel, Valéry, al que tradujo. Y siguió escribiendo, afición que cultivaba desde su adolescencia en Esmirna.

Pasó un tiempo en Inglaterra estudiando inglés para optar al servicio diplomático griego con garantías, donde ingresó en 1927, tras su regreso de Europa un par de años antes.

Si me he detenido en estos datos puramente biográficos es por situar un poco al escritor, que recibió una educación selecta y tuvo la oportunidad de tomar in situ el pulso de la cultura centroeuropea, para volver a sumergirse después en el mundo griego, él, que venía de Asia, de una tradición griega milenaria, pero con un roce también de siglos con otros pueblos que la enriquecieron, y al fin la perdieron. Un oriental refinado y un occidental culto, o a la inversa.

Tampoco es que quiera ventilar la cuestión en cuatro palabras, diciendo por ejemplo que Seferis tuvo un montón de destinos como diplomático, Inglaterra por dos veces, en los 30 y en los 50, Albania, Koritzá, recordad, aquella Niña arvanítika, greco-albanesa.
Pasó los años de ocupación alemana, en compañía de su reciente esposa María, con el Gobierno griego y la familia real en el exilio, hasta el 44. Después recaló en Turquía y en varias embajadas de Oriente Medio, hasta su retiro el año 61, siendo embajador en Londres.

No quería ventilarlo, pero casi. Porque la última parte de la entrada tenía pensado que fueran unas pocas citas de 6 Noches en la Acrópolis, una de las tres obras suyas de las que tengo algún apunte, y lo biográfico ya se me iba escapando de las manos. Algunos otros datos de su vida los iré incluyendo en los otros dos capítulos que tengo en capilla.
Es una obra en prosa, una novela corta pero con mucha proyección, pues en ella Seferis desarrolla los principios de una técnica que se haría famosa con el Cuarteto y Quinteto de Lawrence  Durrell, el del punto de vista, aunque no fuera un invento exclusivo de Yorgos.

De su tercer poemario, Στέρνα, Sterna, Cisterna, de 1932, es esta canción de 1979, con música de Triandafylídis y la voz de Iró Kutúvali.
Encontré una dirección donde César García Álvarez hace un muy interesante estudio comparativo entre Antonio Machado y Seferis y vienen traducidos estos versos, no sé si por César. Recordaba esa última estrofa, aunque creo que hay una errata, donde pongo peregrino él escribe pergamino, me quedo de momento con la versión que recuerdo: 

La sed de amor busca lágrimas
se mecen las rosas como el alma
se oye en las hojas latir la creación
el crepúsculo se acerca como un peregrino
luego la noche, luego la tumba

Γιώργος Σεφέρης. Πάνος Τριανταφυλλίδης. Ηρώ Κουτούβαλη. 

Το απόβραδο σιμώνει.  Se acerca el atardecer.

http://www.youtube.com/watch?v=FNxM2Wn0Bzg

Grecia, verano 2012.

Έξι νύχτες στην Ακρόπολη
6 Noches en la Acrópolis

Fue editada póstumamente, en 1974, Seferis murió en 1971. La tradujo al castellano Vicente Fernández González, recibiendo el Premio Nacional de Traducción por su trabajo, y la editó Mondadori en 1991. Son cuatro citas donde lógicamente no se aprecia esa técnica de la que hablé.

Ya mencioné varias veces la novelita, que lleva años agotada y descatalogada, se puede comprar en red por un precio entre 20 y 50 euros. En ella aparecen una serie de personajes que cuentan, cada uno desde su perspectiva, éstas Anábasis nocturnas.

Hay un personaje, el marinero Stratis, que parece ser el trasunto del autor, y otros seis más, uno por cada día de subida, Lala, Salomé, Nikos, Kaliklis, Nondas y la Esfinge. No sé quíén estaba detrás de esos nombres, pero cabe suponer que entre ellos estarían Durrell, Yorgos Katsínvalis, el pintor de Marusi, el del kikirikí colosal desde la Acrópolis, no sé si Miller..., Fermor cuenta la anécdota del supergallo recogida de Durrell, como he apuntado en un par de ocasiones.

Y la siguiente canción es de Μυθιστόρημα (1935), su quinto libro de poemas, que se editó en Chile en el 2001, traducido por  Miguel Castillo Didier, Mithistórima, Stratis el marino y otros poemas.

Recita, Σεφέρης.  De Μυθιστόρημα,  ΚΓ΄ Λίγο Ακόμα. 


- La Acrópolis, la roca sagrada, [...], un símbolo, una idea que nuestros progenitores, el Estado griego, la Nación, cuando ha existido, se han afanado en afirmar en nuestros tiernos sentimientos infantiles.

La siguiente describe admirablemente la situación entre los propios griegos, y Seferis no se refiere sólo a la cuestión lingüística.

... que antes de nada encargara la redacción de un diccionario común para que podamos entender, al menos entre nosotros siete, qué le dice el uno al otro.

Somos, lo cree la humanidá
el pueblo elegido,
pero desde la Antiguedá
no nos dá de sí el cocido

Era la letra de una canción de revista en la Atenas de 1923.

-  ... Grecia camina entre caballas y sardinas: un pueblo marinero.

-  ... nos hemos metido todos "dentro" de Grecia, hemos cerrado las puertas y hemos tirado las llaves al Egeo. Y ahora..., ahora nos disponemos a comernos unos a otros.

Γιώργος Σεφέρης.  Νίκος Ξυλούρης.  Eδώ τελειώνoυν τα έργα της Θάλλασσας.

http://www.youtube.com/watch?v=kK_kjkpuQjg

Dedicaré otros dos capítulos a obras en prosa de Seferis. El siguiente, dentro de una semana más o menos, será el  Diálogo sobre la Poesía. Y el mes que viene el tercero, los diarios, Meres, Días, del que tengo más citas porque el libro es más grueso y muy sabroso. Todas son lecturas interesantes.

Salud y poesía.

Σεφέρης, recita,  Μποτίλια στο Πέλαγο.  Botella en el mar.

http://www.youtube.com/watch?v=slJ9064DS5Q

Ramiro Rodríguez Prada

domingo, 19 de mayo de 2013

Η Κρήτη, Creta -14. Sopa y ajedrez


Cerveza  Zorbas.  El personaje de  Kazantzakis  omnipresente. 
Creta  2003.

Η σούπα του Νίκου
La sopa de Nikos


Después de cerrar el chiringuito de las pitas, Nikos nos llevó dando un paseo por la ciudad y fuimos entrando en algunos bares que abrían por la noche hasta la madrugada. Hoy sería incapaz de repetir ese recorrido, no sólo por memoria, por el aguante. En todos ellos iba encontrando colegas que, acabado el trabajo, hacían el recorrido de cada noche, algunos hasta el amanecer.

Pinchamos algo en más de un sitio, bebimos tsikudiá y anduvimos muchísimo, hasta agotar a los guajes y agotarnos nosotros. Nikos acabó cargando con el pequeño parte del camino del vuelta. Llegamos a la plaza de la catedral a las tres de la mañana, a las cinco y media había que levantarse.
Él tenía tres hijos y sólo llevaba cinco años casado. Vivía en Janiá de pensión, su familia seguía en el pueblo.

Pero antes de volver hicimos quizá la visita más interesante de esa verbena. Hacia las dos de la mañana nos llevó a un bar donde daban sopa caliente a los frioleros y destemplados. Ya estábamos a mediados de octubre y empezaba a refrescar, y sobre todo la humedad de la noche hacía que se agradeciera una barbaridad aquel caldo. 

No es que los griegos sean muy soperos, ni que la hagan especialmente buena, preferimos las nuestras de cocido por ejemplo, pero era la oportunidad y lo reconfortante que resultaba a esas horas lo que hizo que nos pareciera tan agradable a todos la sopa y la despedida. Los chavales encantados.

Allí compartimos mesa, además, con dos amigas de Nikos, camareras, que volvimos a encontrar al final de esa noche, cuando esperábamos el taxi que nos iba a llevar al aeropuerto, de vuelta a casa. Ellas se iban a la cama, eran las 6 de la mañana.

Ψαρογιωργης.  Να μουν βοσκος

http://www.youtube.com/watch?v=cVOTollT93Q


La tienda del ajedrez

Entre las muchas direcciones de todo tipo que llevaba en la libretina, habíamos sacado una de la guía de Grecia del Trotamundos, de una tienda dedicada totalmente al ajedrez y cuyo dueño era un antiguo campeón, Diamandopulu, un gran maestro griego ya retirado, que la atendía personalmente. Estaba en el nº 51 de la calle Potie, por debajo de la calle del Cuero.

Fuimos dos días al llegar a Janiá. La primera vez estaba cerrada, pero la segunda, una visita muy rápida que hicimos poco antes de salir para Frankokástelo, encontramos a una señora muy amable que nos enseñó la gran exposición de tableros de ajedrez y piezas que era aquella tienda. Había de todos los tipos, materiales y precios.

Le preguntamos por un tablero portátil para llevar a los viajes. Después de un rato de búsqueda nos dijo que ella llevaba muy poco tiempo ocupándose de la tienda y que todavía no sabía muy bien dónde estaban las cosas, que si volvíamos por la tarde seguro que los habría encontrado. La mujer se veía superada y nos pareció muy triste. Quedamos en volver al final de las vacaciones.

Eso hicimos al llegar a Janiá. El primer día volvía a estar cerrada, pero a la mañana siguiente conseguimos por fin comprar un modelo muy pequeñín, de ésos que tienen agujeros en las cuadrículas para fijar las piezas. Trajimos también otros dos tableros más grandes, uno de más tralla y otro en plan artístico.

Pero no sólo fue por el arte por lo que hicimos más compra de la prevista en principio. La mujer nos conmovió. Ya nos llamó la atención que vistiera de negro a pesar de ser tan frecuente en Creta y en Grecia, pero sobre todo su tristeza y la ausencia del hombre.
Acabamos por preguntar por él porque pasamos con la señora más de una hora. Y ahí se echó a llorar como una magdalena.

Entre sollozos nos contó que había muerto hacía unos meses. Ella no tenía ni idea del negocio y no sabía cómo resolver los problemas que se le habían venido encima. En la tienda vendía poquísimo, la pensión de viudedad era muy escasa y entre todo no sacaba ni para pagar la renta del local y los impuestos. Sabía que tenía un capital en material, pero ella desconocía el valor real de muchas piezas porque era un trabajo del que siempre se había encargado su marido.

Y había más que la pérdida de su compañero de toda la vida, era una refugiada de Chipre que abandonó la isla con la ocupación turca y no tenía familia. Algún pariente lejano, no recuerdo si en Australia o Canadá, que ya no conocía.

Unos amigos le habían aconsejado traspasar o vender la tienda, pero lo veía imposible, ¿quién se iba a hacer cargo de un negocio tan especializado y que requería conocimiento y cierto capital, sin demasiadas ventas? Esos amigos estaban tratando de que la municipalidad de Janiá se hicieran cargo del valor de aquella auténtica exposición de maravillas, y por lo menos retrasara el pago de impuestos en tanto no se encontrara una solución humana para la viuda.

Era una mujer dulce y cariñosa, como tantas griegas, con las marcas en la cara de los que saben porque sufrieron. Todo el tiempo fue especialmente amable con los niños, a los que dejó toquetear piezas mientras mirábamos con el alma en un puño y a los que hubo que reprimir en más de una ocasión. Pero ella insistía en que los dejáramos, son buenos rapaces, la verdad, ¡es que entre tanta emoción y objetos preciosos estábamos en vilo!.

No sabemos si resolvió al fin sus problemas, pero nos acordamos muchas veces de ella. 

Loudovikos ton Anogeion. Kalliopi Veta.   Ismene. 

http://www.youtube.com/watch?v=kVSriYKJbRY

Etiqueta de la tienda de recuerdos de Akis.
Janiá.  Creta  2003.

Y dejo la historia de la caja, espero que la última de Creta, para el mes que viene, antes del verano como tenía previsto, con eso y los remates de la serie me iba ya muy lejos, no quiero cansar, ni cansarme.

Υγεία, Salud!

Barbarómiros