sábado, 3 de diciembre de 2011

Calabazas


La calabaza de la curruca Blasensis
Morales del Arcediano 2011

Es tan roja y tan guapa como la Amanita muscaria y no es venenosa. Pero no es una seta. Debe andar por los 50 cmts. de diámetro. Da para comer puré a una familia una semana, o hacer cabello de ángel, asarla a la plancha en rodajas, acompañarla de otras verduras u hortalizas, freírla, empanarla, cocerla, hornearla, confitarla...

Quería la curruca saxofonista, el Verderón Blasensis, que me llevara una,  pero ya  me tenían reservadas más y en el piso proletario no contamos con el espacio de una casa maragata.
Las que traje son de otra raza, amarillas, compactas y más pequeñas, tal vez más apropiadas para confituras, aunque yo prefiero la sopa o la crema de cualquiera.

¡Calabazas más grandes que éstas me dieron a mí a porrillo las que yo me sé!

Ya pasó su mes, noviembre, al margen de que se conserven en perfecto estado mucho tiempo en lugar fresco.
La tradición del Halloween americano casi caló por completo nuestras calabazas otoñales desplazando tal vez otras costumbres. Pero yo quiero recordar una que se daba en los pueblos de la vega del Tuerto, en León, e imagino que en más lugares, que sólo es otra variante de la calabaza vaciada simulando una calavera.
Hablo de hace 50 años.

Las calabazas del Turienzo
Morales, noviembre 2011

En San Román, San Justo, Celada, Nistal y otros pueblos de la Vega, todos de regadío con mucha patata y mucha remolacha, por los Difuntos se tenía por costumbre vaciar una remolacha forrajera, calar los huecos de los ojos, la nariz y la boca, e introducir una vela. Así nos paseábamos por el pueblo de noche, asustándonos de mentirijillas unos a otros.
Conservando algunas ramas del tallo parecía un cráneo punky. Terrorífico.
El tamaño de las remolachas era proporcional al nuestro, porque la forrajera puede alcanzar dimensiones gigantescas doblando en casos record el peso de un infante.
Sin embargo no recuerdo que hiciéramos lo mismo con las calabazas, que también había.

Pero ya no se planta tanta remolacha. Como dice la canora Centenalis ¡ya no se planta nada!, y lo que se planta no se recoge, sólo algo cerca de los pueblos para el ganao de corral, un poco de maíz, y la huerta. ¿Para qué todos esos regadíos? El vino en cambio no decae. ¡También sería, que nos racionaran el morapio!
Creo que la tradición se ha perdido, aunque es bien posible que se copiara ya de la norteña europea.

Estoy viendo que las calabazas no son más que la excusa para enseñaros el pueblo maragato de estas dos currucas pardas musicales que hemos caracterizado aquí como el Verderón Blasensis y la Mirlona Centenalis. Estuve unas horas con ellos y, en la bondad de la atardecida soleada, pude hacer varias fotos que iré colocando cuando toque.

El río Turienzo a su paso por Morales del Arcediano
León, otoño 2011

Estaba la tarde de cine, serena, el pueblo tranquilo, como siempre. La curruca piragüista reconstruía una muria tradicional, piedra a piedra y sin argamasa, a la antigua forma cantera. Sudaba como cuando pedalea en bicicleta marcha atrás y cuesta arriba.
El puente de hierro de Morales dicen que fue una equivocación y que estaba destinado a un pontón del ferrocarril pero, una vez descargado, aquí se quedó.

Hice algunas fotos de muros caseros, los primeros que he tenido oportunidad de ver desde que me lancé el reto a mí mismo de enseñarle algunos a una fotógrafa alemana, de Shutterchance, Filine, que había puesto en su página un muro tradicional de piedra muy guapo en un paisaje campestre inglés.
Ella no creo que sepa nada del asunto pero necesito dialogar, aunque todo sean puras imaginaciones.

Y siguiendo con diálogos, éstos culinarios ya que estamos en Lo que se comió, he visto algunas fotos, de platos de esos de nueva cocina, tan buenas que apetecía comerlas. El plato, su contenido o las fotografías, la pantalla, vamos.
¡No veas cómo monologaban ad libitum mis papilas gustativas, mis jugos gástricos y mis pobres pretensiones de cocineru o fotógrafo aficionado! ¡Qué lujo! Si cocinan tan bien como fotografían, que no lo dudo, es para descubrirse.
Casi resulta escandalosa tanta belleza en un mundo con tantísimas necesidades básicas sin cubrir. Pero realmente el arte no puede dar cuenta ni de toda la hermosura ni de la miseria del planeta. Podrían hacerlo los que tienen la pasta y pagan las cuentas con el dinero ajeno. Pero eso no lo veremos.
Sólo recuerdo a dos que también publican en Sutterchance, Janina (jmnowak) y Bandora, y no son de los que se pasan. Parece cocina casera hecha con buen gusto y elegancia. ¡Qué ricooo!

Y siguiendo con coincidencias, que son otra especie curiosa de diálogo, hoy Janet Holden (Cornishmaid) a la que sigo y de la que suelo comentar alguna foto suya, puso el retrato de unos cerdos que me recordaron una vez mais mi etiqueta de Chorizos culares, que tengo algo abandonada. Porque esta semana  también yo fotografíé gorrinos que iréis viendo conforme crezca esa etiqueta.
Tampoco es que sea nada de la otra gorrinera, todos los marranos se parecen en la roña. Pero como ilustración del Kolokapitalismo rampante no hay nada mejor. Y las de Janet son mejores que las mías.
¡Buenoooo..., tengo  por ahí unas de morros de ternera en primer plano, ya peladines, con los que mi madre me hizo unos callos que estaban pa comulgar! Ésas pa Militouh erde louh Botineih y, si acaso, para Paco Gila que era un... ¡callívoro!.

Pero no seré tan desagradable como para poneros los caninos más largos, ni, es clá, para estropear hoy con escatologías esa maravilla calabacil y maragata.

Y con esto y otra taza
se acabó la calabaza

Salut y bon apetit!

Ramiro

P.D. La cortea. Hablando con el Verderón llegamos al acuerdo de que cortea era el nombre más común de la cochiquera en estas tierras. Quizá la voz más académica sea pocilga, pero las academias, como las clasificaciones, ya sabemos que siempre barren para casa. Cada país tiene su nombre típico. Gorrinera, cubil, cochi/cuchitril, corripiu/pia, porqueriza, más todos los términos locales y los de los idiomas del estado. No se quejará el gochu de lo solícitos que somos con él los carnívoros.

 Vale.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Romanones, Romanones...


La noite de Saturnino

En realidad fueron dos sueños enlazados las noches del 28 y 29 de noviembre, festividades de san Eustaquio y san Saturnino, repectivamente. Empezaré por otro encuentro sorpresivo la noche del domingo.

No sé si el viernes o el sábado don Ramón del Valle hizo una aparición fugaz pero provechosa pues en diez minutos se bebió una botella de vino. Quería invitarme, con todas las formalidades a las que es tan adicto, a la celebración del santo de Saturno, su criado actual.
El domingo me recordó, mediante la voz de mi abuela Ana cantando el san Benitiño do ollo redondo, la cita del martes. Pero él no se presentó.
Sin embargo, después de haber conseguido adormecerme con la cercana  y cálida voz de la abuela, sentí que me chistaban. Sospeché que era el viejo y no me moví.
Volvía de nuevo a Morfeo cuando escuché otra vez el chisteo.

Sin mucha fé seguí haciéndome el muerto. Pasaba bastante tiempo de una a otra llamada como para caer en cada ocasión en los dominios oníricos, pero esta vez no me quedó más opción que despertar porque sentía la respiración de Valle a un palmo de mi cara.

Casi me desmayo cuando abrí los ojos. ¡El conde de Romanones! Me miraba con fijeza  y curiosidad alargando la más que voluntariosa barbilla y contándome los dientes, eso pensé de modo instantáneo, porque duermo con la boca abierta. A diez centímetros de distancia, ¡le olía el aliento a ajo, unto y berzas!
Emití, más que lancé, un grito de miedo ahogado que sonó como el estertor de un ahorcado, un sonido aterrador que aún me asustó más.
El conde se apartó y entonces comprendí el equívoco. Era Satur.

¡Qué pasa!, dije con la voz  aún tomada por el temblor.
Nada, nada, perdone usted que lo asustara, dijo el gallego compungido.
Te pareces tanto a Romanones que pensé que me visitaba la Historia de España en persona.
Es don Ramón.
¿Qué tiene don Ramón?
Que me obliga a caracterizarme de personajes que le inspiran.
¿En serio?
Ya me disfrazó de padre Claret para "burlarse de todo el Camarillón Ecuménico", como dice él, y de general Narváez, el Espadón de Loja. Me llevó a Santiago y me hizo desfilar delante del obispo en misa de doce, en la catedral, con un yatagán al cinto que le trajo de Tetuán un proxeneta . ¡Todos se lo tragaron y el obispo casi me besa la mano!. Pero lo peor fue cuando me vistió de Isabel II, Isabelona como la chama. No podía pasar de día por Vilanova porque me moría de vergoña, con aquela pecheira por diante y dos almohadones en el culo...

Ya estaba totalmente despejado con el parloteo de Saturnino y me levanté.

Me esperaba en el pasillo. Le invité a pasar a la cocina. Contestó que no cuando le ofrecí un café o algo de beber, pero después, viéndome sacar la miel me preguntó si no tendría algo de aguardente.
Fue oportuno porque Valle Inclán me había bebido la última botella pero esta misma semana lo había traído de León, aunque el orujo era orensano.

¡Estupendo!, dijo el chepudo con el primer trago y de pronto se enderezó, metió la mano en la chaqueta, agarró la joroba y sacó un cojín que posó en una silla. Era un hombre alto y de complexión fuerte. Quedé perplejo.
Soy un actor galego amigo de don Ramón que sobrevive como puede. Él no siempre es tan generoso como presume, sobre todo porque está muy solo. Desconfía hasta de mín que soy su colega y aínda mais , ¡su enfermera!.
¿Está enfermo?
No, no, negó Satur ya totalmente transformado en otro hombre, relajado. Terminó de un trago el orujo. No mucho peor que ayer, dijo sonriendo.

Más rojo putero

Es golosón Saturno, se comió dos cucharadas de miel y se sirvió otra copa. Carraspeó lavándose la garganta con un sorbo y siguió hablando.

Vengo a pedirle un favor.
Dime, y tutéame, ¿seremos de una edad, no?
Cincuenta y siete.
Del 54, como yo.
El caso es que mañana a las doce de la noite vendré a buscarle a Xufre por orden de don Ramón. Quiere celebrar mi santo y al parecer ya estuvo aquí para anunciárselo.
Así es, pero no sabía que vendrías tú a buscarme. Y pensaba que era el martes.
El martes también, pero lo que quiero hoy, además de darle el recado, es prevenirle contra las locuras del viejo.
¿Por?
No sé qué fantasías se ha fabricado que pretende  terminar la fiesta en un puticlub.
¡¿Cómo?!
Dice que le gusta eso del rojo putero y que quiere conocer a las pupilas del Narizotas, que es como chama a un macarra de Vijo que se parece a Fernando VII, uno que estuvo en la legión, traficante de todo, que surte a don Ramón de haschís y alcohol.
Sí, algo de un legía ya le había oído.
Le ruego encarecidamente que no atienda las sugerencias de Valle y que trate de templarlo. Pasaremos la noche juntos y yo le ayudaré en ese menester. Y apuró la segunda copa.
¡Caramba, veo que eres un buen amigo del viejo y te preocupa!
La mitad de esas putas son yonkis y la otra mitad tiene gonorrea, y hasta ladillas.
De eso ya no hay.
¡¿Que no?!,  ¡como elefantes!. Y se levantó.

No tuve ladillas para preguntarle si lo sabía por experiencia.
Recogió la chepa y añadió para despedirse, como advertencia, Tenga cuidado con el chibuquí de don Ramón, el Narizotas le pasó un chocolate que Valle dice que es kaschmir pero a mí me parece cecina de caballo. Está tan fuera de sí últimamente que no atina. Confío en usted. Gracias por todo.

Y se fue.

Yo volví a la cama.

Como suponía, es demasiado largo el relato completo de los sueños, que se prolongaron por dos noches y que me va a obligar a otra u otras dos entradas.¡Con las ganas que le tengo ya a ese coñac que Valle guarda en su bodega y, más que nada, al chibuquí del sultán!

Prou por esta noche, plegamos y arreando, que diría mi buen amigo.

Hasta mañana.

Ato Rao.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Amanita muscaria


Amanita muscaria recién salida de su volva
León 2011

Entre las varios espectáculos del otoño maragato y leonés en general están las setas y la de los enanitos es quizás la más espectacular de colorido.
Junto a ella aparecen algunas otras especies, pero suele ser bastante impositiva y donde predomina sale por docenas y puede invadir un área amplísima sin apenas competencia.

En la zona donde fotografié éstas, próxima a Astorga, salían en otros tiempos Amanitas cesáreas, una de las setas más ricas, pero siempre lo hacían escasamente y faltaban muchos años, sólo recuerdo una ocasión en que en determinados lugares se llenó de ellas. Supongo que se debió a unas condiciones de humedad, temperatura... ideales para su desarrollo. La Cesárea es  muy sabrosa pero caprichosa y escasa.
La tercera Amanita que frecuenta el mismo nicho ecológico es la Phaloides. Es una de las dos setas mortales de nuestro país, la otra es el Cortinarius orellanus.
El Cortinarius no es muy frecuente y son más raros los casos de intoxicación. Pero la Phaloides es una seta muy común, con un aspecto blanco oliváceo bastante atrayente que se puede confundir con algunas Psaliotas del tipo champiñón, u otras amanitas comestibles.

Este otoño se han producido algunas intoxicacionres graves debidas a un especie de Lepiota. En los noticiarios hablaban de lepiotas en general sin especificar la especie, olvidando que algunas de ellas, la Lepiota procera, la Macrolepiota, Parasoles, son comestibles y de las especies más consumidas del país, y omitiendo advertir de la característica que evitaría el envenenamiento por esa Lepiota en concreto, venenosa. Sólo las Lepiotas más pequeñas pueden ser venenosas, en concreto la Cistata, y se evita el problema, si no se conocen bien, no consumiendo setas cuyo sombrerillo sea inferior a 6 cmts. de diámetro (la Cristata no supera los 4).

La Muscaria no es mortal salvo que la dosis fuera alta, pero es venenosa y causa intoxicaciones graves, con alucinaciones debidas a la Muscarina y otros alcaloides, presentes sobre todo en la piel.
Durante los años 70 y 80 del pasado siglo -¡cómo suena de viejo esto, si esta ahí!...-, se registraron muchos casos de intoxicación entre la comuna hippie que acostumbraba a prepararse tortillas de brujas, que dieron más de un susto y tal vez acabaran con el hígado de alguno, y eso que las pelaban.

Amanita Muscaria.
 León, noviembre 2011

Por ello nunca nos cansaremos, queridas pequeños, de recomendar precaución y que consultéis con vuestres farmacéuticas antes de dar cualquier paso en el sentido de la automedicación.
Como en el caso del Stramonium del que ya dimos cuenta y advertimos aquí de su peligrosidad, es la información veraz y no la ignorancia y el mito lo que nos ayudará a distinguir la paja del grano. Y a desechar el peligro que siempre acecha en el paseo más inocente. ¡Cuidadíííinnn!

En León aparecen en cualquier parte, pero con preferencia en estos bosques caducifolios antiguos de robles y encinas.

Son más peligrosas cuando llueve y el agua lava los sombrerillos, entonces adquieren un tono más anarajado y se pueden confundir con Cesáreas.
La prueba de fuego en estos casos, puesto que todas las Amanitas salen de una volva y la conservan en el pie hasta que mueren, y todas tienen anillo si no lo perdieron, es el color  de las laminillas y del pie, ésa es la clave. Los de las Muscarias son blancos, las de las Cesáreas color huevina, anaranjado, melocotón suave, como su maravilloso sabor.
La mayoría sabréis que los puntos blancos del sombrerillo de las Muscarias son los restos secos de la redicha volva.

Amanitas al sol del otoño
León 2011

Os dejo una vez mais con el Camarón. No había querido hasta hace un par de días meterme con él por el peligro que supone llenar el blog con su voz, dado que nos emociona como nadie. Lo he conseguido retrasar cuatro meses, pero ya no aguanto.
Estos días que he buscado vídeos para acompañar los textos, me tropiezo con él de vez en cuando y creo que ya es hora de que saque a relucir a uno de nuestros monstruos más queridos.
El hecho de que muriera nos echaba para atrás porque, como dije el otro día, no quiero que esto termine convirtiéndose en un conjunto de citas necrológicas. Pero es imposible eludirlo y mucho más que eso. Espero dedicarle más de un rato si continúo con esto.

Pero es que además aquí canta y toca la guitarra, y acompañado por otras dos guitarras, Moraíto Chico a su derecha y Raimundo Amador a su izquierda. Los tres jovencísimos y Camarón sembrao con todas sus facultades intactas. Y el Moraíto ya era un colega...
Raimundillo, con un jersey rojo muy llamativo, está que no se lo cree. Mira al Camarón con una mezcla de admiración, respeto y alegría que no le cabe en er cuerpo, mi arma! Es puro nervio.
Se le ve rasguear la guitarra con esos dedos finos y rápidos de la juventud que llaman la atención del propio Jozé.
Están los tres inspirados y contentos..., conjuntados y disfrutando, ¡y del cuadro gitano que les montaron qué decir, todos felices!, al Camarón hasta se le quiere escapar la risa, era otro gran tímido... 

Bulerías del niño perdío.

http://www.youtube.com/watch?v=c0IjXJRfmDk&feature=related

Salud, γεια σας!

Ramiro.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Jotas y fandangos


León 2011

Todavía conservo una buena selección de fotografías del primer día que pasé por León a otros menesteres que me impidieron ver a Andrés Edo. Creo que serán suficientes para hacerle reír porque son de lugares por donde pasea a Popa, su perra.

Ha vuelto a circular la portada de  Los Peperos Escozíos  en estos días de recambio en las listas de éxitos macarras. Aquí nos cantan una jota aragonesa que parece una actualización a lo bestia de Las Madres del Cordero de Moncho Alpuente y compañía, también maños.
Ya se cantaba en nuestra juventud, en todo el país, con la misma letra y parece que algunas cosas vuelven, de las cachondas como ésta y de las chungas como esos caretos y, lo que es peor, esas políticas  contra la mayoría.

¡Chúpame la minga!

http://www.youtube.com/watch?v=ABwyewSqumE&feature=related

Para dejaros buen sabor de boca después del mamoneo de la minga voy a poneros un par del Pulgazito, de su último disco  No me morí y Venga fiesta.
Prometí volver con él más adelante y lo haré, pero antes iré colocando poco a poco las canciones que faltaban para ilustrar lo que escribí del Púlgar en Música española, y de otros en ésta y en las otras etiquetas de música.
Ayer vi y anoté unas cuantas y me llevé alguna sorpresa que no conocía. No es el caso de las que colgaré hoy, que ya vimos y escuchamos con anterioridad. Echo en falta, en el caso del Púlgar, algunas de las mejores del disco, como el Manchaíto sobre todo, pero...
Ésta responde a un juego de palabras, un palabro, al que tan aficionado es el mi Pugarchito. Se titula Elarte (El arte, helarte).

http://www.youtube.com/watch?v=JfGOBYdrLKg&feature=related

Y como no hay dos sin tres despediré con un tema que yo suelo denominar, junto a otros suyos del mismo estilo,  Música para puticlubs.
También de su último trabajo editado, este Quien tiene aquí la tontería, uno de mis preferidos.

http://www.youtube.com/watch?v=MJu_Fe8ZLPA&feature=related

Los fandangos los dejamos para otro momento.

Salud y buena música.

Barbarómiros.

P.D. Ahí van los fandangos, del Camarón con Tomatito a la guitarra, en directo en Málaga 1990.


Ra.

El estornino versicolor


Oviedo, octubre 2011

Parece que me leyó algo más que el pensamiento Andrés Trapiello el otro día en su artículo del semanal, Fábula moral con estorninos, aunque calla como un afogao y no dice nada de la dedicatoria que le hicimos en Humor y prensa, dedicatoria algo amarga, lo sé, teniendo en cuenta el dramatismo de la canción, To yelasto pedí, El niño sonriente. Tal vez ni se enteró.
Nosotros no somos rencorosos y lo seguiremos leyendo haciéndonos a la idea de que dialogamos de alguna lejana manera.

Digo que me leyó la idea porque esta semana pensaba escribir precisamente sobre una curruca parda, pariente suya, nacida en León pero residente en Xixón, no muy lejos del lugar de sus ancestros, pues todos ellos son originarios de las Asturias.

El tordo, como le llamamos en León, es un pájaro algo mayor que el pardal pero más esbelto y gracioso, con un plumaje negro brillante que al sol reluce con irisaciones metálicas, como el de los córvidos o el negro urraquil.
En invierno, cuando muchos se llenan de motas blancas, los pintos más que otros, parece que les hubiera nevado encima.

El Sturnus trapiellensis, subsp. caesarensis, es también llamado versicolor porque ni es pinto, vulgaris, ni negro, unicolor, sino todo lo contrario y viceversa.

Conocimos a este ejemplar casi al mismo tiempo que al Mirlo rubio, en las estepas leonesas y en el Barrio Húmedo, para quien no lo conozca, húmedo de vino, sobre toda humedad.
Dadas sus extraordinarias dotes vocales, como también nos recuerda su primo Andrés Trapi, ya que imita a un sinfín de aves como hace el Carricero políglota, la Curruca Pulgueña de la que ya hablamos aquí, el estornino Caesarensis llenaba con su voz de tenor las bodegas proletarias cantando los himnos revolucionarios de la transida extremaunción perifranquista, o asín.

It don´t mean a thing but a´int got that swing, played by er Purga, el políglota, a lo Duke Ellington, monajós:

http://www.youtube.com/watch?v=1IsibY60wzI&feature=related

¡Autonomía de la clase, todo el poder a la asamblea!

Éramos pájaros tan pobres que hacíamos las pintadas con ceras infantiles, de las sobras de la escuela, pues el Trapiellensis aspiraba a entrenar a otras jóvenes canoras y ya reciclaba material de desecho en los años de plomo.
Tardábamos tanto tiempo en escribir la palabra Libertad que casi siempre nos quedábamos en la r  o en la  t, llegar a la  a  era un triunfo: o aparecía la policía o se nos acababan las ceras y sólo podíamos terminar con sangre, o con mierda.
A veces volvíamos la noche siguiente a poner la d, que ya era la (d) de Dios.

Oviedo, octubre 2011

Pero pintábamos una libertad multicolor porque había ceras de todos los tonos del arcoiris. El Versicolor leonino estaba en su elemento.

El tordo Caesarensis siempre fue un culo inquieto. No paraba y sigue igual. Está metido en todo y es de los inagotables que no sabes de dónde saca el tiempo y el humor para intervenir en tantos fregaos.
Además de los asuntos relacionados con su labor de pedagogo de pardillos y curruquinas, acompaña su versátil voz con el toque de la trompeta, la trompa, el clarinete y demás sopletes no alcohólicos, con mucho aprovechamiento. Lo que no le impide soplar otras chucherías líquidas.

Realmente entre las currucas pardas de esta etiqueta podríamos montar una orquesta que haría las delicias de cualquier corral bacilón.

Es menos cosmopolita que el Carricero Pulgueño y no tan deportista como el Blasensis, porque le gusta tripear, cosa lógica teniendo presente su actividad febril, pero es un improvisador musical nato y gran conocedor de los ritmos negros, cubanos o jazzísticos.
Y su fraseo puede llegar a encandilar tanto por su variedad como por su gravedad, del mismo tenor que su voz.
Esta característica lo aleja un tanto de otras especies de estorninos que tienden a los registros agudos.
En tiempos cavernícolas el entrenamiento vocal era penoso. Vean si no a los Toreros Muertos en plan Falangista:

http://www.youtube.com/watch?v=qot8eITOO5s&feature=related

Pero el abuso de esa voz privilegiada, como al Blasensis, le ha llevado al quirófano. Son canoras entregadas que han echado el resto en el embite y con él la vida mihma. Ya no pueden imitar como en sus años jóvene a los jilgueros, ruiseñores y otras avecillas de canto melodioso como la dulce filomela.

El soto y su donaire
en la noche serena...

Pero dejemos la melancolía que el Trapiellensis, aunque es otro tímido que enrojece a la mínima, es pájaro con espolones crecidos y sólo llora a tiro fijo. Que hay mucho pobre mudo a quien sólo se le oye el llanto.
Se defiende con la voz que le resta, con la que ha ejercido de agitador radiofónico y otros cancios de ida y vuelta en lo del culo moyao. Y ahora es capaz de reproducir registros tan profundos que te levantas de la silla asustado cuando los escuchas.

Lector igualmente incansable, traficante de libros prohibidos en la clandestinidad, vendedor de   ratoneras, como Saturnino el criado de Valle-Inclán, pero a los gatos, tendría corte de viajante, arriero, cura, tratante gitano y bodeguero, si no fuera por la retranca nada maliciosa comparada con la de los otros pajarracos mencionados.
Algo que se me olvidaba y que me acaba de recordar él mismo, ¡es un pedorro contumaz y los tiene de siete u ocho clases! ¡Qué barbaridad!

Y acabamos aceptando la sugerencia de Andrés Trapiello, el pariente del Caesarensis, para que escuchemos las imitaciones del Pájaro lira, muy buenas, en efecto.
Nosotros insistimos en nuestra Carricero políglota, nada exótico, pero que tiene acreditadas no menos de 212 especies en su repertorio imitativo.

http://www.youtube.com/watch?v=qGj_F8UdTjQ&feature=related

Salud, currucas.

Cannabina Carduélis, pardilla común, sbsp. rebétissa, psilikosa. (ψυλικόσσα και ρεμπέτισσα)