viernes, 22 de julio de 2011

La falacia de curso legal -2


Se me escapan y no me gustan las cifras macroeconómicas, no quiero oír hablar ni de la balanza de pagos o cobros, de la sobrina de Riesgo, ni del producto interior bruto o sutil, porque ése es su lenguaje, el de los ladrones, lo que no significa que todos los que lo usan lo sean.

Le decía a Jesús Aller, Manrique, ¡vaya apellido de solera poética y maragata!, que sí me gustaría opinar sobre algunos aspectos  pésimamente tratados por la prensa europea más zote y colaboracionista.
Empezaré por la falacia más repetida y que más daño está haciendo a la verdad y a Grecia. Sospecho que la agresión no es inocente, porque quienes la propalan no creo que lo hagan por desconocimiento de la realidad, y si es así peor, ya que las consecuencias que se derivan de ello suponen condenar, por igual, a víctimas y a verdugos, una vieja técnica de los voceros de los auténticos mafiosos en esta historia.


Grecia 2011


Oigo decir, una y otra vez, que en Grecia hay una corrupción generalizada, que todo el mundo, del más humilde al más grande, roba, defrauda, prevarica o trapichea. Como si viviéramos en el país de las maravillas y sólo tuviéramos en nómina a un corrupto y a su hermano o fuéramos ejemplo de algo. Pero es que, además y sobre todo, es falso. Sería como llamar explotadores a todos los que usan  la expresión ´deuda externa`, que comentábamos antes, o consideráramos mafiosos a todos los que viven en Calavria.

El pueblo griego es el mejor ejemplo en Europa de una cultura solidaria,  entre otras razones por eso se le ataca con esta saña.
Es casi su modo de vida y su carácter, su idiosincrásia. Un modelo que se aplica a todos los niveles de la realidad griega y que puede alcanzar también al extranjero que los visita, por su alto y vivo sentido de la hospitalidad.
A menudo me parece un sistema tan perfeccionado que pienso si no obedecerá a formas de organización muy antiguas, ya estilizadas, de su edad de oro.

No mencioné a Calavria y a la mafia para sobrar como ya sospecharéis, ni para conjurar con dos palabras  esa bicha mafiosa que muchos mentan y que, insisto, es falsa de toda falsedad. En todo caso funciona, y muy bien, la mafia del dinero, como aquí, ahí, allí... .
Fueron griegos los fundadores de las primeras ciudades  de Sicilia y el sur de Italia,  y griegos kalavreses del Peloponeso los que conservaron, hasta hoy mismo, las costumbres y una variedad del griego que todavía se habla en esa zona, y sigue existiendo comunicación entre las dos regiones.

Naturalmente la solidaridad empieza por lo más cercano, por la familia, los amigos, los del pueblo, la región..., y así va creciendo en una red de apoyos mutuos, no corrupta, solidaria, concepto que implica reciprocidad e igualdad.
Es una relación horizontal entre iguales, no la organización mafiosa de unos capos y sus familias -que eso es el capitalismo-, de donde emanan el poder y las órdenes, una organización vertical fascista. Es más, esta reciprocidad sólo se ve interrumpida entre clases. Las leyes que rigen sus relaciones son las mismas que en el resto del mundo capitalista,  y las luchas y contradicciones idénticas, con predominio  aplastante de la negociación política reformista a través de los agentes sociales.

Ese sentimiento de pertenencia a una comunidad, que se parece al nacionalismo sin serlo,  porque es prepolítico y prenacionalista, y de ayuda mutua, como en nuestras cristianas, ácratas e históricas
Filantrópicas de jornaleros, éso, está mucho más arraigado en Grecia que en parte alguna. Quizá porque ha sido un pueblo de resistentes, en un terreno pobre pero disputadísimo -documentado-, y han tenido que sobrevivir por encima de todos los atropeyos que han sufrido, porque de eso se trata, de   s u p e r v i v e n c i a,  como siempre.

Del mismo modo se desenvuelve el resto de la vida griega, incluyendo una picaresca irrisoria del proletariado, no de la clase media, aquí más numerosa y predadora,  apenas emergente en Grecia y que,  por supuesto, defrauda también lo que puede,  pero que, en cualquier caso,  no supone nada en el socavón griego provocado por los ricos propios y sus amigotes ajenos.

Seguiremos informando.

Yasas, salud.

Ramiro Rodríguez Prada

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