martes, 6 de septiembre de 2011

Atenas -3

María vive en España pero nació en Atenas y la pateó de día y de noche hasta que terminó de estudiar. Ahora tiene miedo de moverse por algunos barrios y de noche sólo lo hace por unos pocos. Lo único bien vigilado, además de las embajadas, el parlamento y las residencias de los políticos, son los bancos. Y no es que estemos reclamando más policía.

Ni ella ni nosotros hemos tenido problemas. Tal vez no aumentara la delincuencia más que en otros países, lo que sí aumentó es la sensación de inseguridad. Y aquí topamos con el prejuicio número uno, porque el miedo se asocia al incremento de la pobreza visible, entre la que se incluye a los drogadictos, yo diría que muy deliberadamente visibles, aunque no mucho más que algún otro año, como creo haber apuntado ya. En todo caso nosotros nunca nos sentimos amenazados por ellos.

El crecimiento de la población extrajera, emigrantes económicos, desplazados, exiliados políticos, etc., es muy evidente, pero no mucho más que en Madrid o Barcelona, por hablar de nosotros. Lo que también parece clara es la diferencia en las condiciones de vida de unos y otros emigrantes. María decía que Grecia había permitido la entrada indiscriminada de una población muy necesitada, a un país en el límite de sus fuerzas, que no podía ofrecer ni trabajo ni ayuda a esas personas porque no estaba preparado y, exhausto, no tenía ya servicios ni para los griegos. Es muy posible que tenga razón.

Hablaba antes del peligro de asociar emigración y delincuencia porque ése ha sido siempre el corolario del fascismo. Hay que buscar una cabeza de turco en tiempos de crisis y se culpa al otro, al extrajero o al diferente.
Hemos ponderado aquí la virtud de la hospitalidad griega, pero eso no nos impide ver la dejación institucional, ya legendaria, la imprevisión o, mejor, la ausencia de planificación y ejecución gubernamentales, y la falta de respeto generalizado por lo público. Cuanto más arriba más grave. Y hablo de los griegos no de los emigrantes. Como si hablara de los españoles, que allá nos vamos.

Odio clasista
Atenas, agosto 2011

Cada uno con su cuota de responsabilidad, de acuerdo pero, cuidado, no democraticemos la culpa, que no contamina lo mismo el vómito de un yonki o la colilla que un paisano tira en la playa que el dueño de una refinería de petróleo, ¡que la tira en la suya privada!...
Y con esto de las colillas estaban sensibles los griegos este verano, creo haber oído que cada día se tiraban en sus playas medio millón.

Las colillas de las calles, eso son los yonkis, de las plazas, de los pequeños y escuálidos jardines de Atenas. Como los emigrantes, tienen todas las papeletas para concitar el odio en tiempos difíciles. Pero ellos sólo se dejan querer por una dosis y parecen  muy dispuestos a morir por ello. Ni siquiera somos capaces de procurársela en las mejores condiciones y los obligamos a convertirse en sombras de sí mismos, ahí, escatimándoles el consuelo, como torturadores,  gente rácana, una medicina que vale una mierda en todos los sentidos, pero cuesta muchas vidas en sentido estricto.
¿Quién se beneficia de de este sinsentido? El dueño del sentido y del marrón. La Suciedad Anónima.

Resumiendo, no es lo mismo el dedo en la llaga que la llaga en el dedo. La sensación de inseguridad no sólo es deseable sino necesaria porque justifica la presencia de policía pública ¿vigilando?, no por cierto, guardando el dinero de los bancos privados, y explica el incremento de las policías privadas, apalancando la pasta trapicheada a lo público y velando el sueño de los ladrones. Y de paso se disuade a posibles recalcitrantes, que son a los que de verdad temen. Aunque siendo rigurosos, ¿cuándo el poder necesitó excusas para proteger su dinero?. Lo hacen porque les gusta lucirse y bacilar... .
Este es el auténtico mundo furris y no el yonki terminal que no tiene fuerzas ya ni para morirse. ¡A otro perro con esos tristes esqueletos!

No podría despedirme de Atenas sin dedicarle una de cal, aunque sólo sea una mano ligera. Lo haré otro día. Salud, yasas!.

Skylorómiros.

2 comentarios:

  1. Querido Psilicosis.-

    Veo:

    1.- Con tristeza.- La pérdidad de ese lenguaje un tanto subrealista que tanto me gustaba descifrar. Ornírico y como tal, kafkiano.

    2.- Con alegría de ver que de nuevo Grecia te ha despertado de tu letargo invernal y vuelves a ser ese lúcido crítico de lo que le rodea.

    Así que escucha a tu amigo Teach y su ruego de que no te dejes vencer este invierno por el letargo osuno de las cercanias del Pajares y, con el azul intenso de este invento llamado Grecia en tus ojos, nos ayudes a tus seguidores a ver los grises matices que nos rodean.

    Y sigue pintando. Que Van Gogh, tan académico en un principio, cuando empezó a oir las musicas de las esferas, hasta lo intentó hacer de oido (aunque equivocó la técnica)

    He comprado el libro de A. Escohotado

    C.Teach

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  2. ¡Gracias Capi! El libro es una joya. Con Escohotado tuviste que coincidir en Ibiza. Es una pena que se silencie a un hombre de su talla frente a tanto psiquiatrín-forensín-fantasmín. Claro que, hace unos años, cuando le daban la palabra en los medios, le ponían alrededor a una jauría de lobeznos maleducados que no le dejaban hablar y cuya ignorancia ofendía la poca inteligencia de quienes asistíamos al descuartice. Y los periodistas que habían preparado las encerronas eran tan tontos que sonreían pensando que lo estaban haciendo muy bien, que aquello podía colar como un debate imparcial. Yo miraba al Antonio, entristecido, él y yo y cualquiera, y pensaba, ¡Cómo se puede maltratar así a la inteligencia en este país!. Que te voy a contáaa que tú no sepas...
    Y, por lo demás,trataré de seguir tus consejos. Es cierto que tengo un poco olvidados a los zombis geniales y a las gallinas..., Gila me perdonó y a don Ramón no lo veo desde que empezó el Meltemi y eso que el viento enloquece. Yo sigo echando en falta las crónicas del Teach.
    Salud y buen regreso al nido, curruquinas.

    Ramiro.

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