viernes, 7 de octubre de 2011

Oscar Niemeyer -4

Crucé algún correo con Alberto, el Capi del Teach, que me tomaba el pelo, cuando puse aquí las fotos del Niemeyer de Avilés y de una casa de vecinos muy modelna, de colorinos, lo conté en esta etiqueta, en Gallineros y pollineros. Le decía que yo no podría hacer de moska kojonera con él en asuntos arquitectónicos porque no es mi fuerte y él es arquitecto, sólo cuento con mi buen o mal gusto y el interés del curioso al que pocas cosas le son ajenas.

El Niemeyer desde la terraza de la cafetería
Avilés 2011

Recuerdo esto ahora porque estamos en plena polémica en Asturias por la gestión y el rumbo que tomará el Centro Niemeyer.

Comparto algunas críticas sobre el poco peso cultural de muchas de sus actividades, pero lo mismo podríamos decir de Laboral Gijón. ¡Y del Bienlaclava, kala trava en griego, de Oviedo pa qué hablar!.

La conserjería de cultura socialista tomó decisiones  tan arbitrarias como la destitución del Ferreiro, creador y otrora director del Museo Etnogáfico de Grandas de Salime, o la persecución de buenos profesionales arqueólogos y el premio a los incompetentes del pesebre. Su deriva fue penosa. ¡Que no basta un pañolito al cuello para ingresar en la modernidá, conserjerina!
Y con la derecha asturiana más cutre en el gobierno los modos tan primitivos de plantear este debate son también comprensibles.

Si el Principado pone el dinero parece lógico que dirija el Niemeyer, pero debe intervenir con cautela sin dañar su imagen, por el interés de todos, y poner en práctica los criterios de calidad que pide a sus actuales directores o programadores, donde prime la independencia de la dirección artística sobre la política, antes que nada. Cosa bastante improbable gobierne quien gobierne, y más si los amos son los carpetovetónicos.
Menos plantes y más acción constructiva. Se puede ser elegante llevando madreñes, zuequiños de madeira o tacón de aguja, pero el elefante calzó cascos para entrar en la cacharrería.

Avilés tiene el equipamiento y el lugar de esparcimiento que necesitaba y ahora lo que interesa es aprovecharlo y darle marcha, con gente de aquí por supuesto, pero también de cualquier parte si tiene cosas buenas que contar.

Hay detrás de la bronca el más feo revanchismo y mucha cizaña. El Centro es una obra de los socialistos, contestada desde más de un frente, sobre todo por su alto precio o su apuesta por el hormigón y una arquitectura espectacular, aunque a nosotros los edificios nos parecieron más pequeños que en las fotos. Es grande el conjunto con la explanada. Pero está hecho y renunciar a ello sería como negar la Capilla Sixtina porque Sixto IV Areces fuera un sátrapa o un mataturcos mientras el pueblo sufría, y no estoy comparando la belleza de ambas obras, hablo del sinsentido de la tabla rasa.

El precio de estas operaciones fantasiosas que pagamos todos, frente a las necesidades reales cotidianas de la mayoría de la población, que trabaja media vida para tener un pequeño piso de 60 metros perdido entre otros miles idénticos, y el abandono total o parcial de  otras propuestas culturales, consolidadas o no, hacen que resulte más sangrante el grandonismo de este tipo de arquitectura. Sangre sobre el blanco impoluto de muchas de esas obras. Y lo que nos hace estar en contra.

Hay aspectos positivos, estaría bueno. El fundamental la recuperación para el asueto de la ciudad de terrenos de la Ría muy contaminados cuyo saneamiento debía abordarse, o la belleza de algunas perspectivas ganadas a un espacio abandonado que parecía  existir a espaldas de Avilés, como su inútil, sucia y húmeda trastienda.
La funcionalidad y utilidad del complejo lo dirá el tiempo y dependerá también de la calidad de la oferta cultural que mencionamos al principio.

Y, para terminar, es la ciudad de Avilés quien  tiene la última palabra, los ciudadanos concretos que son los primeros que disfrutarán del Niemeyer o le darán la espalda, de su participación debería depender su futuro y no de unos u otros políticos, siempre oportunistas.
Hasta hoy la más activa parece la cafetería y no demasiado. Ya veremos.

Era sobre la construción en Grecia sobre lo que quería hablar colgando algunas fotos alusivas pero la actualidad local se impuso hoy.

Salud.

Tinín del Res Ortín.

2 comentarios:

  1. Tendremos que ir a a verlo de cerca.

    De momento, y fuera de contexto, la foto que incrustas es muy apetecible como espacio, pero si a la arquitectura (archi-textura=lo que está mas allá de la textura) le restas la función, solo queda escultura.
    Y eso es otra cosa.

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  2. Salud, Capi. Ahí le has dao, vinid a verlo, os esperamos.
    Hasta ahora lo menos funcional es la actitud de los políticos: cerrado no queda otra cosa que un espacio para pasear y, sí, la escultura. Por eso la polémica me parece más cainismo nacional que otra cosa. Y la discusión económica y estética ya es irrelevante e inútil con la obra entregada. Otra cosa será la dotación actual, clausurado es más barato.
    Besos. ¡Animaros!.
    Ramiro.

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