sábado, 26 de mayo de 2012

Puertas carretales -3


San Justo de la Vega. León 2011.

Gacho

Cambié la posición del ordenador, me sentaba de espaldas a la ventana que da al patio de luces. Ahora, además de la luz de la pantalla, puedo ver también la del sol que empieza a entrar este mes en la cocina, un pelín y de refilón durante una hora, en el fondo de este pozo habitualmente deprimente. Parece una tontería pero ese cambio de perspectiva me animó un poco hoy, un día precioso que sin embargo a mí me pilló bajo de fuerzas.

Anoche pensé que no podría terminar esa pequeña historia de Sindo. Al final remonté un poco y la  cerré a las dos y media de la mañana. Las pocas horas de sueño, y eso que con calor suelo dormir mejor, no consiguieron restablecerme y hoy, como dicen los griegos, sigo kaimos, o en asturiano,  gachu.
Tuve un día de muchísima actividad ayer y a veces no medimos suficientemente el esfuerzo, ya toy vieyín, lo sé y la generosidad a ultranza, el derroche o el exceso se ven limitados por la naturaleza que ya se encarga de recordárnoslo si lo olvidamos.

Y ya me vengo quejando de que la notable mejoría del tiempo, el aumento de la luz y demás signos de la cercanía del verano en lugar de animarme ponen en evidencia el contraste oscuro de mi encierro. Sería el momento de agarrar cartulinas, acuarelas y espátula y salir. No lo haré, pero sería lo propio.
Ya perdí los seis kilos que gané el agosto pasado en Grecia. No disfruto de la vida y el sol reales, día y noche aislado pensando en islas.

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Detalle de los paños y remaches de un portalón.
San Justo. León 2011.

El patio de mi casa

Cuando una nube oculta al sol aquí se hace de noche.

Cuando reaparece

amanece.

Son muchos días y noches en una sola mañana soleada y nubosa.

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El grupo Late ensayando "All these faces".

Modelo con arco de ladrillo visto y triple hoja.
San Justo de la Vega. León 2011.

Numerolomía

Estuve jugando este mes con el nº de entradas en las etiquetas, unificándolas en diecisietes, veintisietes, treintaisietes, veinticincos, etc.
Casi desde el principio quise llevarlas emparejadas, pero pronto me di cuenta que sería imposible y unas engordarían más que otras. Ahí está por ejemplo ese Alfabetos, cajón atrófico de palabras, saco acromegálico de lenguajes, abriendo la disidencia a lo bestia. O los prototipos griegos con un cinquín pelao.

Como ya no era posible el equilibrio me lancé a los emparejamientos, tríos, cuartetos, quintetos y demás orgías numéricas. También a las cifras finales, el 3, el cero..., pijadas para entretener la vista y quizá conseguir alguna otra sonrisa de algún inocente. Pero no hay mancias, ni Kábala ni Numerología, diversión y sólo eso.

Lo que sí hay también es un cierto gusto estético por la cifra, por su dibujo, su sonido, a qué huele un ocho, si rasca un uno, quién acompaña al dos. Por eso debe ser que nunca se me dieron bien las muertemáticas. Sólo veía con claridad su valor extrínseco, demasiado abstracto el aritmético.

Dado que en esta tesitura el signo es caprichoso, y voluble la cantidad que representa, hoy lo mismo quiero al seis que mañana odio al nueve.

¡Hombre, también aprendí a echar mis cuentas!. No siempre salen o no cuadran, pero el desfase, cuando lo hay, es escaso porque el saldo es humilde y limito las expectativas.

Y ahí sigo con la brocha. Después de los sietes no sé por donde me dará. El cero siempre es una tentación, tan redondín y cerrado en si mismo.
Lo curioso es que en estos párrafos, aunque los titulara así, Numerolomía, y comenzaran con ese tema, sólo quería hablar de que la mayor tentación en este momento, floho-floho, es la etiqueta Perdío, independientemente del nº de post que en ella tenga. Pero me lié una vez mais y el daño está hecho.


Portón enclastrado en pared de ladrillo.
San Justo. León 2911.

Cinquillo blasfemo
(Matemática antigua)


Perdido como un tres
en el garaje a solas me desnudo
arden los cuatros tremebundos
de los tricornios fieros
en un dos

En la pareja sorda
de los ochos
sube una tarde verde
hasta el charol

Hace un siete recortado
y negro un nueve
exhausto y encorvado
más dos treces
y yo me cago en diez
por no citar a dios

Ramiro Rodríguez Prada

(De 'Interrogatorios y otras Partidas perdidas'. 2012)

Τρυπες - Ολα ειναι δρομος.  Agujeros - Todos son camino. 



Υγεία, Salud!

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