martes, 19 de junio de 2012

Puertas de pajares


San Justo de la Vega. 2011.

Buenos días. Había puesto otra fotografía de este tipo de puertas en uno de los capítulos de las Tapias, que normalmente se sitúan en la parte posterior de las casas sirviendo de acceso a los pajares.
Este modelo en concreto es más escaso. Se trata de una puerta en la planta baja de la casa pero para un pajar, no para uso de animales que es lo más común. El pajar en el primer piso es lo frecuente, con un suelo de tablas más o menos trabadas, importa la buena ventilación, y un hueco de comunicación con las cuadras que están debajo.

Por ese motivo tengo muchísimas imágenes de ventanas, pero de ese otro modelo en el primer piso, más pequeñas y desde las que se llenaban los pajares arrimando el carro cargado de paja a la casa.
Hay otro modelo más aparente, parecido a este de hoy en el tamaño, es decir grande, más puerta que ventana, del que se conservan mejores ejemplos y que subiré en los siguientes capítulos, pero también situados en el primer piso, como las ventanas, que llegarán ¿en los posts sucesivos de esta etiqueta?. Veremos.

En la imagen superior podemos ver una puerta de entrada a un pajar que sitúan a medio metro del suelo para evitar las inundaciones. Si se moja la paja, fermenta y pudre y es inservible como alimento para el ganado. Por eso son recintos que necesitan una buena ventilación y estar saneados de humedades. Algunas de las casas donde ponían el pajar en la planta baja tenían bodega con lo que los pajares podían conservar el piso de madera y la aireación inferior. Otras asentaban el piso, siempre de tabla, unos centímetros por encima del suelo.

Las aberturas en forma de gateras o ventanucos en puertas y ventanas, con o sin telas metálicas, también para ventilar, son muy comunes. Tanto como los butrones y agujeros en la propia pared, de los que ya hablamos poniéndo algún ejemplo. También les llegará su monográfico.
La pared es de tapial y el apoyo de la puerta y probablemente el dintel que no vemos, tapado por un revoque de cemento y arena ya deteriorado, son de adobes.

Llama la atención el contraste del tamaño de los cantos rodados en la composición de la tapia con la imagen inferior, de grano grueso a todas luces, no raro en las casas, pero más frecuente en dependencias y murias de huertas. Más tosca sí, pero a priori no parece que el tamaño de las piedras afecte ni mucho ni poco a la consistencia de la tapia, es más una cuestión de disponibilidad del material y acabado.

San Justo. León, 2011.

La próxima entrada estará pues dedicada al segundo modelo del que hablé arriba. De esta imagen no hay gran cosa que comentar, la conjunción del tapial y el ladrillo, añadido aquí mucho después de que la tapia fuera construida, para sustituir un probable marco de adobes estragado, ya lo habíamos visto en los capítiulos correspondientes, incluso unidos en la obra original.

Espero poder volver a la fantasía, si tengo fuerzas, en los siguientes días porque estoy cansado de ocuparme de tanto chorizo cular, aunque comprenderéis que es dificil eludirlos, incluso ignorándolos nos joden vivos igual. Esa es una de las razones de la imposibilidad del apoliticismo y de la ingenuidad o malicia de sus seguidores los apolíticos. Pero hoy no tocaba eso.
En fin, hay quien disfruta con el jaleo, el ruido y el caos a la hora de inventar o fabricar sus historias, sus fotos, sus pinturas... . Yo prefiero tranquilidad y ahora no la tengo, la escasez de tiempo ya es crónica, continúan los problemas técnicos, y el futuro es impredecible, hermanos.

Si no soy capaz de sacar nada en limpio seguiré quejándome como una llorona y engordando el metablog, que es como llamo a estas divagaciones patafísicas. A mí también me gusta más el cuento, y ésta palabra más que la de moda  ficción.

Una música y me voy. En la entrada que titulé El largo brazo de Toribio, donde hablaba del Santo patrón de la diócesis astorgana y de la romería de San Justo de la Vega que se celebra el primer lunes después del primero de Pascua, ya dije que me había topado con una sorpresa. Dos CDs, grabaciones de dos jóvenes grupos de la zona entre cuyos componentes hay varios naturales del pueblo además de astorganos. Ya que volví a San Justo justo es que los recuerde.

Balacera se llamaba el grupo que ilustraba aquella entrada, y Cero Grados el de hoy que, además, tocaron este año la noche anterior al día grande de Santo Toribio. Este es el 6º corte de su CD Gracias por venir del que tienen un vídeo muy digno. Están empezando como quien dice, son unos críos.


Videoclip oficial  de  '0 grados'.  La chispa Merecida.  




Salud.


ramiro

2 comentarios:

  1. La curruca del buquirón.21 de junio de 2012, 14:26

    No cabe duda de que disfruto mucho con tus escritos de Arquitectuta.Por Maragatería los payares solían estar abajo.Si algo se ponía arriba era para la yerba, que en cuanto fermentaba un poco las vacas ni la olían.Y las aberturas, butrones como tú le llamas, nosotros siempre decimos "buquirón", que vendrá de bocón, boca grande.Pues eso que a ver si echamos una cerveza.Un abrazo.

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  2. Bien apuntado lo de 'buquirón', verderón, también en mi pueblo se dice así, aunque iba a decir 'bujero', pero quería utilizar una palabra que todo el mundo entendiera y ahora con tanto ladrón de altura aumentarán los cacos de saco, los butroneros nunca lo dejaron.
    La semana que viene iremos a ver a Lola, ya te llamaré.

    Besos a todos y a tí unos trinos!

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