miércoles, 5 de junio de 2013

55


Grecia  2012.


Salí a tirar la basura


y acababan de pasar los de la recogida; ¡cuánto caminé, Virgen Santa!, hasta dar con dos contenedores vacíos. Estaba otra vez fuera de casa o de razón y me extravié, bueno extraviado ya iba, me perdí, digamos para deshacer equívocos. Por lo menos pude dejar al fin las bolsas. Me puse a caminar sin rumbo fijo esperando encontrar a alguien que me informara y fui a parar a un puertín que me sonaba mucho. El muelle estaba vacío y los barcos amarrados se balanceaban dulcemente. Al final del espigón vi una silueta agachada debajo de una farola, tal vez pescando. Me acerqué. Era un niño moreno con unos ojos brillantes y vivarachos. Le di las buenas noches y me contestó, ¡Anda, a ver si me traes buena suerte, siéntate un poco conmigo!. ¿Qué pasa, no pican?, dije yo, y me senté. Por toda respuesta me miró y abrió la bolsa donde brillaba una pequeña dorada. ¡No está mal!, lo animé. Llevo seis horas tirando la caña, contestó muy serio. Y entonces comenzaron a picar de verdad. ¡Lo ves!, chillaba el rapaz alborozado. Era lanzar el anzuelo y sacar un pez, y no cualquier pez, ¡salmonetes! Debió acercarse al espigón una familia numerosa porque en un momento sacó dos docenas. Recordé que yo andaba perdido y le pregunté dónde estábamos. Se giró asombrado, ¡En Grecia, dónde vamos a estar!, rió. ¡Claro!, asentí, pero ¿dónde exactamente?. Me dijo el pueblo y entonces me ubiqué. Antes de marchar me dio una bolsa con salmonetes, ¡Si no te sientas a mi lado, esta noche no hubiera pescado nada! Cuando entré en casa ya todo me pareció familiar, pero quedé otra vez descolocado, esta casa está a treinta kilómetros del puerto asturiano más próximo, sólo me di cuenta cuando mi compañera me preguntó de dónde había sacado los salmonetes.



Azam Ali.  Nami  Nami.


Salud y felices pesadillas


ra


6 comentarios:

  1. Tanta tecnología, tanta tecnología; me he comprado uno de esos teléfonos que valen para todo, menos para hablar e ilusionado os busque a Ana y a ti, mis blogueros flanvoritos y mira por donde, después de leer tu entrada, (iba en el metro) me puse a responderte y jodete, ¡No me ha dejado! Así que cuando ande fuera de casa y no me lleve el portátil, te leeré y no te responderé. ¡Maldita tecnología!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Con lo modernos que son esos paratos! No te preocupes, ayer pasé yo el día fuera con una curruca y no te contesté hasta la vuelta, y hoy acabo de llegar. Ana ya me preocupa aunque imagino que al principio de temporada tendrá más cosas que ventilar. No me hables de tecnología que no ye lo mío, ahí no me superas en zotez (ese será un palabro supongo)

      Besos!

      Eliminar
  2. Te decía, que eso era un "dejavu" (lee dellabe como el dios, que tu subcosciente estaba en SantoEspiritu (no se si la he cagao con en nombre) y tu amigo te preparaba los salmonetes.
    Besitos
    Viriato

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En los Santos Apóstoles estaba sí, era ese puertín, a estas alturas no pienso en otra cosa. Ayer me sacó la carruca, fuimos a Salinas, Avilés, Candás y Luanco, paseamos por la playa (acaba de jubilarse), hizo un día guapísimo de sol, en camiseta, ¡éramos todos de la tercera edad! Comimos pescadinos y bebimos sidra y albariño. ¡Volví a casa muy animado!, pero hemos tenido días feos este año pa sobrar, puedo pasar del vino pero echo mucho en falta el sol.

      Abraços, compañero!

      Eliminar
  3. Que envidia, Salinas, Avilés, Candás,Luanco. Hace un huevo que no voy por allí, así como vente años, es lo que tiene tener barco, que solo te centras en una cosa y no hay quien te saque de ella.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estaba escribiendo y no vi el comentario, tampoco leí la entrada de hoy y hará un mes que la preparé, a ver...
      En Salinas había más juventud pero los viejos éramos mayoría en todas partes y no veas algunos cómo están, ¡como toros!, corre paquí dobla pallá, y yo que no hago un pijo de ejercicio!

      Boas noites!

      Eliminar